Capítulo 8
Helena
Abrí los ojos e intente adaptarme lo más rápido posible a la luz del sol. Odio el sol... Mire la ventana y al verla abierta recordé lo que había pasado anoche.
Abro grandes los ojos al recordar que no estaba en mi cama, mucho menos en mi casa, estaba donde Santiago... Y ahora que soy consciente de eso puedo ver que un brazo rodea mi cintura y automáticamente me vuelvo roja.
Me quito su brazo de encima y debido a que lo muevo un poco, también pude sentir su relajada respiración en mi cuello y aquello me causaba cosquillas... Pero se sentía increíblemente bien sabiendo que venía de él.
Y eso me daba un poco de miedo. ¿Qué pasa si me termino acostumbrando a esto y él un día solo decide irse...? Me destruiría.
- No pienses en eso - me dice mi loba -. No debes temer... No se irá a ningún lado, créeme. Te quiere tanto que tiene miedo de explotar, él también tiene miedo y es normal - me dice haciendo que me sorprenda.
Hoy es nuestra cita. Tampoco tengo idea como vaya a terminar... ¡Ni que ponerme! Carajo siempre dejando todo para última hora.
Con cuidado me salgo de la cama. Le veo unos segundos más dormir y luego salgo por la ventana... Tengo que ir de compras a algún lugar cercano porque no tengo tiempo de ir a casa y pensandolo bien, hoy tengo escuela.
Miro la hora en mi celular y prácticamente ya había perdido las clases del día de hoy. Supongo que hoy no iré... Termino mandandole un mensaje a Lea para no preocuparla y luego llamo a mamá.
- ¡Mamita querida! - digo apenas me contesta la llamada. Escucho un par de murmullos al otro lado, así que seguramente estaba con mi papá.
- ¿Qué quieres de mí, hijita? - me pregunta con el mismo tono.
- Mi tarjeta... ¿Puedo usarla? - pregunto y espero que me diga que sí.
- La ultima vez que te la di... Creo que compraste dos autos y gastaste un poco más de diez mil dolares en ropa - me recuerda.
- Era mi cumpleaños y eso paso hace mucho - me quejo porque siempre me decía lo mismo. Mientras espero su respuesta le pido a los guardias que me abran, lo hacen sin dudar y agradezco eso -. Además no gaste esa cantidad, exageras como siempre, mamá.
- ¿Para qué la quieres?
- Ropa. Tengo una cita con Santiago y no tengo tiempo de ir a casa, tampoco tengo efectivo ahora que reviso mis bolsillos, tengo solo la tarjeta. Pensé en comprar algo en una tienda y ya... Además de que quiero pasear un rato por la ciudad. ¿Entonces? - le pregunto y me dispongo a pedir un taxi. Pero al ser una zona exclusiva, no pasa ninguno por lo que tengo que usar mi velocidad sobrenatural para salir de esta zona.
- ¿Escuchaste eso? Me debes diez mil euros, lobito - escucho que dice y me confundo, hasta que soy capaz de entender todo y no me sorprende -. Amor, me hiciste ganar una apuesta... La tarjeta es toda tuya. Pero ya sabes que no me gusta que faltes a clases, por hoy te lo paso - me asegura para luego cortarme de golpe.
- Bueno, gracias... - digo aunque se que no escucho. Supongo que papá la tiene distraída.
(...)
Caminar entre humanos era un poquito extraño... Por el simple hecho que me daba hambre pasar al lado de uno. También porque era divertido imaginar la reacción de los humanos al saber que un vampiro camina entre ellos en plena luz del día... ¿Se imagina el pánico que habría?
- ¡Fíjate!
- Perdón, culpa mía - digo al chocar por accidente con una humana y mandarla al suelo -. Ven, te ayudo - digo ofreciendo mi mano, pero ella la ignora y se levanta.
- Ten más cuidado la próxima vez, imbécil - me insulta y parece querer decirme más cosas, pero termina colocándose su capucha.
¿Me dijo... Imbécil?
- Al menos no tanto como para acostarme con mi hermano - suelto al sentir esos olores extraños provenientes de ella: La culpa, el olor a sexo reciente, su mal humor y aquel aroma extraño que aunque no lo identificó, se que proviene de un integrante de su familia y debido a eso su hermano me viene a la cabeza. Todos esos olores son recientes... Vaya que mi olfato es de lo más genial, amo tener ese poder de saber cosas a partir de solo olores.
- ¿Qué has dicho? - su cara se pone pálida, su pose de chica mala se cae y solo me deja ver a alguien muerta de miedo -. Es mentira, estas diciendo idioteces - en vano intenta recuperar su falsa confianza.
- Si tú lo dices... Sabes que es verdad y aunque no te creas, ya algunos saben sobre lo que haces con tu hermano a escondidas, yo que tú no me confiaria tanto - le guiño un ojo y sigo mi camino. Lo último que dije era mentira, en realidad no tenia idea de si alguien más sabía su sucio secreto, pero me daba igual... Simplemente quería molestarla y parece que lo logre, su cabeza es un lío en este momento.
- ¡Espera! - me detiene y se planta en frente -. ¿Quién eres...? No se supone que debas saber eso - asegura.
- No te importa quién soy. Desaparece y déjame en paz, ahora - ordeno mirandola fijamente. Ella se queda de piedra y simplemente se da media vuelta siguiendo su camino.
- ¿Por qué hiciste eso? - miro a mi lado sorprendida de escuchar su voz.
- Fue grosera conmigo, quise molestarla un poco... ¿Y tú qué? - le pregunto comenzando a caminar.
- Mi novio esta viendo en una tienda ropa. Pero me aburrí y salí un rato, me sorprendió ver como reveladas el secreto de esa chica... - me cuenta y mira a la mujer que ya esta algo lejos de aquí.
- Pensé que estarías en la escuela. Dejamos a Lea sola hoy... Le diré que se consiga un novio humano - bromeó.
- No debiste hacerlo.
- No lo haré. Se muy bien que no me haría caso tampoco y Lea es muy jodida a la hora de elegir un chico - sonrío, pero mi amigo sigue serio.
- No me refiero a eso. Esa chica... No debiste hacerle recordar eso.
- ¿Qué se acostó con su hermano? En realidad, no lo pensé mucho, pero me insulto y dije lo primero que descubrí en ella.
- No se acostó con él porque así lo quiso... Fue violada, Lena. Y siente culpa porque le gusto y no quiere aceptarlo, no lo hará tampoco.
- ¿Por qué no me detuviste entonces? - le pregunto mirando a la nada.
- Porque gracias a eso... Ella morirá hoy en un par de horas, será atropellada por un auto y morira de camino al hospital. Si no hubieras aparecido en su vida... Su muerte abría sido en brazos del idiota de su hermano quien la viola por última vez antes de matarla - veo a Oliver y luce perdido, ser un ángel no siempre es tan bueno, el lo sabe todo, incluso cuando va a morir la gente a su alrededor... También puede saber los motivos y cuando el destino de alguien cambia de rumbo, como lo que acaba de pasar por ejemplo.
- Yo cambie su futuro.
- Le diste una mejor muerte. Siéntete bien - me da palmadas en la espalda y vuelve a su buen humor de siempre -. Ahora dime que piensas llevar a esa cita, estoy curioso por verte llegar en un vestido impactante color rojo - usa su magia para que yo me vea a mi misma en un vestido algo corto de color rojo sangre.
- Pensaba usar unos pantalones y un top negro, simple y lindo. Siempre buscas ponerme un vestido y no se la razón - hago que su ilusión se borre y vuelvo a verme con mi ropa.
- Es que la ultima vez que te vi con uno... Fue cuando cumpliste diez años. Obligada lo usaste porque tu abuela te lo había regalado, pero te quedaba hermoso - admite.
- No me hagas recordar a mi abuela... Hace mucho que no la veo, hago todo lo posible para no verla en las fiestas y menos a mis tíos. Aún no olvidó como pase avergüenza cuando uno de ellos, estando frente al chico que me gustaba, vomito en mi vestido manchando mis piernas y zapatos... Me da asco recordarlo - mencionó y alejo esos recuerdos de mí.
- Así que eso era... Te da miedo que pase lo mismo.
- No, tonto. Ahora deja de hablar y ve con tu novio, siento que me esta mirando desde hace unos largos minutos... Lo digo en serio, Oliver - muevo la cabeza en dirección de su novio y Oliver hace lo mismo, este al ver que lo hemos atrapado mirandonos se hace el tonto y da media vuelta para luego desaparecer -. ¿Él es el pasivo, cierto? - le pregunto y veo a mi amigo ponerse rojo.
- Llevas preguntandome eso desde que te dije que me iban los chicos. No pienso decirtelo, me niego - se cruza de brazos y pone cara de niño enojado.
- No importa... Ya sé que eres tú - digo para luego salir corriendo. De reojo lo veo sonreír con sus mejillas rojas de la vergüenza.
Ay... Lo quiero tanto.
Una vez que estoy lo suficientemente lejos de esos dos, me fijo en las tiendas, hay ropa tan bonita que no tengo idea que comprar... Así que termino comprando todo y ya. Después de todo una princesa debe vestirse con lo mejor y para mi suerte yo lo soy.
- ¿Lea... Me escuchas? - pregunto esperando que me conteste. La llamada se corta por ratos y luego parece arreglarse.
- Sí, aquí estoy. Es solo que no hay buena señal adentro... ¿Pasó algo que deba saber? - pregunta curiosa.
- Tu casa me queda cerca. ¿Crees que pueda ir y dejar un par de bolsas? Compre de más - admito.
- No me sorprende, siempre haces lo mismo y terminas regalandome un poco de tu ropa... Adelante, ve a mi casa, mi hermano debe estar allí. Solo ignoralo que yo llego en unos minutos - me dice y luego de pasarme su dirección cuelga.
(...)
- ¿Cuánto costó? - pregunta Lea mientras revisa todas las bolsas de ropa.
- No lo sé. Yo solo compre... Pero debe estar en el ticket de compra los precios de cada cosa que compre - mencione acostandome en su suave cama.
- Tres mil dólares un bolso - hace una mueca de sorpresa mientras acaricia la cartera Louis Vuitton.
- Tiene brillos dorados y rosas, simplemente no pude evitar comprarlo - sonrío.
- Con esto puedo pagar mis gastos de tres meses. Bueno... Exagero un poco pero es demasiado para un bolso, Lena - me dice mientras lo guarda.
- Bueno, piensa que me aburro rápido de las cosas, posiblemente te lo termine dando - le guiño un ojo. Ella me sonríe pero se muy bien que sigue pensando igual.
- Sigue siendo caro.
Les dije... Pero al menos ya se veía más animada.
- ¿Me ayudas a elegir que ponerme? Nunca fui a una cita y realmente quiero que todo salga bien - confieso mirando cada prenda que Lea se encuentra doblando.
- Pues... Aún hace algo de frío.
- Lea, sabes que el clima da igual.
- Cierto, pero no vas a estar con vestido mientras que las demás personas llevan pantalones por el frío.
- Buen punto. ¿Qué tienes en mente? - pregunto curiosa.
- Un vestido rojo vino, unas botas que te lleguen hasta la rodilla y unos rulos bien formados. Te verías tierna y sexy a la vez - me dice analizadome de arriba a abajo -. Santiago se quedara con la boca bien abierta al verte llegar.
- No me agrada mucho la idea de usar vestido, pero... Supongo que esta bien - sonrío para luego agarrar lo que ella me va pasando.
- Lea, debo ir a mis prácticas... Te deje la comida el microondas - dice detrás de la puerta. Lea se apresura a abrirla dejando que pueda ver el rostro de su hermano.
- ¿Y que hay de comer hoy? - pregunta interesada.
- Hice milanesas con puré, tu favorito - sonríe y me mira unos segundos -. Puedes comer también, deje para ambas - me sonríe y yo le guiño un ojo para lograr sonrojarlo, cosa que consigo y me río de lo tierno que se ve.
- Ay... Están haciendo eso otra vez - se queja Lea y se apresura en cerrar la puerta -. Eres mujer casada ahora, Lena.
- Solo le sonreí - me excusó y ella gruñe.
- Es un niño.
- Es mayor que yo.
- Apenas y tiene diecinueve. ¡Y tu tienes como cincuenta años! - me recuerda.
- Bien, no corrumpire su alma pura - me burló y ella solo niega viendo que no la tomo enserio.
- Además... Esta en algo con alguien. Creo que es una de su curso - menciona y me entra la curiosidad.
- Yo soy más bonita - digo para molestarla.
- Nunca debi decirte que le gustabas a mi hermano.
- Es lindo verte enojada, te pones toda roja... Como una perra rabiosa - le guiño un ojo y ella no aguanta su risa.
- Eres una tonta, Helena - me golpea en la frente y yo me río de su golpe.
- Perdón, sabes que no puedo evitarlo... Me agradar gustarle a la gente, me hace sentir mejor y ayuda a mi autoestima. Y si una chica tan linda como yo les da una pequeña sonrisa, también les ayuda a su autoestima - explico y ella hace un gesto de: ¿wtf?
- Eres una princesa muy bondadosa que piensa en la autoestima de la gente, tu pueblo esta a salvo - se muy bien que se burla pero yo asiento.
- ¿Sabías que nunca fui cercana a mi pueblo...? Se que muy pronto seré su reina pero aún así no me he atrevido a ser cercana, creo que me da miedo caerles mal o no cumplir con todas las expectativas que ellos tienen puestas en mí.
- Te conozco, se muy bien que no los defraudarias... Serás una estupenda Reina, quizá algo loca y torpe aveces, pero buena - me sonríe mostrandome su apoyo.
Sentir apoyo era lo único que necesitaba.
- Gracias.
- De nada, ahora es hora de que te alistes para tu cita de hoy. Debo dejarte espectacular - me empuja en dirección al baño.
Se viene lo bueno.
₪₪₪₪
· Nota de Autora: ESTE CAPÍTULO ES SUPER LARGO SEGÚN YO. Ah porque gritaba xd
En fin, lo hice "largo" para compensar la falta de capítulos durante este mes pasado. Si me siguen desde hace mucho sabrán que actualizo lento porque me gusta tomarme mi tiempo para escribir y pensar... Comprendan, por favor💜
Besos y abrazos.
- RadianteUnicornio.
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