Capítulo 36
Helena
Lidiar con la humana que tendría a mi madre era completamente molesto y llegaba a irritarme con tantas preguntas que me hacía acerca de lo que era. Por suerte, dejó de hacerlo a los dos días de recibir mi presencia en su casa, la razón fue que la familia del muerto vino a indagar y ella comenzó a entrar en colapso, por lo que me llamó muy preocupada y tuve que ir a su salvación.
Moon se encargó de ellos haciendo que olviden de la existencia de ese hombre, considero que era un poco cruel, pero cuando él accedió tan fácil a hacerlo sospeche que tenía un motivo y pregunté.
- Era una mala persona.
Fue lo único que contestó.
- ¿Ellos ya no volverán? - pregunta Sandy, su nombre iba perfecto con ella, su belleza era innegable, pero su estupidez en ciertos momentos me desespera, pero sigue siendo una buena persona.
Aunque haya matado a un hombre.
- No, ni siquiera van a recordar que tuvieron un hijo y todos en el pueblo tampoco, serás la única. Ya dejé todo en orden para ti, incluso tienes mi tarjeta, no hay límites de gasto, pero te recomiendo no gastar tres millones de golpe si quieres permanecer así como estás. Sobre mi madre... Volveré por ella cuando tenga una edad adecuada y me la llevaré, si te niegas o desapareces, haré que todos recuerden lo que hiciste.
Sonar amenzante me estaba costando, pero no estamos hablando de cualquier bebé, sino que se trata de mi madre y soy capaz de todo por ella.
- ¿Qué pasa si ella no quiere ir contigo?
Su pregunta me deja en blanco, porque sé que la respuesta a eso me arruinaria todo y como dijo Santiago, no puedo obligarla, no a ella.
- La dejaré en paz. No puedo obligar a mi madre a quedarse conmigo... así que solo espero que ella quiera y me elija.
Con esa respuesta puedo ver que se tranquiliza, ahora que lo pensaba, puede que sea mi madre pero... está humana será la suya.
- Si te tranquiliza, debes saber que no voy a alejarla de ti, simplemente le voy a contar la verdad y si ella desea, podrá regresar conmigo y mi padre.
- De acuerdo.
- Ya me voy, una última cosa, tienes a una reina en tu vientre... una vez que nazca la tratarás como lo que es y dale todo el amor que yo no podré darle.
- Lo haré, lo prometo.
Me despido de ella y le hago saber que en unos años volveré. Regreso al castillo cansada, mi coronación había sido el día de ayer, nada interesante... Fue emocionante, pero nada más, ver solo a mi padre entre los pocos invitados me hizo sentir vacía, necesitaba a mi madre apoyándome.
La coronación no era otra cosa que juramentos y un pequeño corte para sellar todo, luego de eso solo se me permitió relacionarme con los invitados que gobernaban diferentes manadas de todas partes del mundo y con Santiago, aunque él lo hacía por su lado. La única vez que pude compartir unas cuantas palabras fue durante la gran cena y luego me dijeron que tenía que ir a prepararme para mi primera audiencia con la gente de mi manada.
Escuchar los problemas entre la gente de mi manada me entretenía en cierto punto, la mayoría de quejas era sobre la familia encargada de la fiesta que se daba en mi manada durante años, consiste básicamente en usar elegantes vestidos y buscar a tu pareja entre toda la gente, era una fiesta para revivir antiguas costumbres. Sobre el problema, resulta que a la familia que le tocaba la organización de aquella fiesta importante había puesto condiciones algo difíciles de cumplir para todos.
Como por ejemplo que solo las mujeres mayores de cincuenta años pueden ingresar. Esa era la edad que un hombre lobo cumple la mayoría de edad en nuestro mundo, pero nuestro celo podía activarse perfectamente antes de ese tiempo y eso significaba que estabas lista para unirte a otra persona.
- Mi hija ya tuvo su primer celo, está lista para buscar a su pareja, pero esa familia no le permitirá el ingreso por ser menor.
Fue lo que me explicó esa mujer el mismo día de mi coronación.
- ¿Cuántos años tiene? - recuerdo preguntarle curiosa por el chisme.
- Va a cumplir cuarenta y cinco en dos meses, Majestad.
No terminaba de acostumbrarme a que me llamen así, pero esa fue mi primera audiencia así que me dije que en un futuro ya no se me haría tan incómodo.
- Si considera que su hija es lo suficientemente madura para comenzar a buscar a su pareja, yo me encargaré de anular esa condición.
- Sí, ella está muy emocionada por ir a la fiesta.
Terminé por hablar con la familia encargada y les hice anular esa condición, no tuvieron más opción que hacerlo ya que era una orden directa de su nueva Alpha.
Para ser sincera, no había casi nada que resolver, mi padre había hecho un excelente trabajo como Alpha y me lo había dejado fácil, eso me dió mucho tiempo libre que aprovecharía para pasarla con mi propia pareja.
Sin embargo, una parte de mi deseaba tener trabajo que hacer para no estar pensando todo el tiempo en mi madre, ya ni siquiera podría acercarme. Solo esperaba que esa mujer fuera una buena madre para ella.
- ¿En qué andas? -Moon me intercepta a mitad de camino y aunque no me detengo, él me sigue.
- Terminé mi trabajo y quiero disfrutar mi tiempo libre con mi pareja, ¿Qué más puedo hacer? -le preguntó mirándole de reojo.
- Estar conmigo, me has abandonado desde que asumiste el poder y todo eso de ser Alpha.
Me detengo de golpe y le miró directamente:- Moon, creo que ya te deje muy en claro que nunca sentiré algo más que amistad por ti, si sigues con esto voy a enojarme y no me quieres ver enojada, te estoy advirtiendo.
- Te ves tierna intentando asustarme. -se acerca a mi oído:- Soy lo más poderoso que hay aquí, muñeca.-se aleja y yo no me inmuto, pero su sonrisa me molesta.
- Aquí, pero no eres lo más poderoso en el mundo. Ese amigo tuyo es más poderoso y es tan evidente que le tienes miedo, no me hagas llamarlo o verás.
Continuo caminando dejando atrás a ese engreído Dios.
- Perdón.
Me detengo ante escuchar esa palabra salir de él, volteé.
- ¿Por qué te disculpas exactamente?
- Soy un idiota... por actuar así contigo.
- ¿Por qué lo hiciste?
Se ve indeciso entre decirlo o no:- No sé, celos, tal vez.
Me reí ante su respuesta.
- No puedes amar a nadie, sentir celos es ilógico y tal vez debas ir al doctor de dioses. No sé.
Esta vez es él quién se ríe ante la evidente tontería que dije.
- No existe un doctor de dioses, Majestad.
- En ese caso, habla con otros dioses y no sé, pero soluciona esto porque es extraño.
- ¿Sentir celos?
Asiento.
- No puedes sentir amor, ¿Verdad?
- No, no puedo.
- ¿Estás seguro?
Decidí preguntar.
- Sí, bueno... no sé, nadie nos enseña nada, lo aprendemos todo solos y los dioses no somos muy comunicativos.
- Ya tienes un trabajo, averigua eso y luego me cuentas, me voy.
- Lo haré.
Me dice antes de desaparecer, me sorprendí lo fácil que fue cambiar de tema y desviar todo hacia sus problemas emocionales, pero ahora que me detuve un segundo a pensar... Si lo conseguí así de fácil fue porque él ya estaba pensando en eso desde hace un tiempo y solo necesitaba un empujón para iniciar.
Espero que pueda encontrar respuestas en su búsqueda, lo malo es que seguro eso lo mantendría ocupado y alejado de aquí, sin la protección de él yo tendría que tener más cuidado al salir, pero lo bueno era que lo tendría lejos y eso era un respiro que necesitaba, Moon llega a ser muy molesto.
- ¿Qué pasa? -pregunté al ingresar a la torre de Ryder, todos estaban reunidos y había un par de rostros que no conocía.
- Se acerca el baile de Navidad... y como ya todo está solucionado, pensamos que es momento de bajar un poco la guardia, llegas en el momento justo.
Me responde Sofía.
- ¿Se solucionó todo?
- Bueno, tienes controlado a Moon y por lo que hemos visto, parece que ya todo acabo.
¿Tan fácil?
- No olvidamos todo lo que ella o él hizo, pero si tú fuiste capaz de perdonar, nosotros también debemos hacerlo.
- Aún así no lo quiero tener cerca de mí.
Mi padre habla por primera vez desde que llegué.
- Papá, ¿Lo perdonas?
- Sí, quiero dejar atrás todo, confío que no lo perdonaste sin una razón. Solo quiero paz - me dice y yo asiento, me alivia que todos hayan decidido eso.
- Y una mierda.
¿Qué?
Miro hacía mi derecha, había un chico alto y rubio, con una belleza que haría suspirar a cualquiera. No lo conocía pero se me hacía muy familiar.
- ¿Y tú eres...? -mi pregunta no le sorprende.
- Soy amigo de tu mamá.
Escucho un bufido suave por parte de Sofía.
Aquí pasa algo y no me estoy enterando.
- Eres Santiago, mi mamá... ella no hablaba mucho de ti, pero si de te mencionó unas cuantas veces, eres vampiro.
- Me parece una falta de respeto que perdonen tan fácil a la persona que la mató.
- Es un Dios, no puedes pelear contra alguien que es más poderoso y sobre todo que no puede morir. Moon no es perfecto y para ser sincera, a veces me siento culpable por estar cerca de él, pero estoy cansada de todo eso. Quiero paz.
Le digo sincera, puedo ver que Malia era muy importante para él, no conozco muy bien la historia que tienen pero sé cuando alguien esta sufriendo y aunque él no lo quiere demostrar, es evidente.
- Ella te quería mucho, lo que menos hubiera querido que hicieras sería matarte, tu muerte no la traerá de vuelta.
- Me quitaron a mi única amiga.
- Era mi madre, eres un idiota si piensas que esto no me duele o que tu dolor es mayor que el de mi padre. Todos estamos sufriendo... pero debemos seguir adelante y si es necesario, perdonar para poder continuar.
- Te pareces a ella, tan terca e inteligente -murmura lo último.
Todos nos quedamos callados, él asiente y esta vez su mirada se ve relajada, vuelve a hablar:- Bien, me quedaré quieto y aceptaré lo que decidas, después de todo eres su única hija.
- ¿Solo me harás caso por ser su hija?
- No, tengo más motivos, no soy alguien tan simple.
Sonreí:- Ya veo.
De un segundo a otro me envolvió un frío extraño y cuando me di cuenta, ya estaba rodeada y entre los brazos de Santiago, el que fue él único amigo de mi madre.
- Entre vampiros... Debes saber que yo soy el rey de ellos y tú, eres mitad, así que sé muy bien lo que estás haciendo. Y desde ya te aviso que me encargaré de ella, quieras o no, voy a cuidarla - me dice al oído, cuando se aleja yo me quedo de piedra, nadie parece haberse enterado de nada.
- ¿Y eso que fue? - pregunté.
- Lo mismo me pregunto yo - gruñe Santiago, mío.
- Mi cálida bienvenida.
El silencio se hizo incómodo, al menos para mí, porque sabía a qué se refería al decir eso y por la seguridad de sus palabras, no me lo iba a quitar de encima por más que intentase.
¿Cómo hizo mi madre para aguantar a este molesto vampiro?
[•♡•♡•]
• Nota de Autora:
Hola bonitxs, ¿me extrañaron? Sé que sí, pido perdón por la demora, estuve enferma de covid y bueno, tampoco tenía mucha inspiración o ganas para escribir.
Espero que les haya gustado este capítulo que es más largo de lo normal ( 2000 palabras aprox. ) y que a mi me gustó bastante, pude volver a escribir sobre mi lindo vampiro Santiago.
¡Nos vemos la próxima! Espero no tardar mucho, pero no les prometo nada, saben que me tomo mi tiempo.
Besos y abrazos.
- A.F.
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