Capítulo 2
Helena
- ¿Tú... qué?
No me sorprendía la reacción de Lea, incluso me parecía tierno la forma en que se sorprendía por este tipo de cosas.
- Mi mate, lo encontré. Significa que encontré a mi pareja eterna, mi alma gemela, mi media naranja... ¿Comprendes? - le pregunto y ella me pega en mi nuca. Ok, eso no me esperaba.
- ¡Claro que sí! Sólo que... Según mis clases, es muy difícil encontrar a tu otra mitad y es casi un milagro que lo hayas encontrado siendo tan joven. Se supone que es algo bueno, pero te veo y parece ser todo lo contrario - aclara.
- ¿Era necesario el golpe? - me quejo para no responder a su descubrimiento.
- Perdón, sabes que soy algo agresiva con las supuestas buenas noticas - se ríe. Eso era cierto, siempre que escuchaba una golpeaba la primera cosa que veía.
- Ok... ¿Tienes hambre? - pregunto abriendo mi bolsa de papas fritas.
- Estás evitando responder. ¿Porque no estás feliz? - me pregunta directamente.
- ¿Por qué...? Ah- hago silencio y pienso en una respuesta -. No fue con quien esperaba.
- ¿Es un viejo? Oh... Ya sé, de seguro es feo - me río ante sus palabras y niego.
- Todo lo contrario, el maldito es de lo más sexy... Es físicamente el sueño de la mayoría de chicas. Pero es un idiota, hace cosas que dañan a los humanos, es un ser sin... Compasión.
- Creo que lo estás juzgando sin conocerlo. ¿No mencionaste que fue ese día la primera vez que lo viste?
- Sí, cara a cara. Pero ya lo conocía... Había escuchado de él y estuve presente en una de sus estupideces.
- ¿Me dirás quién es?
- El Príncipe Oscuro - digo su apodo y ella se ve confundida hasta que parece recordar.
- Hablas de Santiago... El hijo del medio. ¿Sus padres son Sofía y Ryder, no? - asiento ante su duda.
- Ese mismo.
- ¿Eso significa que serás princesa, no?
- Lea, eso es lo menos importante - murmuró incómoda.
Nadie aquí sabía quien era... Bueno, en realidad, pocas personas lo sabían. La mayoría pensaba que era una mujer lobo más y estaba feliz con eso. Así que nunca pensé en decir quienes eran mis padres y mucho menos revelar mi posición social.
Yo era la Princesa de las manadas del sur. Y mi mate era Príncipe de las manadas del norte.
- Helena, viéndolo desde el lado económico... Ser mate del príncipe oscuro te cambiaría la vida. Pero veo que eso no te importa mucho, ¿Es que en realidad es muy malo? - me pregunta.
- No lo sé. El dijo que no lo hizo y una parte de mi le creé... La otra parte está indecisa y no sabe que mierda hacer - admito en voz baja. Mastico mis papas fritas y veo a los chicos del equipo jugar en el campo.
- ¿Quieres un consejo? - asiento y ella suspira -. Debes conocerlo por ti misma, no escuches los rumores y ve por ti misma si es verdad todo eso que dicen.
- Es que tengo miedo de conocerlo y ver que todo lo que dicen es verdad. No quiero ser la mate de un monstruo - confieso a mi pesar. Una corriente se pasea por todo mi cuerpo y veo para todos lados en busca de... Algo que mis instintos dice que ya no está.
- ¿Qué sabes exactamente de él?
- Su mamá es la enemiga de la mía y hay mucho odio mutuo - me río.
- ¿Tu familia conoce a la Reina? - maldigo ante ver que me mande al frente.
- Eh... En realidad fue por lo del hospital, mi madre estuvo ahí y se fue a quejar a la reina por el caos que había hecho su hijo. Pero ella se hizo la ciega y negó todo - invento y ella asiente.
- Supongo que ambos la tendrán difícil para caerle bien a su suegra.
- De hecho eso es lo único malo, no hay más. Bueno quitando el hecho de todos los rumores malos sobre Santiago.
- Escuche que es un mujeriego... Lo vi en una revista de la escuela - se ríe. Luego mira mi expresión y se calla.
- Tampoco es que me sorprenda. Le pega mucho con su imagen de chico malo e intocable.
- Ese chico es un cliché andante.
- Es verdad, tiene tatuajes, una enorme fortuna, es malo y atractivo... Creo que le faltaría fumar y ya - me río dándole la razón.
- ¿No lo hace? Es extraño, eso sería la cereza del pastel.
- No, ninguno de los cuatro fuma. Tampoco sus padres... De hecho muy pocos de los seres sobrenaturales fuman, es algo estúpido para nosotros.
- Ojalá y los humanos pensarán de ese modo.
- Los humanos son estúpidos - digo para molestarla.
- Cuidado que yo soy humana y no todos somos así. Hay gente buena en el mundo - afirma.
- Me hiciste recordar a mi tía. Siempre dice lo mismo - sonrió ante recordar a Celeste repetir aquella frase millones de veces cuando yo era pequeña.
- Mira... Allá viene Oliver - me avisa y a lo lejos veo al hijo adoptivo de mi tía.
Quién iba a decir que ese pequeño fuera mitad angel. Y sin embargo fue criado como un humano, para luego pasar al cuidado de un hada y un hombre lobo.
- Hola chicas, ¿Qué hay de nuevo? - pregunta al llegar a nosotras. Su sonrisa y buen humor nos hace ver que la paso muy bien en las vacaciones.
- ¡Hola Oli! - saludo con entusiasmo. Lea me guiña un ojo y yo por consecuencia me pongo colorada, supongo que fui muy mala disimulando mi supuesto desinterés - ¿La pasaste bien en las mini vacaciones? - pregunto mientras lo veo sentarse a mi lado.
- Si, el orfanato cambió mucho... Pero el espíritu es el mismo. Fue genial compartir cosas con los niños nuevos. Por cierto, escuche que hubo una pelea en tu casa - por el tono que usa me hace saber que alguien le fue con el chisme.
Miro de reojo a Lea. Ella no tenía idea de nada, así que tendría que ser cuidadosa con mis palabras.
- Sí, pero nadie salio herido. Le debo una a tu mamá - digo lo más breve posible.
- ¿De que pelea hablan? No mencionaste eso... Pero bueno, ¿Oliver sabías que nuestra linda vampira encontró a su media naranja? ¡En las fiestas! - exclama, le doy un pequeño golpe a Lea por bocona.
- No tenía idea. Mamá no me comento nada, supongo que esperaba que me lo dijeras tú... ¿Es verdad? - me pregunta, le miro y veo que el no me mira, esta muy atento mirando uno de sus anillos.
Lastimosamente... Sí, Oli.
El me mira y asiente no muy animado, pero se esfuerza en mostrame una sonrisa de que todo estará bien.
- ¿Y quién es el afortunado? - me pregunta. La imagen de Santiago viene a mi mente y no puedo evitar gruñir ante recordar que no lo detuve cuando me robo el beso.
- Santiago.
- ¿El Príncipe? - se ve contrariado y yo solo afirmo con la cabeza.
- ¿En serio es tan malo? - pregunta Lea. Oliver niega y decide responder sólo como él sabe.
- Claro que sí. ¿Sabes lo que eso implica en nuestra relación? - su comentario me hace reír, pero es una risa nerviosa mas que otra cosa. El me gustaba, literalmente era la perfección en persona... Un ángel real.
Y aunque creo que él lo sabe... Nunca me dio indicios de que correspondía lo que yo sentía, así que lo nuestro era bromear sobre nuestra falsa relación amorosa y ya. Reía por fuera y lloraba por dentro al ver la realidad de las cosas.
- Pobre Oliver, le partiste el corazón Lena - exclama Lea y yo solo hago como si no me importará.
- Sólo está siendo dramático... Lo superará - me río y ellos lo hacen conmigo.
(...)
- Esta vez no podremos hacer el trabajo en mi casa... Digamos que mis papás no están en un buen momento. Así que, ¿Podríamos hacerlo en la tuya? - me pregunta a la vez que guarda sus cosas.
Cierro mi mochila y la miro:- No sé. No suelo llevar gente a casa... Pero ya que no puedes, es justo que esta vez me toque. ¿Mañana a la salida? - le pregunto y ella asiente. Me despido de Lea y camino un par cuadras hasta que veo mi auto. Me subo y tiro la mochila en el asiento copiloto, me preparo para arrancar, pero el suave olor a... No tenia idea de como describir aquel aroma, pero sabía perfectamente a quién le pertenecía.
Y sin embargo no logro verlo.
- ¿Me esperaste, Helena? Esto es nuevo.
Oliver se apoya en mi auto y me sonríe como siempre:- ¿Tenía que esperarte? - le pregunto confundida.
- Mi mamá esta con la tuya, me pidió que vaya... Parece que es algo urgente - ante sus palabras no puedo evitar preocuparme.
- Sube.
(...)
- El pequeño Oliver no es tan pequeño ahora... - comenta en un murmuró mi mamá. Oliver estaba haciendo ejercicio afuera mientras esperaba a que la carne de cocinara en la parrilla.
Le tiro con codazo disimulado:- Mamá, es menor que tú.
- Lena, solo dije que había crecido... No imagines cosas - lo ultimo lo dice un poco más alto. Comprendo la situación cuando papá esta bajando los escalones y se ve molesto.
- De todos modos, tienes razón mamá... Oliver esta muy bueno - afirmo y mi mamá solo sonríe al ver que le sigo el juego.
Era tan divertido hacer enojar a papá.
- Si tan solo fuera un poco más grande... Aunque la verdad no importa, amo a los menores - casi me atragantó ante lo último, aveces mi madre dice cosas sin pensar.
O tal vez lo hace porque sabe el impacto que tiene en la gente: En ese caso mi papá, su víctima.
- ¡Malia! - el gruñido de mi padre nos hace prestarle atención.
- ¿Qué quieres abuelo? - le molesta mi mamá.
- Creo que esta mañana no decías lo mismo - ante las palabras de mi papá mi mamá se pone roja y yo igual.
- ¡Papá! No quería saber eso... Los dejó - aviso y rápidamente me voy, estoy segura que estaban a nada de hacerlo en frente de mí.
- ¿Así que estoy bueno, Lena? - la voz de Oliver me hace soltar un grito de sorpresa. Deja su vaso de agua en la isla y se acerca a mi.
- ¿No estabas afuera? - evito su pregunta con otra. Lo hago a un lado y me sirvo un vaso de agua roja... No era sangre, se podría decir que era una versión falsa de la misma. No sabía muy bien, pero al menos evitaba que tenga que matar a un pobre animal -. ¿Dónde está mi tía?
- No, quería tomar agua. Y ella fue a trabajar en su proyecto de este año. Piensa enseñar magia en una de las escuelas donde humanos y seres sobrenaturales ya conviven.
- ¿Y Damien?
- Creo que papá se esta encargando de entrenar a los nuevos convertidos. La mayoría se transforma en esta época del año, así que muchos hombres lobo y mujeres van a estar corriendo por todos lados, deben ser controlados a tiempo.
- No permitamos que los humanos se enojen - digo en un tono irónico.
- ¿Ya hablaste con Santiago? - mi vaso cae al suelo y maldigo internamente por ser tan idiota y torpe.
- No.
Levanto los residuos del vaso y luego limpio con papel el agua.
- ¿No piensas hacerlo?
- Oliver, no quiero hacerlo. No me molestes... Yo veré cuando le hablo - me levanto del suelo y tiro todo a la basura -. Voy a salir antes que papá entre en sus cuatro sentidos y no me dejé.
- ¿A dónde vas hoy? - pregunta con obvia curiosidad.
- A divertirme, ¿Me acompañas al lado oscuro, ángel? - le pregunto extendiendo mi mano hacia él.
- Mi tía dice que nunca te siga cuando dices eso... - sonríe de lado y toma mi mano, no me pasa desapercibido notar que esa electricidad que cada vez sentía cuando me tocaba, ahora ya no está.
Es porque las cosas cambiaron... Tu cuerpo pide a Santiago.
Ignoro sus palabras y sonrió:- ¿Desde cuando le haces caso a mi mamá? - le reto.
- Supongo que nunca. Pero no me vendría mal... Evitaría algunos desastres - admite.
(...)
- ¡NO TE ATREVAS A SOLTARME, OLIVER! - le grito, el pánico se apodera de mí al ver que perdemos altura.
Pienso que si no le tuviera miedo a las alturas, en estos momentos estaría disfrutando de ver a Oliver usar sus alas y de la hermosa vista que tengo desde aquí arriba.
- Eres una dramática - se burla cuando ambos tocamos el suelo y yo desesperada me tiro al piso.
- ¡Pues perdón por existir! - le reclamo, calmo mi respiración -. Sabes que le tengo pánico a las alturas... Al menos cuando hay una gran altura.
- Volamos casi todo el tiempo, cachorra.
Gruño ante su apodo.
- El termino correcto es mujer loba o híbrida, incluso ese término te lo acepto... ¡Pero no me digas cachorra! - le pido mientras le tiro arena que agarro del suelo de la playa.
- ¿Lobita, te gusta más? - pregunta y estoy por tirarme sobre el cuando siento la mirada de alguien.
Mi cuerpo se calienta y el olor tan nuevo pero conocido a la vez llega a mis fosas nasales.
- ¿Él está aquí? - pregunta Oliver, le miro y asiento -. Lo supuse, te pusiste roja y esta vez... No fue por mi culpa.
¿Qué?
- Te espero adentro, lobita - me guiña un ojo y no puedo evitar ruborizarme.
Me pongo inquieta cuando lo veo ingresar a mi hogar. Las pequeñas olas se escuchan de fondo y eso provoca que me calme tan solo un poco.
- ¿Con que lobita, no? - su voz me hace estremecer incluso sin tocarme y aquella sensación me hace afirmar una vez más lo obvio: Él era en verdad mi mate.
₪₪₪₪
· Nota de Autora:
Amores, les cuento que estoy en proceso de selección... Me refiero a que estoy buscando modelos para que representen a mis personajes. Hasta ahora he encontrado un par y creo que son maravillosos porque se acercan mucho a como me los imagino... Sin embargo, siempre busco que de alguna forma participen en la historia y sean parte de ella. Por lo que si ustedes tienen a alguien en mente para algún personaje, pueden comentar aquí o enviarme un mensaje a Instagram.
En fin, eso es todo, amores.
- Pregunta del capítulo: ¿Qué opinan de Oliver? ¡Lxs leo!
Besos y abrazos.
- RadianteUnicornio.
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