Capítulo 21
Helena
Bien, había llegado el momento, todos esos libros eróticos que leí alguna vez en mi adolescencia debían servir de algo.
Parezco un estudiante buscando trabajo y aunque sepa toda la teoría, le piden experiencia, gracioso porque es lo que intenta obtener al buscar trabajo.
Ya estoy divagando de nuevo debido a los nervios.
- Sí.
Le digo muy segura, aunque no lo estaba del todo, pero no por lo que haríamos, sino porque... quiero hacerlo bien.
Él no emitió ningún sonido, simplemente hizo acoplar mi cuerpo al suyo, de manera que encajamos perfectamente.
Yo sentada encima, con ambas piernas a cada lado de su cadera y con mis manos acariciando sus pómulos, comenzó todo.
Primero llegaron los besos, lentos al inicio, tímidos y al pasar de los segundos, se volvieron más necesitados.
Sentí sus manos bajar por mi espalda y detenerse al final de mi columna, sin llegar a tocarme donde yo ansiaba su toque.
- No seas malo... porque ambos podemos jugar y te apuesto que ganaré.
Murmuró mientras voy dejando besos mojados por su cuello y voy ascendiendo hasta por detrás de su oreja, siendo atrevida le muerdo levemente el lóbulo, causando que algo quiera despiertar entre sus piernas.
¿Ese es tu punto débil, eh?
- ¿Me amenazas...? - me pregunta, aprieta mi cintura y apega nuestros cuerpos.
Hay dos cosas palpitando ahora dentro de mí.
- Una advertencia.
Agarro el borde de su remera y le miro, sonriendo inocente, antes de romperla por la mitad.
Claramente no esperaba que haga eso, pero su sonrisa me dice que no le disgusta, parece agradarle que sea de ese modo con él.
- Solo recuerda que iniciaste tú - deja un beso a mi cuello y sin que lo espere, rompe mi remera como si se tratara de un simple papel y por ende, deja mis pechos al descubierto.
Yo no uso sujetador.
De modo que esa tela era lo único que separaba nuestros pechos del contacto real de piel con piel.
- Mierda.
Suelta en un murmuró. La forma en la que su mirada se oscureció me dio seguridad, estaba haciendo bien las cosas, después de todo no es tan difícil calentar a un hombre lobo.
- Sorpresa, lobito.
Me reí sin poder contenerme. El podía ser tan intimidante cuando se lo proponía, sin embargo, era un lobito.
Mi lobito.
- Este lobito muerde, no te dejes engañar tan pronto - comienza a decir mientras sus manos van subiendo por mi espalda, de manera lenta y causando mil sensaciones el proceso, llega a mi nuca, quedándose unos segundos en ese lugar:- ¿Puedo morderte?
Pregunta, buscando mi aprobación antes de hacer algo.
- En este momento, creo que podrías hacerme lo que quieras y no diría que no - sonrío, me inclino para juntar nuestros labios en un beso diferente a los normales.
Abro mi boca dándole acceso a su lengua, su sonrisa en medio del beso solo causa que mi corazón quiera salirse de mi pecho, mis manos descienden y buscan liberar aquello que mi cuerpo anhelaba sentirlo dentro suyo, todo esto sin separar nuestras bocas que se movían en perfecta sincronía.
Nunca pensé que mi cuerpo podría sentir este nivel de calor y mucho menos que deseara tanto tener para mí lo que mi novio tenía entre sus piernas y que pronto estaría en mis manos.
- Espera... - me pide dejando de besarme y al ver sus labios hinchados, concluí que los míos debían de estar igual o peor.
- ¿Qué?
Pregunté.
- Debo confesar algo antes de seguir... - murmura y yo, confundida, asiento esperando que continúe:- Nunca me he acostado con nadie, así que si estoy haciendo algo mal o te incomoda, debes decírmelo, ¿Esta bien?
Es virgen... oh por la diosa.
- Iniciemos en esto juntos entonces... Vayamos lento pero seguro.
Me sonríe:- ¿No te molesta, cierto? Es decir, no tengo experiencia y-
Lo silencio con un beso.
- No, para nada, yo nunca... Hice esto y serás el primero, me alegra que sea de ese modo, no me arrepiento.
- Yo siempre te esperé.
Confiesa medio sonrojado.
- Desde pequeño detestaba el contacto de otras personas, en especial de mujeres, luego supe que era por ti... Mi lobo no quería a otra, te quería solo a ti y siempre fue así desde el inicio.
- Por eso me besaste la primera vez que nos vimos.
- Supe que se trataba de ti en el instante en que te vi... Destacas por sobre los demás para mí. Me emocione mucho ese día, fui algo impulsivo, perdón.
Sus manos no han dejado de acariciar mi rostro, sus ojos brillan confirmando lo que su boca cuenta, el cariño y el... amor, era tan evidente.
Él es tan obvio.
- Te amo.
Junta nuestras frentes y deja un corto beso en la punta de mi nariz.
- Te amo. - le digo sin miedo.
Ya no solo era la pasión y atracción lo que sentíamos el uno por el otro, eso dejo de ser hace muchos días y sin darnos cuenta, en algún momento habíamos comenzado a sentir de más.
Hasta llegar a este punto exacto, donde él dice que me ama con esa mirada que transmite todo sin necesidad de palabras, donde yo estoy más segura que nunca sobre mis actos... definitivamente, quería ser suya y que él sea mío.
Y por suerte, no tardamos mucho en llegar a ese punto, ya la ropa había desaparecido por completo, nuestros cuerpos estaban juntos y disfrutando del calor corporal que brindaba el otro. La respiración faltaba, pero no era necesaria de todos modos, no para seres sobrenaturales como nosotros, que podíamos aguantar mucho más que un mortal.
Y amaba tanto ser sobrenatural ahora. Porque alejarme de su boca, mi nueva adicción, no estaba dentro de mis planes cercanos.
- Santi- gemí.
No pude contener los suspiros que salían de mi boca, todo debido a que cierta persona estaba muy entretenido en mi parte baja y yo sonrojada me dejaba hacer, porque su lengua se sentía tan bien justo en ese punto.
Cubrí mi rostro con mis brazos, intentando controlar mis gemidos y el calor que sentía, quería detenerlo y a la vez no.
El placer dolía, pero era un dolor maravilloso.
- Estás lista.
Afirma mientras abandona mis partes intimidas, quiero quejarme por ello, pero no me permite decir ninguna palabra y sin que lo espere, siento su miembro rozar mi entrada.
- ¿Seguro...? Creo que aún no- murmure.
Me mira con esa mirada juguetona y acerca su rostro al mío, comienza a besarme y yo gustosa acepto.
- Si continuo te vas a venir y no esta en mis planes que sea de ese modo, no hoy, al menos - me dice mientras con su mano vuelve a posicionar su miembro.
Abro mis piernas lo más que puedo para facilitar el acceso y no estaba segura si me dolería, pero viendo el tamaño de mi novio...
Oh sí, me va a doler.
- ¿Lista?
Pregunta mientras se coloca... esa cosa, dios mi cerebro ni siquiera podía procesar nada, solo quería tener ese pedazo de carne dentro de mí.
Aveces me daba miedo, pero no quería verme desesperada, aunque lo estaba. Aunque creo que era normal con semejante hombre a mi disposición y solo para mí.
- Sí, mételo ya.
Asiento, preparándome mentalmente para lo que venía. Le escucho soltar una risita y decir en voz muy baja un "tan tierna".
- A tus ordenes.
Y lo sentí. Claramente me resultaba incomodo debido a que no estaba acostumbrada a meter cosas ahí y mucho menos... Algo tan grande.
El tampón no cuenta.
- ¿Duele...? - pregunta deteniéndose.
- No, sigue... por favor.
Pido con algo de timidez.
No dice nada, pero sus acciones bastaban, hizo justo lo que le pedí... lo metió por completo y de un solo empuje.
¿Dolió? Sí, pero era algo soportable y sabía que era momentáneo. Sentí sus besos en mi abdomen, buscando distraerme del dolor y cuando me sentí lista, él lo supo y comenzó a moverme poco a poco.
El placer comenzó a llegar como una ola, que sabes que va a venir y arrasar con todo.
Ya ni siquiera me preocupe en apaciguar mis gemidos, deje que estos salieran libremente y por alguna razón, aquello hizo que Santiago acelerara sus movimientos.
Supe que le gustaban cuando intente cubrir mi boca, pero el me sujeto las manos y me lo impidió, no hizo falta que diga algo, su mirada lo decía todo.
Sin embargo, lo que me volvía loca a mi era escuchar los leves gemidos que él soltaba cada que entraba y salía de mí. Las sensaciones eran hermosas, maravillosas y arrasan con todo a su paso, pero me consideraba una persona visual y me encantaba observar.
Él era arte y me encantaba apreciarlo.
- Oh dios... ¡Justo ahí!
Pedí cuando toco algo que hizo que mi cuerpo temblara de golpe, todo se volvió mucho más intenso y sentía que no iba a poder aguantar más.
Él lo supo y acelero sus movimientos, llevándome directamente a la locura y cuando menos lo espere, ambos nos habíamos venido.
- Eso fue... - ni siquiera pude decir algo, mi cuerpo aún sentía los espasmos del placer y mi corazón latía como loco.
- Maravilloso.
Concluyo él luego de tirar lejos el condón. Asentí, se tumbo a mi lado y nos cubrió con las sabanas blancas, aparto un mechón de pelo y lo escondió atrás de mi oreja.
- No me mordiste.
Le dije confundida.
- Quiero que estés lucida... no quiero que luego te arrepientas, sabes que si lo hago, no hay vuelta atrás.
Me recuerda.
- Lo sé. Y ya te dije... estoy completamente segura de lo que te digo. Quiero que me marques - le pido agarrando su rostro entre mis manos y dejando besos breves.
- Va a... doler, al inicio, luego volverás a sentir placer.
- No me vendría mal una segunda ronda.
Bromeo y él sonríe:- Tenemos toda la noche.
Baja a mi cuello y el dolor que siento es muchísimo, sentir como clava sus colmillos en mi piel, me hace arañar su espalda y agradezco cuando el dolor desaparece y da paso al placer.
Se separa un rato admirando su marca y se ve bastante orgulloso:- Ya es oficial, lobita. - me asegura para luego lamer su marca.
- Oh por dios... - suelto ante el placer que me genera tener su lengua recorriendo mi piel. Ese lugar se había vuelto mi nueva debilidad, con solo una lamida era capaz de encender todo mi cuerpo nuevamente:- Necesito una segunda ronda, por favor.
- Lo que me pida mi princesa.
[❣]
• Nota de Autora: Mmh... ¿Les gustó? Dios, estoy muy sonrojada, casi nunca escribo este tipo de escenas... por ende, perdón si no es lo que esperaban o no cumplió con sus espectativas, lo hice lo mejor que pude :c
Les dije en el capítulo pasado que este capítulo se enfocaría principalmente en Santiago y Helena, en su relación.
Ysi amores, ambos eran más vírgenes que el aceite, pero supieron manejar la situación lo mejor posible.
Espero realmente que les haya gustado, si ese fue el caso probablemente haga escenas así más seguido con ellos dos, pero deben hacérmelo saber.
Por cierto, perdón si hay errores de ortografía, en serio, intento que no haya muchas y que no sea tan molesto, pero aveces me confundo en alguna que otra cosa. Espero que eso no impida que te guste la historia❣
Lxs amo demasiado.
Besitos y abrazos.
- Ann.
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