- Piratas -
- ¿Entonces no te gusta la idea de tu marca de hogar? - Thatch seguía interrogando al chico, que poco a poco iba perdiendo la poca paciencia que tenía.
- ¡Ya te he dicho como 40 veces que no!¡La me gusta la idea de mi marca! - El cocinero Omega bufó.
- ¿Y qué tal la idea de un Alfa destinado? - Ace gruñó.
- ¿Qué tal si te tiró desde un barranco? - Ace mascullo haciendo que el cocinero levantara las manos en símbolo de derrota.
- ¡Está bien no más preguntas!¡No vaya a ser que me muerdas! - Ace bufó.
- déjame ayudarte, tenemos que ir al puerto, seguramente ahí puedas encontrarte con tus hermanos - Ace le ofreció su brazo al cocinero para que se levantara, costó mucho esfuerzo, y también ir a paso de tortuga por toda la isla, pero por fin habían llegado al puerto.
- ¡Gracias a todos los mares que por fin estamos aquí! - Thatch se sentó en una banca cercana para descansar por el dolor.
- ¿Reconoces alguno de estos barcos? - Ace estaba curioso por ver la tripulación a la que pertenecía el hombre castaño.
- ¡Sí ese es el barco de mi familia! - Ace siguió con su mirada hacia donde apuntaba el dedo de Thatch, y se atragantó con su propia lengua, ¡Piratas de barba blanca!¡Acababa de salvar a un jodido pirata de barba blanca!
- ¡Thatch yoi! - Ace vio como un hombre con cabeza de piña y otros más acercaban lo más rápido posible hacia ellos.
- ¿¡Eres un pirata de barba blanca!? - Thatch miró la expresión de horror en la cara del pecoso, había algo mal.
- ¡Espera!¿Qué es lo que sucede Ace? - el cocinero estiró su mano para tomar la muñeca del chico pero este retrocedió.
- tengo que irme...- Ace tenía la mirada en el piso.
- ¡Thatch! - Cada vez estaban más cerca, tenía que irse ahora, se dio la vuelta y salió disparado.
- ¡ESPERA ACE!- Thatch trató de levantarse demasiado rápido causando que su herida se abriera, cayó de rodillas al piso.
- ¿¡Estás bien hermano!?- Rápidamente sus hermanos por fin llegaron a él sosteniéndolo, Haruta se estaba encargando de ayudarlo a presionar su herida.
- M- marco- Thatch gruñó por el dolor.
-¡Está bien vamos a llevarte a casa yoi! - Marco iba a comenzar a levantar al cocinero pero este lo detuvo con una mano, podía llegar con la ayuda de sus otros hermanos pero necesitaba que marco atrapara al pequeño.
- ¿Viste al chico que salió corriendo?¡Por favor tienes que ir por él!¡Él es nuestro! - Marco sabía perfectamente lo que significaban esas palabras, si ese chico era de ellos entonces lo llevaría a casa también.
- ¡Voy a encontrarlo yoi!- Marco salió corriendo la dirección por la que se había escapado el chico, mientras tanto los demás ayudaban al cocinero a volver al barco para curar sus heridas.
Mientras tanto Ace corría por el bosque, ¡Su destino no podía traerle tan mala suerte!, Tenía que llegar rápidamente a la posada a recoger sus cosas y largarse de esa isla, ¡Solo tenía que llegar al Striker!
Llegó a la posada y se me dio en su habitación, la buscaba cosas con velocidad guardaba mapas escondía cosas, pero se quedó paralizado cuando escuchó la puerta.
- ¿Así que tú eres Ace yoi? - Ace se mantuvo de espaldas al hombre, pero de repente la sala se llenó de un exquisito olor dulce y tropical.
Para marco fue completamente diferente, un olor a chocolate y malvadisco salió de Ace.
Lentamente el pecoso se dio la vuelta para mirar directamente a los ojos del Rubio, esa conexión, ese momento mágico que habían estado esperando durante todas sus vidas, que marco había estado esperando por toda su vida.
- El destino yoi - susurra el rubio tratando de dar un paso hacia adelante para acercarse a su pareja destinada.
- ¡No des ni un solo paso más!¡Ni te atrevas piña colada! - Ace gruñó, nunca le había gustado el concepto de Alma gemela, el sentimiento se intensificó al saber que él era Omega, ¡Que todos lo verían como la mascota de algún Alfa!, De verdad lo hacía gruñir.
- ¿Qué es lo que pasa yoi? - Marco se estaba poniendo nervioso, no quería ser uno de estos alfas rechazados por su Omega destinado.
- ¡No quiero que te acerques ni un poco más!¡Solo déjenme tranquilo! - Ace apretó su mochila contra su pecho, solo quería salir de aquí.
- ¿No quieres conocer el lugar para el que estás destinado yoi? - Ace apretó la boca, ¡Claro que quería conocer el lugar para el que estaba destinado!¡Eran ellos quienes no lo querrían cuando supieran su linaje maldito!
- ¡No quiero tener nada que ver con ustedes!¡Solo quiero tener una vida tranquila y en libertad! - Ace bufo por lo bajo.
- Oyaji va a querer conocer al chico que salvó a su hijo yoi - Marco metió sus manos en sus bolsillos, tratando de darle una imagen seria al pequeño pecoso.
- no me interesa...- Ace se abrió paso para salir del lugar, siendo seguido por el rubio.
- ¿De verdad no te interesa yoi? - Marco estaba comenzando a preocuparse, esto no era simple nerviosismo por conocer el lugar al que pertenecía, este chico parecía estar hablando totalmente en serio.
- ya le dije al cocinero que no, y te lo repetiré a ti, no me interesa para nada mi marca del destino - Ace iba a camino al puerto.
- ¿Vas al puerto yoi?- Marco estaba tratando de hacer tiempo, simplemente no podía atacarlo, su propio instinto de Alfa no se lo permitía.
- ¡Voy a buscar mi barco y me voy! - El Striker era muy veloz, en tan solo unos días podía llevarlo a la isla que quisiera.
- ¿Qué tal si te quedas a comer yoi? - Marco miraba chico nervioso, llegaron al puerto, pero estaban en un lugar bastante lejos del Moby Dick, Ace se estaba subiendo a lo que parecía ser un barco propulsado por algo.
- ¡Espera por favor yoi! - Marco tomo la muñeca de Ace, haciendo que el chico se estremeciera, ¡Los alfas le causaban repugnancia!
- ¡Suéltame! - pero la sensación de tocar a su alma gemela y los recuerdos de aquella noche habían causado que se desmayara de repente.
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