Capítulo 31
Helena
- No te muevas.
Mi intentó de huir de su cama fue un fracaso y solo logré que me pegará más a su cuerpo.
- En serio amo estar así contigo... pero necesito ir con Moon.
Le pido mientras volteó quedando cara a cara con él, mantiene los ojos cerrados y por un segundo me permití apreciar su belleza, sus largas pestañas y lindos labios.
- Si te dejo ir... ¿Prometes volver rápido? - pregunta abriendo sus ojos.
- No lo creo, debo hablar con papá después... no puedo seguir escapando de él y de todos modos ya ha dicho que me apoya, pero siento que estar con Moon es como traicionar la confianza que tenía en mí.
Santiago acaricia mi mejilla y luego la aprieta sin llegar a lastimarme:- Sé que no es el momento pero... me molesta que apenas te despiertes digas su nombre.
Quiero hablar pero niega, así que decido terminar de escuchar lo que dice y luego responder.
- Pero confió en ti y sé que tienes tus motivos para mantenerte cerca de él, pero creo que debías saber que su existencia es molesta para mí... así que intenta que se vaya lo antes posible de aquí, por favor.
- Que linda manera de ocultar tus celos.
Me río y lo empujo para que se aleje de mí, logró soltarme y procedo a buscar algo decente en mi armario.
- Sí, son celos, pero hablo en serio... no me gusta que esté cerca de ti, no es alguien que haya demostrado ser bueno y quién sabe que pueda hacer si decide dejar de fingir.
Se oye molesto, pero en parte entiendo su reacción, así que le miro y asiento:- Bien, intentaré que todo se haga de la forma más rápida posible, pero no prometo nada.
- Eso es suficiente para mí.
Se pone a mis espaldas y deja un beso en mi hombro desnudo, para luego oler mi cuello.
- Hueles a mí, me encanta... no vayas a ocultar tu aroma.
Que infantil.
- No lo hago desde hace un tiempo, así que tranquilo señor posesivo, todos sabrán que pasamos la noche juntos.
Me guiña un ojo y empieza a arreglarse, por lo que sé debe seguir entrenando a su equipo, yo debería hacer lo mismo... pero ahora tenía una prioridad.
- Almorzamos juntos, ¿A las dos y media, te parece bien? - me pregunta mientras se coloca un reloj.
- Estaré ahí, lobito. Te veo más tarde - le digo una vez que termino de arreglarme, me acerco y agarro su rostro para luego darle un corto beso:- Te amo.
Se sonroja y deja un beso en mi frente:- Te amo.
Sonrió, agarro mi celular y salgo de ahí escuchando a la perfección su corazón latir emocionado.
Es tan lindo... y es mío.
(...)
Busco la llave en mi bolsillo trasero, respiró profundo antes de ingresar a la habitación, me relajo cuando veo que Moon sigue durmiendo.
Cierro la puerta atrás de mí y dejo la llave encima de la mesa de noche que está al lado de la cama.
- Moon, despierta - le pido moviendo su cuerpo, consigo que se mueva y cambie de posición, sus largas piernas quedando al descubierto.
Sigue en su forma femenina, sí como varón su belleza te llamaba la atención, en está forma te impacta en todos los sentidos.
Es realmente hermosa.
- Bien... será a las malas.
Murmuró mientras sostengo sus pies y hago que caiga al suelo, aquello hace que se despierte de golpe y me mira mal.
Hasta enojada es linda.
- Quita esa mirada... debemos hablar.
Le digo mientras observo como se levanta y vuelve a la cama.
- ¿Sobre qué? - pregunta de forma tosca.
- Sobre lo que sucedió una vez te fuiste.
Parece pensarlo y termina mirándome a los ojos:- Nada, solo me encargue de que me diera información sobre tu mamá y... para eso tuve que sacrificar un par de cosas, pero nada importante, ya estoy aquí.
- ¿Esa sacrificio implicaba darle tu cuerpo a cambio de información?
Abre sus ojos ante mi pregunta.
- Maldito, sabía que no podría cerrar la boca... Sí, lo conozco desde hace mucho y sé que mi cuerpo femenino le gusta, así que esa fue la forma en la que logré sacarle información.
Niego, me siento a su lado:- No debiste hacer eso.
- ¿Por qué? Fue por una buena causa.
- No me gusta la idea de que alguien te haya tocado.
Me mira sonriendo:- No debes preocuparte, estoy bien.
- Escucha, puede que no me agrades mucho pero... vender tu cuerpo a cambio de información no se lo deseo a nadie, es horrible, si yo no te lo hubiera pedido.
Tapa mi boca con su mano.
- Cállate, realmente no fue la gran cosa... de hecho lo disfruté, ese sujeto podrá ser un idiota pero es jodidamente bueno en la cama, así que no la pase mal.
Retiro su mano de mi boca y le enfrentó:- Si la pasaste tan bien, ¿Por qué gemiste mi nombre y no el suyo?
- ¿Qué?
Pregunta pálido.
- Sí, me lo dijo ese tipo... que tú gemiste mi nombre.
Baja la mirada y comienza a reírse:- No, eso no pasó. Probablemente fue algo parecido a tu nombre lo que dije pero--
- Moon, ya basta.
Le pido molesta.
- Solo no quiero que te armes ideas locas en tu cabeza, ese tipo es un idiota por decirte cosas que nunca salieron de mi boca, supongo que quería que yo quedara como un payaso ante ti.
- ¿Entonces lo que me dijo es mentira?
Asiente sin dudar.
- Es un alivio saber eso.
- ¿En serio?
- Sí, sería incómodo que un Dios se fije en mí... sobre todo sería triste porque no soy capaz de corresponder.
- Tal vez no quiere ser correspondido... solo tener su atención es suficiente.
- Moon, no me amas... pero si sientes deseo y es por mí, no soy idiota, sé muy bien cuando las personas mienten.
- Helena.
Me dirijo a la puerta y antes de salir, volteó a mirarla.
- No me gustan las mentiras, no me molesta que sientas deseo por mí, mientras que no intentes nada para que yo lo sienta por ti estoy bien.
- En ese caso... sí gemí tu nombre estando con él.
Admite.
- Sí, bueno, ser irresistible es parte de ser alpha... no te puedo culpar del todo. Debo hablar con mi padre, continuaremos con esta conversación más tarde y procura salir así, nadie conoce este lado tuyo y es mejor que no quieran matarte si llegas a salir.
- No puedo morir de todas formas.
Se encoje de brazos.
- Cansas.
Me sonríe:- No te preocupes por mí, soy lo más poderoso que hay aquí, nadie me hará daño.
- Bien, te veo luego.
Cerré la puerta atrás de mí y emprendí mi camino hacía la habitación que estaba ocupando mi padre, toco la puerta una vez llego a estar en frente, no dejo que los nervios me impidan verme segura.
Al escuchar el 'pase' giré el pomo e ingrese encontrándome con una gran oscuridad, pero podía ver la silueta de mi padre apoyado al lado de la ventana que daba vista al campo de entrenamiento.
- Debemos hablar.
No se mueve, mantiene su pose y ante su silencio decido acercarme, apoyo mi mano en su hombro.
Me toma por sorpresa el movimiento brusco que hace y sin darme cuenta estaba siendo abrazada por mi padre... sentir su calor me hizo volver a mi infancia, dónde disfrutaba de su compañía y sus abrazos.
- No hay nada que decir, pequeña pulga.
Intento separarme pero usa su fuerza para mantenerme pegada a él.
- Papá... gracias por confiar en mí.
Susurre sobre su pecho, intento no llorar al sentir su leve palpitar y es raro porque siempre podía escucharlo a la perfección, así era hasta hace poco.
- Si un padre no confiará en su hija... ¿Qué clase de alpha sería al dejar la manada a su cuidado? Tu madre y yo hemos criado a una buena mujer, capaz de defender a los suyos y aunque es algo cabezota cuando se le mete algo en la cabeza, siempre es algo que hará feliz al resto. Estoy seguro de que tienes tus motivos para tener cerca a Moon y confío en que hará feliz al menos a una persona.
A ti. Quiero verte feliz a ti.
- Eres... grandioso.
Nos separamos un poco y me sonríe, una sonrisa arrogante que le veía usar con mamá, porque a ella le encantaba la seguridad que tenía mi padre.
- Lo sé, pero eres mi hija... si tienes suerte habrás heredado un poco de mi majestuosidad. - acaricia mi cabeza y su mirada se desvía al campo de entrenamiento, volteó y observó a mi lobito.
Se ve tan sexy cuando se pone modo mandón.
- Él esta listo para ser tu Luna.
Asiento sabiéndolo.
- No falta mucho para hacer el cambió de líder... Ya no serás el Alpha, será raro dejar de ser princesa, pero estoy lista.
- Aunque quisiera ya no puedo... no soy mentalmente estable, puedo ser un blanco fácil para otros enemigos y es un peligro para todos tener a un líder así.
- ¿Me seguirás acompañando, cierto? Necesito a mi consejero, ahora más que nunca.
- Niña, nunca me has hecho caso... ya te lo dije antes, eres bastante cabezota y no paras hasta conseguir lo que deseas.
- Escucharte no me hará daño.
- No pienso gastar palabras cuando sé que no me harás caso.
- ¿Qué sabes? Tal vez sí lo haga.
Me recogí de hombros.
- Sé que no... eres igual de cabezota que yo.
Sonríe, mira nuevamente a mi mate y suspira.
- Cuídalo, lo que menos quiero es que mi única hija pasé por el dolor que es perder a la persona que amas. Habrán malos momentos, eso no lo dudes, pero se solucionan hablando... tu madre cuando se enojaba conmigo se escapaba y se iba con ese vampiro, no hagas eso es bastante molesto.
- Nunca sueles hablar de como se conocieron.
- No, pero no puedo evitarlo, es como si necesitara revivir todos esos momentos que pasé con ella... incluso si fueron peleas, son especiales para mí, porque mientras ella se molestaba conmigo yo no podía dejar de pensar en lo hermosa que se veía enojada.
- Mamá enojada es un monstruo, el amor te ciega, papá.
Ella daba miedo enojada.
- Bajo mi punto de vista se veía adorable. Ahora ve con tu mate... dile que se preparé porque le queda solo una semana como príncipe.
Me suelta por completo y se va a la cama.
- ¿De que hablas?
Se acuesta para luego mirar el techo.
- Es hora de dejar mi puesto y darle paso a una nueva generación, será un honor verte gobernar a su lado.
Oh por la diosa... ¿En una semana sería la nueva alpha?
- Será un honor que me acompañes en el proceso.
- Nunca lo dudes.
Me despido de él y salgo corriendo a buscar a Santiago, necesitaba contarle de inmediato, porque no siempre se puede presenciar un evento como el que se viene.
- Buenos días, princesa.
Me saluda el hombre con dificultad mientras se encuentra haciendo abdominales, bajo la mirada de Santiago que al sentir mi aroma, deja de observarlo para poner su absoluta atención en mí.
Y se siente tan bien.
- ¿Ya son las dos de la tarde? - pregunta mientras mira la hora en su reloj de muñeca.
- No, pero hay una noticia que debo decirte y es importante porque lo cambiará todo.
Se pone pálido y mira mi cuerpo de arriba a abajo, luego niega para sí mismo y vuelve a centrar su mirada en mis ojos.
- ¿Debe ser en privado?
Asiento.
- Bien... estás a cargo hasta que vuelva. - le ordena al chico que se mantiene respirando con dificultad, creo que le vendría bien un descanso, pero él sigue.
Santiago agarra mi mano y entrelaza nuestros dedos antes de guiarme hacía de vuelta al castillo.
[🦋]
• Nota de Autora:
Me he tardado un poquito en traerles este capítulo, pero como compensación se los hice largo y espero que de su agrado, me costo escribirlo.
Estos días no me siento bien... por ende se me vuelve complicado escribir, espero puedan entender.
Disfruten del capítulo, comenten que tal les pareció y no olviden de votar.
Lxs amo♡
- ann.
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