Sandra y el oficial llegaron al hotel, el cual estaba en perfecto  estado.

-Yo... yo le juro que este hotel había sido quemado, aquí murió mi esposo.

-¿Donde trabajaba su esposo?

-En la escuela de Lucy. El era profesor de matemática.

El oficial y Sandra fueron hasta la escuela, preguntaron por Joe, el padre de Lucy, pero nadie sabía nada.
También preguntaron por la niña pero tampoco había registros de ella.

El oficial y Sandra volvieron a la comisaría y allí Sandra fue sometida a un interrogatorio. El oficial ya no creia que la niña habria sido secuestrada, el creía que ella nunca existió.

-Dígame, ¿quien es Lucy?

-Ella es mi niña. La interne y el hospital la... la... perdió, no aparece por ningún lado señora, ¿usted sabe donde está?.

-¿Tiene alguna foto de la niña?

-Ah... hay fotos de ella en la casa, es una niña maravillosa, ella tiene los ojitos negros y un hermoso cabello largo castaño, tiene una sonrisa encantadora.

Y mientras Sandra seguía alardeando sobre su hija la policía fue a la casa, vieron cada foto pero en todas aparecía solamente Sandra, se la veía "abrazando" al aire.

Esto confirmo que Lucy jamás existió y probablemente tampoco Walter o Joe.

-Hablen, hablen con Walter-decía Sandra mientras la subían a camión para llevarla a un manicomio-aquí está-ella señalo en una dirección, pero nadie estaba ahí en realidad- ¿Walter donde está mi hija?, juraste que iba a estar bien.

Sandra veía perfectamente a Walter pero nadie más lo hacía, ella fue internada y a pesar que pasaron días, semanas, meses y años Sandra nunca se curó, ella nunca dejó de reclamar a Lucy.

Ella seguía afirmando que su hija existe, que ella está viva y que se encuentra en el hospital Santa Elena.

En el hospital

-Señora... ¿vio a mi madre?

-No, ¿linda que haces aquí? Debes acostarte, mañana tu mami seguro viene a verte.

Clara, es la nueva secretaria en el hospital, este es su primer día de trabajo y no sabe muy bien como tratar a los niños por eso trató de ser lo más delicada posible para que la niña no se altere. Se aseguró de ver que la niña entre a su habitación, la habitación 13 del segundo piso y siguió con su trabajo.