7
¡Hello!
Por fin la última parte de "Luka, tengo algo que decirte".
He de decir que me ha encantado escribir este pequeño relato. Sé que cometí un sin fin de errores, aun así, agradezco infinitamente a las personas que leyeron hasta el final.
Al promocionar esta historia, he visto diversos comentarios, y en muchos están de acuerdo de que Marinette no se merece el amor que Luka le profesa.
Yo estoy de acuerdo, pero también, estoy muy segura de que él merece a cualquier persona con la cual deseé estar, y si es con Marinette, entonces que se le cumpla.
La serie original tendrá otro final, los personajes cambiarán en otra dirección (y posiblemente, a pesar del dolor de mi corazón, Luka solo servirá para que Marinette madure en su relación con Adrien).
Pero este escrito estará registrado para toda aquella imaginación que busque un argumento diferente.
Ahora sí, les dejo con la historia.
Poco a poco, los invitados comenzaron a retirarse.
Marinette veía con cierto pánico cómo el barco se iba vaciando. Cada persona que se despedía de ellos, era un paso más para que el momento decisivo ocurriera.
Varias ocasiones, cuando Luka salía a buscar alguna cosa, entraba a su habitación o se alejaba del grupo por algún motivo, Marinette se lo pensaba dos veces antes de intentar seguirlo.
Sentía los ojos de Alya en su nuca, pero a pesar de su presión, siempre se quedaba de piedra sin saber cómo caminar.
Esperaba un rato para llenarse de valor, pero cuando por fin se decidía a ir tras sus pasos, él regresaba y su oportunidad de encararlo se disolvía.
Si Luka de verdad le correspondía, no debía ser tan difícil pedirle un beso. Pero para una mente con un deje de infantilismo como lo era la de Marinette, su petición sonaba ridícula y vergonzosamente tímida.
¿Cómo era posible, que la heroína número uno, guardiana de los miraculous, habiendo ganado en la gran batalla y derrotado a un súper villano, se acobardara por un simple beso?
Sin duda, su situación era para sentirse humillado.
"Soy una tonta", pensó sosteniendo un vaso de refresco, y observó su rostro decaído en el reflejo. "Ni siquiera sé lo que debería decirle".
—Marinette Dupain Cheng —perpleja, alzó los ojos hacia Chloe, quien se encontraba con la frente altiva analizando todo su atuendo, no importaba si era el mismo de todos los días.
—¿Qué quieres Chloe? —sí, habían hecho las paces y por supuesto que se habían apoyado la una a la otra en la batalla, pero eso no significaba que en ocasiones, de manera esporádica, en su reciente amistad resurgiera uno que otro sentimiento negativo merodeando por ahí.
Como si un paso en falso destruyera aquel avance entre las dos.
Sin embargo, como se había vuelto su costumbre, Chloe no reaccionó como esperaba.
Alzó la esquina de su boca, enarcó una ceja y se posó a su lado, mirándose las uñas.
Luego procedió a ignorarla.
"¿Y ahora qué le pasa?", Marinette esperó alguna palabra mordaz, una mirada cargada de superioridad o que, por lo menos, le echara un vistazo con mueca burlona.
No ocurrió nada de eso. De hecho, hace tiempo que Chloe no la trataba con ese... respeto.
—¿Aburrida de la fiesta? —preguntó la rubia, repasando su alrededor—. No te culpo, mi mami organiza cosas mejores, ya sabes, desde que me lleva a cada uno de sus viajes no ha parado de organizar fiestas en mi honor.
—Eso es bueno oírlo.
—¡Lo sé! —hizo un movimiento de reojo, pero fue tan fugaz que Marinette creyó haberlo imaginado—. Aun así, los primeros días me sentí muy enfurecida.
—¿En serio? Qué sorpresa.
Chloe resopló.
—Se lo más sarcástica que quieras. Hoy tienes suerte, no siempre estoy de humor para oírtelo decir.
—Es porque tú siempre tienes mal humor —su sonrisa se ensanchó cuando, esta vez, Chloe se limitó a dejar de responder—. Descuida Chloe, en serio me alegra que hayas pasado más momentos con tu madre. He de decir que me preocupaba mucho que estuvieras más tiempo akumatizada que junto a ella.
—Mi madre jamás fue de las que hacían de niñera —tomó el vaso que Marinette había estado sosteniendo, le dio un largo trago y se lo tendió de vuelta—. Pero te lo agradezco.
—¿Cómo dices? —parpadeó, tomando el vaso de regreso de manera inconsciente, incapaz de procesar que aquellas palabras habían salido de esos labios.
—Escuchaste bien —¿aquello que había en sus mejillas era... rubor?—. Te agradezco lo que hiciste. Tuviste la oportunidad de cumplir el sueño de tu vida en el modelaje y me lo cediste a mí. Te odiaba porque al principio no quería de tu lástima... pero aun así te... te lo agradezco.
Muda. Esa era la única palabra que inundaba sus pensamientos. Simplemente no tenía algo bueno qué decir, o al menos, nada que pudiera superar la declaración de Chloe.
¡De Chloe!
Cuando la chica se dio la vuelta para hacer frente a su reacción, Marinette no se preocupó por disimular su asombro.
—¿Por qué me estás mirando así? ¡Y cierra esa boca! No soy una alienígena o una extraña cosa a la que debes mirar fijamente.
—¡Lo siento! Es... es que me sorprendiste, eso es todo.
—¿Y por qué siempre cree la gente que debo tratarlos con desprecio? O sea, lo hago pero ¿por qué tomárselo demasiado personal?
—Mucha gente de la ciudad fue akumatizada por ti, no es sorpresa que lo único que esperen es que los infravalores.
—La gente es muy sensible —guardó una pausa, dubitativa—. Yo siempre tuve que guardarme mis emociones, ¿desprecio? ¿Qué saben ellos del desprecio? Cuando pasas la mayor parte de tu niñez preguntándote por qué lo único que tienes es un tierno oso de peluche, el desprecio se vuelve rutinario. Deberían agradecerme.
Marinette iba a replicar, pero entonces se lo pensó mejor. No era la indicada para intentar convencer a Chloe de lo contrario.
Se limitó a no contestar.
—¿Qué? ¿Te he dejado sin argumentos? —Marinette no respondió—. ¿Ahora me estás haciendo la ley de hielo? Se suponía que habíamos pasado esta etapa, ¿hay algo nuevo que quieras decirme? ¿Una enseñanza moralista que deseas recriminarme?
—Antes de que hiciéramos las paces, lo habría hecho —confirmó con voz neutra—. Pero ahora, supongo que no soy yo la que debe hacerte cambiar de opinión, Chloe. Sé que tarde o temprano te darás cuenta que expresar lo que sientes es mejor que guardarte el rencor y el menosprecio de la gente.
Eso la había dejado boquiabierta.
—Pues tú... tú estás...—bufó—. Ni siquiera sé por qué estoy hablando contigo. Quise venir a ayudarte con Luka y terminé usándote de psicóloga, qué ridiculez.
—¿Que quisiste qué? —si antes se había quedado muda, ahora su mente estaba en blanco.
—¡Eres fácil de leer, Dupain Cheng! —exclamó exasperada, alzando los brazos en alto—. No dejas de observarlo como un tesoro lejano, como si fuera un... un miraculous súper poderoso al que tienes miedo de usar. No todos tienen esa suerte de ser correspondidos... Bueno, Alya y Nino son una excepción, y ahora Luka y tú... ¡¿Si tanto se gustan por qué no te acercas, le pides lo que quieres y ya está?! —dejó escapar un gruñido—. A veces no sé cómo es que llegamos a ser amigas.
—¿Esa es tu manera de ayudarme con Luka, según tú?
—Hay personas a las que debemos decirles las cosas claras y directas. Sobre todo tú.
—Ahora no sé si lo que quieres es ayudarme o dejar de estar molesta conmigo.
—No estoy molesta —Chloe tomó un largo suspiro—. Mira, a diferencia de tus otros amigos, soy pésima para dar consejos. Pero yo noto cosas, y sé que algo te trae mal, y ese algo es Luka. Mencionaste que a lo mejor debía enfocarme en expresar mis emociones y guardarme menos las cosas, pues haz lo mismo. Ustedes ya saben lo que sienten por el otro, ¿qué más podría salir mal? ¿Que uno termine akumatizado? Por favor...
Marinette sacudió la cabeza. A pesar de todo ello, había algo que no le encontraba ningún sentido.
—¿Por qué viniste a ayudarme, Chloe? ¿Por qué te... preocupas?
Ella tardó un momento en responder.
—Porque cuando me di cuenta de cómo lo mirabas, me recordó a cómo miraba yo a mi madre. Como algo muy lejano que podía alcanzar, si tan solo reunía el valor.
Solo quedaban un grupo selectivo de invitados.
Adrien, Nino, Alya, Chloe, Marinette y, por descontado, Luka junto con Juleka y su madre.
Todos reunidos en un costado del barco, observando la aparición de la luna sobre el firmamento.
Se limitaban a observar el paisaje con tranquilidad, perdidos en sus propias reflexiones.
Desde su conversación con Chloe, se afanó en no mostrar su preocupación con respecto al asunto del beso. En primer lugar porque sabía que si Chloe lo había notado, Luka no tardaría en saberlo también.
Y por lo pronto, él no debía conocer sus intenciones hasta que llegara el momento adecuado.
De otra manera, temía que el valor que ahora tenía, disminuyera de nuevo.
"Tengo que hacerlo, no puedo despedirme sin intentarlo".
Apretaba las manos, miraba a uno y otro lado, evitando la mirada de Luka lo suficiente para que él no descubriera nada de lo que planeaba hacer, pero no lo bastante para que sospechara que algo le aquejaba.
Recargados sobre el borde del bote, uno a uno guardaron un silencio cómodo, significativo y curiosamente, cálido. Un grupo de amigos que tenían una cosa en común, y que los había vuelto tan unidos que a pesar de las diferencias, podían acoplarse a la perfección.
Habían devuelto la paz al mundo.
—¿Y qué harás, Luka? —preguntó Alya abrazada del brazo de Nino—. ¿Qué se supone que te pondrán hacer en la prestigiosa "College Music" de Japón?
—Supongo que primero probarán mi capacidades artísticas de forma más personalizada —le dio un breve codazo a Marinette, como si ambos compartieran un secreto—. Probablemente, me pidan vestirme de un gato con cuernos. No estoy seguro.
—Te vamos a extrañar, ¿verdad Marinette? —habló Nino, que a esas alturas ya estaba al corriente de lo que ocurría con su asunto con Luka, gracias a cierta información dada por Alya.
Por su parte, la chica de las coletas lo miró con los ojos muy abiertos.
—¡¿Qué?! Puff, claro que no —Luka le dedicó un vistazo—. Es decir, ¡sí, te extrañaremos! ¡Todos nosotros, no solo yo, porque ya sabes, tienes muchos amigos y tus amigos te extrañarán también! No pienses que seré la única que piense en ti todo el tiempo que no estés —”¡debo dejar de hablar!"—. Porque ya sabes, ellos también pensarán en ti, y yo más que todo pensaré en tu papel de Viperion, digo, pensaré no solo en tu papel de Viperion, también... Digo —enterró su rostro entre sus manos—. Ay, ya no sé ni qué es lo que digo.
A pesar de su vergonzosa actuación, Luka echó a reír tan relajadamente que no pudo evitar mirarlo embobada.
—Yo los extrañaré a todos
—Sé que el día que regreses volverás como todo un maestro de la música —comentó Adrien, con tono tan sincero y seguro de lo que decía—. Sin tu aportación, Kitty Section no hubiera sido lo mismo.
—Eso es verdad —corroboró Juleka—. Y no lo digo porque sea tu hermana, ayer mucha gente quedó enganchada con la música que compusiste para la fiesta.
—Gracias por sus ánimos, chicos —Luka fijó sus ojos en el cielo—. Solo espero que al regresar, pueda encontrar las cosas como están... O mejor.
La mayoría estuvo de acuerdo con sus palabras, excepto Marinette, que para su sorpresa, percibió un pequeño y casi inadvertido deje de tristeza en la voz del chico.
Se veía tranquilo, pero por dentro era distinto. No lo parecía, y aun así ella lo sabía.
Se preguntó, qué sería aquello que lo entristecía de esa forma.
—¡Pero bueno! ¡Alegren esas caras! —la madre de Luka se levantó sobre un poste, sostenida de una larga y gruesa cuerda que impedía que cayera al agua—. ¡¿Quién quiere la última rebanada de pastel casero?!
—¡Yo quiero! —exlamó Nino, y al instante se ganó una mirada de incredulidad por parte de Alya—. ¿Qué?
—Acabas de comer.
—¿Qué tiene de malo? ¡Es el postre!
—Yo también pediré uno —intervino Adrien, quien recibió un sonido de alarma en su teléfono. Al checarlo, sus ojos casi se le salieron de las órbitas—. ¡Es cierto! Casi lo estaba olvidando —comenzó a alejarse hacia la salida—. Lo lamento, tengo que irme, tengo un asunto pendiente que debía atender hacer tiempo.
—¿Kagami? —inquirió Nino. Chloe soltó un bufido.
No sabiendo si había ignorado la pregunta aldrede o simplemente no alcanzó a escucharla, Adrien se marchó sin mirar atrás.
—Kagami ha sido la única que ha faltado hoy, ¿no? —Alya se llevó un dedo a la barbilla—. Me pregunto qué tal le habrá pasado con eso de "ser más libre y practicar menos". Su madre casi la lleva de regreso a su país cuando supo que renunciaba a la esgrima.
—¿Y a quién le importa? —Chloe volteó los ojos—. A mí nunca me cayó bien.
—Ni siquiera has hablado mucho con ella —le reprochó Alya—. ¿Por qué te molesta tanto?
La rubia no se dignó a responder.
—¡Aun sobra comida y algo me dice que algunos quedaron insatisfechos! —insistió la madre de Juleka echándole un vistazo al rostro ilusionado de Nino—. ¡Vamos por ese pastel!
Caminaron de vuelta bajo el techo, sin embargo, Marinette cayó en cuenta de que Luka tomaba una dirección diferente a la de los demás, rumbo a su habitación.
"Es mi oportunidad". Inspiró hondo, apretó los puños y caminó con paso resuelto hacia donde el chico había desaparecido.
Lo encontró sentado de piernas cruzadas en su cama, acariciando su preciada guitarra eléctrica con tanta suavidad que casi creyó verla flotar entre sus brazos.
—Echaré de menos este lugar —había hablado con la vista perdida en el instrumento, enfrascado en el ir y venir de la melodía que salía de cada una de las cuerdas—. Y creo que extrañaré más el poder tocar para mí y solo para mí.
—Siempre lo has hecho, yo creo que es por eso que te otorgaron la beca —dudó antes de dar un paso en la habitación, tan conciente de la presencia del chico y de la energía que emitía con tan solo hacer vibrar sus cuerdas—. Siempre has tocado para ti.
—No lo creo —la miró, dio unas palmaditas a su lado y con cierta inseguridad, Marinette se sentó, tal y como había ocurrido desde el día en que se conocieron—. También he tocado para otras personas, para la banda... y en especial para ti.
Sus mejillas enrojecieron por quintoajécima vez. Nunca se acostumbraría a la franqueza de Luka.
Y le gustaba, mucho.
—Es tu sueño, Luka. Sé que si es lo que tanto quieres, entonces jamás dejarás esa parte de ti mismo.
Él le sonrió, e instantáneamente comenzó a tocar una tierna música sin palabras.
—¿Por qué te alejaste? —ella se dio cuenta que había sido algo poco usual en su manera de actuar—. Arriba te mostraste tranquilo, pero supe de algún modo, que no estabas bien.
La música no se detuvo, ni siquiera menguó, y cuando habló parecía ir la par con el ritmo de la misma. Como si fueran uno al mismo tiempo.
—Necesitaba estar solo, con esto.
—Oh —avergonzada, se puso de pie, sintiendo cómo su valor empezaba a desinflarse de nuevo—. Bueno, si quieres, me iré con el resto y espero a que tú...
—Y contigo.
Los ojos de Luka brillaron divertidos.
Marinette soltó el aire que no sabía que había retenido ese pequeño lapso de segundo. Por un momento, creyó haber metido la pata.
—Eres demasiado serio en algunas ocasiones.
—Oh, ¿de verdad? —la música sonó con más ritmo, como si se riera de una broma oculta que solo ella conocía—. Tal vez a ti te falta conocerme más.
—Eres Luka, Luka Couffaine —reacia, se sentó de nuevo—. No es necesario que alguien te diga quién eres, ya lo sabes.
Guardaron un breve silencio, en el cual ella percibió un cambio en el sonido, como si las notas reflexionaran algo importante, una melodía que incitaba a aclarar los pensamientos, pensamientos llenos de dudas e incertidumbre.
—Hay algo que me gustaría preguntarte, Marinette —Luka volvió a estar serio, hasta había dejado de sonreír.
—Claro, ¿de qué se trata?
Él titubeó.
—¿Descubriste quién eres tú?
Silencio.
"Cierto, casi olvidaba esa parte."
—Pues —intentó sonreír, pero al ver que la expresión seria de Luka no mostraba ningún cambio, era posible que no le había salido muy bien—. En eso estoy.
—¿Y cuando fuiste a buscarme en vez de Adrien, esperabas encontrar esa respuesta... conmigo?
Viéndolo así y recapitulando los hechos, era lógico que Luka creyera que se había aferrado a él para encontrar respuesta a una de las preguntas más apremiantes que no la dejaban dormir en paz. Recordó el momento exacto en el que él volvió a clavar sus ojos en los suyos, la manera en cómo le refulgía la mirada bajo la oscuridad plateada de la luna cuando le habló por primera vez de su sueño de estudiar música. Pero sobre todo, su respuesta sincera y la que le dio origen a todos los acontecimientos que le sucedieron a partir de ahí.
—Tú siempre has estado muy seguro de quién eres —Luka hizo intento de hablar, pero lo interrumpió antes de que tuviera otra oportunidad de poder aclarar sus palabras—. Yo quería sentir esa misma seguridad que tú, saber que estaba en el lugar correcto, siendo la persona correcta y estar... con alguien correcto. No lo que esperaban de mí. Creí que Adrien lo sería, al fin y al cabo él era mi ideal por mucho tiempo. Pero tú siempre lo supiste, de alguna extraña manera.
—¿Y por eso me buscaste? ¿Porque creíste que yo sabría quién eras? —hizo una mueca—. Suena raro.
La chica rio.
—Muy raro, pero no. No te busqué precisamente para hallar una respuesta —y entonces, lo supo—. Te busqué porque contigo me sentía así: correcto. Lo normal habría sido buscar a Adrien, pero lo que quería o al menos, lo que mi corazón quería era estar en el lugar indicado. Y tú lo eras.
—Pero aún no sabes quién eres, ¿cierto?
Demoró un poco es responder, sopesando bien su respuesta, y descubriendo que no hallaría una mejor a esa pregunta que aquella.
—¿La verdad? Nunca terminaré de saberlo, y creo que jamás nadie lo sabrá, ni siquiera tú. Pero tal y como me dijiste esa noche, mi primer paso para empezar a descubrirlo era estar segura de con quién quería estar, y yo, ahora mismo, quiero estar contigo.
Y supo que era el momento.
Luka no volvió a emitir palabra, lo observó registrando cada una de sus frases, tuvieran sentido o no, absorbiendo cada centímetro de su rostro en busca de algo. Pareció encontrarlo, porque sonrió de nuevo.
No le dio tiempo a que lo pensara, ni siquiera se lo dio a sí misma para hacerlo.
Se inclinó hacia él.
Y aquel beso, ocurrió.
Luka se iría mañana. Pasarían meses antes de que pudieran volverse a encontrar cara a cara.
No obstante, ignorando todo lo demás, ese beso era lo único que les importaba.
¡TERMINÉ!
JAJAJAJAJA
Okey, ya.
Muchas gracias a las que leyeron hasta aquí.
Si tiene alguna opinión o crítica, es más que bienvenida. ¿Aceleré algunas escenas? ¿Dramaticé muchos personajes? ¡¿Luka no actúa como Luka?!
En fin.
PD: Tal vez, más adelante, veremos un relato de Chloe y Queen Bee, porque, ¡¿quién más detestó que le cambiaran el desarrollo solo por darle más protagonismo a la Marinette?! >:V
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