CAPITULO 3
"Las almas gemelas siempre se encuentran"
"Huele tan bien", comentó mi lobo. "Tiene un aroma exquisito", aseguró, mientras seguíamos el olor de nuestra mate. "Es simplemente deliciosa, ya falta poco", le respondí, por nuestra conexión.
-¡Diego!
Oí la voz de mi padre, detrás de mí. Frené en seco, con lo ojos cerrados. No quería voltearme.
No lo podía creer. Me había estado siguiendo a través del bosque, lo cual complicaría todo. Yo solo quería encontrarla, pero con mi padre siguiéndome eso no sería posible.
-Papá, eso no me importa ahora -Le contesté, aun sin voltear.
Mi lobo se estaba volviendo loco, podía sentir un fuego que me calcinaba desde adentro. Sentía como mi pecho estaba por explotar y mi sangre pesada, espesa, intentando correr por mis venas. Era doloroso y podía sentir que, si reprimía a mi lobo un poco más, incluso podía matarme. Él quería ir hacia mi mate y sabía que no podía, porque desobedecer al Alpha sería algo terrible. Aun así, un lobo no puede contenerse por mucho tiempo. Nuestro instinto animal era más poderoso que cualquier cosa.
-¿Porque? -Preguntó mi padre-. ¿Acaso no estabas interesado en ella hasta hace poco? -Lo escuché acercarse-. ¿O será que ya la encontraste tú?
Mi lobo tenía deseos de deshacerse de mi padre e ir por nuestra mate, pero yo me limité a apretar los puños para evitar tal acción de su parte.
-Hoy es el día de tu nacimiento, así que es posible. -Me di la vuelta, para poder mirarlo-. Podríamos utilizar a tu lobo para encontrarla y, por fin, acabar con esa peste. ¿Cómo no lo pensé antes? Así podré nombrarte Alpha Supremo.
-Papá, no la he encontrado y mi lobo aún no aparece. -Intenté engañarlo-. Ella no me ha dejado de importar, solo te pido que dejes de molestarme por ahora.
Traté de no elevar mucho la voz, ya que tal vez notaría que le había mentido. Tuve que hacerlo, para salvar a mi mate. Si él llegaba a enterarse que lo había hecho, estaría acabado.
-Ahora, si me permites...
Comencé a caminar con dirección a la casa. Iría a mi habitación para no levantar sospechas. Cuando pasé al lado de mi padre, pude escuchar un gruñido de su parte. Podía asegurar que, por un momento, casi nos descubre. Y eso hubiera sido horrible. Yo aún no era Alpha y aunque mi lobo había aparecido, aún no me había convertido.
¿Cómo podría luchar con el líder supremo de las manadas? ¿Sería capaz de pelear con mi padre? ¿Qué cosas sería capaz de hacer por mi mate?
"Eres un cobarde, yo daría cualquier cosa por mi mate", dijo mi muy comunicativo lobo. "Pero ella sigue cerca, la puedo sentir. Solo por eso te hablo".
"No puedo ni debo ir con ella, sería como entregarla a mi padre. Él no comprende que sea nuestra mate, él simplemente acabaría con ella"_ le aseguré. Pude sentir como mi lobo comenzaba a gruñir, en clara desaprobación-:Y sí, soy un cobarde. Pero tú eres un idiota al creer que nosotros podríamos luchar contra todos".
"El idiota eres tú, es inevitable encontrar a tu mate"_me gruñó. _"Que, por cierto, lleva el olor de otro lobo, y cada vez lo siento más fuerte"_ "Seguramente habrá venido a buscar a su padre", dije, para luego suspirar. "Lo último que ella quisiera es encontrarse conmigo, y, si lo hace, de seguro sería para asesinarme"_"No me importa, ya no aguanto. Iré por ella"
Y, sin decir nada más, me levanté por instinto. Salí por la puerta principal y comencé a trotar por el bosque, el mismo camino que había seguido anteriormente. El dulce aroma que ella emanaba, me llevó hasta la puerta de la cabaña de mi beta.
"¿Qué hace ella en el cuarto de este lobo?"_ escupió_"Quizás...", no sabía que responderle.
Noah no era mujeriego, pero tenía chicas con la que se acostaba. Y, tal vez, mi mate sea una.
"Quizás entro a buscar unos papeles y se fue", le contesté a mi lobo, buscando una respuesta rápida para que no se descontrole. "No, aún está adentro junto con el lobo", gruñó, furioso.
La misma sensación se hizo presente en mí. Sentía mi pecho arder y quemarme desde lo mas profundo de mi ser. Mi sangre se volvió espesa y la sentía colarse agresivamente por mis venas. Mi cuerpo comenzó a temblar, mi lobo estaba intentado controlarlo. "Lo voy a matar".
Sus palabras me sorprendieron y, como si de una orden se tratara, sentí como mi cuerpo se tensaba y mi pecho, aun ardiendo, se llenaba de odio hacia mi amigo.
Sentí como perdía el control.
NOAH
Mientras Esteban charlaba con Cielo, me había dado hambre. De todas maneras, creí que sería un buen momento para darles algo de privacidad, aunque fueran unos pocos segundos. Así que decidí ir a la cocina y tomar algo para comer. En cuando, volví ella ya estaba desmayada.
Lo peor era que el idiota de Esteban se quedó mirándola, cómo si de una basura se tratara, y no hacía nada por ayudarla. Y, aunque no me gustara la idea y a pesar de que yo mismo me la había llevado de aquel lugar, en cuánto se recuperara tendría que volver con él. Eso, y seguir aguantando todo lo que le hacen y mucho más.
Para ser sincero, creía que sería mejor si aceptaba el puesto de amante. Así, por lo menos, no sería maltratada por los omegas, aunque si por el idiota de Esteban. Yo solo esperaba que se mejore, después de eso, vería como la ayudaba.
-Cielo, cuidado de resbalarte.
Unos veinte minutos antes, la había enviado a ducharse para que pudiese cambiarse de ropa, ya que la que tenía puesta estaba hecha un desastre.
-Sí -Dijo, suavemente-. ¿Me podrías pasar la toalla?
-Ah, claro.
Me separé de la puerta y me acerqué hasta mi cómoda. Me agaché, abrí el último cajón y tomé una toalla. Volví a acercarme al baño.
-Toma.
Ella abrió la puerta y sacó su cara y su mano para recibirme la toalla, justo cuando alguien abrió la puerta principal de mi cabaña bruscamente.
-¡Noah!
Oí una voz conocida llamarme, antes de que pudiera reaccionar y darme la vuelta. Era Diego, el futuro Alpha. Comenzó a acercarse a mí, con un humor para nada bueno. Verlo así me recordaba al cretino de su padre.
-¿Qué carajo estás haciendo con mi mate? -Me gritó-.
Me giré para mirar a Cielo, quien seguía en el baño y aun con la puerta abierta, y pude ver que estaba muerta de miedo.
-Cámbiate, cierra y por nada del mundo salgas -Le hable bajo, aunque sabía que Diego me había escuchado-. ¡Ya, hazlo!
Insistí, un poco más desesperado al ver que la chica se había quedado inmóvil mirando a Diego, que tenía cara de querer matarme y me miraba solo a mí.
-Está bien -Susurró ella-.
-¡¿Cómo te atreves a darle órdenes?! ¡¿No ves que es mía?!_sus ojos mostraban pura furia
Diego se abalanzó sobre mí e intentó golpearme, cosa que casi lograba si yo no hubiera reaccionado a tiempo.
-Diego, escúchame -Le pedí-. Tienes que controlar a tu lobo, ¿entiendes?
Mientras me defendía de sus golpes, intentaba hacer entrar en razón a mi amigo.
-Sé lo que estás pasando, pero tienes que pensar fríamente. -Continué esquivando sus ataques-. Dime, ¿te dije que me gustaba alguien? -Le cuestioné-.
Mi estrategia parecía haber funcionado, ya que Diego dejó de intentar golpearme, aunque, aun así, podía sentir su mirada amenazante y llena de odio penetrarme
-No -Gruñó-, pero ¿Por qué estás con ella en tu cuarto? -Me gritó-. ¡Se bañó en tu ducha!
-Ella no es nada para mí -Le aseguré-. Es una pobre chica a la que ayudé porque se encontraba en peligro, nada más.
"No te creo", fue lo único que murmuró antes de lanzarse contra mí. Yo intentaba defenderme, pero parecía que, por primera vez, mis golpes no le causaban ningún daño.
-¡Alto!
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LOS HOMBRES LOBOS su "lado lobuno" les puede hablar, es como si hubiese otra persona en su cabeza, también pueden hablar mentalmente con su beta
Capítulo editado por NoahElias05, muchas gracias Noah
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