V

NEFDAC ASSNAM


—Sabes lo que quiero Jessar...

Esas fueron sus palabras.

El nombre con que él me conoció.

¿Cómo el extranjero sabía de mi otro nombre?

¿Cómo supo el significado de esa frase tan específica?

Mis padres...

Si se enteran lo más probable es que mueran del disgusto.

—Te daré lo que pida señor, solo si me dices quién te habló acerca de mis servicios.

—Fue fácil predecirlo, soy un hombre de mucha sapiencia. -lo dudo.

—Las palabras de los navegantes son confiables, hasta que se vuelven hipérboles sus respuestas.

—¿Habláis de su propio padre, sirvienta?

Tomé una bocanada de aire, miré al cielo y comencé a contar hasta diez, aclamando paciencia y evitando escupirle el rostro. Comenzó a desatarme, se inclinó sobre mí, primero retiró la soga de los pies. Su capucha tenía algo de fango, seguramente fue en el forcejeo de cuando me desmayé. Sus manos eran ásperas como de leñador y al parecer le faltaba el dedo meñique.

-Posees una piel sensible, solo fueron cuatro horas y tienes moretones.

¡¡Cuatro horas!!

-Me tuviste atada cuatro horas! ¿Qué tipo de ser humano eres?

- Uno que te encantará conocer.

Terminó de desatar mis muñecas y ahora estaba frente a mí, demasiado cerca, no desviaba la mirada por nada, pretendía intimidarme con ello, pero él me entrenó demasiado bien. Sus ojos desprendían deseo, su respiración se iba agitando. Este era mi territorio, coloqué mis manos alrededor de su cuello y lo besé.

Correspondió al beso de la manera más fría que hubiese probado jamás, confieso que mantuvimos los ojos abiertos, parecía un duelo, hasta que me apartó de forma delicada.

-Gracias, pero no era esto lo que pedía.

Se puso de pie y se fue. Volví a perderme en la inmensidad del lago. Los dioses solían ser crueles con ciertas personas. Vivía una vida de porquería llena de mentiras. Trabajar en un prostíbulo se había convertido en mi pesadilla. El extranjero sabe lo que soy y acabo de caer en su juego como una imbécil.

Me enojé conmigo misma, por ser tan estúpida, tan imparcial, tan confiada. Luego me sentí impotente con ganas de mandarlo todo al carajo y viajar hasta donde está el cuerpo de mi amado.

Soy incapaz de contar cuentas horas pasaron, ya la tarde caía cuando me dispuse a salir de ahí. A la mierda las naranjas y todo lo que venía en la cesta y la puta cesta también, y la abuela y sus nietas y el útero que se desgarró pariéndolas y mi madre por haber existido. Las tijeras servirían para acabar con mi sufrimiento.

-Estás segura.

Es voz…

Flashback

La clientela había aumentado en solo una semana. La noticia de que una virgen daría el show era comidilla para los adúlteros y las inocentes damas que creen en la salvación de su matrimonio por vías como estas.

-Jessar, eres la próxima. No me decepciones.

La extensa lona roja que funcionaba como telón fue cediendo, las luces comenzaron a apagarse y quedé totalmente expuesta en lo que tristemente podría llamarse como escenario. Mi cabello ahora poseía una tinta color miel, una máscara cubría mis ojos y el vestido precioso, realmente me sentía como la mismísima Kenar.

-DAMAS Y CABALLEROS, CON USTEDES LA TALENTOSA JESSAR!

-Tu voz es capaz de deleitarme, mientras deslizas tus labios en mi nuca, si supieras cuantas veces te pienso, cariño no me separes de tu pecho. Te he visto bailar con otras, tu despiste igual me provoca, la sensación de que si no te beso, cariño dejaría de existir por completo…

El público aplaudía mientras terminaba la canción, luego de esa canté unas tres. Había un sujeto en el público que captó mucho mi atención, a pesar de que su vestimenta era más elegante en comparación a la de todos los demás, estuvo atento a cada movimiento. Salí del escenario y me retiré a lo que pudiera llamarse camerino. En mi puesto había un ramo enorme, casi para esconder una vaca, de tulipanes color sangre. Entre todos había uno solo diferente, cuyos pétalos tenían unas dos franjas amarillentas.

Una nota sobresalía del envoltorio: "No debemos temer a ser diferentes, sino a querer encajar en el resto"

A mi espalda una sonora y rasposa voz leía la frase. Percatándome una vez volteada que era la misma persona que me había estado observando momentos antes.

La ligera barba cubría su mandíbula, sus iris eran prácticamente transparentes. Cabello rubio, cejas tupidas y poco arqueadas. Su boca, poderosísima Kenar, parecía saborearte cada vez que hacía el más insignificante movimiento. Era un hombre, en su figura masculina más notable, Isahac era un chico frente a él.

-Hola hermosa, disculpe el atrevimiento de venir hasta su camerino y regalarle unas flores que jamás se compararían con su belleza.

-Gracias por las Flores señor…

-Otto, me llamo Otto señorita.

Fin del FLASHBACK

-¡Te pregunté qué si estás segura!

Me giré hacia él, su tez se escondía en esa capucha que vi desde el ventanal. Mi mirada bajó a sus manos, las mismas que penetraron en el vientre de Irrem dejándola sin vida.

No sentía ni miedo ni asco en estos momentos, sé que solo lo hizo para acorralarme, para intimidarme y recordarme que es él quien manda. No es la primera vez que asesina mirándome a los ojos, no es de ahora que pretende conseguir impresionarme tomando el control sobre la vida de otra persona.

-Otto… tú mataste a… luego pusiste el puñal sobre mi cama…

Tomó una boconada de aire, observó mi vestido, el lago y podría jurar que hasta las nubes. Colocó delicadamente su mano en mi cintura y me atrajo hacia su dorso. Sus labios hicieron presencia en mi frente humedeciéndomela con un ligero beso.

Bastó para que cayera en su red.

No pude decir siquiera una palabra.

Anhelaba tanto el maldito contacto de su piel.

-Sí, Nef, y ahora las cuatro pelirrojas acaban de descubrirlo entre las pertenencias de tu padre.



Cuánto tiempo🤧 emocionada porque casi llegamos al 100 jjj. Gracias por confiar en mi y ser pacientes.
Voy a actualizar todos los viernes o sábados a partir de ahora así no me hacen amenazas de muerte por WhatsApp jaja.
Besitos

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