- Flores -
Ace corría por todo el barco, no quería encontrarse con Marco, no quería que le hicieran una propuesta de compromiso en frente de todos, ¡le daba mucha vergüenza!
—¡Te tengo, yoi! —Marco se había estado preparando todo el día.
—¡No, Marco, de verdad! —Ace trató de retroceder, pero estaba paralizado; no se dio cuenta cuando alguno de sus hermanos había comenzado a lanzar flores de fuego.
—Portgas D. Ace... ¿me harías el honor de ser mi esposo? —Ace se quedó quieto, todo el mundo estaba mirando, el rojo en sus mejillas, el fuego en sus hombros, Marco arrodillado en el suelo, mirándolo con esa cara; sus piernas temblaban y terminó en el piso, con las manos en la cara, escondiéndose.
—¿Ace, yoi? —La mano de Marco acarició su hombro y lentamente lo abrazó; todos miraban, con la esperanza de no haberla cagado.
—Sí... —La respuesta de Ace sonó tan suave y avergonzada que solo Marco pudo escucharla.
—¿ESO FUE UN SÍ, YOI? —Ace no esperaba que Marco fuera tan feliz solo con una palabra.
—S... sí —Esta vez sonó más seguro y se sorprendió cuando todos gritaban y bailaban; Marco lo tomó de la cintura y lo dio vueltas; Ace se aferró a él, aún avergonzado, pero su corazón estaba demasiado feliz.
—Pero aún tienes algo que hacer —Todos miraron a Ace, que miró a su padre con una sonrisa cómplice.
—¿Qué es lo que tengo que hacer, yoi? —Marco haría de todo por casarse con Ace.
—Tienes que pedirle mi mano en matrimonio... a mi padre —Todos se quedaron en silencio y miraron a Oyaji, que reía.
Marco caminó mientras todos lo miraban y se acercó a paso firme hasta su padre; Ace también, pero él subió hasta el hombro de su padre.
—Papá, ¿puedo casarme con Ace, yoi? —Shirohige lo miró en silencio.
—Marco, ¿cómo me pides que deje que mi hijo menor se case? —Marco entendió todo en ese momento; papá no iba a ser blando con él porque era su hijo.
—¿Puedo pedir la mano de Ace en matrimonio, yoi? —Volvió a insistir.
—¿Puedes protegerlo? —Ace bufó por eso pero luego rió.
—Claro que puedo, yoi —Shirohige sonrió.
—¿Puedes hacerlo feliz? —Ace se sonrojó, mientras Oyaji acariciaba su cabeza.
—¡La duda ofende, yoi! —Marco estaba desesperado.
—¡Entonces debes pelear conmigo y probar que eres digno de mi hijo Omega! —Shirohige se levantó de su silla con Ace en su hombro.
........ ....... ...... ..... .... ... .. .
—¿¡QUÉEEE!? —Todos gritaban impactados.
—¿De verdad vas a pelear con Marco? —Ace se movió un poco preocupado, no estaba seguro de querer que eso pasara.
—Él tiene que demostrarme algo para casarse contigo, Ace —Shirohige dejó lentamente a su hijo en su asiento, y se posicionó para pelear con Marco—. Como también eres mi hijo, te daré el primer golpe.
—¿Marco? —Thatch miró cómo su hermano se quitaba su camisa, preparándose para luchar con su padre.
—¿¡No estás pensando de verdad pelear con Oyaji!? —Haruta se abrazó a Vista, que sostuvo a su Omega; él también estaba nervioso por su hermano.
—Si tengo que hacerlo para poder casarme con Ace, voy a hacerlo, yoi —Marco se lanzó hacia adelante, una pierna convertida en fénix, pero Barba Blanca ya había librado muchas más batallas; sus niveles no se comparaban; una y otra vez Marco terminó en el piso, y una y otra vez Marco se levantaba.
Ya se sentía a punto de desmayarse, y Ace no podía ver más; corrió hasta la pierna de Barba Blanca, queriendo llamar la atención de su padre, pero el sentimiento por el vínculo entre él y Marco lo estaba haciendo llorar.
—¡Papá! —Fue lo único que el precioso tuvo que llorar para que su padre lo mirara y sonriera con ternura.
—Está bien, hijo. Marco... puedes casarte con Ace —Shirohige se sentó una vez más en su silla, mientras calmaba al pecoso y tomaba al rubio para que se pudiera regenerar.
—Pero no logré darte batalla, yoi —Shirohige rió.
—Que te hayas parado frente a mí, aún siendo más fuerte, siendo tu padre, para defender a Ace es más que prueba suficiente de que puedes cuidar de él, y que él se acercara a mí preocupado es más que suficiente para demostrar que él cuidará de ti —Marco sonrió, mientras abrazaba a Ace que aún lloraba; de repente, el pecoso se levantó semi enfadado.
—¡Papá, no me dijiste que ibas a pelear con Marco! Eso no fue parte del trato —Ace chuló mientras todos reían.
—Bueno, así es la vida, hijo —Deuce suspiró, ¿en qué vida se habían metido?
—¿Entonces te vas a poner un vestido, Ace? —Izo miró a Ace con una sonrisa; quería hacerle un vestido de novia a su hermanito.
—Soy un chico, seré Omega, pero no soy niña —Ace se acurrucó en Marco, que acarició su cabello.
—¿Pero sí vas a usar listones? —Thatch rió al ver a su hermano rubio tan feliz y relajado mientras abrazaba a Ace.
—Obvio —Ace giró la cabeza avergonzado.
—Oye... ¿y si va a haber bebés? —Namur miró a todos y todos se miraron; nadie había tenido nunca un bebé a bordo, solo porque nadie se había atrevido a casarse, menos a tener un bebé.
—¿Quieres un bebé, yoi? —Marco le preguntó a Ace; lo que Ace quisiera, él se lo daría.
—Bueno... si tú quieres —Ace se avergonzó—. Pero en realidad estaba pensando en adoptar —Ace le susurró a Marco.
—¿Adoptar? ¿Conoces a alguien que quieres adoptar? —Marco le devolvió el susurro con una sonrisa, y Ace se acercó a su oído como si le contara un secreto.
—Una niñita de Wano... —Marco sonrió y le dio un asentimiento a Ace, mientras todos miraban confundidos.
—¿Qué están cuchicheando? —Banshee miró curiosa a su hermano.
—Secreto/yoi —dijeron ambos al mismo tiempo.
—GURARARA —Shirohige reía y miraba por el rabillo del ojo a sus hijos; ya estaba seguro, su familia ya podía seguir en las olas del mar sin él, ya sabía a quiénes dejaría a cargo después de su partida, no tenía de qué preocuparse, ahora disfrutaría de su familia.
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