🖤 Capítulo 6. "¿Quiénes han muerto en verdad?"
Rowan.
Quiero gritar en estos instantes, tan fuerte para liberar esta impotencia que llevo dentro mío, de manera tan desgarradora para soltar este dolor que cargo conmigo. No es una dolencia física, va más allá de lo que uno puede ver a simple vista.
Mi garganta está cerrada, la presión que ejerce Shaperi sobre mi cuello es tal que me paraliza al instante. Recuerdos que creía olvidados en algún rincón recóndito de mi mente, regresan a mí con fuerza, como un golpe de realidad.
—Me disculparía por hacerles pasar por todo esto si tuviese un corazón tan noble como el tuyo, Electra —susurra sobre mi rostro. Su aliento es gélido y putrefacto, contengo la respiración para no sentir la sensación de que voy a morir en cualquier instante; para no alarmarme más de la cuenta. Sus ojos oscuros brillan al percatarse de ello—. Tu querida madre en otra vida debe pagar todo el daño hecho sobre nosotros. Ustedes solo son un medio para un fin.
Me suelta de forma despectiva, se reincorpora mientras sacude un poco su falda. La bruma que nos rodea se intensifica con el pasar de los segundos, la sangre aún fluye por la herida que ella me ha hecho y el escozor se presenta al poco tiempo. Sin embargo, soy incapaz de moverme, ella me lo impide con su mirada tan penetrante de azabaches ojos vacíos.
—Le deseo mucha suerte a tu bella hija el tiempo que esté contigo. Y a la otra niña también, aunque... Ya no está en su habitación, como te he dicho antes.
Su figura se esfuma en un efímero instante y la realidad a mi alrededor se desmorona en mil pedazos. Observo los fragmentos que separan esta especie de sueño del presente que vivo con mi esposa. Pronto estoy en nuestra habitación, con la mirada enfocada en el techo, con el cuerpo paralizado; la ligera luz que se cuela por la ventana ilumina nuestros rostros, mi Lu se aprecia tan serena y con un sueño profundo, su respiración es lenta.
La rigidez en el cuerpo comienza a abandonarme, el ardor alrededor de la puñalada que me dio Shaperi no tarda en aparecer. Percibo la sangre escapar de mi sistema, un cosquilleo invade mis extremidades inferiores y me obligo a levantarme con rapidez de la cama, acción que despierta a mi mujer.
Me es inevitable no detallar su expresión preocupada al verme parada al lado de nuestra cama, una expresión que se transforma en cuestión de segundos a una de terror absoluto. Sus orbes grisáceas destellan en preocupación, sus cejas se arquean por la impresión que le ha provocado ver mi herida, y no tarda en levantarse para acercarse a mí.
—¿Dónde está Vayannah?¿Ireena? —es lo único que puedo pronunciar, no es necesario que le diga algo más. Lu sale corriendo por la puerta en dirección a las habitaciones de nuestras niñas.
Presiono la herida en el costado de mi abdomen que no detiene su sangrado, como si fuese un hilo infinito destinado a abandonarme. Reprimo un quejido por la presión repentina que ejerzo sobre la zona e intento sanarla con mis poderes, pero no logro nada. Las chispas no escapan de mis dedos como solían hacerlo, los pensamientos que antes funcionaban para utilizar mis habilidades curativas ya no cumplen su función. O quizá no los recuerdo con exactitud.
¿Por qué no puedo curarme? Lo he hecho miles de veces antes, incluso con otras personas. No soy principiante en la utilización de mis poderes como ninfa del sol. Sin embargo, una niebla pareciera cubrir mi mente y desenfocar mis pensamientos; la imagen donde mi herida se sana gracias a mi magia se rompe en pedazos en cuanto pienso en ese hecho, y por más que intente imaginar otra vez, algo me detiene en seco.
El amor de mi vida pronto regresa a mi habitación. A pesar de que su semblante se aprecia sereno —como siempre se muestra ante todas las personas para no demostrar duda o temor—, puedo notar el terror en sus ojos grisáceos cristalizados. El brillo de sus ojos producido por la tenue luz de nuestra habitación, se rompe en millones de partes astilladas cuando la primera lágrima rueda por su mejilla izquierda. Y luego otra en la mejilla derecha.
Su respiración se agita en un efímero instante, acomoda su cabello detrás de sus orejas en un intento de no alarmarme. Incluso cuando no expresa la respuesta a mi pregunta sobre dónde se encuentra nuestra hija menor, ya sé que sucedió.
—Tree... —murmura al percatarse del temblor en mis manos, su voz se quiebra. Que no se muestre alterada no significa que no lo esté. Ella se está quebrando por dentro, el pánico la inunda y no tiene idea de cómo actuar en una situación así. Puedo oír sus latidos acelerados, su respiración agitada, su odio hacia nuestra nueva condena diaria por al menos un par de semanas—. No está.
—Lo sé —digo con una sensación de no ser protagonista de este suceso, me veo a mí misma como una espectadora sin voz ni voto. Respiro hondo para regresar al presente, a este ahora que vivo con mi esposa y mi familia—. Fue ella. Se apareció y...
Mi alrededor comienza a dar vueltas, me siento adormilada de tal manera que ya ni siento el ardor en la herida que me hizo Shaperi en el abdomen. Las extremidades inferiores se han entumecido, al igual que la zona que rodea la puñalada.
—¿No te has...? —pregunta en estado de alerta al darse cuenta de ello. Se acerca a mí para presionar la herida, pero se aleja con rapidez como si mi piel acabara de quemarla. De hecho, sí pasó, pues la palma de su mano se ha tornado rojiza y en algunos puntos un tanto morada—. Maldita sea. Iré a buscar a Chrystel, ¿Si? No te duermas, Tree, por favor.
Sus manos acunan mis mejillas, la calidez de su piel me tranquiliza por los pocos segundos en los que ella me sostiene. Su mirada gris está cargada de súplica, de miedo, de pánico, de indecisión. Me asesina por dentro verla en este estado, ella merece ser tan feliz como lo fue hace unos días en el cumpleaños de Vayannah, como lo ha sido todos estos años y como lo es cada vez que renovamos nuestros votos matrimoniales todos los años.
—No te duermas, mi Tree —susurra con cierto tono autoritario para que la parte inconsciente de mi cerebro le haga caso. Besa mi frente con cuidado antes de apartarse—. Su magia repele a la mía, pero no podrá con la de Chrystel. Aguarda aquí que yo ya regreso, mi vida.
Hago el esfuerzo de mantenerme sentada en la cama, el contorno de mis manos y brazos parece borrarse. Por un momento, observo unas grandes y delgadas manos huesudas en lugar de mis manos pequeñas de dedos cortos. Las largas uñas que reemplazan a las mías son tan filosas como un cuchillo.
En un simple parpadeo, esas manos huesudas que logro reconocer, desaparecen. No hay rastro de ellas, como si hubiese sido una alucinación mía, cuando yo puedo asegurar que no es así. Un pitido resuena en mis oídos, o en mis pensamientos, no logro identificar de dónde proviene el sonido que controla mi capacidad de analizar y razonar todo lo que sucede.
—¡Rowan! —se preocupa Chrystel, se acerca a mí con rapidez al igual que mi esposa para ayudarme a sentarme en la cama. Caí al suelo sin percatarme de ello. ¿Cómo es posible?—. ¿Qué carajos pasó? La herida es... profunda.
—Fue ella —es lo único que soy capaz de pronunciar, aún sin salir de mi estado de shock al parecer. Levanto la mirada para encontrarme con los ojos azules de Vinavina en el umbral de la puerta.
—Sé cuidadosa, la magia que desprende esa herida logró lastimar a Luciale —le recuerda a Chrystel, quien está muy concentrada en examinar mi abdomen para analizar cómo sanarme—. Te puede lastimar a ti también.
—Es probable, pero creo que si esto es obra de ella... Logró herir a Luciale porque comparten la misma magia. Muchas veces es mortal el contacto entre magias que son exactamente iguales —explica con tranquilidad mientras sus dedos desprenden una luz blanquecina—. Esto no debería dolerte, Rowan, pero si lo hace es porque tu cuerpo opone alguna resistencia. ¿De acuerdo?
Asiento en silencio, apoyada en el hombro de la emperatriz de mi vida. Volteo a observarla, su mirada dulce se encuentra con la mía y besa la cima de mi cabeza con una sonrisa serena. Sus uñas se pasean por mis mejillas para tranquilizarme, curvo los labios hacia arriba al notar que me conoce mejor que nadie y que siempre sabe cómo mantenerme en calma, como animarme, como hacerme sonreír, como acompañarme.
Con cada día que pasa, confirmo aún más que me enamoré de la persona correcta. Es la persona, la mujer de mi vida y de mis próximas vidas. Siempre será ella, Luciale Meire, nunca otra mujer. Mis ojos jamás podrían ver otra mirada que no sea la suya, gris, algunos días más brillante y otros más apagada, algunas veces más amable y otras más autoritaria, pero es ella, en cuerpo, alma y esencia. Y yo no podría desear estar con otra persona que no sea mi amada Lu, mi esposa, a quien veo en cada atardecer, a quien recuerdo en cada pintura que a ella le encanta y en cada galaxia que he estudiado en los últimos años.
Si pudiera definir cómo es Luciale «Sheneira» Meire, creo que la limitaría. No tiene una definición clara, pero sí puedo decir que es perfecta a su manera, y que eso es lo que amo cada día más. Su forma de ser.
—Creo que ya está —murmura Chrystel al no obtener alguna reacción de mi parte. Lo cierto es que he intentado distraerme los últimos minutos porque un inmenso e indescriptible dolor invadió todo mi cuerpo—. ¿Qué pasó?
—Se llevó a Vayannah —habla Luciale por ambas, busco su mano izquierda para entrelazar nuestros dedos y suspirar profundo. Ella me mira por unos segundos, sus cejas se fruncen un poco, antes de continuar:—. No comprendo cómo hizo para llevarse a mi niña... Reforzamos la barrera, ¿Cómo carajos pudo hacerlo?¡No entiendo!
Su última frase se oye más fuerte que su tono de voz habitual, todo este rato intentó mantenerse calmada, pero es evidente que está al borde del colapso. Y que ya no puede ocultarlo más, al igual que yo.
—Está entre nosotros —opina Vinavina, cruzada de brazos. La angustia brilla en sus iris azuladas—. La barrera solo funciona con presencias que intentan ingresar, pero si ya estaba dentro al momento de reforzarla, de nada sirve.
—Carajo —maldice mi esposa en voz baja—. Creo que tomaremos medidas más drásticas de lo que habíamos previsto.
—¿Qué vas a hacer? —me alarmo por su tono lleno de pesar—. No, Lu. Ni se te ocurra hacer alguna locura. Ireena y yo te necesitamos.
—Tienes un imperio que gobernar, Luciale, y una familia. No puedes poner tu vida en riesgo —le recuerda Vinavina en concordancia con mi postura—. Quizá te subestimamos, pero te conocemos lo suficiente como para saber que sueles cometer locuras por proteger a los que amas.
—No haré nada que nos ponga en peligro —asegura con una sonrisa maliciosa—. Solo es momento de llevar a cabo algunos planes para situaciones imprevistas. Por el momento, no puedo brindarles más información, pero lo que sucederá no es nada riesgoso para nosotros.
—Lu...
—No quiero que sufras y seas atormentada como yo lo fui hace diez años —susurra con su mirada grisácea fija en mí. Sus iris destellan amor y protección, desprende una energía de seguridad que siempre ha hecho confiar en ella. No logro comprender porque no creería en sus palabras—. Cuando nos casamos, juré protegerte todo lo que pueda y lo voy a cumplir.
...
Luciale.
—¿Dónde está Vayannah?¿Qué pasó con ella?¡Quiero saber! —nos exije Ireena, cruzada de brazos frente a nosotras—. ¡No voy a comer hasta que no me digan!¡Y no me mientan!
Todos los presentes en la mesa se detienen en lo que hacían para darnos espacio a mí y a mi esposa. Puedo sentir el suspiro cansado de mi tío Lastyon, su esposa e hijos nos miran con tristeza. Mis padres no intervienen, tampoco pueden dirigirnos la mirada; a mi madre esta situación le recuerda a su difunta sobrina Eilara, se la llevaron casi de la misma manera y su destino fue trágico. Nunca pudo superar su muerte, aun cuando aparenta que sí.
—Ire, vamos a hablar afuera, por favor —le pide Tree en un tono dulce.
Ireena nos dedica una mirada recelosa antes de dirigirse hacia la puerta y salir por ella. Le doy una última mirada a Chrystel, quien me apoya en el silencio.
—¿Qué pasó con mi hermana? —pregunta tajante, aún cruzada de brazos. Su cabello rubio está peinado en una perfecta coleta alta con algunas trenzas, frunce el ceño de manera notoria, como cuando está enojada. En verdad lo está—. ¿Dónde está? No me digan que nos abandonó porque ella nunca haría algo así.
—Mira, Iri —me encorvo hasta su altura para no intimidarla o asustarla por mi voz temblorosa. Sus ojos se abren aún más con confusión, nunca me vio de esta manera—. Hay personas malas que buscan lastimarnos por algo que sucedió hace tiempo, ¿Si? Se llevaron a Vayannah mientras amenazaban a mami. Estamos buscando la manera de encontrarla sin que le hagan daño.
—¿Cómo que amenazaron a mami? —se preocupa. Dirige su mirada con rapidez a Tree—. Mami, ¿Todo bien?¿Te hicieron algo?
—Estoy bien, mi Ire —le besa la cabeza con cariño antes de abrazarla—, pero tengo miedo de que algo te suceda a ti también.
—Se supone que soy inmortal, ¿No? No me pueden hacer nada —asegura con cierta arrogancia, aunque luego su voz se tiñe por la duda—. ¿O sí?¿Y por qué a Vayannah y no a mí?
—No lo sabemos, cielo —murmuro, su mirada baja hasta el suelo con tristeza—. Vamos a encontrar a tu hermana, ¿Si? Y no les va a pasar nada, nos vamos a encargar de que nadie pueda lastimarlas a ustedes. Sé que estás preocupada, mi cielo.
Se aparta del abrazo de Tree para rodearme con sus bracitos delgados. Imito su acción, pero la cargo en mis brazos hasta elevarla hasta mi altura. Sé que odia tener que alzar su cabeza para mirarme, pero dentro de unos años llegará hasta mi altura o quizá un poco más.
—Mami y mamá las van a proteger siempre, mi cielo —aseguro con una sonrisa amorosa. Ella también esboza una mientras asiente—. Por el momento, por tu seguridad, estarás al cuidado de tus tías Laissa y Paularah, ¿Si? No te irás del Palacio, o al menos no por tanto tiempo. Nos verás, aunque estaremos un poco ocupadas porque queremos encontrar a Vayannah lo antes posible.
—¿Ustedes van a estar bien? —inquiere titubeante—. ¿Van a hacer esto solas?¿Las tías Chrystel y Vinavina las van a ayudar?
—Lo más seguro es que sí, nos van a ayudar —responde Tree con una sonrisa gentil—. Te amamos mucho, Ire. Debes tenerlo siempre presente, y si alguno de estos días nos extrañas, recuerda eso. Siempre estaremos contigo, incluso si no nos ves.
...
He tenido una seria conversación con Ver Dreim sobre nuestras sospechas en los territorios abandonados que han quedado en este planeta después de la caída del último Dios Antiguo y Olvidado.
Es seguro que mi esposa y Vinavina liberaron, de manera inconsciente, a Shaperi, Zhasira y Kerathon. Sin embargo, es imposible que hayan podido romper la barrera protectora que impedía el paso de los Dioses Antiguos y Olvidados. Para ello, se necesita aún más poder, más magia, un sacrificio más grande y otro tipo de rituales.
En la actualidad, muchos rituales sobre estos asuntos son desconocidos, pues han quedado en desuso y con los años se han borrado de los libros de historia. Quienes tienen conocimiento sobre ellos es porque en algún momento tuvieron contacto con el linaje que se encargaba de investigar y difundir ese tipo de prácticas.
Ese linaje se extinguió con la caída del último Dios Antiguo y Olvidado.
—¿Qué tan cierto crees que es? —inquiero con desconfianza. Ver Dreim suspira profundo, dubitativo—. ¿Podremos confiar en ellos? Por algo desearon exterminarlos a todos.
—Concuerdo contigo, pero hay una parte de ellos que jamás quiso utilizar la magia para el mal. Ellos sí representan los verdaderos ideales de paz, bienestar y benevolencia que solían sostener en su época de auge.
—¿Cómo estás tan seguro que están vivos? No hemos viajado hasta esos territorios.
—Yo los ví y en cualquier momento Nymra y Rowan también los verán —señala tranquilo—. Es el plan que tanto ansiabas llevar a cabo. Ahora sabes que es posible, Luciale, porque ellos no dudarían en ayudarte.
...
¡Buenas, buenaaaas!
¿Cómo se encuentran?
Ya sé que me van a decir que no son horas para actualizar y yo sé, pido perdón. 😭
¿Onde está Vayannah, Shaperi?
Pinche vieja miada, ya pronto Rowan la mata, no se preocupen
(Aunque eso vaya a traer consecuencias)
¿Por qué le están pasando esas cosas a Rowan? El dolor, la niebla mental, no poder usar sus poderes...👁️
¿Por qué Vayannah y no Ireena?
Amamos a Luciale y Rowan en modo mamis 🥹🫶🏻
Y a Ireena enojada también JAJAJAJAJAJAJ
Esa niña es como una Luciale mezclada con una Rowan (Vayannah es más Luciale)
¿Cómo que Shaperi está con nosotros?
¿A quiénes se referían Ver y Luciale? 👁️👁️
Uyuy, el próximo capítulo vamos a ver una resurrección. Va a haber un drama, chiquis, yo nomás les aviso
Sin más que decirles, les deseo buenas noches, mañanas o tardes (depende de cuando lean esto) y les mando muchos besos. 🫂✨
Los amooo, nos vemos el próximo viernes y este domingo en Silencioso Preludio 🫶🏻
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top