Key echó un último vistazo a su despacho. No, no era suyo. Sólo había sido suyo de forma temporal, como todo lo demás en su vida. Había tenido un trabajo temporal, una relación temporal en una isla, y se marchaba de viaje de forma temporal.

Cuando regresara, conseguiría algo permanente. No soportaba la idea de alejarse de Minho, pero tampoco podía quedarse a su lado. Era mejor enfrentarse a la realidad. Él amaba a Minho, pero él nunca podría hacerlo feliz. Key necesitaba amar a alguien que lo amara también, y ese alguien no era Minho. Durante el último mes él se había comportado de manera distante y sus conversaciones se habían limitado al trabajo. Él había contratado a una secretaria nueva, una mujer eficiente que se llamaba Zussy y que tenía mucha experiencia, y por tanto, no lo echaría de menos. Enfrentarse a la realidad era doloroso.

-Vamos, Key, te estamos esperando. - dijo Onew, del departamento de RR.HH - No puedes llegar tarde a tu fiesta de despedida.

-Nunca me habían hecho una fiesta cuando terminaba un trabajo temporal. - Dijo Key, mientras se encaminaba a una de las salas de conferencias - sólo he trabajado aquí unos meses.

-Parece más tiempo - dijo Onew te echaremos de menos, pero debes prometerme que mañana en la fiesta de despedida de tu casa, debes presentarme a ese hermoso compañero que tienes.

-Eso haré no molestes.

-¿Dónde está el jefe? No podemos
empezar la fiesta hasta que diga unas palabras.

-No podemos empezar la fiesta hasta que él se ha ido - dijo alguien más - No es un hombre muy divertido ¿no creen? - Key sintió deseos de decirles que, en realidad, no lo conocían, pero no quería despertar más interés respecto a su relación con Minho.

-Ya está aquí. - Oyó que decía otra persona.

Se volvió hacía la puerta y, al verlo, le dio un vuelco al corazón. Durante un instante, se miraron a los ojos, y después, él se volvió para escuchar lo que le decía el director de RR.HH.
Asintió y se dirigió hacia la tarima que había en el fondo de la sala.

Key también se encaminó hacía allí. Sabía qué esperar. Había estado en más de una despedida y era consciente de que también tendría que decir unas palabras. No le quedaba más remedio que esperar y confiar en que todo terminara lo antes posible.

Lo único que temía es no poder despedirse de Minho una vez que termine el discurso. El director de RR.HH le daba la bienvenida a todos, y luego presentó a Minho, para que comenzará con su discurso. Minho miro a los asistentes. Sabía que estaban esperando el clásico discurso.

Él lo tenía preparado pero, de pronto, se dio cuenta de que no podía hacerlo. No podía dedicarle unas palabras insulsas a Key. No podía fingir que Key era como todos los demás, cuando su corazón sabía lo que Key significaba en realidad.

-Todos sabemos que, aunque Kibum no haya estado mucho tiempo entre nosotros, se ha convertido en parte de la empresa - comenzó a decir despacio - Ha sido un buen compañero y estoy seguro de que van a echarlo de menos. Pero no lo harán de la misma manera que yo. Cuando esta noche, Kibum salga por la puerta, será como su hubieran apagado una luz en mi vida. - Se hizo un silencio y la gente se miró como para asegurarse de que no habían oído mal.- Me he acostumbrado a su sonrisa, y a su manera de respirar cuando algo le molesta - Minho no podía creer lo que estaba diciendo, pero no podía dejar de hablar - Echaré de menos su risa cuando habla por teléfono, y el olor de su perfume. Echaré de menos la manera en que se detiene mi corazón cuando él entra en mi despacho, y cómo el día parece más luminoso cuando él está aquí.

La habitación estaba completamente en silencio, pero Minho se había olvidado de los demás. Sólo podía fijarse en Key, que lo miraba asombrado con sus increíbles ojos. Se percató de que una vez había empezado a hablar, no era tan difícil. Lo único que tenía que hacer era decirle todo lo que había sentido desde que habían regresado de Grecia.

-Lo siento si te estoy avergonzando, si te sirve de algo, sé que estoy quedando como un idiota, pero no puedo dejarte marchar sin decirte lo que siento por ti. He intentado no necesitarte. He tratado de convencerme de que me acostumbraré a estar sin ti, pero es demasiado tarde. Si no estás aquí, nada parece lo mismo. Y cuando me imagino mi vida sin ti, sólo veo un vacío que tendré que atravesar de algún modo. Te quiero. Ya está. ¡Ya lo he dicho! no quería enamorarme de ti y he intentado convencerme de que lo que sucedió en Grecia sólo fue una aventura temporal. Pensaba que lo que siento por ti se desvanecería pero, Kibum, creo que eso no va a ocurrir. Creo que voy a pasar el resto de mi vida echándote de menos. No iba a decirte nada. Pensé que sería vergonzoso para los dos, ¡y lo ha sido! Pero una vez me dijiste que había que estar preparado para fracasar, y supongo que eso es lo que estoy haciendo ahora. No quiero que te vayas sin decirte lo que has hecho por mi. Has cambiado mi vida. No te comprendía cuando me decías que estabas buscando a alguien que te hiciera sentir completo, pero ahora te comprendo. Has hecho que me dé cuenta de que sin tu calor, sin tu risa, sin ti, nunca estaré bien. Pensé que sabía qué era lo que quería, pero la verdad es que me he dado cuenta de que estar contigo es lo único que hace que mi vida merezca la pena - al ver que Key tenía los ojos llenos de lagrimas, se horrorizó .- No te preocupes. No espero que digas nada, sé que tienes planes, y espero que lo pases de maravilla. Mereces ser feliz. Sólo quería... sólo quería darte las gracias. Por lo que has sido, y por lo que has hecho. Nunca te olvidaré.

Nadie se movió. Todos estaban esperando a ver qué pasaba.

Key abrió la boca, pero no fue capaz de pronunciar palabra.

-En cualquier caso, creo que tenemos un regalo para ti. - agarro lo que había en la mesa y lo sujetó con las manos. Key dio un paso adelante.

-No quiero un regalo - dijo Key con voz temblorosa - Acabas de darme todo lo que necesitaba.

Parte del publicó suspiró. ¿Qué era esa sonrisa que había en sus labios? Al ver el brillo de sus ojos, Minho comenzó a tener esperanzas. El director de RR.HH aclaró la garganta y dijo.

-Creo que quizá el señor Choi preferiría despedirse de Kibum a solas. El resto podemos continuar la fiesta en el pub.

La gente comenzó a marcharse con desgana. Minho y Key permanecieron en la tarima mirándose, como si no hubiera nadie más en la habitación. Cuando se cerró la puerta, ninguno de los dos se movió.

-Lo siento - dijo Minho - ¿has pasado mucha vergüenza?

-Mucha. Pero ha sido precioso.

-¿Tenías pensado decir todo eso?

-Tenía preparado un discurso completamente diferente, pero me di cuenta de que no podía decirlo. No podía despedirme de ti sin más. Simplemente no puedo despedirme de ti.

-Entonces no lo hagas, no me digas adiós.

-Key... ¿eso significa que te quedarás?

-Lo haré si tu quieres que me quede.

-¡No tienes idea de cuánto lo deseo! Estoy enamorado de ti. Has vuelto mi vida patas arriba, y eres el único que puede hacer que vuelva a la normalidad.

-Soy una persona corriente.

-No, eres lo mejor que puedo tener en mi vida. Key ¿Quieres casarte conmigo?

-Si. - dijo Key al ver la mirada de Minho, sintió que se le encogía el corazón.

-¿Y dónde te gustaría ir de luna de miel?

-¡Ya hemos estado de luna de miel!

-Iremos otra vez - dijo Minho - Me encargaré de todo. Resulta que conozco el lugar perfecto.

Y sellaron ese momento con un caluroso beso.

FIN.