Capítulo 7: Un neófito con compañía fantasmal


Seth

El pelaje de Jacob estaba erizado. No paraba de gruñir. Su mente decía miles de improperios. A penas se podía sostener del lugar. No lo hacía por temor a lastimar a Renesmee. Ella estaba demasiado cerca.

Según el Alfa, ella estaba tonteando con el neófito, aunque lo poco que yo pude ver, en verdad le estaba enseñando a cazar. Más bien le estaba empujando a cazar. Renesmee no le interesaba ese chico, pero no podía decir lo mismo de Leah.

Ella estaba tumbada en tierra, atenta a los pensamientos nuestros, aunque se negaba a mirar a la dirección de la escena. En cambio, su humor era muy diferente. Se sentía atraída por ese desconocido. Nunca había sentido algo parecido de parte de ella ¿Qué le estaba pasando?

—Alan ¿te encuentras bien? — preguntó Bella con precaución.

Esa pregunta me hizo despertar del letargo. Estaba influenciado por Jake. Parecía que estaba viendo una telenovela, pero dramática. Me acerqué al lugar y me posicioné al lado de mi Alfa. Verlo ahora con mis propios ojos me ayudaba a sentirme mejor. Ya no veía tanto drama en el aire.

—Sí, aunque incómodo — dijo Alan mirando atrás.

Allí se encontraba Edward con una mirada de advertencia. Supe que no lo iba a soltar o al menos, no enseguida.

—Le estaba enseñando a cazar — dijo Renesmee cansada — nada más.

—Es un recién nacido — dijo Edward — tú tienes una parte humana ¿No ves el peligro a lo que te expones?

—Si hubiera querido atacarme, ya lo hubiera hecho — dijo acercándose al chico — en mi habitación tuvo ocasión, pero no lo hizo.

En ese momento Jake gruñó con fuerza y le sacó los dientes al nuevo.

"Cálmate Jake" — le dije con urgencia — "no quiero una pelea y menos con el protegido del doctor"

"¿Qué hacían los dos solos en la habitación de Renesmee? "— resonó su voz en mi cabeza.

"¿Quieres que te haga un mapa?" — preguntó Leah irónicamente.

Éste volvió su cabeza hacia atrás y le gruñó por respuesta. Mientras, yo no paraba de mirar a Edward que estaba teniendo acceso directo con todos los pensamientos. Le veía hacer caras extrañas. A su vez Alan no paraba de mirar a un lado de Bella, apenas le miraba a los ojos. Que tío más raro.

—Renesmee me ha ayudado a no sentirme tan... — dijo Alan con la mirada fija a un punto del bosque — perdido. Ha sido muy amable. Me ofreció sangre y me ha enseñado a cazar.

—¿Te ha ofrecido sangre? — preguntó Bella. Su voz sonó una octava más arriba.

—Sí, no estaba mal, aunque no me sació por completo.

Entonces sin pensar Jacob saltó encima de Alan. Éste se cayó hacia atrás. Edward pudo esquivarlo y se apartó justo a tiempo. Ahora estaba el Alfa encima del neófito y éste mirando sus enormes dientes.

"Acaba de decir que ha saboreado la sangre de Renesmee y la ha menospreciado" —pensó con rabia.

"Jacob es una locura lo que piensas, si lo hubiera hecho ella estaría en el proceso de transformación" —dije intentando despistarle.

"Ella se ha podido cortar y ofrecérsela en una copa "— pensó la loba con sarcasmo.

"¡Cállate, Leah!" — pensamos Jake y yo a la vez.

En ese justo momento, el alfa se quedó inmóvil y se cayó de golpe al suelo.

"Chicos... no puedo... moverme, no puedo "— pensó.

Corrí hacia él y le toqué con mi hocico. Renesmee salió disparada y le tocaba la cabeza con delicadeza.

—¡Jake! ¿Qué te pasa? ¡Jake! — chillaba ella desesperada.

Alan se levantó y miró la escena. Edward no paraba de observarlo y Bella intentaba ponerse entre su hija y él. Aún no se fiaba del autocontrol del neófito. La inmortal miraba con preocupación a su amigo, pero no sabía que hacer ¿Qué le estaba pasando?

—El lobo ¿Tiene nombre? — preguntó confundido.

—Es mi mejor amigo — dijo Bella — es un hombre lobo.

"No puedo respirar, no puedo respirar" — gritaba el lobo en mi mente.

Miré a Edward y le pedí que lo dijera en voz alta. Jacob le pasaba algo y seguro que Alan tenía algo que ver.

—No puede respirar — dijo Edward acusando con la mirada al neófito. Él pensaba lo mismo que yo.

—Por favor haced algo — suplicó Renesmee — ¡se va a morir!

Alan miró con preocupación a la SemiVampiresa. En su mirada se le vio una pizca de dolor ¿Sentía algo hacia ella? Pero si la acababa de conocer. Paseó su mirada de Renesmee a Jacob y de ésta a la chica. Se estaba dando cuenta de la extraña unión que tenían. Cerró los ojos y suspiró como si estuviera agotado. Seguidamente se dirigió al lobo y miró por encima de mi hombro.

—Alyn, para — dijo hacia la nada — sólo estaba protegiendo a su familia. No le hagas daño.

Acto seguido, Jake dejó de sentir ahogo. Se incorporó lo más rápido que pudo y con su cuerpo cubrió a Renesmee que aún estaba sentada en el suelo. La defendería con su vida sin duda.

—¿Quién es Alyn? — preguntó Bella.

—Es una entidad — dijo Edward en un susurró.

"¿Un fantasma?" — pensó Leah que aún estaba escondida en el bosque.

"¿Eso es posible?" — pregunté mirando a Edward que sabía que me podía escuchar.

—Es la primera vez que veo un caso así — dijo Edward — pero sin duda tienes que tener un vínculo muy fuerte con Alyn.

El Cullen se acercó a Alan y le estrechó la mano con mucha educación. Éste le miró con precaución. Giró su cabeza hacia la nada, supongo que donde estaba Alyn y acto seguido volvió a mirar al vampiro y le apretó la mano.

—Soy Edward — dijo sonriente — ella es mi esposa Bella — la señaló con adoración.

Alan le sonrió e hizo una pequeña reverencia.

—Renesmee que ya la conoces es nuestra hija — dijo señalándola — y el lobo protector es Jacob y el otro de melena de color marrón es Seth. Detrás de los árboles está Leah, aunque casi nunca se acerca a nosotros.

Leah le gruñó en forma de respuesta, todos la ignoramos incluso Alan.

—Perdonad por el susto, apenas sé lo que soy y estoy bastante confuso...

—¿Cómo conseguiste despistar a mi abuelo? — preguntó Renesmee que se acercó al neófito rodeando a Jake.

—Alyn me ayudó — dijo cabizbajo — tengo que decir que ella tiene personalidad propia yo no la controlo. Solo tenía curiosidad y ella me ayudó...

—¿Curiosidad en qué? — preguntó la Semivampira con un brillo extraño en sus ojos.

—En el olor tan apetitoso que provenía de la habitación — dijo sin tapujos.

Jacob gruñó, Edward se tensó instintivamente. Bella torció el gesto, pero no movió ningún músculo. Leah, escuché como se incorporaba del suelo. En cambio, Renesmee sonrió y se acercó a Alan. Levantó su mano y le tocó la mejilla. Todos nos pusimos en guardia en cómo reaccionaría Alan, al don de la benjamina.

El neófito se le abrieron los ojos como platos. Se quedó inmóvil como si estuviera procesando toda la información que le transmitía Renesmee. Me acerqué al Alfa temía que le atacara.

"Le está tocando, Renesmee le está tocando ¿Qué le estará diciendo? ¿Le gusta? Puede gustarle, es un Vampiro. Es más parecido a ella que yo ¿Podría aguantar el hecho de que fuera suya? ¿Podría ser feliz en verla con un Vampiro? ¿Podría ser feliz verla con otro? Como él le toque, te juro que le arranco la cabeza"

Estas cosas pasaban por la cabeza de Jacob y me costaba mucho mantener la concentración en la escena que se encontraba delante de mí.

Miré con determinación a Edward, pidiéndole que si Jacob se lanzaba que me ayudase a pararlo. El asintió, pero estaba más atento a las imágenes que seguramente su hija enviaba a Alan.

—¿Cómo puedes hacer eso? — preguntó el neófito aún absorto por las imágenes.

—Nací con este don — dijo separando su mano de la mejilla — mi padre puede leer la mente — dijo señalándole — y mi tía Alice puede ver el futuro.

—¿Todos tenéis dones? — preguntó incrédulo — ¿Carlisle tiene?

—Es muy largo de contar y podemos ponerte al día — dijo Edward cogiéndole del hombro con cuidado — vamos con mi padre y él te contará todo lo que quieras saber.

Bella, Edward y Alan comenzaron a caminar dirección a la casa. Entonces Renesmee levantó la mano y dijo algo que a Jacob no le gustó nada.

—Bienvenido a la familia — dijo con una felicidad sincera — seremos buenos amigos, seguro.

Él dijo algo así como "Gracias" y se fue con el resto de los Cullen. Nos quedamos Jacob, Renesmee, Leah que acababa de entrar en escena, unos ciervos muertos y yo. El pelaje del Alfa estaba erizado, se avecinaba bronca y yo no quería ser el objetivo de sus palabras. Así que me alejé de ellos y me tumbé en el suelo simulando que no me interesaba la conversación que se iba a producir a continuación.

—Sé que estás disgustado, pero no ha pasado nada — dijo ésta levantando las manos en forma de defensa.

Jake volvió a su forma humana y se dirigió muy decidido a la chica. Se paró a escasos centímetros de ella. Él era mucho más alto y tenía que mirar hacia abajo para encontrarse con sus ojos. Desde mi posición pude ver como arrugaba la nariz Renesmee.

—No sé qué te está pasando últimamente, pero me preocupas — dijo apretando los dientes — antes eras más cuidadosa y confiabas más en tu familia... en mí. Ahora a la primera de cambio te vas con un desconocido que por si fuera poco es un neófito que acaba de despertar.

Mi amigo paró para coger aire dado que lo había expulsado todo de golpe y le faltaba oxígeno en los pulmones. Ella esperó a que se recompusiera y siguiera.

—Encima tiene una amiga fantasma que se divierte en ahogar a los demás, ¿Soy el único que ve que nada en tu conducta anda bien? — dijo chillando.

A pesar de que Jacob estaba desnudo, era más grande de altura y musculatura, su cuerpo temblaba y se hacía pequeño en presencia de Renesmee. Ella lo notó y le tocó las mejillas.

"Me voy a patrullar la casa de los Cullen" — saltó de golpe Leah — "Las discusiones de imprimados me aburren".

"¿Qué pretendes encontrar allí? — dije sorprendido por la decisión de mi hermana.

Ella siempre evitaba la proximidad con los Cullen. Sólo lo toleraba cuando el Alfa iba allí. Leah era mucho más feliz corriendo por el bosque o haciendo otros recados, por eso me sorprendía que decidiera por ella misma acercarse a la casa de los Vampiros.

Ante mi pregunta en su mente apareció Alan y eso me descolocó aún más. Sentía mucha curiosidad por el desconocido y deseaba acercarse a él, la pregunta era ¿Por qué?

"¿Desde cuando quieres acercarte a un vampiro?" — pregunté sin reparos.

"Desde que puede ver a los fantasmas "— dijo tragando saliva.

En su mente apareció el rostro de nuestro padre. Ahora lo entendía, quería saber si él lo había visto. Mi hermana como yo entramos en fase por primera vez en su funeral. Fue muy doloroso y aún mi pelaje se estremece cuando rememoro esos días. Mientras pensaba esto, mi hermana aprovechó para salir corriendo dirección a la casa. Yo me quedé ahí sentado observando a la parejita.

—Jacob, deja de protegerme tanto — dijo al fin Renesmee — tengo una familia entera de inmortales que me defendería a capa y espada. Tu no quieres mi protección, tu deseas algo más. Mi mente está llena de dudas, pero la pregunta más importante que deseo saber la respuesta es: ¿Lo que sientes es: amor o devoción?

Nunca había visto al licántropo tan colorado. Parecía un animalillo acorralado entre las manos de una chica mucho más menuda que él. Físicamente Jake podía decapitar a un ejército de neófitos sedientos, pero emocionalmente no podía contra una pregunta de una chica mitad vampiro, mitad humana. Era muy cómico. Él tragó saliva sonoramente.

—Ahora mismo, dudo hasta de la existencia de vampiros — dijo tartamudeando — ahora no existe nada, ni razas, ni enemigos... sólo existe tu calidez, tu aroma y ...

—¿Y? — preguntó la chica acercándose más a él.

—Tus labios — sentenció.

Vi en cámara lenta como se acercaban. Sus labios se iban a tocar, pero justo en ese momento se escuchó un grito desgarrador que rompió todo el ambiente mágico. Renesmee se giró a la dirección del sonido y corrió. Jake me miró aliviado, y saltó para entrar en fase. Ambos seguimos a la chica sin hacernos preguntas.


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