Capítulo 51

Ella se encontraba mirando curiosa al Seelie Flama, previamente le había pedido que se acercara y por instinto o locura, lo tomó entre sus manos tal y como lo hacía siempre con su Seelie elemental de agua, encontrando que la sensación de tenerlo al contacto con su piel era una extraña sensación 'picante', cálido y por sobre todo especial. ¿Por qué especial? Porque los dos hechiceros y los dos omegas se le quedaban viendo con la boca abierta y más pálidos muertos que vivos.

Frunció el ceño.

—¿Pueden dejar de tener esa cara de horror cada vez que mimo a mis Seelies? Además de que no entiendo porque se ponen tan nerviosos. —replicó incómoda.

El primero en levantar hacia ella, fue Nik Eisenrune, con sus ojos verdosos la miró y se compadeció, diciendo:

—Está claro que los omegas que tienes a tu lado velan por tu salud y protección, eso quiere decir que su puesto debe mantenerla sin ningún rasguño. El motivo de que el omega del escuadrón del Alfa se encuentre contigo es más claro que el agua, como tu compañero protector no vino por diligencias mayores... El omega Lucas, debe llevarte en las mismas condiciones en las que fuiste dada. —respondió mientras le pedía la mano a ella, consiguiendo confusión en la Luna al observarlo a detalle— Es impresionante que siendo del elemento Agua, con este pacto no seas capaz de sentir dolor o daño físico ante el contacto directo del calor fuego del Seelie. Magnífico.

—¿Por qué debes tocar todo lo que ves, Bruna?—preguntó angustiada la omega Crystal, nerviosa.

—Flama no me lastimará, es mi aliado, además le gusta mi tacto. —dice con molestia al verla alejarse de ella y su Seelie, con precaución— No entiendo porque le temes si se supone que Seelie te protegió hasta llegar aquí.

—Es precaución y respeto. —replicó Crystal, nerviosa inmediatamente.

—Ella no es una hechicera ni maga, Luna. Quiénes no tengan el pacto con el Seelie Flama, podría tener una quemadura si no tiene cuidado —explicó con una expresión cálida y compasiva el hechicero rubio de Cristales, Erwin Edelrune.

—Pero se supone que la protegió hasta aquí, ¿No tiene eso algo de relación?—pregunta inconforme. Estaba claro que a la Luna no le gustaba que sus Seelie no fueran bienvenidos con la misma actitud de confianza que ella ofrecía.

—En eso tienes razón, hay explicación justificada de esa relación. Los Seelies de fuego habitan comúnmente en los alrededor de la Manada "Hijos del Jaguar" que pertenece al país de procedencia de su omega, Luna. —responde Nik.

—¿Así se llama a la Manada de México?—pregunta con una expresión que cuando la sorpresa la golpeó, su mandíbula cayó hacia abajo, formando una mueca única: los labios permanecían cerrados, pero la parte inferior de su boca se estiraba, creando una expresión similar a la famosa figura de 'El grito'. Las comisuras de sus labios parecían fruncirse hacia los costados mientras su mandíbula descendía notablemente, dejando visible el espacio de casi dos dedos entre su barbilla y el comienzo de su cuello. Al mismo tiempo, sus cejas se alzaban, completando un gesto que transmitía incredulidad pura y desconcierto.— Nde válapema

Crystal suspiró como si hubiera sentido melancolía con esa frase dicha por su amiga y Luna de la manada.

—Ya me parecía raro que no mencionaras nada de ese idioma raro que tienes —comenta la omega con una media sonrisa— ¿Qué dijiste en guaraní? ¿Qué expresión es esa?

—Es que me sorprendió. El nombre es excéntrica para el corto nombre del País de México —se excusa ella, Bruna, con una sonrisa nerviosa al darse cuenta de que le ha salido del alma esa expresión coloquial de su país— "Nde Válapema" significa: ¡Que curioso! En guaraní.

—Entonces la Luna es extranjera. —dijo con un tono de sorpresa e intriga, Erwin, el hechicero de Cristales, de cabello rubio de ojos azul claro, pregunta confundido:— El idioma que mencionas es ... ¿De qué país?

—Paraguay. Un pequeño país que queda entre Bolivia y Uruguay. —responde casi acostumbrada de que nadie sepa de su país. Aunque eso no evita que ella sintiera un pinchazo de dolor al extrañar su existencia allí.

—Hey Bru, no te desanimes. Sé que ha de ser difícil estar en un país como este, pero ya verás que para las fiestas de fin de Año irás a visitar a tu familia. —trata de animarla su guía y apoyo emoción, la Estrella Crepuscular: Crystal.

—No es fácil, extraño el lugar donde crecí, ahora sé que vivía en una normalidad más tranquila —responde resignada a esta nueva vida. Añorando su país y extrañando la facilidad del idioma. «Necesito una ducha y tirarme a dormir»pensó agotada y triste.

—Si desea descansar, podríamos inntervenir por usted en la reunión que tiene con el padre del Alfa. —sugiere comprensivo Erwin.— Aunque si tiene alguna duda más, estamos para usted.

—Ni te preocupes por el ambiente pesado que hay entre mi suegro y yo. Ya estoy acostumbrada a lidiar este tipo de ambientes —dijo Bruna con despreocupación— Por lo otro, sí, tengo preguntas simples de curiosidad.

—Adelante, no tenemos mucho que decir ni ocultar, Luna —ofreció Nik, preparado para esas cuestiones.

—¿Qué tipo de elemento manejan? He visto que ninguno se siente atraído por el Seelie Flama. —dijo ella muy perspicaz, y observadora.

—Muy observadora. Por mi parte, tengo el pacto con el Seelie Zener, que maneja el elemento eléctrico. —responde Nik, mientras sus ojos chispean ligeramente en un tono amarillo, azul y luego violeta.— En algún momento, supongo que deberás hacer un pacto con este Seelie, por ser la domadora, Luna.

—Por mi lado, tengo pacto con el Seelie Aura, que maneja el control del aire. Está siempre presente en cada movimiento o hechizo que realizo, ya que es fluido y suave la conexión en conjunto. Transmite esa paz y serenidad que he podido ver que usted tiene cuando se encuentra sola con el Seelie Marea. —responde Erwin, con una sonrisa suave.

—¿Seelie Marea? ¿Así se llama mi Seelie Elemental?—pregunta intrigada.

—Sí, ¿Cómo lo llamaba usted?—preguntó intrigado Erwin.

—Aqua, o solo Seelie.

—Vaya, supongo que no suele ser común que él mencione su nombre generalizado por el cuál el pueblo lo conoce —respondió extrañado Erwin.

Bruna solo se encogió de hombros, cada día aprendía algo nuevo.

—Todavía me falta mucho por aprender de este gran universo. —respondió ella ante la vergüenza de su propia ignorancia humana.

—Un largo camino para recorrer. ¿Cuántos meses ya ha cumplido de estar en la Manada Rudeltlantik, Luna?—pregunta Nik, bajando un poco la guardia por curiosidad.

—Tres meses. A finales de junio me vine con Elisey. —contesta despreocupada— Vaya, ha pasado ya tres meses... Este mes tengo que volver a mi país.

—¿Volver? —preguntó Lucas, con esos ojos oscuros y preocupados.— ¿Cómo para qué?

—Debo visitar a una persona especial en su cumple, sino lo hago seré como Flama y los quemaré a todos —le respondió ella con una expresión totalmente seria, determinada.

—¿Y el Alfa ya lo sabe?—pregunta la Omega Crystal.

—No pero eventualmente lo sabrá. Debo decirle para ir con él. —ella sonríe con un tinte nostálgico reflejado en sus ojos marrones.

Lucas sintió volver su alma a su cuerpo al saber que la Luna le comentaría al Alfa, de ser lo contrario, presentía que el mundo se volvería un infierno.

—Bien, ¿Vamos a comer algo y regresamos a la casa? —les pregunta, cambiando de tema.

—Nosotros tenemos que seguir con nuestra rutina, pero disfrute de su almuerzo por nosotros —se disculpa avergonzado el rubio de ojos azul claro, llevando a Nik por los hombros.

—Para mi desgracia es cierto, nos comprometimos a muchas cosas para hoy. Pero buen provecho, Luna. —dice Nik deshaciendose del agarre de Erwin, siempre pidiendo espacio personal.

—Entonces, espero verlos pronto. Cuídense —les acepta sin molestia alguna. Siendo así como les sonríe a los dos omegas restantes.— Vamos a comer algún sándwich de pollo por favor, muero de hambre.

Crystal inmediatamente se levantó del asiento y abrió la puerta. Dice nerviosa y sudorosa:—Ha dicho esas palabras, hay que alimentar pronto a la fiera.

Bruna se carcajea divertida ante su reacción. Tratando de calmarlo, suelta a su Seelie Flama suavemente para dejarlo levitar a su propia libertad.

—Crys, no te va a pasar nada. Ya no soy esa fiera de años atrás, ahora solo me descompenso al tener mucha hambre —responde con tranquilidad.

Sin embargo, Lucas, el omega del escuadrón del Alfa pregunta:

—¿Qué tan fiera era?

Crystal se giró como la niña del exorcista y recitó: —Fiera nivel piraña.

La palidez en Lucas volvió por un instante. Diciendo:—Es mejor partir ya, porque si era así consciente, no me imagino como será ahora.

Siendo así como los tres parten hacia una cafetería que quedaba en la esquina conocida por el nombre de: "Luna Estrellada" , y para la fortuna de ambos omegas, Doña Fheli tenía varios sandwiches de milanesa para la Luna.

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