-Reglas-


Ace estaba muy feliz por estar con su nueva familia, por ver a sus hermanos felices y por su nueva relación con Marco. Sin embargo, también tenía un problema: no sabía cómo acercarse a los demás.

Solo se mantenía en contacto con lo que los Barba Blanca terminaron llamando su "equipo" para diferenciarlos, y con los comandantes; de todos los demás, corría. Literalmente, uno de los mercenarios más famosos de estos mares no sabía cómo hacer amigos, mucho menos familia.

- ¿Puedes salir del conducto de ventilación, yoi? - Marco no entendía por qué Ace se había vuelto más esquivo que antes. Según Deuce, Ace se había criado una gran parte de su niñez en la jungla, pero ahora era mucho más "salvaje". No entendía qué le pasaba a su novio.

- No quiero, voy a ir a mi cuarto. - Marco solo escuchó el movimiento de pareja por el conducto.

- ¿Todo bien, Marco? - Thatch se acercó a su hermano, que se sobaba los ojos.

- Sí, es solo Ace. Últimamente ha estado tres veces más esquivo que antes, yoi. - Thatch miró con una sonrisa curiosa a su hermano.

- Oh, mi pobre e iluso hermano... Marco, ¿se ha vuelto más sumiso cuando tratas de besarlo? - Thatch cruzó sus brazos sobre su pecho.

- Bueno, sí, se pone un poco más cariñoso de lo normal, pero tampoco es que llevemos mucho tiempo besándonos como para saberlo, yoi. - Marco lo pensó un poco.

- ¿Sus feromonas son mucho más fuertes ahora? - Thatch olió el aire. Marco estaba completamente marcado por el aroma de Ace.

- Bueno, sí, un poco, yoi. - Marco olió su camisa. Sí tenía el delicioso aroma de Ace, pero a él no le molestaba en realidad.

- ¿Le duele el cuerpo? - Marco no recordaba que a Ace le doliera el cuerpo.

- ¿Que se cubriera los pechos cuenta? Parece que de repente se sentía un poco sensible, yoi. - Marco nunca había tocado esa zona de Ace, pero al chico le gustaba ir con la camisa abierta o simplemente sin ella.

- ¿Ha tenido fiebre? - Marco no podía asegurar eso, solo hizo un "no lo sé" con los hombros; después de todo, la temperatura corporal de Ace era cosa de otro mundo, ya que su novio era fuego.

- Marco, me impresiona que aunque seas doctor no te hayas dado cuenta de que Ace está entrando en su periodo de celo. - Marco casi muere de un infarto en ese momento. - ¿Marco?

- Tengo... que hablar con Ace, yoi. - Y Marco se fue de la vista del cocinero, caminando como un zombi en shock, sin saber cómo reaccionar a la información que ahora mismo tenía en sus manos.

- ¿Qué le pasó a Marco? - Izo se acercó al cocinero.

- Ace va a entrar en su primer periodo de celo dentro del Moby y Marco se está portando como un alfa primerizo en shock. - Thatch fue bastante certero con sus comentarios y entonces miró al cielo.

- ¿Qué sucede? - Izo estaba aprovechando para apreciar los hermosos ojos del omega castaño.

- Bueno, creo que también tengo que comenzar a prepararme porque ya empieza el mío en nada. - Thatch se dio la vuelta y se largó. Tenía que hablar con su división para dejar todo listo; le gustaba dejar preparados los platos para cada uno de sus hermanos antes de entregar el mando de la cocina a los demás.

- ¿Qué? - A Izo casi se le cae la baba. Él también quería pasar su celo con Thatch, pero no podía encontrar la forma de decirlo sin que el omega lo mirara como a un completo idiota.

- ¿Ace, yoi? - Marco estaba afuera del cuarto de Ace, escuchando pequeños pasos correr de un lado a otro en la habitación. Dentro del cuarto del pecoso, Ace estaba llenando su cama de ropa, sábanas y peluches que había comprado en la última isla en la que se había detenido.

- ¿Sí? - Se paró un momento para hablar con Marco. Estaba dejando comida lista y agua; necesitaba mucha para sus periodos de celo, después de todo era un omega de fuego.

- ¿Está todo bien ahí dentro? ¿Me necesitas ahí, yoi? - Ace se detuvo avergonzado; así que Marco ya se había dado cuenta de lo que estaba pasando, pero ya estaba listo para quedarse dentro, ya no necesitaba volver a salir.

- En realidad, Marco, creo que está comenzando mi periodo de celo y estoy listo; solo necesito acostumbrarme al nuevo ambiente. - Marco quería entrar, estaba sintiendo a su fénix revolcarse por escuchar a su omega con esa voz cansada por el celo.

- ¿No necesitas... que esté dentro? - Ace se avergonzó y lo pensó un poco. ¿Marco estaba bien? Sí, pero había algunas reglas en esta situación.

- Puedes entrar, pero con un par de reglas. - Marco dijo un sí que hizo reír a Ace; sonaba tan emocionado. Ace abrió su puerta y dejó que el rubio entrara a la habitación, aunque rápidamente fue abrazado y Marco olía su cuello, parecía un golden retriever feliz.

- ¿Cuáles son esas reglas, yoi? - Ace sonrió mientras se ponía su collar.

- Si te digo que te detengas, vas a tener que hacerlo. Si te pido que te alejes un poco, por favor hazlo. Si llegamos al punto, usa condón, aunque tomo pastillas, ¿está bien? - Ace sonrió cuando Marco asintió con todo; estaba listo para pasar estos días con Ace, después de todo ambos tenían su papeleo al día, no había ningún problema.

- ¿Este es tu nido, yoi? - Marco se acercó a mirarlo bien mientras Ace se acomodaba dentro. Nunca se había detenido a ver el nido de ningún omega, pero no podía evitar pensar que su omega lo había hecho muy bien y que se vería tan lindo embarazado en su nido. Sacudió la idea de su cabeza; no haría nada si Ace no lo quería, pero si Ace le pedía un bebé se lo daría de inmediato en cualquier maldito momento.

- Sí, este es mi nido, ¿entras? - Marco sonrió entrando con Ace; este era el omega de su vida entera.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top