Capítulo 5
Lux
Ana y yo pasamos el resto de la tarde conociendo la cuidad, y de compras, Yen nos sirvió de guía, parece que no tenía mucho trabajo o prefería no perdernos de vista.
En algunas ocasiones lo descubrí observándome detenidamente, como si esperara algo diferente en mí, no lo sé, a lo mejor todos son ideas mías.
Esta noche tengo una cena con Samael o mejor dicho con Lucifer, no sé como debo comportarme a su alrededor y eso me pone nerviosa.
Así que cuando regresamos al Hotel, me encierro en mi Suite y llamo a Miguel, hago exactamente lo que me dijo. Cierro los ojos y repito 3 veces su nombre., pero no sucede nada.
Ya decía yo que todo esto de ángeles me parecía un cuento, debo estar completamente loca. —Protesto mientras me decido por entrar al baño y relajarme en la inmensa bañera de hidromasaje.
Preparo el agua, tomo una copa de vino, pongo música con mi celular, recojo mí cabello y me deshago de la ropa. La temperatura del agua es deliciosa y si esto no es el paraíso no se me ocurre pensar en otra cosa.
Cierro los ojos disfrutando de la música y el momento y caigo en un estado de sueño-vela.
El peso de la mirada de alguien me advierte que no estoy sola, así que abro los ojos y me encuentro con Miguel frente a mí.
En esta ocasión no viste de túnica, ni tampoco veo sus alas. Solo veo un hombre guapísimo, sus ojos son tan dorados como su cabello y siento como recorren mi cuerpo con descaro, el oxigeno desaparece de la habitación y siento que me comienza a costar respirar, el peso de su mirada me hace sentir frágil, débil y descubkerta, casi co.o si estuviera
Desnuda, claro, estoy desnuda
—Me cago en Dios. —grito asustada cuando abro los ojos.
—Cuide ese lenguaje señorita, está usted en presencia de un ser divino.
Y hasta ahí llego la imagen de un guapo hombre normal.
—Pero que coño haces aquí.
—Tú me llamaste ¿recuerdas?
—Eso fue hace horas, pero no me refiero a eso. Aquí en el baño conmigo.
—No fue hace horas, para ser exactos fue hace veinticinco minutos con cuarenta segundos, bueno veintiséis minutos y además…
—Fuera del baño. — gritó estresada al ver que no se Calla.
Abre la boca para decir algo y lo interrumpo antes de que comience.
— AHORA.
Frunce el ceño y se aleja susurrando algo de humanos y sus modales. Salgo de la bañera, me seco un poco y envuelvo mi cuerpo en una bata del hotel.
De pie cerca de la cama imperial me espera Miguel con el ceño aún fruncido. Su imagen es un manjar para mis ojos, con ese traje que me hace imaginar cientos de formas de quitárselo.
No, no, no Lux, concéntrate
—No espero mucho de ustedes los mortales, pero prefiero que me trates con al menos, un poco de respeto.
—Perdóneme usted, Divinidad —espeto con ironía— pero nosotros los mortales preferimos no estar desnudos antes nadie más. Y ahora, si no es mucha molestia podria contestar usted mi pregunta. ¿A qué se debe ese cambio de atuendo? O pretende impresionarme. — una lucecita se encendió en mi interior, esperanza.
—Nada que ver, para impresionar no necesito hacerme pasar por humano, con mi divino rostro basta —bufé ante su arrogancia —la razón de mi cambio es este maldito hotel, Lucifer lo construyó con cenizas del infierno, por lo que resulta imposible venir en mi forma natural y tengo convertirme en humano, para poder entrar.
—Ya entiendo. Por eso la demora.
—Pues no, demore porque también tengo una vida, no puedo salir corriendo cada vez que a ti se te antoje llamarme. Y ahora, dime ¿Qué quieres? ¿Por qué me llamas?
—Para ser un ángel, eres bastante grosero. Pero bueno, al punto. Tengo una reunión hoy con Lucifer y no se que debo hacer o decir.
—Lo primero que debes hacer es no mentirle, nunca, al menos, no directamente. Si lo haces te va a descubrir, omite parte de la verdad, después de todo, eso no es mentir como tal. Para empezar dile que sabes quien es.—Lo miré horrorizada—No pongas esa cara, debes explicar porque reaccionaste de esa forma cuando lo viste. Dile que desde pequeña tienes el don de ver lo sobrenatural.
—Pero eso no es cierto.
—Si lo es Lux, solo que no sabes usarlo, no como tú madre. Con el tiempo aprenderás. Volviendo al tema, dile eso, no le hables de tus sueños.
—Como sabes…
—Soy ángel, se muchas cosas. Lo que no sé, es lo que planea mi hermano hoy, en cualquier caso dile que si, acepta lo que te pida. Aprovecha cualquier oportunidad para acercarte a él. Sea lo que sea nuestro padre celestial al concluir tu trabajo te ayudará a cambiarlo. Así que no te preocupes por nada y gánate su confianza.
—¿Por qué tengo que estar cerca de él? ¿Qué es lo que quieres hacer? ¿Por qué no me cuentas nada más?
—Ya sabes todo lo que debes por ahora. No necesitas saber nada más. Y ahora me voy. No me llames otra vez, al menos que sea absolutamente necesario. Esto de transformarme en humano no me gusta para nada.
Y así sin esperar respuesta, ni darme oportunidad de nada, me dio la espalda y se fue. Y yo estaba comenzando a cuestionarme su había tomado la decisión correcta y si de verdad podía confiar en Miguel. Pero entonces pensé en mi pobre madre y todas las dudas desaparecieron.
Unos golpes en la puerta de la habitación llamaron mi atención, me dirigí a abrirla aún en bata.
Una chica de unos 16 años, vestida con uniforme de empleada me tendió una caja blanca con un lazo rojo.
—Aquí le envía el señor —sonrió nerviosa— le pide por favor que sea puntal, detesta esperar.
Le agradezco, tomo la caja y cierro la puerta. Mientras la chica se marchaba me quedo con la duda de si sería legal que trabajara siendo tan joven.
Decido no pensar en eso ahora, pongo la caja sobre la cama .
Al abrirla lo primero que encuentro es una tarjeta
Leí dos veces más la tarjeta, no me lo podía creer.
Crítica mi atuendo, aún sin conocerme, menudo capullo.
Aparto el papel que cubre el vestido. Era un vestido corte imperio, de cuello en V sin mangas, falda tablones y abierto a un lado. Completamente hermoso, pero negro, tan oscuro como la noche. El vestido perfecto para una reina oscura, y yo, yo no uso otra cosa que colores claros, colores vivos.
Sé que el vestido luciría hermoso, pero en otra, porque yo no me lo pienso poner. Así que si Lucifer quiere vestir una muñeca, que se compre un Maniquí.
Me dirigí a las bolsas de compras que obtuve hoy con mi amiga y saqué un vestido que me encantó de satín, color champán, corte de sirena y una sola manga. Solté mi melena rubia, un poco de maquillaje discreto y a la hora exacta salí al encuentro de mi cita.
No sé que es lo que me espera esta noche, ni tampoco como se tomará Lucifer la desobediencia, pero estoy segura que voy a cumplir mi objetivo y no me pienso dejar pisotear. Aunque sea el rey del infierno conmigo no va a poder.
Hola 👋 mis amores, aquí tenemos otro capítulo de Lucifer, díganme que piensan de Lux. Aquí les voy a dejar los vestidos si no les gustan ustedes pueden imaginarlos como deseen. Que tengan lindo día. Recuerden dejarme si voto si les gustó el capitulo.
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