12.- Voz al aire.

Este me faltaba por editar. Cambié algunas cosas que no coincidían con el cap anterior y algunos fallos que alcancé a notar.
En fin, este es el final de la historia, gracias por el apoyo que le han dado<3

Lo bueno de tener en tu vida a alguien que estudia música era que podías tener mini conciertos gratis y en vivo. Como justo ahora, que estaban en la habitación de Craig mientras este último tocaba y Tweek comía sándwiches sentado en la cama. Tweek recientemente también había comenzado a ir a clases de piano, y por fin entendía la tortura que era conservar la calma. Craig decía que le costaba más de lo normal porque no tenía paciencia. Y justo ahora, viéndolo ahí con el rostro sereno totalmente concentrado se daba cuenta de que era verdad.

El problema de todas las personas en general, eran que creían que tocar un instrumento era fácil. Lo sabía porque él creía eso antes de meterse de lleno en la música. Pero no era fácil, mucho menos si la persona es alguien impaciente como él.

Lo bueno de todo esto: Como ambos trabajan mucho en su paciencia, su relación como pareja es bastante relajada. Es decir, mantienen las discusiones al mínimo y organizan sus tiempos. Hablando de eso, llevaban aproximadamente un mes y medio de relación. Sólo Clyde y Token lo sabían, y eso porque ellos habían decidido decirles. Y si ahora mismo les preguntaran por separado porque no se lo habían dicho a nadie más la respuesta de ambos sería: No lo sé.

Craig soltó un bufido de frustración, dejó su instrumento en el escritorio y se sentó al lado de Tweek.

— Sigo pensando que sólo vienes porque mi madre siempre te da comida.- Repuso. Tweek sonrió.

— A veces.- admitió.

Craig rodó los ojos, se estiró para robarle un emparedado. Tweek tomó la mano izquierda de Craig para frotar con delicadeza la punta de sus dedos. Cuando su novio se enojaba presionaba las cuerdas con más fuerza de lo que requería, lo que provocaba que una parte de sus uñas se doblara hacia dentro de una manera no muy agradable. De hecho, si se concentraba podía sentir un pequeño callo en el dedo indice. Craig relajó los hombros un poco.

Tweek esperó a que Craig terminara de comer su trozo de emparedado para poder tomarle la cara con la mano que tenía libre y darle un beso. Se alejó sonriendo con burla cuando notó un sabor amargo.

-— ¿Estuviste bebiendo café?

Craig sonrió avergonzado. Digamos que desde aquella vez que dejaron de hablar Craig había desarrollado una adicción al café, aunque no eran tan fuerte como la de su novio. Él por mucho tomaba cuatro tazas a la semana. Lo bebía sin azúcar, porque Tweek creía firmemente que beber café con azúcar era una especie de delito.

— Uno poco.- Respondió avergonzado.

Tweek adoraba cuando Craig se sonrojaba, más aún cuando él lograba provocar esa reacción. Nunca pensó que algo tan simple le causaría tanta satisfacción. Volvió a darle un beso, algo más parecido a un pico. Se alejó para seguir comiendo. La madre de Craig abrió la puerta de repente, los observó con una mirada extraña y cerró la puerta despacio.

— Creo que ya lo saben.- mencionó Tweek mirando a Craig con los labios presionados en una línea.

— Lo sospechan. Se pasan toda la semana preguntándome cosas sobre ti.

Tweek dejó caer la cabeza sobre el hombro de Craig, lo abrazó por la cintura. Craig, como pudo le pasó un brazo por los hombros, posó los labios en su coronilla y los dejó ahí.

— ¿Crees que deberíamos decirles ya?- Cuestionó. Craig separó los labios para poder hablar, apoyó la barbilla en su lugar para no alejarse.

— Probablemente sí. A mi me da un poco igual si lo saben o no, pero, debemos tener en cuenta que después no nos dejaran tener la puerta cerrada.- mencionó.

Tweek soltó una risa-exhalación. No tenía idea de como iban a reaccionar sus padres, es decir, una parte de él le decía que ellos ya se lo veían venir de alguna manera, que ya habían notado sus miradas. Además, habían tenido tiempo suficiente para asimilar las cosas.

— ¿Y que pasa si ellos no...- No quiso terminar la pregunta. Craig se separó para mirarlo.

— Mi familia te adora. De verdad. No creo que les afecte demasiado si estamos juntos o no. Y tus padres siempre han bromeado al respecto, no creo que les sorprenda que de verdad estemos juntos. No te preocupes por eso, cariño.- señaló con una sonrisa.

Tweek sonrió también. Sabía que Craig tenía razón, pero a pesar de eso no podía evitar sentirse nervioso.

— Oye, tengo algo que mostrarte.- Mencionó Craig de forma alegre. Tweek lo miró con una ceja alzada.

El azabache se levantó y tiró de su brazo. Tweek gruñó.

— ¿De verdad tengo que levantarme?- Protestó. Craig rodó los ojos.

— Sí, lo que tengo que mostrarte está en el techo.

Tweek resopló pero terminó por seguirlo, es decir, ¿Que otra opción tenía?

— ¿Y que es?- interrogó a medio camino.

Craig se giró un segundo para dedicarle una sonrisa llena de emoción. A Tweek le gustó esa sonrisa, demasiado.

— Pude convencer a mi padre de comprarme un telescopio.

Cuando llegaron pudieron verlo. No es que Tweek supiera mucho de telescopios, pero podía notarse que no era precisamente el mejor de todos. A pesar de eso Craig parecía bastante feliz, y eso lo hacía feliz a él. Craig soltó el agarre que mantenía en su brazo y caminó hasta el aparato.

Craig estaba demasiado emocionado. Tweek sabía cuanto amaba su novio las cosas extrañas, las cosas a las que casi nadie le tomaba interés. Y realmente entendía porque Craig sentía atracción hacia él. Sintió como su pecho se expandía lleno de sentimientos.

Tweek sabía que Craig era la única persona que realmente podía ver sus rarezas como algo extraordinario, sabía que cada vez que le decía cuanto lo quería era totalmente sincero. Sabía que Craig podía amar miles de cosas extrañas a la vez, y, sin embargo, él ocupaba el primer lugar en la lista. Y no era realmente necesario que el azabache se lo dijera, él podía notarlo, y eso era más que reconfortante.

A Tweek le gustaban más las cosas simples, sin tantas complicaciones. De hecho, lo único raro que realmente amaba era Craig.

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