Capítulo 9
Helena
- ¿Qué haces aquí? Pensé que no vendrías hasta... Después de las doce, ¿Cuánto tiempo suelen durar las citas? - le pregunta mamá a papá. Él deja de escribir en su computadora y me mira pensativo.
- Depende que tan bien le fue en la cita. Aunque no siento el olor del bicho en ella - menciona y yo gruño ante ese apodo.
- Papá, no le digas así. Y mamá... Vine porque no sé como actuar y tengo miedo de que todo salga mal - admito sentándome a su lado, parece algo perdida por unos segundos que se me hacen eternos.
- Viniste por un consejo de tu madre, supongo que es normal - murmura y se aclara la garganta -. Pero realmente no hay una manera correcta de actuar en una cita, simplemente se tu misma... Te aseguro, esta garantizado, que te va a querer de todos modos. Después de todo ya son pareja - me dice bebiendo el liquido que esta dentro de su copa.
- No me agrada la idea de gustarle a alguien solo porque nuestra diosa luna nos emparejo. Quiero gustarle de verdad y no porque nuestro instinto animal dice que estemos juntos - me explico un poco.
- Cariño, nuestra Diosa solo nos empareja con la persona que ella cree correcta para uno. Esta en ti aceptarlo o rechazarlo, por ahora puedes elegir... A menos que bueno, hayas completado el proceso - murmura lo último y yo me pongo roja al entender a lo que se refiere.
- Estoy tranquilo porque se sonrojo de manera tímida, significa que no lo ha completado - dice mi padre y eso solo causa que mi sonrojo aumente.
- Papá, no sigas... En serio - le digo mirandolo mal. Él sonríe como si se tratara de un reto y cuando esta por decir algo mamá lo interrumpe.
- Damon.
Mi padre la mira y parecen pelearse a través de aquella conexión extraña y a la vez magnífica que poseían.
Termino por darme por vencida cuando veo en ambos el puro deseo... Supongo que es lo único malo de tener padres mitad o completamente lobos, siempre quieren hacerlo. Y debido a que conozco muy bien a mis dos padres, decido dejarlos a solas antes de que lo hagan conmigo allí dentro.
- Yo... Olvidenlo, nisiquiera me escuchan - murmuró y me levanto dispuesta a irme.
Una vez fuera de aquella habitación y cerrando la puerta puedo escuchar a la perfección como se abalanzan encima del otro. Huelo la excitación, el deseo, el amor que hay literalmente en el aire... Y no es nada incómodo, es lindo saber que después de tanto tiempo ellos se desean y quieren como si fuera el primer día.
¿Cómo se habrán conocido? Me pregunto de camino a la salida. Mamá no suele hablar mucho de eso, suele decir que lo mejor es estar enfocada en el presente y es por eso que se muy poco del como mis padres se conocieron.
¿Se habrán amado desde la primera vez? ¿Quién dio el primer pasó? ¿Papá habrá sido igual de celoso siempre...?
- Habla Helena... Sí, necesito el jet para ir a un lugar. El Alpha esta algo ocupado ahora y dudo que te conteste el teléfono - le digo al mano derecha de mi padre.
Debido a que conoce a la perfección a mi querido papá, no duda en hacer lo que le digo.
(...)
Estaba lista, al menos físicamente, porque mentalmente aún no estaba preparada para lo que se venía.
Santiago y yo... ¿Nuestra relación era posible?
- Habrá que averiguarlo - comenta el recién nombrado y me doy la vuelta un tanto sorprendida.
- No sentí tu aroma.
- Suelo esconderme siempre... Así que se me hizo costumbre ocultar mi aroma - me cuenta y eso me sorprende aún más, ¿Él me estaba contando algo de su vida? Eso era extraño, pero se sentía genial.
- Me gusta tu olor... No es necesario que lo ocultes. No conmigo - me sonrojo ante mis palabras. Me sentía una tonta diciendo cosas como esas y mi corazón se aceleraba de una manera molesta.
- Eres tierna.
Sus ojos me analizan y se acerca más a mí. Cierra un segundo sus ojos y cuando los abre, su aroma llega a mi nariz.
Él huele genial.
- Esta es mi primera cita - confieso ante no saber que decir.
- Es la primera cita a la que asisto porque así lo quiero y no por obligación - sus palabras me dejan sin habla y con unas ganas inmensas de besarlo ahora mismo.
- Es agradable saber eso. ¿Y a dónde piensas llevarme? - le pregunto, nuestro punto de encuentro había sido en pleno centro de la ciudad y teníamos algunos restaurantes cercanos muy bonitos.
- No lo sé. Me gusta improvisar... ¿Qué tienes ganas de hacer? - me pregunta colocándose a mi lado y juntos empezamos a caminar sin dirección.
- Me da igual mientras este contigo - digo sin pensarmelo dos veces. ¿Qué me está pasando? ¡Deja de decir cosas que suenan tan cursi! -. ¡Tengo hambre! Y ese restaurante se ve de lo más genial - digo apuntando uno de los muchos que hay, la vergüenza no cabe dentro de mi cuerpo e intento adelantarme para no verlo a la cara.
- Hey.
Me tenso al sentir los brazos de Santiago al rededor de mi cintura, su mentón descansa en mi hombro derecho y esta demasiado cerca para mi propio bien... Oh dios, en serio, este chico huele genial.
- No te avergüences por ser sincera con lo que quieres y sientes. Es un alivio que aún haya alguien que se muestre tal cual es... Y no te lo dije antes pero te ves hermosa y también hueles genial - lo último logra erizarme la piel y acelerar, más de lo normal, mi corazón.
Me siento atacada.
- Deja de decir cosas bonitas... Me ponen incómoda - miento, en realidad me gustaba todo lo que me decía, pero odiaba la idea de pasar sonrojada toda la cita.
- Dile eso a tus mejillas - me aprieta mis dos cachetes mientras se ríe de mi cara enojada. Le pego un manotazo a sus manos y le empujo un poco.
- ¡Santiago! - me quejo pero no puedo evitar sonreír al ver su hermosa sonrisa.
- Algo me dice que la vamos a pasar bien esta noche - comenta y me agarra la mano -. Hace frío, ¿Verdad? - pregunta.
- Mucho frío - respondo.
Él vuelve a reír y aprieta un poco más mi mano:- Pensé que los vampiros no sentían el frío o calor. Viví engañado toda mi vida... Y es una larga vida.
Muerda, digo mierda, me atrapó mintiendo.
- Nunca te pregunte cuantos años tienes. Mira eso... Parece que tendremos que hacer fila - mención viendo la cantidad de gente que espera para entrar.
- No es problema para mí - murmura mientras me conduce hasta la entrada y el guardia nos detiene.
- ¿Tiene reserva, señor? - pregunta mientras nos observa con detenimiento.
- Hay lugar de más... Y no me gusta esperar, ¿Cuanto por una mesa? - le pregunta directamente.
- Sin reserva no hay nada.
Sonrío al ver que Santiago se contiene de usar su magia en público. Toso para llamar la atención de ambos y le sonrío al sujeto:- Tenemos reserva... Fíjese bien, esta nuestros nombres ahí - él deja de mirarme a los ojos y mira de reojo su libro, nos sonríe y nos abre paso.
- Disculpe. Disfruten su cena - la puerta se abre y ambos entramos. Al instante se nos acercan dos chicas con uniforme y acento... ¿Alemán?
- Vengan conmigo, por favor. Les mostraré su mesa de hoy - nos dice mientras da media vuelta y camina.
Sé que todo va a salir bien, tiene que salir bien... Porque de lo contrario no se que voy a hacer si sale mal.
₪₪₪₪
· Nota de Autora:
No se supone que haya actualización, pero es mi cumple ( 19/11 ) y quería celebrarlo de alguna forma. Así que espero que les haya gustado un capítulo que aunque fue muy corto, lo hice con amor.
De regalo quiero que voten y comenten mucho 💜
Besos y abrazos.
- RadianteUnicornio.
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