🖤 Capítulo 16. "Mensaje de Astenont"

Denle mucho amor al cap, estuve tres días escribiendo. 🫶🏻🫂
Al final hay una nota de autora dónde explico porque me tardé tanto. Espero sepan entender y disculparme.
Los amo. 🤍

Rowan.

—Tree, ¿Qué estás viendo? —susurra Lu en mi oído, me he percatado que sus ojos grises brillan en confusión y una pizca de temor. Sé que ha intentado ocultar por años que no le teme a nada ni nadie, pero lo cierto es que sí se asusta por todo lo que yo puedo ver y ella no. Cree que pueden lastimarnos como hizo Shaperi el día que hice ese ritual para traer a mi esposa de regreso.

La silueta de esa mujer se acerca a Normelt, quien bebe una copa de jugo de frutilla sin inmutarse por la presencia a su lado. Mi corazón se paraliza por el terror de que ella pueda herirlo. Nunca se la vio a tan corta distancia de una persona viva.

No logro descifrar quién es. Su rostro es una mancha borrosa, ha sido quemado en vida. El resto de su cuerpo es pálido, con un ligero tono azulado. El color de la muerte. Lleva un modesto vestido blanco, con detalles en plateado y en tela de encaje en toda su falda.

La primera vez que la vi, fue el día en que nació Ireena. Recuerdo haber estado en cama para recuperarme luego del parto y entonces ella apareció. Estaba parada al lado mío, tomó una de mis manos con sumo cuidado; sé que sus dedos se asemejaban a la textura de un algodón, tan suaves, tan tersos.

No dijo una sola palabra.

Desapareció sin dejar rastro en cuanto Lu regresó a nuestra habitación con Ireena en sus brazos.

En un principio creí que solo se trataba de alguna alucinación mía tras haber perdido bastante sangre durante el parto y haberme agotado por ello. Sin embargo, pronto comprobé que esa mujer era alguna clase de espíritu que se paseaba por nuestro Palacio y que no había sido ningún delirio mío. Era real.

—A nadie —respondo por impulso, no tardo mucho en arrepentirme de ello.

¿Cuándo le he mentido a mi esposa?

—¿Estás segura? Te vi con la mirada perdida en dirección a dónde se encuentra Normelt —sus cejas se fruncen, noto la confusión en su voz al preguntarme otra vez.

—No sé quién es, Lu —susurro al percatarme de que la mujer alza la cabeza como si nos observara, a pesar de que su rostro es una mancha borrosa—. Es una mujer.

—¿Cómo es? —musita sobre mi rostro, su mirada brillante me admira con esa devoción con la que siempre lo ha hecho.

Nuestros pies se mueven como un acto reflejo al compás de la melodía de fondo, pareciera que todavía bailamos y nos divertimos en esta celebración, pero lo cierto es que solo tenemos atención para nuestra invitada no deseada en nuestro Palacio.

—No tiene rostro, al parecer fue quemado mientras estaba viva —detallo en un murmullo, enfoco mi vista en los labios de mi esposa para no llamar la atención—. Lleva un vestido blanco con detalles en plateado. En la Tierra dirían que parece un vestido de novia.

La veo fruncir las cejas con notable extrañeza, tal vez quiere recordar la historia de alguna emperatriz o princesa que ha sido quemada en vida y al parecer murió mientras llevaba un vestido de novia. Llevo mis manos a su cara para proporcionarle un poco de calor, está más pálida que de costumbre y más gélida que esta mañana.

—¿Lu? —la llamo en un susurro preocupado, recupera la compostura para verme directo a los ojos. Sus pestañas se mueven con delicadeza—. ¿Qué ocurre? Palideciste de repente.

—¿La mujer es alta como yo? —cuestiona perpleja, sus latidos retumban como un eco lejano entre la poca distancia que nos separa. Percibo el horror que viaja por todo su cuerpo, se aferra a mí con un abrazo de la cintura.

—Sí, ¿Por qué? —contesto luego de dedicarle una rápida mirada a la mujer junto a Normelt.

Se mantiene en silencio, pensativa. En cuanto regreso a observar a la mujer sin rostro, no la encuentro por ningún lado. Se ha ido otra vez, su enigmática presencia no me permite siquiera pensar porque aparece en el Palacio, cuando tenemos un hechizo de protección que nadie podría romper salvo nosotros.

—Lu... —murmuro confundida por su silencio y su seriedad, acuno sus mejillas entre mis manos para acariciarlas con delicadeza.

—Creo que sé quién es, pero necesito confirmarlo antes —dice más serena, su semblante se relaja al dirigirme la mirada una vez más—. ¿Reconoces la melodía? Es la misma que sonó el día de nuestra boda.

—Nunca me olvidaría de ese día, mi amor —sonrío de forma amplia y emocionada, suelto sus mejillas para aferrarme a su cuello—. Me encantaría repetir ese día por todos los demás días que nos quedan de eternidad.

—Estoy segura que algún día volveremos a renovar nuestros votos, Tree —acomoda mi cabello detrás de mi oreja izquierda, sus dedos acarician mi mejilla—. Cuando todo esto termine, tendremos una preciosa ceremonia. Con nuestra familia completa.

Me acerco hasta sus labios y uno nuestros labios en un beso suave, cargado de emociones. Mi corazón late tan lento como el suyo, al mismo ritmo; Lu profundiza el beso, muerde con ligereza mi labio inferior mientras sus manos se aferran a mi cintura como si temiera perderme.

Al separarnos, su aliento cálido roza mi nariz. Nuestras miradas conectan por varios segundos, no hace falta poner en palabras lo que nuestros ojos hablan. Si bien no podemos comunicarnos por telepatía como los licántropos, creo que tenemos un tipo de conexión similar. Solemos adivinar nuestros pensamientos o hablar al mismo tiempo, decimos lo mismo e incluso actuamos parecido.

—Mami, mamá, ¿Podemos ir a llevarle nuestro obsequios a la semidiosa Elyssandre? —pregunta Ireena con sus manos entrelazadas, su preciosa y adorable sonrisa es tan contagiosa que me obliga a sonreír de la misma manera.

—Vamos a ir con las tías Paularah y Laissa —agrega Vayannah en tono suplicante, teme que le digamos que no—. Por favor, ¿Si?

Veo a Lu, ella asiente muy segura de su decisión y yo decido acompañarla. Ireena da unos saltitos de la emoción, su hermana solo nos sonríe feliz.

—¡Gracias, gracias! —nos abraza Ireena, la fuerza con la que lo hace me arrebata el aire, pero me esfuerzo en disimular. Creo que nuestra niña tiene que aprender a controlar su fuerza sobrenatural a partir de ahora o podría lastimar a alguien sin darse cuenta—. Nos vamos a cuidar, no se preocupen.

—Está bien, mi Ire —Lu besa su cabeza y le corresponde el abrazo.

—Vaynni, ¿No te vas a unir? —extiendo uno de mis brazos hacia mi niña menor. Es más tímida que su hermana, imagino que por ser más pequeña en edad.

Duda un poco antes de abrazarnos a las tres. La calidez golpea mi pecho al comprobar que he formado una familia, así como soñaba de niña, que he encontrado un hogar y varias personas forman parte de él. Los Meire-Arino son mi familia, incluso si no tienen la misma sangre que yo, los primos de Luciale, sus padres y Chrystel me han brindado cariño, amor, confianza y apoyo como nadie.

Antes mi padre era la única persona en la que confiaba, ahora son muchas más personas las que se han ganado mi confianza y las que han formado un vínculo más cercano conmigo.

—Las amamos, hijas —hablo con una sonrisa serena—. Cuídense mucho y no se separen de sus tías, ¿Si? No queremos que esa señora mala las vuelva a molestar.

Las niñas asienten antes de alejarse para preparar los obsequios que le entregarán a la semidiosa Elyssandre de parte de toda la familia. Incluimos una ración de la comida que preparamos, los libros de historia suelen decir que era su preferida mientras vivía.

—Estarán bien con nosotras, chicas —asegura Laissa, con cariño. Besa nuestras mejillas, es su forma de despedirse antes de irse—. Ya saben que si algo sucede, Arantzik no dudaría en atacar. Se mantuvo tranquilo todos estos años, pero sé que aprecia a las princesas tanto como yo.

—Lo sabemos muy bien, Laissa —asiente Lu antes de brindarle un abrazo reconfortante, ella también ha reconocido ese dejé melancólico en la voz de su prima.

Laissa Arino nunca podrá tener el bebé que tanto desea. Sé que su sueño más grande era formar una familia y ser madre junto a la persona que más ama. Herafel le arrebató esa posibilidad hace casi dieciséis años. Si ella nunca hubiese perdido ese bebé, hoy en día su hijo tendría casi dieciséis años y estoy segura que cuidaría a sus primas, Ireena y Vayannah.

Sé que estaría al pendiente del bebé de Chrystel y Vinavina como si su vida dependiera de ello. Laissa lo hubiese criado como la buena persona que es y con esos valores que la caracterizan.

—Paularah, encuentra a los soldados más experimentados para que las acompañen —le pide Lu a la mencionada, quien solo se limita a asentir—. No puedo permitirme que Shaperi intente hacerles algo de nuevo, la última vez se llevó a nuestra niña y...

—No hace falta que nos des explicaciones, Luciale —la interrumpe Laissa, comprensiva—. Entendemos que temes que le suceda algo a las niñas. Son tus hijas.

—Gracias, de verdad —dice mi esposa más aliviada, inspira profundo para tranquilizarse.

—Si te hace sentir más segura, puedo acompañarlas —sugiere Vorkiov al acercarse a nosotras. Abraza a mi esposa por los hombros antes de besar la cima de su cabeza con cariño—. Me vendría bien alejarme un poco de todo esto.

—Gracias, papá.

—Por nosotras no hay problema —afirma Paularah con una sonrisa amable—. No nos molesta su presencia, señor Vorkiov. Estoy segura que las niñas estarán entusiasmadas con la presencia de su abuelo.

Aparto la mirada para divisar a mi padre, un poco más alejado que el resto, manteniendo una conversación con la señora Dríhseida. A juzgar por la expresión de mi suegra, parecería ser que él no le comunica nada bueno. Se la ve preocupada, cruza sus brazos con una expresión de aparente angustia: los ojos verdes los lleva entornados como si no creyera en las palabras de mi padre, una ligera mueca de desagrado se esboza en sus labios y ha tensado todo su semblante.

No logro leer sus labios, no llego a oír que es lo que dicen. Sin embargo, un extraño presentimiento me invade. Creo que hablan sobre la mujer que he visto hace un rato.

No tengo idea de quién sea, pero sé que está relacionada con todo lo que ocurre de alguna manera.

—Nosotros nos retiraremos —avisa Vorkiov, cortés—. Tu madre ya está avisada, hija. Después me averiguan lo que habló con Ver, ¿Si?

—De acuerdo, papá —asiente Lu con serenidad.

Ambas los vemos irse a pasos tranquilos, Vayannah le toma la mano a Laissa para caminar más segura. Es un hábito que tiene solo con las personas en las que confía de forma plena, y hasta ahora, solo la he visto hacerlo con nosotros, su familia. En sus clases nunca la he visto tomada de la mano con otra niña de su edad que sea su amiga.

Sueño mirarla y pensar en mí. Cuando era joven, era tan tímida como ella, tan callada y tan amorosa como lo es mi niña Vayannah.

El ruido de vasos de vidrio rompiéndose en mil pedazos nos aturde por unos segundos, Lu atina a abrazarme con fuerza como si deseara protegerme de todo mal y yo no soy capaz de reaccionar.

Mi corazón late veloz, las palpitaciones hacen temblar mi pecho y me duele respirar. Siento que el aire no llega a mis pulmones, no puedo respirar.

—¡Normelt! —el grito horrorizado de Kraya me asusta, la oigo correr en el pasto a pesar de los zapatos que usa, que es muy seguro que se habrán enterrado varias veces en la tierra.

Veo la imagen borrosa de mi esposa girar la cabeza en dirección a Kraya, Chrystel se apresura a acercarse al joven tendido sobre el cuidado césped. Los latidos de mi corazón retumban en mis oídos conforme el tiempo transcurre, no reacciono, no me muevo. No respiro.

No siento nada más que un dolor desgarrador en todo el cuerpo como si yo fuera a la que le hacen daño y no Normelt. Mis extremidades arden como los mil infiernos, pareciera que me clavan mil agujas en todo mi ser y yo no puedo hacer nada por evitarlo.

Martz se apresura en ayudar a Kraya a levantar al muchacho que yace desmayado entre sus brazos. La sangre brota de sus labios y su cuello con una fuerza que sería capaz de matarlo en cuestión de segundos. Sus venas se hinchan, adquieren un tono azabache. Es la señal de que todo empeorará.

Algunos pedazos de vidrio se han incrustado en su pecho y brazos, imagino que él intentó sostenerse de la mesa al sentir su cuerpo fallar, al perder la estabilidad. Pero tiró la mitad de los vasos en el proceso. Y luego cayó, no pudo mantenerse en pie.

—¡Chrystel! ¿Puedes ayudarlo? —la pregunta de Kraya se oye desesperada, alcanzo a ver cómo se aleja con Martz, Chrystel y Vinavina. Sus piernas tiemblan con cada paso que da.

A nadie más que ella le dolería la muerte de él, el primo más querido de los jóvenes, el hijo de Krayla Arino y Altyon Veiretzo. Kraya y Normelt se criaron como hermanos, mejores amigos y almas compañeras. Se entienden tan bien, la conexión entre ellos es inigualable.

—¿Lo sabías, Tree? —inquiere mi mujer al verme pasmada—. ¿Viste esto en tus visiones?

Me concentro en sus brazos que me rodean como si me protegiera de todo mal, la calidez que encuentro en ellos logra calmar el terror que viaja por mis venas. Apoyo una de mis manos en su pecho, en el lugar donde se encuentra su corazón y retumban sus latidos serenos. Ella presiona mi mano con suavidad, como si temiera dañarme.

El único día que tuve un poco de paz durante la noche, el único día que Shaperi no me contactó ni me torturó en medio de sueños, soñé con él. Soñé con este momento, con este ataque hacia Normelt y lo supe desde entonces. No podía hacer nada para evitarlo, los Dioses me han enseñado algo mucho peor que podría ocurrir en su lugar.

Sé que esto es doloroso, sin embargo, yo debía elegir entre los dolores más grandes de mi vida. El ataque hacia Normelt duele menos que lo que pudo haber sucedido.

—Sí —confieso en un murmullo—. No podía decirles nada o las consecuencias serían peores.

Me abraza más a su cuerpo, siento que me esconde dentro de sus brazos y que no hay otro lugar en el que desee estar ahora mismo. Apoya su cabeza sobre la mía antes de liberar un profundo suspiro cansado.

—Lo comprendo, Tree. Está bien, ¿Si? —besa mi frente con cariño mientras peina mi cabello con sus dedos—. Sé cuánto te afecta que algo le suceda a Normelt, es tu amigo. Por eso no quería que lo vieras en ese estado.

—Gracias, mi amor —susurro con una pequeña sonrisa amorosa—. Por cuidarme siempre.

...

Luciale.

Estabilizar a Normelt fue una tarea compleja, pero Chrystel pudo lograrlo tras tres horas de agonía y angustia. Su pronóstico es reservado, aunque puedo ver en los ojos de mi mejor amiga que tal vez no mejore nunca.

Es probable que quede en coma por el resto de su vida.

O que muera envenenado por su sangre. No entendemos qué ha sucedido, solo sabemos que uno de sus componentes ha cambiado de forma repentina y es eso lo que lo ataca por dentro. Su propio cuerpo lo está matando.

—No sé si pueda hacer algo más por él... —murmura Chrystel con cierta tristeza, se niega a mirarnos por la culpa que carcome sus entrañas. Lo veo en sus ojos marrones—. El hecho de que un componente de la sangre de un ser sobrenatural cambie, siempre significa que ha sido manipulado por alguna fuerza superior o por alguien que posee una magia de años de preparación. No es alguien como ninguno de nosotros.

—¿Hay alguna posibilidad de que...? —inquiere Laissa en un susurro, se abraza a sí misma para reconfortarse.

—¿De qué, Laissa? —la impulso a seguir, quiero saber que piensa sobre esto. Tal vez que alguien analice esta situación con otros ojos, nos ayude.

—De que sea obra de Zhasira y Kerathon. O de Shaperi —opina, suelta un suspiro pesado—. Ellos no son como nosotros, ¿No?

—En realidad sí —afirma Chrystel para nuestra sorpresa—. La magia de ellos no es tan distinta a la de nosotros o la de Luciale. Ellos en vida fueron parte de la Corte de Dioses y aún conservan parte de sus habilidades. La persona que atacó a Normelt es una persona mucho más poderosa y diferente.

Escuchamos a mi primo removerse en la cama mientras tose. Sus ojos están cerrados con fuerza, como si se sintiera tan mal que no puede respirar en paz.

—Rowan... —le oigo susurrar a Normelt, intenta aclarar su garganta—. Rowan...

—¿Si? —dice mi esposa, sentada junto a él. Intenta utilizar un poco de su magia sanadora, pero no obtenemos los efectos deseados.

—Quiero ver a mi mamá —pide en su susurro casi inaudible, su voz pierde fuerzas al articular las palabras—. Por favor...

—Normelt, vas a verla cuando te recuperes, ¿Si? —mi Tree trata de animarlo un poco, sin embargo, es en vano. El chico está demasiado pálido, su aspecto es frágil. Pareciera que fuera a romperse en cualquier segundo.

—Quiero ver a Keatlyn... y a mi papá —murmura por última vez antes de volver a desmayarse.

—¿Está mejor en este estado? —cuestiona Kraya con notable preocupación.

—Sí, cuando él está inconsciente, su cuerpo deja de atacarlo —explica mi mejor amiga con un semblante distante.

Vinavina la abraza por los hombros para reconfortarla, noto que besa la comisura de sus labios antes de llevársela de la habitación con disimulo. Chrystel está tan ensimismada en sus pensamientos que no se percata de ello. Le hará salir de este ambiente tenso, podría ser perjudicial para su bebé y su esposa lo sabe mejor que nadie.

...

—La única persona que podría salvar a Normelt es Nilu —menciona Ver con cierta seriedad que hasta este momento no había visto en él.

—¿Y qué te preocupa de eso?¿Qué mi esposa se entere?¿O que ella jamás te perdonaría que le hayas ocultado que han resucitado a su madre? —sisea Vinavina, sus ojos azules parecen querer asesinar al padre de mi mujer y de Chrystel.

—Serénate, Vinavina —la interrumpo, tajante. No quiero que peleen aquí, mientras podríamos decidir cómo actuaremos ante el delicado estado de salud de mi primo—. Si le ocultamos esto a Chrystel, fue para no poner en riesgo su embarazo. Sabes que ella es sensible con este tipo de situaciones, imagino que lo sucedido con Normelt ya le provoca cierto estrés o inquietud.

—Quiero saber cómo traerán a Nilu al Palacio sin que Chrys se entere —dice en un tono más calmado, sin perder la acidez que la describe a la perfección desde que era una adolescente—. Ya lo han dicho, podría poner en riesgo su embarazo. No quiero que a mi mujer le suceda algo, me moriría si eso pasa.

—Llevaremos a Normelt con su madre y allí será donde Nilu intentará sanarlo —explica mi Tree en voz baja—. Pero no te hemos llamado aquí solo por eso, Vinavina.

Alza las cejas como si ya se esperara esas palabras, se limita a cruzar sus brazos y esperar que nosotras hablemos sobre la verdadera razón por la que la hemos llamado para hablar.

—Nos vamos a reunir con Zhasira y Kerathon. Necesitamos que tú y Chrystel se encarguen del imperio, cuiden a la familia, protejan a las niñas —suelto con seriedad. Vinavina se queda estupefacta en su lugar, sus ojos azules reflejan un asombro indescriptible—. No es una sugerencia, es una orden, Vinavina. Necesitamos que cuides nuestro hogar. Es tu deber, ¿De acuerdo?

—No hagan nada que arriesgue sus vidas, por favor —nos pide con un ligero temblor en su voz que se esfuerza por disimular. Acomoda su cabello para concentrar su atención en otra cosa que no sea lo que le acabo de decir—. Nadie en esta familia podría soportar que ustedes...

—No vamos a morir, Vi —aclara Tree como si fuera algo obvio—. Nos vamos a cuidar. De todas formas, ellos jamás nos asesinarías, ni siquiera lo intentarían. No somos su objetivo.

Vinavina no opina nada más al igual que Ver, quien se mantiene taciturno junto a mi esposa. Sé que debe pensar en cómo le pedirá a Nilu que utilice sus habilidades sanadoras en Normelt. No es ningún secreto que la mejor amiga de mi madre no se ha sentido bien después de todo lo que ha visto en el ejército de resucitados de Shaperi.

Zarahíe Wellezpve, la madre de Nymra, fue una víctima de esa maldita Diosa Antigua y Olvidada que sufrió demasiado. Imagino que ese caso fue el que marcó a Nilu Willekster.

El aleteo de un ave nos distrae de nuestra conversación. Tree se acerca a los ventanales detrás nuestro para abrirlos y permitirle la entrada a un cuervo de tamaño mediano, de plumaje azabache oscuro y ojos púrpuras, que se acerca a nosotros a alta velocidad.

—Es un cuervo de Einer —lo reconoce mi querida esposa—. Fue el que nos anunció el nacimiento de su primera hija, ¿Lo recuerdas, Lu?

La emperatriz de Astenont siempre ha mantenido cierta fascinación por estas aves, por lo que tengo entendido, solía decir en su niñez que los graznidos de los cuervos le transmitían una sensación de calma y paz. Se ha encargado de criar a varios de ellos para que vuelen el Castillo de su imperio y sus alrededores, como guardianes, como mensajeros y como mascotas.

—Sí, él vino acompañado esa vez —digo en referencia al cuervo.

El animal alza la cabeza para que podamos observar una carta pequeña que cuelga de su cuello. Desato el cordel con delicadeza antes de tomar el papel amarillento en mis manos para desplegarlo.

La nota está escrita en una caligrafía un poco desprolija que reconozco a la perfección.

Hirieron a Einer.

Necesito que cuiden de nuestros niños.

Astenont ya no es un lugar seguro.

Por favor.

Einar no puede cuidarlos, él también puede ser herido.

—Keatlyn.

—Los niños de Astenont vienen en camino —aclara el cuervo luego de un graznido. Mi corazón se paraliza del susto hasta que recuerdo que los cuervos mensajeros de Einer Ditnova son aves sobrenaturales que tienen la capacidad de aprender frases pequeñas que les dictan ella, Keatlyn o Einar.

...

¡Buenas, buenaaas!

¿Cómo se encuentran?

Este es el especial de año nuevo <3

Me disculpo por subirlo bastante tarde (como cuatro días después de que dije que lo publicaría). Retomar el hábito de escribir ha sido complicado, en estos últimos días no me he sentido tan cómoda con lo que escribo y estuve poco inspirada. Reescribí muchas escenas de este capítulo, pensé demasiado otras y hasta hice pausas para escribir porque tenía mi mente en blanco.
Creo que el año académico 2024 quemó mis neuronas, chicos JAJAJAJ
Pero poco a poco me voy sintiendo mejor. Quiero escribir porque me nazca, no por presión de tener que subir un capítulo. Espero sepan entenderme.
Esto no significa que voy a dejar de escribir, solo voy a espaciar un poco las actualizaciones de Corona Roja o Silencioso Preludio.
Gracias por leer. 🖤🫶🏻

¿Quién creen que sea la mujer que vio Rowan?

Pobre Normelt, ya casi se nos va con San Pedro 😭😭😭

¿Creen que podrán curar a Normelt sin que Chrystel se entere que su madre está viva?

¿Quién hirió a Einer? 👁️

Vamos a conocer a los niños de Einer y Keatlyn, wiii
(Ahora sí que estoy obligada a ponerles nombres JAJAJAJ. Voy a tomar ideas de los que me dieron cuando pregunté cómo querían que se llame el bebé de Chrystel y Vinavina)

¿Creen que la reunión con Zhasira y Kerathon salga bien?

¿Les gustó el cap?
(Me siento bastante insegura de como estoy escribiendo, no quiero aburrirlos con los caps😭)

Besitos y abrazos, los amooo🫂💗

Me alegran el día con sus votos y comentarios. En serio que muchísimas gracias por el apoyo <3


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