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Woonhak guarda su móvil en el bolsillo del hoodie que tenía puesto y ahora con las manos al rededor de su estómago, protegiéndose, observa al rededor suyo con nerviosismo. Habían un sin fin de salas, los edificios se notaban tan amplios que parecían infinitos.

¿Qué se supone que haga ahora?

No tenía ni la menor idea dónde quedaba la oficina del rector para que pudiese guiarlo. Mucho menos sabía cuál era su propio salón.

Intentó buscar a algún profesor para que le ayudase, o hasta un alumno, pero los pasillos estaban vacíos.

—¡Jaehyun!

Myung Jaehyun, bobo como ninguno, corría con desesperación con su móvil en mano intentando escribir todo lo que pasaba en ese instante para publicarlo como tweet.

Pero, ¿recuerdan cuando sus padres les decían que jamás cruzaran la calle mirando el celular? Bueno, esto es algo parecido.

—¡Mierda! — gritó asustado. Por ser un irresponsable con el camino, terminó empujando a Woonhak. En un reflejo para no cayese, logró mantenerlo en sus brazos, rodeándola por los hombros.

Por supuesto que iba a ser Woonhak, vamos, pero Jaehyun no lo había notado hasta ahora.

—¡Woonhak! —se calló, abriendo los ojos y sintiendo la sangre subir a sus mejillas.

¡Bendita luna! Por supuesto que fue un poco vergonzoso todo aquel escándalo, pero ya estaba junto al chico que tanto le había gustado. Y tenerlo así de cerca, percibiendo su exquisito perfume dulce, valía cada vergüenza del mundo.

Se separó de la más alto, su sonrisa se expandió sobre sus labios contagiando a Woonhak de inmediato.

— ¡Hola! Lamento el accidente, estaba buscándote y me distraje.

Woonhak le provocaba muchas sensaciones a Jaehyun sin siquiera conocerle realmente, se podía nerviosa de tan solo pensar en su nombre, pero también era cierto que Myung fue toda su vida un alma alegre, sociable y también era completamente extrovertido, así que no tenía problemas para iniciar una charla aunque fuera con el muchachito de su destino.

— Hola... — susurró, tenía una sonrisa tan hermosa que hizo a Jae querer gritar — No te preocupes y muchas gracias por venir. Esta cosa es enorme... — habló, refiriéndose a la escuela.

Y tenía toda la razón, KOZ era la preparatoria más importante de Corea, por lo que inmediatamente la volvía relevante internacionalmente, así mismo, una buena arquitectura que gritara lujo era necesaria.

Si lograbas entrar era por -mucho- dinero o un promedio excelente, perfecto. Todo el grupo de Jaehyun se encontraba ahí por la primera alternativa, porque... a ninguno le iba increíble.

Jaehyun asumió que Woonhak entró de la misma manera, aunque algo le decía que también era sumamente inteligente, lo que encontraba aún más atractivo.

— ¿No te entregaron un horario? ¿O no sabes en qué curso vas tú? Yo por ejemplo soy del tercero One Door — Woonhak lo observó con el ceño fruncido, confundido — Oh, sí. Aquí los cursos tienen nombre y número — ambos rieron. KOZ tenía una manera muy distinta de funcionar al resto de colegios.

— La verdad no tengo ni la menor idea. No me dieron un horario, solo me llegó un email con flores y un osito deseándome suerte en mi primer día — otra vez, carcajearon. Todo estaba fluyendo a la perfección para sorpresa de Woonhak, y es que, con lo tímido que es frente a gente nueva pensó que estaría más incómodo.

Pero, ¿cómo incomodarte teniendo al chico más dulce frente a tus ojos?

Woonhak comenzaba a admirar la personalidad de Myung Jaehyun.

— Ven, entonces, te llevaré con el rector — el menor agradeció con una sonrisa y siguió el camino que Jae tomaba.

— Kim Woonhak, tercero BoNeDo, edificio cuatro, segundo piso a mano derecha — dijo el señor, entregándole una hoja de papel— Aquí tienes tu horario y una disculpa la falta de información — Woonhak lo recibió con una sonrisa, diciendo que daba lo mismo — Por suerte te encontraste con Jaehyun — miró al mayor  brevemente — Ten cuidado porque este niñito es bastante... travieso — el mencionado rió nervioso, rogando que a Woonhak no le asustara el comentario de ese viejo tonto.

¡Todos en KOZ eran traviesos! Eran todos niños ricos, por favor.

Salieron de ahí y Woonhak soltó una risita, como la misma que escuchó la primera vez que se vieron, cuando Ditto llevó a su dueño hacia el muchachito más bonito del universo, y su futuro novio -según el-.

— ¿Así que debo tener cuidado de ti, Myung Jaehyun? — dijo, con una sonrisa juguetona. Jaehyun comenzó a negar rápidamente.

— ¡Por supuesto que no! Ese señor solo quería dejarme mal porque no le agrado — entrecerró los ojos, mirando en dirección a la oficina de director.

— Está bien — se acomodó la capucha del hoodie y las manos del mayor estaban que le picaban de tanto pensar en tomar de la mano a Woonhak — Gracias por ayudarme y lamento haberte quitado tiempo, espero no te castiguen.

—¡No te preocupes! Les dije una pequeñita mentira blanca para poder salir... — rió, recordando la cara de horror de su maestra al oírla decir que su cuerpo no daba más y debía ir al baño en ese mismo instante o se haría de eso ahí mismo — ¿Quieres que te lleve a tu sala? Queda al lado de la mía — ofreció y su mente comenzó a pensar en que se sentiría hermoso ir a dejarlo todos los días, tomados de las manos y despidiéndose de un tímido beso en los labios antes de dirigirse a su propio salón.

Ok, puede que deba ir al psiquiatra algún día.

— ¿No te estoy molestando mucho?

— No, por supuesto que no, Woonie.

Woonie, Woonhak pensó que le gustaba como sonaba ese sobrenombre saliendo de los bonitos labios de Jaehyun.

— Entonces sí, por favor.

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