- Resaca -

Cuando Ace abrió los ojos, tenía un dolor de cabeza brutal. Se sentía un poco desorientado, pero se calmó cuando vio a Deuce dormido a su lado.

—¿Tú tampoco te aguantas? —Ace se burló de su hermano mientras le picaba la mejilla. Se levantó y se estiró como un gato. Al levantar la vista, chocó sus ojos con los de Barba Blanca.

—Veo que ya despertaste, hijo... —Ace se rascó la nuca con una expresión molesta, pero su equilibrio se perdió ante un movimiento brusco; la superficie en la que estaban se movía.

Se frotó los ojos con las palmas de las manos y miró a su alrededor. Estaban en el Moby Dick.

—¿¡Me volvieron a secuestrar!? Pero... ¡me prometiste que no me molestarías más! —Ace quería gritar de lo frustrado que se sentía.

—Y no he roto mi palabra, mocoso. Shanks me pidió que los llevemos a la siguiente isla, porque él tenía que atender una de sus islas de urgencia.

—¿De verdad? —Ace miró al hombre. ¿Entonces esto no era un secuestro?

—Es verdad. Shanks nos pidió que te cuidáramos hasta la siguiente isla. Algún idiota quemó su bandera, yoi —Marco se acercó con una taza de chocolate caliente para Ace. Estaba un poco desconcertado. Se sentó en el suelo ante la sonrisa de los hombres, dando un sorbo al chocolate.

—¿Entonces esto no es un secuestro? —Ace miró a los demás comandantes que entraban a la habitación, mientras sus hermanos se iban levantando a su alrededor, todos un poco desconcertados.

—¡Tómalo como un viaje divertido! —Thatch lo abrazó por los hombros.

—Bueno... entonces, supongo que está bien, ¿verdad? —Ace miró a Deuce, que no entendía nada.

—¿Qué está bien, Ace? —Deuce miró un poco asustado a su alrededor.

—Que los de Barba Blanca nos llevan hasta la siguiente isla —Deuce lo pensó un poco.

—¿Shanks dijo que estaba bien? —Eso los puso un poco celosos. Shanks no era el mejor ejemplo para los más jóvenes.

—Sí... él lo dijo —respondió Ace.

—Entonces está bien —Deuce trató de ponerse en pie de un salto. Jozu quería acercarse al peliazul.

—¿Qué tal si nos acompañan a comer, hijos? —Barba Blanca observó cómo cada uno de ellos se ponía un poco rígido, pero se miraban dudosos entre ellos.

—C-claro... —Deuce tomó la mano de Ace antes de que el chico comenzara a ladrar, pero en el camino, Marco y Ace no dejaban de mirarse.

—¿Entonces, cómo te ha ido, yoi? —Ace se sonrojó mirando a Marco.

—¡Bien! Todo ha sido fabuloso ahora que nos dieron carta libre de movernos desde el gremio, pero parece que no nos podemos alejar mucho sin cruzarnos con ustedes —Ace dijo lo último con ironía, pero Marco no podía quitar la vista de sus ojos; eran jodidamente hermosos.

—¿Quieres... um, venir a charlar en privado a mi cuarto después de comer? Ya es casi hora de dormir y todos compartirán cuarto hasta mañana, que los ubiquemos bien, yoi —Ace lo miró curioso.

—¿No puedo usar la habitación donde estuve antes? Acabo de despertar y no tengo mucho sueño por mis medicamentos —Ace se sonrojó un poco y Thatch le tomó el hombro.

—No te preocupes. Además, se vamos a cambiar al cuarto de los comandantes, y tranquilo, Marco te va a cans... —Thatch fue llevado lejos con la mano de Izo en la boca.

—(¿?) —Ace miró a Deuce, que se encogió de hombros.

—Yo no sé. Tú has vivido 3 meses con ellos —Ace suspiró.

—Bueno, pero si no puedes dormir bien, no voy a responder —Marco no podía estar más rojo por las tonterías que decía mi hermano.

—Está bien, no tengo ningún problema, yoi —Ace sonrió y todos se sentaron a comer, aunque no comió lo que debía porque aún estaba un poco desconfiado y todos se dieron cuenta de ello.

—Por cierto, ¿cuánto tiempo demoramos hasta la siguiente isla? —Ossamondo miró a los piratas de Barba Blanca que trataban de hacer amistad con los más jóvenes.

—Bueno, son como 3 o 4 meses. Todo depende de las aguas —Namur calculó, y todos los navegantes se miraron.

—Ace, corrígeme si estoy mal, pero hasta la siguiente isla no deberían ser como... ¿2 meses? —Dogya miró a su hermano pecoso.

—Sí, pero toma en cuenta que ellos no tienen navegantes, se mueven por los mares con pura suerte, y... conocimientos básicos, creo —Ace les explicó a sus hermanos que se miraban entre sí.

—¿Y si nosotros los ayudamos a navegar hasta la otra isla? —Skull preguntó mientras le daba una patita de pollo a Kotatsu.

—Bueno, ¿tienen una sala de navegación para que la veamos mañana? —Ace le preguntó a Barba Blanca, que asintió con una sonrisa.

—Es verdad, ¿ustedes son navegantes, cierto? —Jozu le preguntó a Deuce, que se sintió un poco incómodo, le daba vergüenza.

—Nos especializamos en eso —Banshee se sentía orgullosa de que ella y sus hermanos fueran tan buenos en eso; era algo de familia.

—Sí, Shanks nos mencionó algo así, hijos —Todos volvieron a tensarse, como si fueran estatuas.

—¿Él lo volvió a decir? —Ducky Bree miró a Kukai, que estaba quieto.

—Shhhh, si no te mueves no te ve —Ace miraba a otro lado e Izo se palmó la cara por esa idiotez.

—¡Eso solo funciona con los dinosaurios! —Ace reaccionó.

—Uy, perdón, me confundí —Deuce suspiró mirando con ojos llenos de amor a sus hermanos.

—¿Terminaste, yoi? —Marco miró con una sonrisa a Ace, ofreciéndole la mano. El pecoso sonrió, parándose; quería ponerse al día con Marco, tenía un montón de cosas que contarle.

Cuando por fin llegaron a la habitación, Ace se sentó en la cama mientras hablaba con el rubio.

—¿Puedo dormir aquí? —Ace puso una almohada en un pequeño sofá.

—¿No prefieres dormir conmigo, yoi? —Ace miró a Marco un poco sonrojado.

—No tengo problema, pero... —Marco pensó que se negaría y se deprimió un poco—. ¿No te molesta que use esto? —Marco miró un collar de Omega anti mordida—. Solo por seguridad.

—¡Ningún problema, yoi! —Marco estaba muy feliz.

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