Capítulo 8

Sus ojos captaban todo como lentes gravitatorios intentando investigar sobre la raíz de aquella proposición. Desde que abrió los ojos en aquel mundo y encontró con aquel hombre de larga cabellera blanca por aquel entonces, todo en el fue en contra de las leyes físicas que por años estudió e investigó.

El atuendo que llevaba le permitía controlar la gravitación de su cuerpo pero seguía pareciendo como si flotara en el aire envuelto en cavilaciones y emociones que experimentaba por primera vez. Era como si la Ley de Hubble hubiera sido planteada por él porque ese luniano que lo miraba atentamente lograba que sus sentimientos estuvieran en constante expansión como el universo. Él se había vuelto su universo y el centro de este.

No estaba seguro de quién estaba más loco... El rey por proponerle matrimonio o él por querer aceptar. Sus palabras eran algo que en su vido esperó oír de ningún hombre y mucho menos de un ser procedente de otro planeta.

En el tiempo que llevaba en Luna Dora había aprendido muchas cosas, estudiaba diariamente muchas cosas con respecto a ese mundo, sus habitantes e incluso cultura. Fue conociendo una parte de Augustus Min Yoongi de la que sin querer se fue enamorando. Su carácter agrio y serio que con él flaqueaba, su absolutismos, sus besos, su físico, ese lado de maestro que salía cuando quería enseñarle las cosas e incluso esas miradas que lo cautivaban tanto como los constantes cambios de colores de sus iris.

Habían un sinfín de cosas que le gustaban y que lentamente lo fueron enamorando pero si hablaba con bases, prácticamente no conocía a ese luniano, al menos no quien realmente era y eso fue lo que le hizo dudar a la hora de darle una respuesta. Bueno, al menos esa fue una de las razones ya que por un ínfimo el recuerdo de su familia vino a su mente. ¿Qué sucedía si aceptaba casarse con él?

— ¿Park Jimin?— Sus oídos zumbaron estrepitosamente al darse cuenta de la duda en el terrestre, lo iba a rechazar.

Su Atemin, su alma gemela estaba a punto de decirle que no iba a casarse con él. Podía sentirlo y eso estaba causando que de forma abrupta todo su interior comenzara a colapsar. No era correspondido como creyó serlo, tal vez el alma gemela de su Atemin era alguien más. ¿Sería el primer rey que no podría unirse a su alma gemela?

¿Quedaría sin un heredero? Si no lo hubiese conocido y su cuerpo mezclado energía con su alma gemela aún hubiera tenido el chance de procrear y darle un heredera al reino pero ahora que lo hacía, no podría estar o siquiera copular con nadie más.

Olvidando todas sus obligaciones como rey, todas esas cosas que había comenzado a carecer de importancia desde el momento en que lo vio atravesar la atmósfera de su mundo, lo que más incomodaba era sentir que aquella rareza que estaba sintiendo en su pecho, eso que solamente él le hacía sentir. Estaba acostumbrado ya a esas sensaciones desconocidas que comenzó a sentir gracias a Jimin, le gustaba sentirse así.

Quería seguir viendo su sonrisa, sentir sus besos, la calidez de su cuerpo y carácter que contrastaba tanto con él. Disfrutaba el centenar de preguntas diarias que recibía o verlo resaltar en aquel inmenso palacio que por primera vez se sentía lleno y acogedor. Su interés por conocer cada detalle de ese mundo, con sus investigaciones y experimentos o como sus ojos desaparecían debido a la sonrisa que emanaba cuando descubría o aprendía algo nuevo.

Cuando lo escuchaba intentando no hacer ruido para sorprenderlo aún después de haberle explicado que su audición era demasiado desarrollada, terminando con sus brazos rodeando su cuerpo. Fue un proceso duradero porque ningún ser vivo solía tocarlo sin autorización, ni sus padres pero, terminó habituándose a sus muestras de afecto.

Incluso podía agregar lo mucho que le gustaba de forma de elaborar los alimentos, porque aunque también pleitearon con respecto a que las máquinas cocinaban por ellos, el terrícola al final terminó cocinando frecuentemente al estilo de Tellus con ingredientes lunianos.

Pedirle matrimonio no se debía únicamente a que este era su alma gemela y que literalmente sin él no podría vivir, sino que como le explicó el propio Jimin en una ocasión, se había enamorado de la forma en que lo hacen los humanos. No por lo dictaminado, por sus reglas o por aquello que las almas gemelas despertaban naturalmente, quería casarse tanto con el Atomin como con Park Jimin.

Él quería hacerlo pero todo apuntaba a que el contrario no se sentía del mismo modo y eso ya comenzaba a afectarle. Ocultó lo mejor que pudo los zumbidos junto a los fuertes dolores físicos que estaba sintiendo mientras lo veía contemplar la sortija sin ninguna expresión evidente.

— Jimin... No tienes que...

— Sí acepto. — Fue interrumpido por aquellas dos palabras que abandonaron los labios telluanos. — ¡Acepto casarme contigo, Yoongi!

Sus ojos se cruzaron con los del un rey que no comprendía mucho lo que estaba ocurriendo. Cada movimiento, los latidos de su corazón y el leve cambio de temperatura de su cuerpo, todo le indicó que el telluano iba a rechazar su proposición. Sin embargo, su cuerpo estaba siendo abrazado nuevamente por los tibios brazos terrestres y sus labios estaban siendo tomados por los contrarios.

— ¿A-Aceptas? — Volvió a preguntar incrédulo sobre sus labios, notando el asentimiento que le daban.

— ¿Te quedaste sordo? Claro que acepto casarme contigo aún con todos tus defectos, con los míos también. — Se alejó para disfrutar con una sonrisa una vez más de aquel espectacular cambio de iris y cabello, viéndolos tornarse rosados. Eres un rey medio amargado pero yo te volveré un turroncito de azúcar para mí. Mi azúcar, my suga...

— ¿My suga?

— Sí, es otro idioma de Tellus, es inglés. My suga significa mi azúcar. — Explicó Jimin con una sonrisa.

— ¿Quieres decir, sugar? Según mis conocimientos en las lenguas telluanas, si lo que has dicho fue en inglés, entonces has cometido un error. La pronunciación correcta es...

—- ¡Min Yoongi! — Exclamó el terrícola haciéndolo sobresaltar. — ¿Por qué eres así? Le quitas lo gracioso y divertido a todo. No importa si es suga, sugar o lo que sea, aquí lo importante es que tu prometido te está diciendo algo bonito tras aceptar casarse contigo mientras que tú le dices cómo debe pronunciar algo.

— P-Perdona, no quise... — Jimin rió eliminando la falsa cara de molestia que le estaba dando, recordando que ellos a veces eran lentos con el doble sentido, el sarcasmo y las bromas. Se acercó hasta quedar sentado sobre su regazo y, tomando su rostro con delicadeza, hizo sus labios presionarse mutuamente. — Lored, mi hombrecito terrestre.

— Da lored, my Suga. — El aludidos sonrió ampliamente sin poder ocultar su felicidad, abrazándolo e incluso dando vueltas sobre sus pies con un telluano que reía a carcajadas. — Detente.

El rey acató la orden permitiéndole tocar nuevamente el suelo, no sin antes fundirse en un beso que pareció ser perpetuo hasta que Jimin comenzó a toser debido a la falta de aire. Sin dejarlo alejarse, Yoongi lo hizo sentar una vez más en su regazo, tomando el anillo entregado para colocárselo en su dedo.

— Lo portarás hasta el día de nuestra boda, después de eso vuelve a quedar bajo mi custodia. No necesitarás nada más que te mantenga unido al palacio y a mí porque comenzarás a formar oficialmente parte de ambos una vez que nos unamos correctamente.

— ¿Con unirnos correctamente te refieres al matrimonio? — El contrario negó con una sonrisa, contemplando la mano terrestre que llevaba con gracia el anillo real. — ¿Entonces?

— Bueno, a parte del matrimonio, una unión se da cuando las almas gemelas copulan por primera vez. — Una "O" se dibujó en la boca de Jimin, quien comenzaba a sentir sus mejillas enrojecerse. — En nuestros fluidos íntimos nuestra genética es más fuerte, de hecho, es casi nuestra fuente principal de energía, de vida y, por ello casi todo para nosotros se conecta con este acto. Nuestra buena salud y esperanza de vida depende literalmente de ello. Cuando nos unamos, tú tomarás varios de los componentes de mi genética y viceversa, eso es lo que te ayudará a ganar mayor fuerza y otras cosas que necesitas.

— ¿Me estás diciendo que tendré super poderes? — Sonrió notando como Yoongi parpadeaba exageradamente.

— No precisamente, quizás así lo vean en Tellus pero solamente tendrás algo que podría tener un luniano cualquiera. Nunca igualarás del todo la fortaleza física de un luniano promedio pero si te comparáramos con humanos luego de eso, definitivamente estarías en un nivel mayor. — El ceño de Yoongi se frunció y la mano del menor fue tirada, colocándolo detrás del rey. — ¡Quédate detrás de mí y no te muevas! — Exclamó con fuerza y Jimin sintió el miedo correr por sus venas.

Lo primero que sintió fue las ropa que llevaba ajustándose a su cuerpo, apretándolo incluso mientras dejaba de mostrar ese suave material, creando una especie de armadura que no había visto antes y no sabía que era posible. Ellos fueron rodeados por más soldados lunianos de los que había notado que tenían y eso que siempre creía que habían demasiados en el palacio.

Min era el rey de todo un mundo, no debía sorprenderse por ver que tenía un ejército pero lo hacía. Lo otro que vio aparecer fue a un sujeto que llegó como una ráfaga de viento, tomándolo de la mano aún cuando el rey, — quien ahora tenía el cabello tan negro como el traje y cabello de su caballero — seguía sosteniéndolo.

— Hermio está acercándose, eso significa que Hedas también lo está haciendo. No entiendo por qué vendrían directamente aquí cuando sabe que no debe acercarse. Se lo dijiste cuando le perdonaste la vida, él está tramando algo. — Avisó Esir mientras controlaba que el rubio estuviera en buen estado.

Sabía perfectamente que su rey lo mantendría a salvo pero no lo podía evitar. Después de todo, ese telluano también era su alma gemela y su muerte se reflejaría instantáneamente en él. Quizás, su muerte incluso lo matara antes de la lenta enfermedad derivada de su amor no correspondido.

Su mirada se cruzó con la de Yoongi, viendo como este miraba el agarre que estaba ejerciendo y pese a no decirle nada porque estaba protegiendo al Atomin, sus dedos se abrieron lentamente liberando el brazo del terrícola que los miraba confundidos sin decir una palabra.

Sin embargo, la mirada de los tres se centró en otra cosa, Kalissyo yendo hacia ellos con su hijo en brazos, ignorando todas las advertencia.

— Su majestad, se lo imploro. Por favor, ayúdeme con Dru. Hermio querrá llevárselo y si lo logra perderé a mi hijo para siempre, se convertirá en un hedio y como madre no lo soportaría. Es un atrevimiento, lo sé y quedo a su disposición, solamente le pido que proteja a mi hijo.

Compartieron miradas y solo eso basto para que Esir comprendiera la orden.

— Brin Dru met der zam Tellus. Jet wirden dim ihn net sach in Tellus ond ihn gewachzinir wird sloaw sin. (Llévate a Dru hacia Tellus. Ellos ahora no lo buscarán en Tellus y su crecimiento allí será más lento)

— ¿Está seguro?

— Nos dará tiempo a pensar mejor las cosas. Llévalo allá, sabes cómo arreglar y organizar todo con las identidades. Podremos traerlo de regreso en unos años.

Kalissyo asintió abrazando a su hijo con fuerza porque aunque la idea tenerlo en otro mundo solo le aterraba, prefería eso antes de que ese ser se lo llevara y convirtiera en un monstruo como él. Si no se tratara de su padre y tuviera un vínculo con él que de niño Dru no podría romper por su propia cuenta, no estaría preocupada. Bastaba con que su rey dijera que no podía llevárselo pero no había nada que Min pudiera hacer ante el llamado de la sangre y energía que ellos compartía, podía quitárselos.

Esir extendió sus manos para recibir al niño confundido y con una mirada a su rey y Atomin, abandonó el lugar. Jimin seguía sin entender nada de lo que pasaba, aún cuando vio aparecer a dos sujetos frente a ellos. Uno mirando todo a su alrededor y el otro observándolo a él de pie a cabeza de soslayo, tratando de mantenerle la mirada a Yoongi.

— Hedas...

— Su Alteza. — Saludó con falsa cortesía pero gran elegancia el pelirrojo de larga cabellera. — He venido a presentarle mis respetos al Atomin. — Dio un paso adelante pero por instinto el rey fue mucho más rápido, colocando una mano en su pecho y empujándolo a una gran distancia, viéndolo rodar por el suelo. — P-Perdón.

— ¿Tocar a mi Ato? ¿Le perdiste el respeto al terror? Porque justamente es eso lo que desataré si llegas a rozarlo. — Jimin dio un pequeño brinco en su lugar cuando su brazo fue nuevamente agarrado, casi triturado y el pelinegro levantaba su mano para hacer algunas señas que no conocía ni podía descifrar.

Sus soldados rodearon a los dos hedios presentes y ambos permanecieron en su sitio mirando todo cuidadosamente. Habían ido para asegurarse de que el rumor de un Ato era real, algo que sin duda alguna dañaba los planes de Hedas porque Min solo no era alguien fácil de derrumbar y con el poder de su alma gemela al lado, menos.

Él desgraciadamente aún no contaba con el poder suficiente para derrocarlo y para eso debería esperar una brecha que algún día llegaría mientras esperaba pacientemente, fortaleciéndose en silencio.

Quizás la mejor opción para el rey era matarlo en ese instante pero, aunque sabía que Hedas procuraba el trono, no podía actuar abiertamente contra él porque su lazo no se había quebrado por completo y la energía Min seguía protegiéndolo.

Atentar contra él era posible pero como Rey eso sería romper una de las más grandes leyes. Si no tenía un motivo sólido para abrir fuego contra él, no podía hacerlo. Ahora, eso no significaba que le fuera a dar muchas ventajas o la oportunidad de hacer algo digno de una guerra.

— Jamás podría hacer algo en su contra, es el Ato de este mundo, solamente queríamos presentar nuestros respetos oficialmente y ponernos a sus órdenes.

— ¿Dónde está mi hijo? — Interrumpió Hermio ignorando incluso la mirada de reproche que le dio su jefe. — No siento su energía, quiero verlo, esa es una de las razones por las que vine.

— Lamento que tu viaje haya sido en vano porque como puedes ver no está aquí, no soy yo quien te lo oculta. Kalissyo se encuentra en estos momentos rumbo a Eris con su hijo, como una muestra de aprecio hacia el rey de ese mundo. Puedes ir a buscarla si te place pero ahora, retírense. — Su mano volvió a elevarse y todos sus soldados fueron hacia los hedios, agarrándolos y sacándolos a la fuerza de su territorio.

Jimin parecía un muñeco animado siguiendo cada uno de sus pasos sin decir nada porque, si bien no podía comprender lo que hablaban porque sus clases de luniano no habían avanzado tanto, no necesitaba ser un genio para percibir la tensión en el ambiente.

Ni siquiera le habían permitido disfrutar correctamente el momento, en un instante iba a abrazar a su rey y al otro estaba escudándose a su espalda sin saber bien por qué. Los sujetos eran atractivos y no parecían ser tan malos como sabía que podían ser, de lo contrario el hombre que aún conservaba su cabello de color negro no hubiera estado tan preocupado.

Lo vio desplegar infinidades de pantallas, literalmente el universo estaba reflejado en ellas y él trabajaba con cada cosa como si moviera piezas de ajedrez. Se acercó cuidadosamente y aquello simplemente le pareció extraordinario, sintiéndose absorbido en una película de ciencia ficción. Si la Tierra tuviera la mitad de su tecnología, muchas cosas serían diferentes.

No entendía muy bien lo que estaba haciendo pero pudo reconocer muchas de las cosas que se mostraban. Al parecer, estaba controlando el estado físico de Luna Dorada, comparándolo con el de otros mundos y satélites naturales en más de una galaxia.

— ¿Está alterado el órbita alrededor del centro galáctico? — Preguntó el rubio tomándolo por sorpresa. — Según los datos que me has mostrado Luna Dorada se mantiene a 180º de inclinación del plano invariable respecto al plano galáctico, está casi manteniéndose por sí misma sin depender del Sistema Solar, quien está a 60ª. Ahora mismo, están emparejándose, ¿cómo es eso posible?

— Nuestra tecnología nos ha servido para crear más que una capa de invisibilidad y protección. Controlamos de cierta forma nuestro papel en el sistema planetario que conoces. Aunque no podemos dominarlo por completo, cosas como su órbita o propiedades de la estrella relacionada se pueden manejar. Cuando hay un despliegue grande de tecnologías ajenas a la nuestra o grandes concentración de poder, puede desestabilizarse temporalmente.

— ¿Ese es el motivo por en el que estos momentos su tipo espectral, línea de congelamiento, distancia a la heliopausa, distancia al centro galáctico, velocidad y períodos orbitales están alterados?

Yoongi asintió ampliando más ampliando la imagen en tiempo real del centro galáctico, haciendo que en el rostro del rubio una gran sonrisa apareciera.

— En nuestra atmósfera han entrado cuerpos que no debían entrar, tecnología que repela a la nuestra y que le puede hacer gran daño. Debo detener lo que sea que Hedas esté intentando hacer. Esto sería algo parecido al contrabando ilegal en tu mundo y sí es algo que puedo castigar. Ese fue seguramente el motivo principal para que viniera, no dudo que quisiera comprobar tu presencia, estaba usándolo como distracción para que toda la atención estuviera en él y no en la seguridad de nuestras barreras y fronteras.

— Esto es increíble. — Mencionó Jimin ignorando la cara de confusión en el luniano.

Él le comentaba asuntos graves y él simplemente decía que eso era increíble. No obstante, cuando lo notó avanzar hacia la pantalla tomando entre sus manos los pequeños fragmentos que parecían hologramas demasiados reales, entendió que su fascinación se debía a otra cosa.

— Estos es simplemente increíble. — Volvió a repetir. — ¿Dos pársecs es la distancia entre Luna Dorada y La Tierra? — Asintió en respuesta el luniano, acercándose para rodear sutilmente su cintura. — Eso equivale a casi sesenta y dos billones de kilómetros. ¿Cómo es posible que yo llegara aquí? ¿Fue el agujero negro que nos absorbió lo que me permitió recorrer esa distancia?

— Es lo más probable.

Solo con verlo tan entusiasmando toda la carga, molestia o temor desaparecía, su preocupación por Hedas y todo lo demás había pasado de cierta forma a un segundo plano. Jimin notó como su cabello pasaba de negro a gris como si aquello fuera una cosa de chasquear los dedos. Jamás terminaría de acostumbrarse del todo a eso.

Se apartó por algunos minutos para darle la orden a sus soldados de que fueran a incautar todo lo que Hedas tenía y encarcelaran a todos los que entraron sin autorización a Luna Dorada. Luego de esto volvió a donde había desplegado sus pantallas personales, viendo al telluano completamente ensimismado.

— Nunca había visto el Alfa Centauri tan cerca, con tan buena nitidez. Podría pasarme horas, meses e incluso años mirando cada una de estas cosas sin cansarme. — Musitó apoyándose sobre el cuerpo del rey.

— Sinceramente te creo, no hace falta que lo jures y es por eso que ahora te voy a sacar de aquí.— Comentó apagando y guardando todas las pantallas mientras el menor refunfuñaba. — Te prometo que te llevaré a verlas de cerca pero ahora debes descansar, mañana tenemos mucho que hacer.

Travieso, el rubio jugaba con el traje de Yoongi, tratando de tocar el sitio en donde él creía que había guardado las pantallas pero terminó activando sin querer un holograma totalmente diferente que el mayor apagó veloz, pero no lo suficiente como para impedir que lo viera.

— ¿Quién es ella?

— ¿Eh? — Preguntó haciéndose el desentendido. La mirada de Park le hizo percatarse que no había forma segura de librarse de ese interrogatorio por lo que exhaló vencido. — Kore.

— ¿Quién es Kore?

— La otra hija de mi padre.

— ¿No es más fácil decir hermana? — Preguntó con obviedad.

— Para ser hermanos o al menos familias como consideran en tu mundo, debemos compartir genética y cada unión crea una totalmente diferente. Ella es hija de mi padre con una mujer desconocida, yo soy el resultado de la unión entre dos hombres. No tenemos ningún parentesco oficial, si nos hiciéramos estudios, nuestra genética coincidiría máximo en un quince por ciento, no más.

— No entiendo. — Habló Jimin esperando una explicación porque ese era el tipo de cosas que quería entender y aprender en sus clases aunque todo fuera sumamente interesante.

— Eso es otra cosa que no podré explicarte ahora. Ya tienes que ir a dormir, dentro de una horas debemos comenzar con varias cosas.

— ¿Qué cosas serían esas?

— La planeación de nuestra boda y nuestro entrenamiento conjunto.

🌕🌕🌕

Lentes gravitatorios: Objetos de estudios que se utilizan para la búsqueda de materia oscura o investigación en el campo de los planetas extrasolares.

Ley de Hubble: Establece que las galaxias se alejan unas de otras a una velocidad proporcional a su distancia, conduciendo a que el universo está constantemente en expansión.

Centro galáctico: El centro de rotación de la Vía Láctea, nuestra galaxia.

Pársecs: Unidad de longitud utilizada en astronomía. 1 = 30,9 billones de kilómetros aproximadamente.

Heliopausa: Punto en el que el viento solar se une al medio interestelar o al viendo estelar procedente de otras estrellas. El límite de la Heliosfera.

Para los que se preguntan... Esir sería Jb aka Jaebum de Got7

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top