Segunda Parte.



ULA para ser una robot, era muy metódica y ordenada, tanto así que se tomó la molestia de hacer una bolsa con todo lo que necesitábamos, o mejor dicho, que yo necesitaba...

Nos habíamos quedado unos días en ese hospital, unos cuatro como máximo y ULA había rastreado cada centímetro de la construcción para encontrar todos los medicamentos adecuados para una niña de mi edad, al igual que alimentos y un par de baterías necesarias para su funcionamiento óptimo... Y nos debíamos mover pronto, los centinelas no tardarían en llegar.

ULA me envolvió en una manta de color rosa antes de tomarme en brazos, colgando la bolsa en su hombro izquierdo antes de empezar a moverse, tomando un último vistazo a ese esqueleto del que ella tomó ese diario, unos segundos luego salimos de aquel hospital y ULA tomó un desvío rápido para retornar a donde ella me encontró.

Afortunadamente no había llovido mucho en esos días, y la caja se había secado bastante, permitiendo que ULA acercara su mano y tomara la brújula y fotografía contenidas en su interior, la brújula porque ella no contaba con una brújula integrada, solo la ubicación de hospitales cerca de su ubicación y la fotografía ya que sus comandos era que, dada la oportunidad, debía devolver al infante a sus protectores legales... Sus comandos no la dejaban ver la realidad, y que mis padres estaban más que probablemente muertos.

Mirando la brújula, fijamos rumbo al norte por las calles desoladas de aquella ciudad, a paso apresurado tratando de recortar tiempo de los centinelas que podrían estar cazándonos.

La caminata fue relativamente calma, claro, siempre era perturbador ver esqueletos por todos lados, pero supongo que o nos veía y yo era muy pequeña para reconocer que esos esqueletos solían ser personas, que en algún momento trataron de sobrevivir a esta masacre...

Pero lo que nos asustó a ambas fue cuando, a unos cuantos kilómetros pudimos observar como un edificio colapsaba y creaba un enorme estruendo, el suelo tembló haciendo que ULA se tambaleara un poco, el enorme bullicio logró hacer que empezara a llorar desenfrenadamente, ULA me miró y trató de calmarme lo mejor que pudo pero no mucho lograba, así que de su pecho sacó un par de audífonos y los puso en mis orejas...

https://youtu.be/-H6CUWsOPXA

La suave melodía logró calmarme de forma sorprendentemente rápida, ULA retomó nuestra caminata hacia el norte...

---

Al caminar lo suficiente ya habíamos salido de la ciudad y nos encontrábamos empezando a escalar una colina, detrás de nosotros esa misma calamidad de edificios se hacía pequeña y ULA pudo verdaderamente apreciar de donde ella había salido...

Pero no había tiempo que perder, debíamos avanzar lo más posible hacia el norte. La colina no era tan empinada, y luego de salir de la ciudad el polvo ya no cubría nuestras cabezas todo el tiempo, el sol no estaba tan fuerte como esperábamos y era el medio día, era afortunado para ULA, no tendría problemas de recalentamiento y no tendría que preocuparse por mí.

Ya había despertado hace poco, y observaba los alrededores con suma curiosidad, alzando mis manitas para alcanzar el cielo y tocar las nubes, eran nuevas experiencias, todo lo que había visto hasta ese día eran cielos grises y chacales hambrientos tratando de comerme.

El aire limpio de seguro era refrescante cual soda, quisiera poder recordarlo tal como era.

En fin, ULA siguió su camino hasta la cima de la colina y pudimos observar el titánico recorrido que se nos avecinaba. Frente a nosotros se extendía por millas y millas áreas relativamente planas, una llanura y al fondo más montañas incluso más altas que esta simple colina, en medio había una carretera ancha, ahora un poco cubierta de verde por la vegetación...

Viendo de donde vinimos, era muy extraño ver tanto verde, pero supongo que los robots no les importaban mucho destruir plantas sino humanos.

ULA me acomodó en brazos antes de retomar nuestro curso, mirando la brújula para asegurarse de que estábamos en la vía correcta, acertadamente, estábamos en ruta hacia el norte justo como salimos, y sin rastro de centinelas.

---

Las horas pasaron y ya se acercaba la noche, ULA sabía que poco importaba la mana si caminábamos por el medio de la noche, necesitábamos refugio solo por esa noche, afortunadamente debido al apresurado paso de ULA llegamos al pie de la colina y encontró un pequeño quiosco, no era muy grande, aparentemente servía como un lugar de venta de guías turísticas de la pequeña colina que acabábamos de escalar y subsecuentemente descender, no era un hotel, mucho menos un hospital... Pero por ahora, tendría que servir.

ULA forzó la puerta para abrirla, una polvareda cayó del techo mientras las vibraciones creaban un sonido chirriante. Tomando un par de pasos adentro, ULA con gentileza me posó sobre una mesilla mientras cerraba la puerta, poniendo traba y cerrando la pequeña escotilla que tenía dicho quiosco, poniendo traba igualmente.

Su ojo derecho se iluminó cual linterna y empezó a organizar todo para que yo pudiera dormir de forma algo cómoda en mis sábanas, me acomodó lo mejor posible y usando los mismos auriculares me puso a dormir con una tierna melodía, al darse cuenta que estaba completamente dormida, tomó los susodichos y aplicó su modo de ahorro de energía para así descansar el resto de la noche...

---

Que lástima que el descanso no estaba destinado a ser, disparos en la lejanía activaron a ULA de forma alarmante, lo primero que hizo fue ver si estaba despierta, afortunadamente no lo estaba, la robot no perdió tiempo en ponerme los audífonos de nuevo, si empezaba a llorar sería mi perdición, claro, si es que lo que pasaba afuera era lo que ella suponía que era...

Los disparos se hacen cada vez más altos, y el rugir de un motor también es evidente, las maldiciones de un grupo de hombres se hace escuchar, maldiciones llenas de temor, un terror tan honesto que podías sentir sus ganas de simplemente llorar, o de estallar en llanto ante lo que fuera que les siguiera, ULA no se atrevía a abrir la escotilla del quiosco para observar, ya estaban muy cerca.

-Maldita sea ¡Maldita sea Lorena, acelera, están encima de nosotros, Lorena!- Era una voz femenina, si tengo que adivinar le calcularía unos treinta años o algo por el estilo, su voz era temblorosa pero intentaba mantener el temple.

-¡No da más, te digo que no da más, sigue disparando Clarisa!- Ahora era más joven, no por mucho.

El sonido era el de una camioneta, el retumbar más grave lo hacía obvio, pero junto a ese sonido se escuchaban otros, eran... Pasos apresurados, metálicos y además una serie de chirriantes cacofonías les acompañaban, parecían, comunicarse las unas con las otras en gran sincronía.

Lo que vino fue algo horripilante de escuchar, no me puedo imaginar cómo habrá sido presenciarlo en carne y hueso... La explosión de un caucho de hace notable, lo siguiente es el derrape de la camioneta y el motor tratando de adaptarse al cambio de velocidad, seguido por un muy corto silencio penetrante como una aguja por la vena.

-¡MIERDA!- La chica Lorena exclamó antes de que el inminente choque se hiciera escuchar, el estruendo fue... Estruendoso, se podía escuchar los trozos de metal siendo arrancados del chasis y que volaban por el aire, un par de ellos chocaron con el quiosco, pero no lo suficientemente grandes como para causar daño o abrir un agujero en el acero.

Luego se escucharon los mismos pasos metálicos increíblemente pesados se escucharon de nuevo, tosidos y quejidos de parte de las dos chicas no se tardaron en escuchar luego, fue sorprendente oírlas luego de tal choque, incluso ULA parecía estremecida.

-L~Lorena...- La voz de Clarisa era adolorida, se notaba que estaba débil.

-Clarisa, corre ¡Por el amor de Dios corre!- La otra chica empezó a disparar a lo que sea que fuera que los seguía, metal contra metal.

Se escucharon más llantos y gritos mientras, supongo yo, Clarisa trataba de escapar, de seguro estaba sumamente lastimada después de ese choque, me sigo preguntando como seguía dormida después de todo eso.

Los disparos se resumieron, pero por cortos segundos antes de que un gritó gutural hiciera eco por todos lados, ULA se paralizó por completo...

-G~Gah... Corre...- La chica Lorena apenas y pudo murmullar, sonaba que se ahogaba con algo, probablemente sangre y tosía constantemente.

Clarisa soltó un grito ahogado, no tenía más tiempo que perder y parece que se levantó, para intentar una huida rápida supongo yo...

Todos sabemos cómo eso terminó, los pasos pesados y metalizados la persiguieron por cortos segundos antes de que escucháramos un corte carnoso pero limpio, un suspiro y un grito acompañado de un golpe seco, como un saco de cemento golpeando el suelo, acompañado de un goteo.

El silencio fue rotundo, omnipresente casi, solo escuchábamos como algo se escurría... ULA tomó un par de pasos atrás para alejarse de la escotilla, pero sin fijarse, golpeó el muro suavemente, pero el sonido fue alto.

Nos había delatado.

ULA aunque no capaz de sentir algún tipo de emoción verdadera, se paralizó absolutamente, como si se arrepintiera, sus sistemas de alerta se estaban activando hasta la cima, y redirigía casi toda su energía hacia sus piernas por si tenía que empezar a escapar, que era lo más probable por lo que podíamos oír...

Esos pasos se acercaban lentamente hacia nosotros, escuchábamos todo como si en cámara lenta, y yo dormida como si nada.

ULA miraba a su alrededor, tendría que dejar atrás las medicinas, comida y leche que había tomado si esa cosa o cosas nos descubrían... De forma silenciosa tomó todo y lo cubrió con la bolsa que su camuflaba algo con las sombras del quiosco, rezando que la luna no estuviera tan alta esa noche y alumbrara todo, ella apagó su luz, y se aseguró que estuviera profundamente dormida y no despertara pronto, se puso debajo del mostrador y, ahora solo nos quedaba esperar.

Los pasos estaban tan cerca, increíblemente cerca, otro chirrido se escuchó y uno más grave le continuó, se comunicaban de nuevo...

De un golpe se abrió la escotilla, el candado no resistió tal fuerza ni por nada del mundo, ULA me amarró en sábanas teniendo cuidado de no ahogarme pero cubriéndome lo suficiente para ahogar parte del sonido que mi respiración creaba.

Escuchamos como eso se posó sobre el mostrador y puso ambos pies sobre el suelo.

No cabía más duda al respecto, por lo poco que ULA pudo ver, esas pertenecían al modelo HE-01, o como le decían los pocos humanos que quedaban en el mundo.

Centinelas.

Eran obviamente metálicas esas piernas, los pies parecían pertenecer a botas, pero lo más impresionante que pudimos ver era que aunque no podíamos ver más arriba de la rodilla, a su derecha había una enorme espiga que parecía reemplazar su brazo, era gigantesca, y solo estábamos viendo un mínimo de ella, además que de esta goteaba ese líquido rojo con el que todos estamos tan familiarizados, creando una pequeña mancha en el suelo.

ULA se le quedó mirando, no parecía darse cuenta de nuestra presencia... O eso aparentaba, lentamente se daba la vuelta como si a propósito quisiera atemorizarnos, pensando que lo que encontraría seria otro humano como esas chicas que acababa de descuartizar, se empezó a agachar...

Nos había descubierto, ULA me abrazaba protectoramente mientras se agachaba esa cosa, mi muerte era inminente...

-¡MALDITO!- El grito de Lorena interrumpió al centinela y una balacera no tardó en continuar, el centinela se levantó y saltó fuera del quiosco -¡Quién sea que esté allí dentro, corre, corre maldita sea, yo los distraigo!-

Se había sacrificado por nosotros, ULA no tardó en tomar la bolsa llenarla lo más rápido que pudo y salir a toda prisa luego de patear la puerta, menos mal que había redirigido la energía a sus piernas, eso le permitió dar carrera algo más rápido de lo normal.

Los disparos se escucharon por pocos segundos más antes de que un concierto de gritos los reemplazara, esta vez los centinelas se aseguraron de dejarla bien muerta y no escatimaron.

ULA se apresuró por varios minutos, de hecho creo que corrió por una hora entera sin jamás detenerse, a toda máquina como una locomotora imparable. Pasaba por los árboles que solo eran como destellos a mi lado, sí, me había despertado pero no lloraba para nada.

Al cabo de otro rato de correr, ULA se apresuró a una zanja y entró, apenas y pudimos entrar pero lo logramos, ULA me trató de callar para que no se dieran cuenta de nuestra presencia otra vez, poniendo la sábana sobre mí una vez más...

Los pasos robóticos pasaron a toda velocidad sin darse cuenta de nuestra presencia, solo fueron un destello por la velocidad a la que se movían, y rápidamente nos dejaron atrás, gracias al cielo...

Ese fue nuestro primer encuentro con un Centinela, y claro que no el último lamentablemente...

* * *

A la mañana siguiente, el sol resplandeció sobre el cielo y le indicó a ULA que era momento de continuar, salimos de la zanja y yo estaba más despierta que nunca, riendo y aplaudiendo como si nada de lo que pasara anoche hubiera pasado, ULA me meció un poco antes de seguir la caminata.

Nos habíamos desviado un poco en la escapada de los Centinelas, así que debíamos caminar fuera del bosque de esa colina, los rayos de luz pasaban a través de las ramas y hojas como cuchillos, pero cálidos y suaves en contrario al metal.

Al salir de los árboles, fuimos revelados a una hermosa imagen de la naturaleza de nuevo, y una pequeña mariposa se posó sobre mi nariz, haciéndome estornudar.

ULA se tomó un momento antes de reiniciar la caminata hacia el norte, a ese santuario de humanos... El viaje apenas empezaba.

Y sería de todo, menos fácil.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top