Capitulo 6
-Estás jugando conmigo.
-No, lo siento.
Minho se afirmó el cabello algo molesto, conocía de sobra sus gestos. Así que antes de que explotara, le cambio el tema de conversación.
-¿no te apetece darte un baño?
Minho apenas lo había mirado un instante, pero fue el tiempo suficiente para que el se diera cuenta que la tela de la polera que llevaba puesta era muy fina, y de que, por debajo notara su cuerpo desnudo.
-Quizás más tarde, primero arreglaré el tema de la cama y veré el estado financiero...
-Muy bien. Bueno.... estaré en la playa si me necesitas.
Cuando Key se marchó, Minho respiro hondo y se apoyó en el respaldo del sofá. No estaba preparado para ver a Key, descalzo y cubierto con una fina polera. Reconocía su cabello castaño y sus ojos a juego, pero ¿siempre había tenido ese cuerpo? ¿como no se había fijado nunca en su cuerpo o en el atractivo de su piel? Y ya que se había fijado, ¿como iba a dejar de hacerlo?
Minho frunció el ceño. Aún estaba dolido por su última relación que había tenido con un hombre y no tenía intención de liarse con otro, y mucho menos con su secretario. Sería algo totalmente inapropiado.
Ni siquiera debía pensar en su aspecto. Ni preguntarse si su piel seria tan suave como aparentaba ser. O cómo se sentiría al quitarle la polera y explorar su cuerpo con las manos y la boca.
Apretando los dientes, se obligó a centrar su atención en la pantalla. Decidió no hacer nada con respecto a la cama tendrán que compartirla, decidió que debía de estar sufriendo una tardía reacción ante lo sucedido en los últimos días. Si no, nada podía explicar el deseo que se había apoderado de el al ver a Key. Ni Siquiera era el tipo de hombre que a el le gustaba. Nunca había pensando en su aspecto. Siempre había preferido hombres con más cuerpo, no tan delgado y pequeño como Key.
Taemin ¿solo habían pasado tres días desde que había estado a punto de casarse con el? No podía creer que ya no sintiera deseo por otra persona. Tenía que detener su pensamiento en ese mismo momento. Tenía tres semanas por delante, y tendría que mantener las manos alejado de él.
Podría hacerlo. Podría hacer todo lo que se propusiera. Se había resistido a distracciones mucho más tentadoras que Key y se resistiria a el tambien. Tenía trabajo que hacer. Y trabajar era lo que Choi Minho mejor sabía hacer.
No sabía en que momento había llegado al lado de Key, estaba recostado en una hamaca con el torso descubierto. Y el con un vaso de jugo frío en su mano, solo se imaginó que Key tendría sed y decidió llevarle algo para beber.
Extrañamente puso el vaso de jugo cerca de su piel para que Key despertaba, cosa que hizo al instante.
-Pensé que tendrías sed.
-Gracias.- dijo Key recibiendo el vaso con jugo, el que bebió agradecido rapidamente.
-¿Como esta el agua?
-Estupenda ¿quieres probarla?
-Esta bien. - se puso de pies, Minho decidió que era mejor hacer eso que quedarse mirando el cuerpo de Key.
Juntos caminaron hasta el agua, el agua cristalina permite que vieran sus pies claramente.
Minho hubiera deseado que no fuera así. Ya le costaba bastante mantener la vista alejada de el. En cuanto llegaron a una zona mas profunda, comenzo a nadar hacia los arrecifes. Era agradable hacer un poco de ejercicio. Y mucho menos peligroso que estar junto a Key, y fijándose en la poca ropa que llevaba.
Cuando por fin se detuvo, sacudió la cabeza para retirar el exceso de agua de su cabello y que no le entrara en los ojos. El sol se reflejaba contra la superficie del agua y Minho tuvo que entornar los ojos para encontrar a Key, que estaba flotando sobre su espalda.
Habia muchisima tranquilidad. ¿cuánto tiempo había pasado desde que se había detenido a escuchar el silencio o a sentir el sobre la piel? Su vida estaba centrada en el éxito profesional y eso había hecho que se hubiera olvidado de relajarse, tal y como Key lo estaba haciendo.
Cuando regresó a la playa Key ya se encontraba sentado en la arena, el hizo lo mismo.
-Te estas quemando. Minho dijo lo primero que se le ocurrió y presiono con un dedo sobre su hombro rosado- Lo siento - añadió al ver que Key se encogía un poco. Key trago saliva.
-Me duele un poco, pero tienes razon, sera mejor que me vaya a la sombra un rato. Creo que dormiré una siesta.
-¿Podríamos regresar y duermes en la cama? - Key no podía dormir en esa cama donde se imaginaba a Minho en su interior.
-No, dormire aqui.
Minho lo vio cerrar los ojos, lo miró un momento y se levanto para volver a la casa.
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Minho levanto la vista cuando Key apareció en la puerta.
-Te has echado una buena siesta.
-No era mi intencion dormir tanto rato. Me daré una ducha estoy medio atontado.
-Lo pareces.
Su voz era fría y su mirada de desaprobación, Key soltó el aire que estaba conteniendo sin darse cuenta. Se sentía aliviado al ver que Minho era el mismo de siempre, su jefe, un hombre al que no le gustaba la debilidad ni la frivolidad.
Key no iba a comportarse como un estúpido solo por haber visto el cuerpo estupendo que se ocultaba bajo los trajes que el llevaba, asi que trato de convencerse de que el cansancio era lo que había hecho que se fijara en el como un hombre, en lugar de como su jefe. Se daría una ducha y se vestiría de manera recatada y podrían recuperar su relación laboral.
Cuando se dirigió al baño estaba oscureciendo. Era un baño abierto al cielo y la luz tenue convertía el espacio de curvas paredes en un lugar romántico. El hecho de que no tuviera puerta hizo que Key se sintiera un poco incomodo, pero como Minho sabía dónde estaba, se tranquilizo. No Iba a interrumpirlo y puesto que no había nadie más en la isla, no podía pedir más intimidad.
Se colocó bajo la ducha y se fijó en que no había mampara y que el agua caía directamente sobre los baldosines del suelo. Sería como estar bajo una cascada.
Key tenía la piel caliente y el cabello cubierto de arena. Se metió bajo la ducha y sintió que algo se movía bajo sus pies. Algo que no había visto debido a que había poca luz, algo que no era nada romántico, pero si peligroso.
Algo que se empeña en subirse a su pierna.
Key no pudo evitarlo, dio un grito y salió de la ducha, dirigiéndose a la otra punta del baño sin siquiera agarrar una toalla.
Al momento, apareció Minho rodeando la pared curva del baño.
-¿qué ocu...? ¡Oh!
Minho se detuvo en seco al ver que Key estaba desnudo.
Key sintió que se le acelera el corazon, pero solo reacciono mirándolo fijamente. Minho se preguntaba si sabía que aspecto tenía con el cabello mojado, la piel mojada y el brillo del miedo en la mirada. Tenía la mano apoyada contra la base del cuello, las que se movían con cada movimiento de su respiración.
Minho no estaba preparado para la maravillosa desnudez de su cuerpo. Y aunque su cerebro le gritaba que lo mirara fijamente a los ojos mientras se retiraba, no pudo evitar deslizar la mirada sobre su cuerpo. Key vio que bajaba la vista y reaccionó tomando la toalla para cubrirse.
-Lo siento.
Por su puesto, la toalla era demasiado pequeña y Key solo pudo cubrir su parte delantera.
-Te he oído gritar, pensé que te pasaba algo.
-He pisado algo al entrar a la ducha. Con esta maldita luz no se ve nada, ha sido repugnante.
-¿que era? -pregunto Minho Tratando de borrar la imagen desnuda de Key.
-No lo se. No me he detenido a mirarlo.
-Probablemente fuera una cucaracha... si ahí está.- señaló hacia una esquina donde había algo oscuro y brillante moviendo las antenas.
-¡es horrible!
-No creo que le caigas mejor...
Minho se acercó a la cucaracha, pero el insecto se movía demasiado rápido. Huyó hasta la otra pared y al verlo, Key salto hacia atrás haciendo que la toalla cayera. Minho no se percató de nada. Estaba demasiado ocupado persiguiendo a la cucaracha por el baño. El insecto se movía deprisa y cada vez que el trataba de aplastarlo, escapaba. Era una situación ridícula y extraña, Key no pudo contener la risa.
-No sabia que bailaras tan bien el tap.
-¿que?
- un implacable hombre de negocios y un gran bailarín.
Minho lo miró un instante. La luz era tenue, pero le permitió ver el brillo de picardía que albergaba su mirada. Al ver su sonrisa, se percató de que la situación debía de ser verdaderamente cómica. Minho, persiguiendo una cucaracha en un baño mientras su secretaria lo observaba en un baño mientras su secretaria lo observaba cubierta con una toalla.
Era una situación tan absurda, y al instante, ambos comenzaron a reír.
Rieron sin parar hasta que ambos no pudieron más. La situación no era tan graciosa, pero la risa era producto de la tensión acumulada durante el dia.
-Creo que lo necesitaba.
-y la cucaracha se ha escapado. - dijo Minho, mirando a su alrededor y provocando que Key se volviera a reír.
Se sentía un poco extraño. No recordaba la última vez que se había reído de esa manera tan descontrolada. Normalmente, la idea de perder el control hacia que se sintiera incómodo, pero al mirar a Key no pensó en el miedo a perder el control, sino en su rostro, que seguia iluminado por la risa. Y en su cuerpo cubierto por una toalla que no dejaba de desatarse. Tenía que escapar.
-ya puedes ducharte.
-si, gracias.
-grita si me necesitas.
Key no volvería a gritar, pero si lo necesitaba.
Quería que volviera a ser el jefe engreído y desagradable. Necesitaba que dejara de sonreír de esa manera, que se pusiera el traje otra vez y que permitiera que se olvidara de su maravilloso cuerpo. Key estaba deseando darse una ducha, pero se dio cuenta de que en lugar de pensar en lo maravilloso que era estar bajo ella, solo podía pensar en Minho y en su manera de reir.
...
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