4 ~ Intenciones~

Dedicada a: Aguirreeva2021

~ Las mentiras revelan las intenciones ~

Gaby no podía creer lo sínico y sin vergüenza que era Ismael, primero se molestó porque su mamá llamo a su "amiguita", mujerzuela, y después se atrevió a decir que no significo nada para él. Eso sí que ere ser un descarado, doble cara.

En ese momento mientras salía de la casa, no sabía si reírse del cinismo de Ismael, o alegrarse porque al menos se dio cuenta del engaño antes de la boda. Iba a ser vergonzoso decirles a todos que ya no habría boda, pero era mejor lidiar y seguir siendo soltera a ser divorciada. Siendo sincera, no le dolía el hecho de que no se fuera a llevar a cabo la boda, después de todo, parecía más la boda de su mamá y futura suegra; que la suya. Lo que si le dolía era cancelar el viaje que con tanto esmero y dedicación planeó por semanas, para tener una inolvidable luna de miel.

−¿Quieres que maneje? –preguntó Mariana sacándola de sus pensamientos mientras se dirigía al carro.

−No hace falta, yo puedo hacerlo.

−¿Estas segura?

−Si, mamá.

Gaby al llegar al coche y ver la caja con las invitaciones en el asiento de atrás, las cuales con tanto anhelo abrió una hora antes; ahora molesta las tomo y se regresó a la casa de Ismael.

Él al verla regresar, sonrió al pensar que iba a tener una oportunidad para disculparse con ella, y para convencerla para que lo perdonara.

−Gaby, amor, que bueno que. −No terminó su frase porque ella le hizo una señal para que guardara silencio.

−Pensé que regresaste para. −Ella nuevamente lo interrumpió, viendo como se le borraba la sonrisa de tonto para ser remplazada por una mueca.

−No Ismael, sólo vine dejarte esto. No creo que tengas problema en deshacerse de ellas, puedes tirarlas, tal como lo hiciste con mi amor. –dijo arrojándole la caja a los pies, para después regresar a su carro sin importarle que estuviera llamándola o pidiéndole que no se marchara.

−Ahora si nos podemos ir. –mencionó Gaby al subirse al coche, ignorando a un Ismael molesto, parado enfrente del coche.

Gabriela sin pensarlo, puso el carro en reversa y se alejó; dejándolo molesto a media calle.

−¿Estas bien, hija? −preguntó Marina después de que su hija manejó en silencio por más de diez minutos.

−Si mamá.

−Hija, lo que paso.

−No quiero hablar de eso. No ahora, lo que sí quiero es agradecerte por haberme dado tu apoyo.

−Eres mi hija, quiero lo mejor para ti y no iba a permitir que pusieran entre dicho la enseñanza que te he dado.

"Claro, era eso; no el hecho de que me era infiel" −pensó con pesar.

Al llegar al departamento y entrar a su recamara, Gaby al ver cada uno de los regalos que le había dado Ismael, sin pensarlo dos veces, tomo cada uno de ellos y los comenzó a aventar a la cama. Cuando termino de colocar todos los libros, las decoraciones, los suéteres que le regalaba cada invierno, la bolsa de marca que le regalo en su cumpleaños, y todas las fotos que tenia de ellos; fue por una bolsa de basura. Con tristeza coloco dentro de la bolsa, cada uno de los artículos, algunos de ellos le daban un poco más de trabajo ponerlos dentro; en especial la hermosa bolsa.

También puso cada uno de los recortes o imágenes de ideas para su boda, que fue guardando cuando comenzó a planearla; claro, eso fue antes de su mamá y su exsuegra decidieran hacer todo al gusto de ellas. Algo que en el fondo nunca le agrado, pero por evitar problemas, prefirió dejar que ambas mujeres hicieran lo que mejor les pareciera. Ahora que toda ese labor y esfuerzo se iban a la basura, se alegraba de que ella no había desperdiciado su tiempo en eso.

Lo que Gaby no pudo poner en la bolsa de basura, fue la información de su viaje de bodas y todas las notas que tenia de los lugares que quería visitar; nadie sabía a ciencia cierta que destino escogió ella y prefería que seguirá siendo así. Por esa razón, esa información la puso en su bolso de mano, con la intención de dársela a guardar a Oly. Después de haber planeado minuciosamente ese viaje, no estaba lista para cancelarlo, mucho menos para perder el dinero que pago por él.

Cuando volteo a su alrededor y no vio nada que le recordara a Ismael, amarro la bolsa con varios nudos, y sólo hasta entonces se permitió llorar en silencio, llorar por lo ya no seria, y llorar por lo creyó que era. Sentada en el piso a un lado de la bolsa, comenzó a recordar todos los momentos felices, le dio pesar deshacerse de algunas de las cosas que estaban dentro de la bolsa. Después al pensar que había sido una tonta e ilusa, recapacito; si Ismael no le importo tirar a la borda su amor, tampoco debería de importarle a ella el valor sentimental que le tenía a algunos de los artículos que estaban dentro de la bolsa.

Al principio pensó en ir a poner la bolsa en el contenedor de basura que había en los apartamentos; pero después decidió llevarla a un centro de donación.

−¿Vas a salir? −preguntó Marina al verla salir de su recamara con su bolso colgado y con la bolsa de basura.

−Si, quede de verme con Oly para tomar un café y ver alguna película.

− ¿Y esa bolsa?

−Cosas.

− ¿Qué es?

−Son cosas que no necesito y voy a donar. −mencionó saliendo, sin darle tiempo a su mamá a que le hiciera más preguntas.

−Después de donar las cosas, paso por su amiga y se fueron, no se quiso quedar en la casa de ella porque no quería ponerse a llorar como una magdalena; sólo necesitar hablar y sacar todo lo que sentía en ese momento.

Al regresar a casa, su mamá la estaba esperando.

−Gaby, no me digas que lo que llevabas en la bolsa eran todas las cosas que te dio Ismael.

−Si mamá, eso era.

− ¿También donaste la bolsa?

−Si mamá.

−Hija, a mí me gustaba mucho esa bolsa; me la hubieras regalado a mí.

−No pensé que quisieras tener algo que me dio el infe... iel de Ismael.

−Es una bolsa hermosa.

−Olvídate de ella, ya no está.

−No debiste de haber hecho eso, no es bueno tomar decisiones cuando uno está enojado.

−No estoy enojada, simplemente no quiero tener nada de él.

−Hija, entiendo que estes molesta; yo también lo estaría en tu lugar. Tienes que darle un buen escarmiento a Ismael, hazlo sufrir para que no se le haga fácil volver hacerlo; ignóralo por varios días.

−No mamá. No tengo interés en darle ningún escarmiento a nadie; las malas decisiones que él tomé, lo que haga, o deje se hacer son cosa suya.

−Está bien hija, sólo te pido que tomes las cosas con calma. No debemos de ser tan duras para juzgar; después de todo Ismael es un buen muchacho, que se dejó llevar por el deseo carnal. No digo que este bien, pero el hombre debe de tener experiencia para saber complacer a su esposa.

−¡Mamá! −dijo sorprendida porque era extraño escucharla hablar de ese tema.

−No es justo que canceles la boda por una muchacha que no vale la pena. Samuel me dijo que dieron el depósito de un terreno y una casa prefabricada que les van a dar de regalo de bodas. Lo mejor de todo, es que hay espacio para que yo pueda tener una casita pequeña ahí también.

Gaby la escuchaba y no podía creerlo.

−¿Cuándo hablaste con ellos?

−Vinieron cuando tú no estabas..., Ismael también vino en dos ocasiones y te trajo ese ramo de flores. −dijo señalando el arreglo, el cual vio con cara de enfado.

−Vas a tener tu propio espacio y tus propias cosas, pero vamos a seguir juntas. La idea es que vivan en esa casita en lo que construyen la casa de sus sueños, una casa en la que crecerán mis nietos. ¿No dices nada? −preguntó Marina emocionada, al ver a Gaby sin el menor interés.

−Es el colmo que sigan hablando de la boda a pesar de que saben que me fue infiel. –expresó Gaby, más que molesta.

−Hija, no apruebo lo que hizo Ismael, pero es mejor que haya tenido un desliz ahorita, y no ya de casados. Después de todo, casi todos los hombres lo tienen en algún momento de su vida. Lo importante es que es buen muchacho, viene de una buena familia y que no te va a faltar nada a su lado.

−Mami −dijo Gaby, cuidando sus palabras, −yo mejor que nadie se lo mucho que has trabajado..., te prometo, que voy a seguir trabajando duro para darte todo lo que te mereces y más. Vamos a poder comprar lo que queramos y a poder viajar... podemos ahorrar dinero para el depósito de una casita. –comentó Gaby, tratando de conversarla mientras pensaba que fue de no fue correcto lo que los padres de Ismael hicieron.

−No tienes que decidirlo ahorita, tan solo promete que los vas a pensar.

−No creo que vaya a cambiar de parecer, pero lo voy a pensar. −dijo Gaby para dejarla tranquila y dar por terminado el tema, tratando de no mostrar su enfado.

Por petición de Marina, Gaby aceptó hablar con Ismael, o mejor dicho escuchar las excusas absurdas que posiblemente le diría. No tenía el menor interés en hacerlo, para ella todo estaba más que claro, pero al parecer para él y su familia no. Por esa razón, ese día decidió ir a buscarlo al trabajo. Era cociente de que iba a ser una pérdida de tiempo, porque ella tenía claro que no iba a continuar con los planes de boda ni a regresar con él.

Esperaba tener una aburrida y posiblemente acalorada conversación con él, lo que nunca espero fue verlo salir del brazo y muy cariñoso de la misma mujer, la supuesta amiga. Se quedó en donde estaba y decidió sacar su celular para tomarle unas cuantas fotos de ellos besándose y subiendo al coche de él.

Gaby no entendía porque si Ismael estaba tan feliz con esa joven, porque continuaba yendo a buscarla y, sobre todo, porque insistía en continuar con la boda. Al verlo irse sonriendo con esa joven, no pudo evitar sentirse molesta; al sentirse usada. No recordaba haberlo visto tan feliz a su lado como lo estaba con esa joven, ¿entonces por qué no la dejaba en paz a ella y para que ilusionaban a su mamá?

Sólo por no dejar, Gaby le marco a Ismael; tal como imagino, no le contesto y se fue a buzón de voz. No era que tuviera ganas de hablar con él, únicamente lo hizo para poder demostrarle a su mamá que ella intento hablar con él cómo se lo prometió.

Para cuando Ismael le regreso la llamada a Gaby, ya era noche y no tenia deseos de hablar, ni de escuchar sus mentiras; por lo tanto, decidió apagar su celular después de recibir una segunda llamada. Al día siguiente cuando prendió el celular, escucho el mensaje de voz en donde le decía que había trabajado horas extras.

Por la tarde, poco después de que Gaby llego del trabajo, Ismael apareció en su puerta, con un ramo de flores para ella y varios pastelitos de una prestigiosa pastelería. No se mostró efusivo ni cariñoso con ella, pero si fue muy atento y cortes con Marina. Gaby se negó a probar alguno de los pastelitos, con la excusa de que el dolía el estómago; sin embargo, no pudo negarse acompañarlos en la mesa a tomar un té y a escucharlos hablar sobre cosas triviales o sobre la boda.

Poco después Marina se disculpó y los dejo solos para irse a su clase de estudio bíblico.

−¿Hasta cuándo piensas, continuar ignorándome? −preguntó Ismael molesto.


GRACIAS POR LEER

Espero que les guste y me digan que opinan.

Feliz Cumpleaños Rosie2530

Los quiero,

Lynn Baez

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top