🖤 Capítulo 4. "No fue solo ella"
Rowan.
Trato de hablar, de decir una oración coherente, pero la capacidad del habla pareciera haber escapado de mi cuerpo. Los latidos de mi corazón retumban en mi garganta, en el centro de mi pecho, en mis oídos, ante el impacto que acaban de provocar las palabras de Nymra sobre nosotras.
Mi esposa no habla, ni siquiera es capaz de dirigirle la mirada a la mujer que me salvó la vida diez años atrás. Yo, por el contrario, sí logro sostenerle la mirada, con el mismo desconcierto que sufre en silencio el amor de mi vida.
Lu conoce a la perfección el dolor de su madre ante la pérdida de su mejor amiga de la infancia, Nilu Willekster, asesinada por Pefther Koulliov con fines que a día de hoy desconocemos. Ella sabe lo mucho que sufrió Dríhseida al ver crecer a Chrystel y recordar a Nilu en ella, porque cada año que pasaba, Chrys se asemejaba aún más a su difunta madre.
Es imposible que hayan resucitado a Nilu. Un día después de que Dríhseida encontró su cuerpo junto a Vorkiov y Ver, decidieron continuar con la ceremonia de sepultura y su cuerpo fue incinerado, como dictan las tradiciones de Abdrion. La Diosa Skara fue la primera en cremar el cuerpo de alguien, en dicho caso fue su hija, ya que creía que las cenizas significaban la posibilidad de reencarnación; al mismo tiempo, le arrebataban a los espíritus en pena la posibilidad de usurpar el cuerpo de la persona fallecida si se consideraba resucitarla.
Cuando una persona aridiense muere, sus cenizas son sepultadas en su «templo» personal. No es necesario que se trate en verdad de un templo que venera a las figuras de la Corte de Dioses, se le puede considerar un templo al lugar en el que más le gustaba pasar tiempo al fallecido, al lugar que le marcó, a dónde quisiera viajar, etc.
—Es imposible lo que dices, Nymra —tomo la palabra al notar que mi Lu continúa en ese estado de conmoción. Tomo sus manos con delicadeza, masajeo en círculos sobre sus dorsos. Debe pensar en lo mucho que afectaría esta noticia a su madre, a mi padre y a Chrystel—. Nilu Willekster murió hace más de treinta años, ni siquiera deben existir sus cenizas. Para que resuciten a una persona, debe existir un cuerpo primero, y en Abdrion no sucede eso.
Aprecio el cansancio en sus ojos avellanas. Intento negar la verdad que nos dice, si fuesen mentiras, Nymra no se vería tan preocupada como ahora. Lo último que supe de ella es que estaba muy enfocada en su vida como madre y esposa, por ello los conflictos en Lilium se calmaron, y ella perdió el interés en formar conexiones con los demás imperios.
—Sé que es una noticia difícil para ustedes, también lo es para mí —murmura con pesadez, como si no tuviera idea de cómo actuar sin ser asesinada después—. Sé que es Nilu Willekster, porque no es la única que apareció como si nunca hubiese muerto.
Marion Mareoux, mano derecha en el gobierno de Nymra y su cuñada, se remueve incómoda ante la tonada de la emperatriz de Khiat. Sus palabras se oyen entrecortadas, pesadas, como si le faltara el aire y no pudiera respirar por más que lo intente.
Capto el rumbo de la conversación, mi corazón pareciera detenerse por unos segundos al imaginar esa posibilidad a la que ella nos lleva. Fue una realidad, ocurrió al mismo tiempo en que sus dispositivos de protección detectaban la presencia de Nilu Willekster.
—Mi madre también apareció ese mismo día. Yo sé que no era ella, por más que su apariencia física encajaba a la perfección con mis recuerdos, sé que no era ella.
Marion la abraza por los hombros al percatarse de su casi tambaleo. Niego con la cabeza como si estuviera mintiendo, o como si pudiera así despertarme de una de las últimas pesadillas que he tenido.
—Ella nunca hubiese intentado lastimarme —finaliza en un susurro, una lágrima casi imperceptible se desliza por su mejilla. Mi esposa le dirige la mirada, aterrada—. Yo... Ustedes se harán una idea de lo que pudo suceder después, pero es real. Jamás les mentiría con algo así, por favor.
—Creemos que es obra de un espíritu desahuciado o desterrado de este plano por sus crímenes —habla Marion, su voz es aguda y dulce. Me recuerda en cierto modo a Kraya en su adolescencia—. Son las almas que suelen envidiar a los demás y son más propensas a dañar de esa manera. Están corruptos luego de haber caído ante la avaricia o la soberbia por el poder que alguna vez tuvieron.
—Creen no, en realidad es así —habla mi esposa, pensativa. Suspira profundo y relaja sus hombros antes de continuar—. Hace años se invocó a tres de los Dioses Antiguos y Olvidados de Lilium, desterrados por sus crímenes y por querer denominarse los dioses creadores. Si bien se ofrendó algo para su tranquilidad, el portal que se abrió en ese entonces no se cerró como era debido y ahora vagan por este plano.
—Déjame adivinar de quienes se tratan —ironiza Nymra con cierta tristeza—. Zhasira Arino y su esposo Kerathon, y Shaperi. Son los únicos de ellos que nunca reflexionaron sus actos, sostuvieron hasta la muerte que no cometieron ningún delito. Shaperi siempre fue conocida por resucitar personas y torturarlas después.
—Shaperi desea recuperar lo que cree suyo —señalo aterrada—. Y eso nos incluye a mí, a mi esposa, a ti, a Abdrion y a Khiat. No olvidemos que antes Khiat veneraba a Shaperi como su Diosa representante.
—¿Qué haremos para detenerla? —cuestiona Vinavina a nuestras espaldas, se oye con cierta molestia e impotencia por lo que escuchó de nosotras—. Oí todo, no se preocupen.
—Vinavina... —murmura mi mujer con tono de advertencia.
La joven de cabellos rojizos la ignora, se detiene a mi lado, con una expresión de seriedad que cubre su rostro y los ojos azules brillando en rabia, terror, impotencia, culpa. La misma culpa que recorre mis venas al comprender que todo esto no ocurriría si nosotras no los hubiésemos invocado, si yo hubiese esperado a encontrar otra solución, si yo hubiese...
Hubiese dejado morir a mi esposa.
Hubiese permitido que su maldición siguiera su curso.
Pero yo no podía dejar morir al amor de mi vida, a la mujer que más he amado durante mis treinta años. No podía dejar a la deriva a quien me salvó más de una vez, a quien me enamoró con sus sonrisas, con su astucia, su racionalidad y seriedad a la hora de resolver problemas, su manera de encontrarle una solución a todo, su liderazgo, su sinceridad, su forma de proteger a los que ama —incluso en el tiempo en que ella creía que no podía amar a nadie—. Su forma de ser me enamoró, me inspiró y me acompañó. Había prometido ayudarla en su condena, era la única que tenía la posibilidad de salvarla, o de intentarlo.
No iba a dejarla morir, con el pensamiento de que Herafel había ganado la batalla, se había adueñado de su cuerpo y me había herido en su momento. O por lo menos, lo intentó. No iba a abandonarla.
Si yo la hubiese dejado fallecer, mis hijas no existirían en esta realidad, el trono hubiese pasado a Chrystel por el orden de la línea de sucesión y yo viviría mi duelo en el Palacio, culpándome cada día por abandonar a mi amada Lu.
—Así como no vas a permitir que la desgraciada de Shaperi intente asesinar a Rowan, yo intento que mi esposa no se derrumbe otra vez ante la noticia de que una diosa desterrada revivió a su madre —espeta Vinavina con dureza. La firmeza en su voz me convence de que ella debe ser parte de esto, de nuestros planes para detener a Shaperi—. Luciale, tú no tienes ni idea de lo mucho que sufrió Chrystel al enterarse que su padre estaba vivo y que ahora ella cada día más se asemeja a su madre. Yo no puedo verla sufrir, menos ahora que...
Comparto una pequeña sonrisa cómplice con Nymra ante el repentino silencio de Vinavina. Ambas sabemos lo que ella iba a decir y calló, porque aún no es el momento de anunciarlo. Chrystel todavía no organizó ninguna ceremonia, quiere estar segura de que nada malo sucederá durante los primeros meses.
—Lo entiendo a la perfección, Vinavina —acepta Lu—. Por el momento solo intentaremos rastrear la ubicación de Nilu, dudo demasiado que ya se encuentre en Abdrion. Si llegó hasta Khiat fue por alguna razón importante, así que necesito que estén atentas, Nymra.
—Como desee, majestad —habla un poco más animada que antes. Sin embargo, aún noto cansancio en su voz—. Si la encontramos, ¿Envío guardias para que la intercepten o...?
—Nos envías alguna señal lo más pronto posible. Abdrion actuará en esa situación —decide mi esposa, vuelve a relajar sus hombros para intentar mantener la serenidad—. Agradecemos tu ayuda, Nymra. En verdad lo hacemos.
—Lo sé —asiente la emperatriz de Khiat con una tenue sonrisa amable—. Lo sé muy bien.
...
Vinavina no nos ha dirigido la palabra luego de lo planificado con Nymra Polvest y Marion Mareoux. Sé que Lu tiene más planes, por obvias razones no los compartirá con nosotras. Lo acepto, lo respeto, aunque me disguste la idea de que ella actúe a ciegas. No puede pretender hacer todo sola.
—Mami, ¿Nuestros sueños son reales? —pregunta Vayannah al ver que me aproximo a ella, está sentada junto a la fuente del jardín y Mandarino se encuentra recostado en sus piernas.
Durante estos años, hemos adoptado más gatos además de Klay, Kelly y Perséfone. Agradezco que la magia de la dimensión los mantenga vivos eternamente, detesto pensar en la muerte y en una vida sin ellos.
Mandarino es un gato de seis años de vida, nació unas semanas antes que Vayannah. Su pelaje es naranja, con algunas partes en tonos más claros, y sus ojos son dorados. Es inquieto, arisco, celoso y bastante travieso. Suele romper muchas cosas de valor sentimental para nosotras, como la taza que me regaló Ireena para mi cumpleaños número veintiocho. Agradezco a la magia por permitirme repararla.
Mandarino es apegado a Vayannah, aunque él cree que no me doy cuenta, sé que de alguna forma la protege. Así como Perséfone lo hace conmigo.
—Depende de qué sueños, mi cielo —le sonrío antes de sentarme a su lado. El gato abre un ojo antes de cerrarlo para continuar con su siesta—. Recuerda que a pesar de que somos seres sobrenaturales, no todo lo que soñamos es real. Debemos separar lo real de los miedos o deseos que tenemos en nuestra mente.
—¿Y cómo sé si es real o no? —se interesa, sus ojos grises me observan con atención.
—Por las sensaciones que te provoque el sueño. Mientras más sientas, más real es —explico con serenidad, le doy un pequeño vistazo a la fuente de cristal. La estrella Skara reluce tanto como el primer día que llegué aquí.
—Soñé con una mujer rara —comenta luego de un pequeño silencio.
—¿Ah, sí?¿Qué soñaste? —me intereso. Peino su cabello oscuro, lleno de ondulaciones, con mis dedos.
Recuerdo que hace ocho años, Lu y yo iniciamos los procesos de solicitud a la Corte de Dioses para permitirnos traer al mundo a un bebé que se convertiría en un Dios en el futuro. La respuesta afirmativa no tardó en llegar y, gracias a la magia de este universo, nos permitió tener hijas biológicas al cien.
Los poderes de Lu le permitieron fusionar su alma con la mía para que otra almita saliera de allí. El ADN de Ireena y de Vayannah es una mezcla del ADN de sus madres. Los óvulos de mi esposa se transformaron en células sexuales masculinas por sus habilidades sobrenaturales durante esa fusión de almas que no duró mucho tiempo.
Al principio no sabíamos con exactitud quien iba a ser la que cursara el embarazo de nueve meses. Yo sé que Lu deseaba ser ella quién lo hiciera, pero sentía mucho miedo de que algo sucediera. Preferí ser yo la madre gestante y ella no se opuso a la idea.
Los días que nacieron Ireena y Vayannah fueron tan felices como el día de mi boda. Fui la persona más feliz y estaba tan emocionada, sé que mi esposa tenía los mismos miedos que yo sobre la maternidad, pero la supimos llevar de buena manera y ahora ya no sentimos tanto miedo.
O sentíamos. Desde que Shaperi apareció, esos miedos regresaron. Quizá más fuertes que antes.
Ireena y Vayannah son todo para mí, al igual que lo es el amor de mi vida. Si Shaperi se atreve a siquiera lastimarlas, no me importará hacer lo que sea necesario con tal de mantenerla lejos de mi familia.
—Era una mujer bastante rara. Tenía dedos largos y como si fueran huesos, sus ojos eran negros y tenía un aspecto extraño. Era demasiado alta, más que el abuelo Vorkiov —describe con tranquilidad, mima a Mandarino por detrás de sus orejas. Él ronronea ante los mimos—. Dijo que buscaba a una mujer llamada Electra, le dije que no conocía a nadie con ese nombre. Luego dijo que se llamaba Shaperi, me preguntó mi nombre, pero yo no quise hablarle. Me daba bastante miedo.
Mi garganta se seca en cuánto oigo «dijo que se llamaba Shaperi». Los latidos de mi corazón se aceleran, un calor se irradia en todo mi cuerpo, mis manos comienzan a sudar y las aparto con disimulo del cabello de mi niña para secarlas en mi vestido.
El pánico se adueña de mi persona, lucho para no caer en un ataque y para poder respirar con normalidad. Mi respiración es baja, entrecortada, para no alarmar a mi pequeña. No quiero asustarla, incluso si yo por dentro parezco a punto de derrumbarme, de gritar de la rabia y de llorar.
¿Cómo se atreve a acercarse a mi hija?
Supongo que la barrera protectora que creé no fue suficiente. Debo utilizar algo más fuerte.
—Que extraño —disimulo con el ceño fruncido—. ¿Te dijo algo más?
—No. Se fue sin decir nada más.
...
Luciale.
Al entrar al comedor, me sorprende encontrar a mis padres sentados en silencio. Me desconcierta el hecho de apreciar una expresión triste en el rostro de mi madre.
Su mirada verdosa se dirige a mí al oírme llegar, observo la tristeza en sus iris, el dolor. Pareciera volver a romperse como aquella vez que la encontré llorando una noche, cuando tenía tal vez diez años. No comprendí el porqué en su momento, hoy sí sé los motivos y todos se relacionaban con la muerte de Nilu, y de su sobrina Eilara.
Siempre se culpó de haber continuado la guerra por el trono. Supongo que siguió con el conflicto bélico tras la muerte de Eilara, la hija de mi tía Minyella, a quién le prometió que nada malo le sucedería y que sería la emperatriz más noble que el imperio habría conocido.
—¿Qué sucede? —pregunto al acercarme a ellos, me siento junto a mi padre, quién sostiene las manos de mi madre en un gesto cariñoso.
Dudo que sea por la presencia de Nilu. Aún no ha aparecido en Abdrion, de haber sido así, mi madre no estaría aquí. Hay algo más que no me ha dicho.
—Laissa me ha informado sobre el estado de salud de su madre —murmura y yo le dedico mi completa atención. Sé que es un asunto delicado para ella, pues Danira fue la única de sus hermanos en reconocer su legitimidad como emperatriz y en no dudar de sus capacidades para gobernar. Siempre fueron unidas hasta donde supe—. Danira perdió la visión por completo. Su enfermedad avanza cada día más y no podemos hacer nada para detenerla. Es la misma enfermedad que tenía mi hermana Veynna, nunca la conocí porque murió antes de que yo naciera. Y la única que... que investigaba una cura...
—Mamá, no eres culpable de nada, ¿Si? —hablo suave, en un intento de tranquilizarla—. Sé que te martirizas por lo que ocurrió en la Guerra de Arino, pero tú no eres culpable de tus reacciones tras ser traicionada y casi asesinada por quienes decían ser tu familia.
—Pude haber traído a Danira al Palacio, ella nunca actuó contra mí... —suspira pesado para no romper en llanto—. Pude haber hecho algo para evitar la muerte de Nilu, ahora Chrystel estaría con su madre, habríamos encontrado una cura a muchas enfermedades autoinmunes, tendría a mi mejor amiga conmigo... No tendrías que ver cómo...
Los tres nos quedamos callados tras esas últimas palabras. Sé a lo que se refiere, es algo que aún no asimilé y que me dolerá tanto cuando suceda. Sé que tal vez pueda revertirlo, aunque seguro algo deberé dar a cambio.
—Sí, lo sé... —hablo en voz baja—. La veré morir y no podré hacer nada. Pero encontraré una manera de traerla de regreso. Por cierto, sobre Nilu...
—Ya lo sé —me interrumpe ella—. Solo espero que no suceda lo mismo que con Zarahíe.
...
¡Buenas, buenaaaas!
¿Cómo andan esta semana?
¿Lloraron con este capítulo? Porque yo sí 😭
¿Vieron el paralelismo entre la pregunta que hizo Vayannah y la que había hecho Eilara en Silencioso Preludio? 👁️👁️
Esa Shaperi se vino con todo. Hay que dormirla 🤠🔪🔪🔪
Pinche vieja, sí que le gusta chingar
Zhasira y Kerathon, ¿Aliados o enemigos?
¿A quién se refirió Dríhseida?¿Quién va a morir? 👁️👁️
Amamos a Vinavina queriendo proteger a Chrystel
¿Se viene un bebé de ellas? Pronto lo sabremos
Tenemos muchas preguntas y pocas respuestas, así que la semana que viene veremos esas preguntas
Sin más que decirles, nos vemos en la próxima actualización semanal y este domingo en Silencioso Preludio (para los que leen esa historia)
Les agradezco mucho el apoyo y espero que les guste Lúgubre Alma. De momento los caps son cortos, pero luego se van a alargar más 🤍
Besitos y abrazos, los amooo 🫂✨
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