Capítulo 42

Helena

Sentir la arena tibia escurrirse entre los dedos de mis pies se sentía bien, el sol se estaba ocultando y la luz naranja rosada daba un aire mágico al ambiente.

El viento sopla moviendo la falda de mi vestido, observo mi enorme barriga, según mi médica podría nacer en cualquier momento y tal vez eso me hizo querer salir a pasear, aprovechar estos días porque luego ya no sería parte de mí, sino alguien individual.

Todos estos meses no fueron fáciles, aunque pasaran rápido por toda la ayuda constante que recibía de todas las personas que me rodeaban, pude superar cada etapa y seguir adelante.

Esperé demasiado por este momento y ahora solo puedo pensar en que extrañaré sentir a mi bebé dentro de mí. Aunque para ser mi primera vez, no lo hice nada mal, de igual modo habría sido lindo tener a alguien que me guiara en todo lo que requiere maternidad.

Celeste fue un buen apoyo, pero no se siente igual y aunque piense que solo faltan días para que mi madre vuelva a mi vida, ella es una adolescente.

- Mi reina - se pronuncia Moon apareciendo de la nada misma en frente mío. Yo me tomo mi tiempo para sentarme en la arena y disfrutar de la hermosa vista que me brinda el amanecer.

- Mi diosa, ¿ocurrió algo? - pregunté antes de alarmarme.

- Es por tu madre, ya es hora de que la conozcas, si es que te sientes preparada - ante sus palabras dejo de prestar atención a todo y me centro en eso.

- ¿Crees que es correcto?

- ¿Tienes miedo? No te puedes arrepentir ahora, mi reina - se agacha para estar a mi altura y yo miro la arena qué hay entre mis dedos.

- Estoy nerviosa eso es todo. Dame media hora para prepararme mentalmente - le pido, no dice nada y toma asiento a mi lado, coloca su brazo al rededor de mis hombros y yo disfruto del calor que me da.

Aunque ningún calor se puede comparar con el de mi Luna. Me estresa que no pueda estar conmigo en estos momentos, pero a la vez me gusta que sea responsable con sus tareas, se ganó el respeto y cariño de toda la manada por su trabajo duro.

- ¿Qué le dirás cuando la veas? - pregunta curioso.

- No sé, me tomará por loca si le digo la verdad. Quiero ganarme su confianza y para eso debo hacerme su amiga, no sé cómo hacer eso, ¿qué me aconsejas?

- La única forma natural es que te metas a su mundo, nadie sospechará, no has envejecido nada - me dice riendo.

- Infiltrarme en su instituto sería raro, físicamente no he cambiado pero mi mente no es la misma, además se volvería complicado. Necesito estar cerca de mi hijo y de mi Luna - le digo recalcando la importancia de lo último.

- El instituto de Ryder y Sofía admiten humanos.

- Todos me conocen como su Alpha. No sería muy natural que los alumnos me tengan más respeto a mí que a su profesor - le recuerdo.

- Yo me encargo de ese problema, sabes muy bien que puedo hacerlo, solo debes pedírmelo - me miro directamente y yo aún sigo indecisa de sí es una buena idea.

- Está bien, supongo que tendré que jugar a ser una adolescente por un rato, hablaré con Ryder sobre mi madre. Le inventaré alguna excusa, necesitaré sus datos, le daré una beca... Pero necesito tener una razón para darle una.

- Sus notas son impecables y es una muy buena animadora, la hubieras visto hacer piruetas en el aire -. No puedo evitar reír ante imaginarme eso.

- Dile a la humana que el momento llegó, encárgate de que todo salga bien, no quiero errores tan pronto.

El sol ya se ocultó, comienza a hacer frío y por suerte, Moon me mantiene abrazada a él. Me ayuda a levantarme de la arena y me siento preparada para lo que viene.

(...)

En un simple parpadeo ya me encontraba en un lugar que casi no reconocía. Estaba muy oscuro y casi no podía ver hacia adelante por la cantidad de árboles qué hay y obstruye mi vista.

Moon me agarra de la mano y me guía lento hacia el camino a la casa de mi madre.  Se detiene de golpe y no sé qué hace, pero en menos de cinco minutos una chica joven y de belleza deslumbrante sale de una de las casas.

Mi corazón palpita porque me invade la emoción de poder estar cerca de ella.

- Es hermosa. ¿A dónde va?

- La engañé para que nos reunamos en la roca gigante que está cerca del río. Me hice pasar por su novio antes - me congelo tras escuchar eso.

- ¿Novio? Eso no le agradará a papá.

- Siglo veintiuno, mi reina.

- Cállate, llévame con ella.

Nos volvemos a teletransportar y esta vez me encuentro atrás de un árbol, hay un río no tan grande que me separa del lado que está esa gran roca, el punto de encuentro falso que tiene ella con su novio.

La chica no tarda en llegar y se sube encima de la roca a esperar. Lleva un gorro de lana con corazones y una chaqueta de falsa piel de cordero, unos jeans casuales y unas zapatillas blancas.

Casi pego un grito ante el sonido de un teléfono:- ¿No lo apagaste? - pregunta Moon y no sé qué hace pero cuando ella voltea en nuestra dirección por el sonido no puede vernos.

- Sí, bueno, no sé... nunca lo tengo en silencio por seguridad.

Contesto la llamada sin percatarme de quién llama:- ¿Dónde estás, Helena? - la voz de mi papá me hace maldecir por haber contestado.

- Papi, hola, bueno... estoy paseando con Moon.

Escucho otra voz y reconozco que es Santiago:- Tu Luna quiere saber dónde exactamente estás.

- Por ahí.

Miento.

- Helena, sabes que no puedes arriesgarte a estar caminando lejos de aquí cuando podrías tener a cualquier momento a nuestro hijo - esta vez es Santiago quien habla molesto.

- Tengo a Moon aquí, no me pasará nada, confía en mí- le pido.

- Lo hago, cariño. Pero me tranquilizará saber dónde estás- conozco el tono que usa, me habla suave y bonito cuando quiere tener una respuesta clara de mi parte.

- No puedo hablar ahora, te llamo luego, estaré bien - le digo, pero se me escapa un quejido de dolor y es que fue tan repentino que hasta yo misma me sorprendí.

Joder, seguro escuchó.

- ¿Estás bien? Voy ya mismo para allá.

- ¡No, Santiago! ¿Piensas rastrearme? - le preguntó indignada, incluso Moon parece alarmarse ante mis quejidos de dolor, por ahora son soportables pero no menos molestos.

- No me dejas opción, cariño. 

Seguidamente me corta la llamada y yo gruño porque sé que en menos de diez minutos lo tendré aquí, debía irme antes de que él llegará.

- ¿Por qué te ríes? - pregunté.

- Por lo cabeza dura que eres, tienes contracciones y sigues aquí. Además de que tu madre parece estar llenando de mensajes a su novio preguntando dónde está.

- Quisiera acercarme, pero eso arruinaría todo lo que tengo en mente, ¿Cómo se llama? - pregunté, pero la respuesta vino de otra persona.

- ¡Amaris! - observo a un chico alto aproximarse a ella todo agitado. Mi madre levanta la mirada y se cruza de brazos:- Amor te juro que yo no te mande nada, seguro fue uno de mis amigos, sabes cómo son los idiotas del equipo... de igual forma, estoy aquí, no te enojes - le pide mientras se sube a la roca para sentarse junto a ella.

Siento otra vez una punzada y esta vez sé que debo irme:- Moon, llévame a casa, luego de tener a mi hijo puedo estar en paz y centrarme en ella.

Moon obedece y toma mi mano, observó a mi madre abrazar al chico ese y al cerrar los ojos, sé que al abrirlos ya no estaré con ella. 

(...)

- ¡Helena! - Santiago corre al verme aparecer y yo acepto gustosa su abrazo:- Tu padre se fue a buscarte, incluso dejo esto - me muestra el teléfono y yo me asusto.

- ¿Abriste un portal a mi ubicación? - pregunte alarmada.

- No, no tuvo la paciencia de esperar y se fue a buscarte él mismo por su cuenta.

Saber eso me relaja y puedo respirar en paz sabiendo que aún no la vió.

- Llamé a Celeste, sentí su olor pero luego desapareció, supongo que olvidó algo. ¿Segura que todo está bien? Aún estamos a tiempo de ir a una clínica.

Santiago me sigue hablando pero yo comienzo a procesar todo lo que dice. Decido tranquilizarme y relajar mi cuerpo:- Todo sigue igual, lo tendré aquí, mi tía prometió ayudarme con el parto... todo saldrá bien, tranquilo - le digo sabiendo que está tan nervioso como yo.

- Vamos a acostarte mientras esperamos que regrese.

Me lleva a mi habitación. Moon nos sigue por detrás, cuando se pone modo robot es que algo se encuentra haciendo en otro lado y su mente se centra en eso.

No pasa mucho rato hasta que Celeste aparece junto a mi padre:- Perdón la demora, me encontré con un lobo en el camino, ¿cómo te encuentras?

- Cada vez duele más y son más constantes.

- Normal, voy a revisar que estés preparada, los que se vayan a quedar se me tranquilizan. Siento el corazón de todos latiendo a mil en mi oreja - murmura Celeste y se agacha a revisarme.

Moon decide darme privacidad y salir, mi padre lo sigue, solo Santiago se queda conmigo porque no soy capaz de soltar su mano.

- Un poco más y ya, aguanta.

Miro a mi al rededor la habitación reformada y equipada con todo lo que se usa en un parto, literalmente compré todo porque quería que sea en casa si o sí. Me sentía más segura aquí que en una clínica.

A eso de las ocho de la noche y luego de pujar muchas veces, el llanto de mi hijo se escucha claramente por toda la habitación y yo solo puedo respirar aliviada al fin. Estaba agotada, pero la felicidad no cabía en mi cuerpo, cuando sentí a mi hijo contra mi pecho supe que esperar tanto había valido totalmente la pena.

Celeste se encarga de limpiar todo y mi cuerpo de forma automática vuelve a cerrarse, colocando todo donde debía estar, dejando mi cuerpo como nuevo.

Amo ser hibrida en estos momentos.

- ¿Cómo vas a llamarlo? - pregunta Celeste mientras observa a mi bebé abrir la boca ante sentir mi dedo cerca de su barbilla.

- Su nombre es Elián - le digo mientras comparto mirada con mi Luna.

- Es un nombre fuera de lo normal.

Opina Celeste mientras se limpia las manos.

- Mí mamá hubiera elegido ese nombre si hubiera tenido un niño. Y lo cierto es que no me disgusta... se me hace un nombre bonito y digno del Alpha que será algún día.

Celeste me sonríe y se acerca para ver al bebé de cerca:- Es igual de hermoso que ustedes. Felicidades a los dos - me da un beso en la frente y la agarra la mano a Santiago:-. Estoy segura de que serán los mejores padres para Elián.

Se despide de ambos para darnos espacio. Hago un espacio en la cama para que Santiago se pueda poner a mi lado y le doy a Elián para que lo tenga en sus brazos.

- Hola pequeño, soy papá- le dice apenas lo tiene en sus brazos, lo acerca a su rostro y observó feliz la escena de ambos, Elián estira sus bracitos para tocar el rostro de su padre.

Me apoyo en su hombro y aprovecho para tocar sus pies, su pancita y sus manitas. Comienzo a sentirme aún más cansada, así que me duermo viendo a las dos personas que más amo.

(...)

Dormir ocho horas seguidas ayudó a que pueda recuperar la energía que perdí en el parto. Mi bebé estaba sano y fuerte, Celeste se encargó de mantener su salud en buen estado y por lo que me contaba, Santiago fue quién decidió bañarlo y encargarse totalmente de él esas ocho horas sin mí.

Moon se encontraba ausente, ya había pasado un día entero y no sabía nada de él, pero estaba aliviada de saber que nada malo le iba a ocurrir siendo un Dios. Por otro lado, mi padre pasaba la tarde paseando con el bebé en brazos y le daba el biberón si yo me encontraba ocupada para alimentarlo.

Recibí las felicitaciones de Ryder y Sofía, aunque no hayan venido a visitar a su nieto, nos dejaron saber que lo harían muy pronto. Aproveché para decirle a Ryder sobre mi madre y la beca, aceptó de inmediato.

Todo estaba en orden y sabía que a partir de ahora debía estar tranquila, porque ya todo estaba hecho. Nada podría salir mal si yo tenía todo preparado con antelación.

Dos semanas después, Sofía llamó para anunciar que la chica que yo había decidido dar la beca, ya se encontraba en su castillo e instalándose.

- Ya arreglé todo para que no te reconozcan como su reina si es que tú lo decides así. - me avisa Moon mientras se mantiene a una distancia prudente de mí.

- Gracias, las clases comienzan en unos días y quiero estar con ella dos días antes de que eso ocurra. Ryder y Sofía prometieron apoyarme en esto, Damien y Celeste fueron avisados, por sea caso.

Me acerco para ver a mi bebé dormir plácidamente en su cuna.

- Santiago ya mudó algunas cosas a su antigua habitación del castillo, quiere tenerte cerca y que tengas cerca a Elián.

- Sí, lo sé, solo serán unos meses... tampoco puedo descuidar mi trabajo como Alpha. ¿Me trajiste el uniforme? - pregunté. Moon asiente y apunta a la cama, volteó y ahí estaba.

- Mañana será su primer día como estudiante, las clases comienzan en cuatro días, estaré vigilando todo de cerca.

- Estoy segura de eso, pero asegúrate de que mi padre se mantenga lejos, no puede conocerla ahora... necesito lograr que ella recuerde o al menos acepte su nueva realidad.

Me entretuve mucho el resto de la noche planeando todo y organizando mi trabajo, debía dejar todo preparado en caso de que me necesitaran y yo no esté presente. Alimente a mi pequeño por ultima vez en mi hogar, Santiago se lo llevo al castillo de sus padres y yo me puse el uniforme.

No había dormido nada, pero eran cerca de las seis de la mañana, debía llegar temprano a esa habitación que compartiría con mi madre.

- Tu equipaje está de camino a la habitación. ¿Estás lista para esta nueva aventura? - me pregunta Moon al momento de tomar mi mano.

- Espere esto por casi dieciséis años. Estoy lista, quiero recuperar a mi madre y que todo vuelva a ser como antes, mi padre... lo necesita.

Y yo también.

- Vamos.

Al cerrar y abrir los ojos ya me encontraba en otro continente, otro castillo y con un uniforme que no había usado en muchos años. Moon me dejo en la entrada y me dejo desde ahí seguir sola hasta mi nueva habitación.

Decir que no estaba nerviosa era mentirme a mi misma. Me encontraba ansiosa y emocionada a la vez, no conocía mucho las zonas, el castillo había sido reformado muchas veces estos años.

Por suerte, una mujer rubia que ya me había olvidado el nombre, me dió mi tarjeta de acceso a mi habitación y me explico cómo llegar.

Una vez frente a la puerta, respire profundo y abrí sin tocar antes, por suerte no interrumpí nada. Había una chica de espaldas, limpiaba y sacudía el polvo de los libreros, creo que escuchaba música ya que no pareció darse cuenta que yo estaba ahí.

Fue cuando se volteó para agarrar un trapo húmedo que me vio y me sonrió, se quitó los audífonos, deja el trapo en el mismo lugar y se acerca para saludarme.

- Bienvenida, debes ser mi nueva compañera, soy Amaris Campbell, es un gusto conocerte - me ofrece su mano y yo la aceptó de inmediato.

- Yo soy Helena, un gusto - me quedo mirándola a los ojos y aunque no era igual a mi madre ni por asomó, sabía que era ella porque lo sentía así.

Es lindo volver a verte mami.

- Tu equipaje lo trajeron justo unos minutos antes, me dijeron que no tardarías mucho en venir, estaba haciendo un poco de limpieza por eso.

Suelta mi mano y vuelve a lo suyo. Acomoda los libros por color en el librero y cada que se voltea para agarrar uno, me sonríe.

- ¿Qué pasa? - pregunta ante verme inmóvil.

Actúa natural, Helena.

- Solo te pareces a una amiga que para mala suerte ya no está conmigo.

- Ay... lo siento, debió ser feo perder a una amiga.

- Fue doloroso. Sobre todo porque la extraño demasiado, pero ya lo superé, solo... me sorprende el parecido que tienen, disculpa si te hago incómoda.

Comienzo a moverme para poner en orden mi ropa y objetos que traje.

- Descuida, es entendible, aunque debes saber que... ella te debió querer mucho y dudo que quiera que estés pasándola mal.

- Gracias.

Ella asiente sonriendo levemente. Nos quedamos en silencio por media hora mientras nos encargábamos de arreglar nuestras pertenencias.

Esa noche me escabullí de la habitación para ir a la de Santiago y mi bebé. La puerta estaba abierta, al abrirla me recibió mi Luna y luego de contarle cómo fue mi encuentro con ella, me abrazo fuerte y me quede dormida en sus brazos.

Ya estaba casi completa finalmente.

Después de esperar tantos años y haber pasado por mucho, pude lograr lo que me propuse.

Y sé que el resultado final de todo lo que hago será asombroso. Mi familia volverá a ser una y es ahí cuando podré decir que ya todo está en su sitio.

[🌙]

Nota de Autora: EL ESPERADO FINAL. Aunque debo confesar que no es un final definitivo, simplemente es el cierre de una de las tantas fases que habrá.

Ninguna de mis novelas tiene un final como tal, sino es el cierre que da inició a otra historia nueva y llena de más aventuras.

Espero que les haya gustado.

No estoy segura de si habrá extras, así que no esperen nada, les aviso desde ya.

Comenten que les pareció el capítulo final de Luna de Hielo, no olviden de votar, ojito.

Yo me despido aquí y espero poder verlas en mis otras novelas.

Aquí hablen del bebé Elián ->

Aquí de la reencarnación de Malia, llamada Amaris ->

Dato curioso: El capítulo contiene 3060 palabras.

Besos y abrazos.

- A.F.

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