VI

-.... Y por último, éste será tu cuarto, el mío está allá al fondo -dijo Jisung mientras señalaba el pasillo-. ¿Alguna duda?

Minho, quien terminaba de hacer un mapa mental del sitio, solo asintió nuevamente. Jisung suspiró.

- Bien... Veo que no traes maletas, pero ese traje -resaltó-, deberías de cambiarte. Aunque no soy de tu talla... haré una llamada, tu siéntete como en casa.

Jisung apenas terminó de hablar, fue a su cuarto entre aplausos, dejando a Minho con el ceño fundido viéndolo encerrarse en aquella habitación. Una vez frente a la puerta de su respectivo cuarto, decidió entrar en el.

Con duda abrió la puerta del lugar, exponiendo un lindo cuarto con un balcón abierto y detalles de color marrón-beige por doquier. Intentó imitar los gestos del menor y aplaudió con timidez. Cuando lo hizo, la luz del lugar encendió.

Lee abrió un poco su boca por esto y volvió a aplaudir, esta vez la luz se apagó. Así estuvo unos minutos, hasta que decidió salir al pequeño balcón con puerta corrediza.

Apoyó sus brazos en borde y observó el ahora cielo azul, fue en ese instante que todo lo que acababa de pasar lo golpeó.

Recordó a la señora delirar, recordó a sus compañeros de explorar, recordó a su madre y luego a los dibujos de ellos... Se enderezó y se alejó lo suficiente de la reja del balcón para observar sus manos. Les dió la vuelta una y otra vez, pero seguía viendo lo mismo que toda su vida vió. No veía que fuera un personaje en segunda dimensión ni que estuviera desapareciendo por no ser real, su ropa era real, sentía la textura en cada prenda.

De pronto, todo lo que había comido antes de venir a este mundo, subió por su esófago peligrosamente. Tan veloz como pudo, fue al baño de aquel cuarto y expulsó lo enfermizo qué se le hacía todo.

Estaba asqueado, estaba horrorizado de aquella revelación. Fue como decirle que toda su vida fue únicamente un sueño, incluso para él los bichos eran reales, las heridas fueron reales también.

Conforme a más navegaba en sus recuerdos, más fuerte se aferraba a la taza del váter.

(...)

- Sí, traje el guión conmigo no te preocupe Bin... -le respondió Jisung a la voz al otro lado del teléfono-. Ya te dije que es para mí, quiero ropa un poco holgada, es todo.

- Llámame loco, pero no creo ni en una sola palabra que dices - respondió su manager. Jisung río ligeramente antes de percatarse del sonido en una de las habitaciones.

- Trae la ropa que te pedí por favor, tengo que cortar ya - anunció, y sin esperar respuesta alguna, colgó. Se acercó a su guardarropa y tomó una sudadera y una camisa esqueleto blanca antes de salir de su cuarto e ir a la fuente de ruido.

Tocó la puerta del invitado antes de entrar para anunciarle su presencia, pero abrió de todas formas. Dejó la ropa que le prestaría sobre la cama y fue al baño.

Se hizo junto a Minho y acarició sutilmente su espalda. Minho lo miró de reojo.

- Lo lamento... - soltó Lee en un tono doloroso de escuchar para Jisung.

- Esta bien, esta bien -le dijo Jisung-. Es completamente normal que reacciones así, no te preocupes por nada más y haz lo que tengas que hacer...

Con aquel tacto, Minho se sintió más aliviado, por que el que sintiera su tacto le confirmaba una de sus tantas preguntas. Sea lo que sea que haya pasado antes, real o no, lo que vivía ahora estaba eso, viviendolo. Fuera un comic aquella vida o fuera un sueño esta, ahora solo se enfocaría en vivir.

Minho miró a Jisung, quien sonrió con una fina línea en sus labios y no paró en ningún momento de acariciar su espalda por encima del traje rojo de explorador. Se puso de pie con ayuda del más bajito y se acercó al lavabo para lavar sus manos y luego beber un poco de agua.

- Te traje un poco de ropa para que te cambies a algo más cómodo -anunció Ji saliendo del cuarto de baño para ir por la ropa, la cual luego se la dió a Lee.

- Gracias... -respondió sin más, y Jisung se estaba acostumbrando a que Lee Minho era un chico de pocas palabras, negó con la cabeza y golpeo el hombro ajeno con suavidad pero firme para respaldar sus palabras.

- Ya te dije, no te preocupes por nada. Estás lejos de casa, soy un desconocido para ti y de repente debes vivir conmigo, es normal que sientas tal molestia -explicó el Jisung-. Así que toma el tiempo que haga falta, no te presionaré a nada, Minho.

Lee sintió de nuevo aquel mal sabor de boca al escuchar el nombre que le habían elegido.

- Gracias, de nuevo...
- Que no te preocupes, hombre. Entiendo lo que es empezar solo de nuevo -le respondió el otro. Lee ladeo su cabeza con genuina curiosidad esperando que el otro continuará hablando-. Si te hace sentir mejor, estuve solo desde muy joven por que perdí a mis padres. Fue un regalo haber conocido a Hyunjin en ese entonces... Él cuidó de mí, ahora yo cuidaré de ti.

Lee empezó a entender, y volvió a pensar en la casa que ahora compartía.

- Entonces... ¿vives en este lugar completamente solo? -preguntó esperando no sonar demasiado grosero. Jisung rio ligeramente.

- Suelo estar muchos días fuera, así que está deshabitada la mayor parte del tiempo.
- ¿Y quién te acompaña cuando enfermas?
- Bueno.. dejo que el malestar pase naturalmente -confesó Jisung con una sonrisa incómoda. Lee tomó una mano de éste y la apretó sutilmente.

- Pero ya no estarás solo -anuncio el de traje-. Ahora cuidamos del otro.

Jisung pestañeo confundido ante la respuesta del invitado, aclaró su garganta por segunda vez en el día y sonrió amablemente.

- Seguri... Esto, si necesitas algo más, estaré en mi cuarto. Quiero descansar un poco en lo que vuelve mi manager. - Jisung finalizó diciendo y salió del baño para dejar a Lee cambiarse.

Sin tardar mucho, eso hizo Minho. Para su sorpresa, la ropa no le quedaba mal y era bastante cómoda.

Observó su reflejo un rato, tuvo el impulso de peinar su cabello de lado como hacía antes de salir como ritual para darse ánimos, solo que esta vez frente a un espejo real... Suspiró pesadamente, y decidió de nuevo vivir lo que tuviera que vivir.

En cuanto salió del baño de cambiarse, escuchó una especie de gruñido en el piso de abajo, y Lee Know sintió un frío escalofrío por su espalda.

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