🖤 Capítulo 2. "Un plan premeditado"
Luciale.
Los latidos de mi corazón se acumulan en mi pecho, veloces y cortos, golpetean contra mi caja torácica como si mi corazón deseara salir de allí. Lucho por mantenerme seria y en pie, cuando en realidad también deseo entrar en el mismo estado de pánico que invade a mi esposa.
Pero alguien debe ser la fuerte aquí, alguien debe tomar una decisión o dar el siguiente paso para acabar con ellos. Y esa seré yo, me mantendré cuerda porque es lo que mi amada Tree necesita en estos momentos.
Sus palabras solo son la confirmación de lo que yo ya intuía hace diez años y terminé por dar por cierto cuando ella comenzó a tener pesadillas. Jamás se lo diría, pero en una de ellas, intentó asesinarme. Yo sé, con total seguridad, que no era ella y que alguien más manipulaba su cuerpo.
Soy consciente y puedo afirmar que Tree jamás buscaría dañarme, ni siquiera aunque esté aterrada a más no poder. Ella jamás me heriría, o tomaría decisiones que pudieran afectarme para mal. Me ama, tanto como yo la amo, y el amor no daña, solo sana, inspira, adora, apoya y acompaña.
—¡Mami!¡Mamá! —grita Ireena detrás de la puerta, golpea de manera insistente para que la oigamos—. ¿Están bien? Escuchamos el ruido.
—Estamos bien —respondo por ambas, Tree me dedica una mirada paralizada—. Mami se tropezó y se golpeó, pero no te preocupes. Ya está todo bien.
—Bueno, espero que sea así —dice no muy convencida. De nuestras dos hijas, Ireena es la más difícil de convencer de algo. Ella siempre duda de la palabra de otros y busca incoherencias en sus discursos—. Las estaremos esperando en el salón. El abuelo Ver vino recién y quiere saludar a mami.
—Iré en un momento, Ire —asegura mi esposa a nuestra niña y luego oímos sus pasos alejarse de la puerta hasta que ya no se escucha nada. Un silencio recorre el gélido ambiente que ha quedado luego de la visita de ella—. ¿Qué hace mi padre aquí?
—Yo lo invité —le explico, arquea las cejas con sorpresa—, aunque pensé que no vendría. Creo que todavía le afecta un poco ver a Chrystel, mi madre ha dicho que se parece mucho más a Nilu de joven.
El amor de mi vida asiente en silencio con cierto pesar. Ver Dreim ha mantenido el contacto con sus hijas durante estos diez años, sin embargo, la presencia de Chrystel lo abruma de cierta manera. Es imposible negar que la quiere, la adora y la ama, pero su mirada se tiñe de nostalgia y algo de tristeza cada vez que la observa. Él todavía no logró superar la muerte de su esposa, y su hija es la viva imagen de ella.
Mi madre tampoco ha podido superar la muerte de su mejor amiga de toda la vida. Si bien ella pasa más tiempo con Chrystel, sé cuánto le duele verla, sé cuánto le quema por dentro recordar a la noble Nilu Willekster que fue asesinada por Pefther Koulliov. Imagino que los recuerdos la invaden todavía más cada vez que nos ve a Chrys y a mí juntas, como ellas también debieron estar en su momento.
—Si él vino es porque algo importante sucede... —suspira profundo, negada a aceptar lo que vio hace unos minutos y lo que yo ví, sin que ella supiera, que ronda a nuestra hija. A nuestra bebé. No puedo permitir que las intenten herir como hicieron con nosotras—. ¿Él lo habrá notado?
—Sin lugar a dudas. Si has dicho que ellos regresaron, es porque lo han hecho —aseguro en un susurro, mis manos acunan su rostro. Su mirada baja, cargada de pesar y tristeza—. No te desesperes, mi amor. Podremos lidiar con esto, ¿Si? Hemos lidiado con cosas peores antes, pero lo hemos hecho juntas. Y eso ahora no cambiará. Nunca lo hará, Tree.
Sus ojos cafés con brillos dorados me admiran con ese mismo amor que nos ha acompañado durante estos años, con ese amor inmarcesible y sempiterno, que ha comenzado una historia sin final. Nosotras continuaremos juntas por el fin de los tiempos, en esta vida y en las otras que se aproximan, porque mi alma la buscará en cada vida hasta encontrarla y la suya hará lo mismo conmigo.
—Yo no voy a dejarte sola, Tree —aseguro, mi voz se suaviza—. Sé que sientes culpa por lo que ha pasado, pero nada de esto es tu culpa, mi estrella. Tú no eres la culpable aquí, porque sé que esto sucedió a tus espaldas, sin que lo supieras, sin que fueras consciente de ello. ¿Si? Sé que no martirizarse es complejo, pero escúchame, que yo sé que no eres la culpable y jamás te vería así.
—Hace diez años, tuve una visión donde veía la muerte de Nilu —confiesa en un murmullo—. La asesinaron de la misma forma en que yo asesiné a Jessera. Y luego... alguien hizo lo mismo con Venni Lairovst.
Asiento en silencio, esos detalles ya los conocía por mis conexiones con Einer Ditnova. Desde que ella se casó con mi antigua Líder de los Quishenas, mi deber fue forjar un gran vínculo de lealtad con la emperatriz de la corona roja y asegurarme que Keatlyn Trayshon jamás nos traicionaría. Mi reacción fue todo lo contrario a lo que ellas pensaron que sucedería, quizá pude haber sido cruel en mi manera de actuar, sin embargo, nunca podría haberme ganado su confianza con ello.
Y si bien Einer Ditnova detecta con facilidad los juegos de manipulación, pareciera ser que esta vez se le ha escapado un detalle importante. O quizá Keatlyn fue quien la convenció de creer lo contrario.
—Einer Ditnova me lo dijo —menciono para su desconcierto, sus cejas se fruncen con confusión—. Me dijo que habían burlado la seguridad de la mansión de Pefther Koulliov y que habían asesinado a Venir Lairovst. Sospechó de la madre de Kairashana, pero nunca pudo comprobarlo.
—Fue ella —señala más que segura, vuelvo a asentir, atenta a sus palabras—. Quizá ayudada por alguien más, pero no me caben dudas de ello. Siento mucho no haberlo dicho antes, quizá pude evitar todo esto...
—No puedes controlarlo todo, Tree —susurro antes de besar la punta de su nariz. Ella sonríe leve—. Esto es algo que escapaba a tu control, mi querida estrella.
...
Siempre supe que detrás del despertar de Tree como bruja de sangre se escondía un motivo mayor y peligroso. Nunca me equivoqué en mis sospechas, ahora puedo confirmarlo con la sombra que he avistado junto a mi hija.
Ella busca atormentar a mi esposa para que se rinda ante su supuesto destino. Desde que hablaron hace años, se enamoró del amor de mi vida, se obsesionó con la energía de su alma: dos extremos que coexisten en completa paz y armonía, como si no fueran esos extremos que un día quisieron acabar con el otro. El bien y el mal no fueron creados para estar juntos, mucho menos en una sola persona, pero mi amada Tree ha demostrado todo lo contrario: pueden convivir sin crear una inestabilidad mortal para cualquiera.
Nuestras hijas, futuras emperatrices de Abdrion, representan una amenaza para la antigua Diosa de la Oscuridad y la Crueldad. Shaperi consideró en vida que los hijos nos volvían débiles, y como aún mantiene cierta esperanza de que mi esposa se obsesione con ella de la misma manera, intentará atacarla a toda costa solo para asustar a mi mujer.
¿De verdad cree que yo no responderé?¿Cree que no he pensado durante años una manera de destruirla para que su alma deje de existir? Si su alma se desintegra, no tendrá más posibilidades de regresar tal y como hace ahora.
No me importa si mis acciones crean un conflicto entre la Corte de Dioses y las memorias de los Dioses Antiguos y Olvidados de Lilium. Haré lo que considere necesario para proteger a mi esposa y a mi familia.
—¿Se encuentran bien? Vayannah estaba muy asustada —se preocupa Chrystel, Vinavina se encuentra a su lado con rostro pensativo—. Tus padres y el mío están con ella, Luciale, pero se asustó mucho. Dijo que algo malo le pasaría a su madre si no íbamos a ver qué fue ese ruido.
Mierda.
Vayannah empezó a tener visiones.
Definitivamente voy a matar y torturar a Shaperi. Mis hijas merecen un mundo feliz, tranquilo, donde ellas puedan crecer y sonreír, disfrutar de la vida. Son niñas, por el amor a la Diosa Skara, no tendrían que preocuparse por sueños que todavía no entienden o por cosas que aún no les incumben. ¿Por qué tantas ganas de arruinarnos la vida? Quiero despedazar a Shaperi y que me ruegue por piedad.
—Ellos están aquí —murmura mi esposa, enfatiza en el término «ellos». Vinavina capta al instante a qué se refiere, pues palidece todavía más y sus ojos azules adquieren cierta preocupación—. No comprendo cómo burlaron la barrera del Palacio. Son Dioses Antiguos, pero fueron desterrados de ese tipo de poderes que les permiten hacer todo.
—Ahora comprendo el motivo por el que los emperadores Ditnov enviaron una carta junto a los obsequios de Vayannah —suspira Vinavina, a lo que todas quedamos estupefactas—. Creí que no les interesaba mucho que envíen regalos, después de todo, ustedes hacen lo mismo con los hijos de los demás emperadores. No abrí la carta, supuse que no sería nada, solo un simple agradecimiento o algo por el estilo.
Tras formar cierta amistad con Einer Ditnova, comenzamos a recibir obsequios de su parte en cada cumpleaños de nuestras hijas, o incluso en los nuestros. Supongo que es su manera de agradecer que no ejecuté a su esposa, la actual emperatriz consorte de Astenont.
Por parte de Einar también hemos recibido presentes, imagino que Kairashana está muy detrás de ese tipo de detalles. Einar no es el tipo de persona que envíe cosas a los demás, prefiere más otorgar su tiempo a las personas que aprecia, o cosas así. No obstante, su esposa no se quedará atrás cuando entre todos nos envíamos detalles en fechas especiales.
Nymra también lo hace. Y tal vez puedo asegurar que es la única sincera entre nosotros. No lo hace por intereses personales o por agradecimiento, lo hace porque le nace, porque por algún extraño motivo aprecia a Tree y la considera alguien de su confianza. No encuentro otros motivos por los que Nymra, de todas las personas en el mundo, salvaría la vida de mi esposa.
Tree chasquea sus dedos y en menos de un segundo, el sobre negro con el sello rojizo de Astenont se presenta en la palma de su mano. No tarda mucho en abrirlo ni se molesta en disimular su angustia, yo tampoco puedo ocultar lo aterrada que estoy.
4 de abril del 709.
Astenont, imperio de la corona roja.
A sus majestades aridienses de la corona de oro: Rowan Becker y Luciale Meire,
a la familia imperial Meire-Becker y los antiguos Arino.
Nos dirigimos ante ustedes para informarles de la muerte de nuestro estimado Duque Pefther Koulliov de Eisterh, quien fue encontrado sin vida en el comedor de su mansión. Pareciera ser que fue asesinado con el mismo método que utilizaron para acabar con la vida de Venni Lairovst hace diez años.
Fue torturado hasta destruir las áreas cerebrales responsables de cualquier mínimo movimiento, o de darle vida al resto de su cuerpo. Es muy seguro que han robado parte de sus recuerdos en el proceso, es el único motivo por el que alguien haría algo como eso.
Les solicitamos que, en cuanto reciban esta carta, nos confirmen si es posible que puedan brindarle protección a Rheilla Varsiova en su imperio. Por favor, no tomen esta petición como una falta de respeto, confiamos en ustedes al entregarles la vida de quién podría heredar el imperio de Zildwi si algo sucede con la familia imperial Lairovst-Ditnov.
Agradecemos su comprensión y atenta lectura. Esperamos su pronta respuesta y les deseamos un feliz cumpleaños para su pequeña princesa Vayannah. La futura emperatriz de Abdrion.
Atte.
Keatlyn Trayshon, emperatriz consorte de Astenont.
Einer y Einar Ditnov, emperadores de Astenont por derecho de nacimiento.
—¿Cómo que Pefther Koulliov está muerto? —inquiere una incrédula Chrystel—. Nadie podría matar a alguien de su especie, excepto...
—Otro legendario o algún dios importante —agrega mi esposa, casi sin aliento. Inspira profundo para recuperar la capacidad de hablar, pero su mente se cierra a la idea—. No puedo creerlo.
—Tenemos que hablar con la familia de tu padre, Luciale. Son los brujos más instruidos de Abdrion, sabrán cómo proteger bien al Palacio —señala Vinavina, con cierto pesar—. Si ella entró aquí, significa que hay alguna vulnerabilidad en el Palacio que debemos solucionar cuánto antes.
—Lo sé, hablaré con mi padre en unos momentos —hablo para tranquilizarlas, incluso cuando por dentro soy un mar de emociones y el terror ha llegado a su punto máximo. Temo por la vida de mis hijas y por la de mi esposa, cuando acabé con Herafel hace años, pensé que nuestros problemas habían terminado. Por lo visto no, Shaperi no se rendiría tan fácil; no obstante, no preví que ella actuaría tan rápido.
Diez años es poco para ella, demasiado tiempo para nosotras. Considero que fue el suficiente tiempo para pensar como acabarla, y tal vez puedo decir, que el momento ya ha llegado.
Shaperi jamás debió siquiera pensar en atacar a mi familia. Por algo me han designado Diosa de la Oscuridad y la Crueldad, ¿No?¿Ni siquiera sé sentó a reflexionar sobre ello?¿Es alguien más que subestimará mis capacidades por ser bastante piadosa y por haber formado una familia? Algo que ella nunca pudo lograr.
—Mami, mamá —habla mi niña más grande y la más parecida a mí en cuanto a personalidad. Sus ojos grisáceos nos analizan con atención, busca cualquier rastro de miedo, violencia o lo que se le parezca—. Me van a explicar que pasa y porque Vayannah está asustada. Sin mentiras.
Su tono exigente me hace levantar una ceja, Vinavina y Chrystel contienen una risita por oír a la heredera de Abdrion ser tan autoritaria con sus madres. Comprendo que sienta que debe exigirnos respuestas, después de todo, no fuimos claras con ellas. Ireena es la primera en darse cuenta de las mentiras o de la falta de detalles.
—Ire, hay cosas que ustedes no pueden saber por lo peligrosas que son —habla Tree con dulzura, una sonrisa amorosa se esboza en sus labios—. Pero tienes que saber que yo, tu madre y tus tíos cuidaremos de ustedes siempre. Nada malo les ocurrirá si nosotros estamos aquí.
—¿Y a ustedes les va a pasar algo? —inquiere con las cejas rubias arrugadas, su rostro pálido es pintado por la angustia que le produce pensar en que a sus madres les puede suceder algo malo—. No me dejen hablando sola, digan algo.
Me encorvo hasta su altura, Ireena me llega más o menos a la cintura. A pesar de tener ocho años de edad, es bastante alta, llegando al metro cincuenta con algunos centímetros. Su mirada grisácea me escanea con preocupación por mi silencio, no está acostumbrada a verme tan callada ni tampoco con esta expresión de resignación que cargo.
—A nosotras nunca nos pasará nada, mi Iri —hablo suave, peino su cabello rubio con mis dedos. Ella entrecierra los ojos como si desconfiara de la veracidad de mis palabras—. ¿Recuerdas lo que les contamos a ustedes?
—¿Que hemos sido favorecidas por los Dioses por ser las hijas de una Diosa y una semidiosa? —señala y yo asiento en silencio—. Sí, ¿Qué significa eso? En la Academia todavía no me explican sobre la historia de los Dioses de Lilium y Abdrion.
—Nosotras somos inmortales, solecito —aseguro con una amplia sonrisa genuina, sus orbes grises se abren más por la sorpresa—. Nadie puede atacarnos ni hacernos nada, los Dioses se encargarán de acabar con ellos antes de que lo intenten. Y con ustedes pasa exactamente lo mismo, nadie puede herirlas o rozarles un solo cabello sin sufrir las consecuencias de sus actos.
—¿Y por qué Vayannah está así de asustada? Dijo que vio algo, ¿A qué se refiere? —arruga el entrecejo, confundida—. Sé que ella no entiende todo esto, pero...
—Las habilidades de tu hermana comienzan a despertar, mi sol. Algún día, no muy lejano, las tuyas también lo harán —beso la cima de su cabeza antes de abrazarla con delicadeza. Se aferra a mí como si yo fuera su lugar seguro y le otorgara cierta sensación de protección—. Y te prometo que estaremos aquí para cuando tú debas sufrir lo mismo que ella, ¿Si?
—Sí, mamá —se separa de mí para sonreírme—. Ahora sí, deberían ir con Vayannah. Creo que le gustaría que estén con ella también.
...
El nudo en mi estómago no me permite dormir. Si bien los Meire dijeron que crearían otra barrera protectora sobre el Palacio, no podrán hacerlo hasta mañana. Serán más horas desprotegidas, donde mis hijas están expuestas a lo que una Diosa Antigua y resentida con la vida que debió vivir desee hacer. ¿Cómo puedo dormir cuando sé que algo podría suceder con mis hijas?
Mis hijas lo son todo para mí, al igual que mi esposa. Se han convertido en lo más importante en mi vida, las amo con el alma, porque el alma nunca muere; sería capaz de entregar mi vida para salvar las suyas, para asegurarme de que se encuentran a salvo. Haré lo que sea necesario para proteger sus almas, así como ellas también lo hacen con la mía a su manera.
Quizá Shaperi busca que yo caiga en un estado de inestabilidad emocional, donde aquellas emociones negativas se apoderen de mí. Solo así ella podría intentar algo contra mí, sin éxito por supuesto, pero sí intentarlo.
Mis extremidades se paralizan en cuánto noto su presencia sobre mí. Sus ojos oscuros me dedican una mirada curiosa, la pesadez de su cuerpo sobre mi pecho comienza a dejarme sin la posibilidad de respirar, su cabello azabache roza mis mejillas mientras inspira a pocos centímetros de mi rostro.
—Siempre te describen como una mujer bastante astuta, Luciale Meire —susurra con una sonrisa satisfecha. Sus largas uñas viajan por mi rostro hasta mi cuello—. Es quizá, ciertamente humillante, tener que darle la razón a dichas personas. Un placer conocerte en persona al fin, Sheneira.
...
¡Buenas, buenaaas!
Lamento la tardanza en actualizar, esta semana me mató en el ámbito académico. Salí destruida, pero ya solo me falta una semana para estar de vacaciones <3
¿Cómo se encuentran?¿Me extrañaron?
¿Aman a las niñas Meire-Becker? A mí me encanta como es Ireena, es una mini Luciale 😭
Así que la Shaperi anda chingando de nuevo 👁️
Vieja miada, vuelvase a dormir
¿Qué creen que suceda en el próximo cap?
¿Les gusta Luciale en modo mami? A mí sí 😭
APARECIERON VINAVINA Y CHRYSTEEEL
En este tiempo están juntas, llevan 3 años de relación <333
La amistad entre Luciale y Einer fue la cosa más inesperada del mundo JAJAJJAJAJA
Pronto sabremos más sobre Einer y Keatlyn 👁️👁️
Sin más que decirles, nos vemos en el próximo capítulo. Recuerden que pueden seguirme en mi Instagram (_merqueen) para más información 🖤
Me gustaría que me dejen en comentarios canciones que les recuerden a Lúgubre Alma, así podría ir armando la playlist de esta historia <3
Besitos y abrazos 🫂♥️
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