-Felicidad-
Bueno, la verdad era que Marco había sido muy feliz después de haberse unido a los Barba Blanca, pero cuando Ace llegó a su vida... no, ni siquiera eso, cuando su marca de alma gemela había llegado a su vida, fue tan feliz, pero eso fue efímero, porque solo era una pequeña fracción de lo que sentiría al tener a su alma gemela.
Cuando Ace llegó, no podía entender cómo su corazón se volvió tan jodidamente loco. Ace era el amor de su vida solo con verlo a los ojos, y ahora, después de tanta adversidad, era su esposo. Se habían dado una vuelta por la isla natal de Ace, como luna de miel, solo él y su pecoso, y ahora, después de unas semanas de felicidad, con llamadas a casa para saber que todo estaba bien, irían a su último destino, los mercenarios, aquellos que habían criado a su hermosa luciérnaga.
—¿No se enfadarán porque les quite a su mejor mercenario, yoi? —Marco estaba un poco nervioso, todos en todos los mares sabían lo malditamente protectores que eran los mercenarios.
—Claro que no, idiota, ellos van a adorarte... siempre y cuando logres esquivar a Lucas —Ace miró a otro lado, él también estaba un poco nervioso. Sabía que todos lo aceptarían, pero Lucas era muy sobreprotector con los omegas de los mercenarios, era como un hermano mayor para todos, era una especie de Shanks enfadado con todo aquel que se atreviera a tocar a un omega del gremio.
—¿Esquivarlo? ¿Por qué tendría que esquivarlo, yoi? —Marco lo miró un poco nervioso, se sintió más incómodo porque Ace no le contestaba y evitaba su mirada.
—¡Lucas! —Ace saludó un poco nervioso a un lado. Marco se dio la vuelta para saludar a una de las personas más queridas en la vida de su alma gemela, pero fue obligado a retroceder, porque un cuchillo casi se le entierra en la cabeza. Marco no sabía realmente cómo reaccionar. Si hubiera sido un enemigo cualquiera no habría pasado nada, solo hubiera atacado y todo listo, pero no es así, este era uno de los seres queridos de su ahora esposo.
Cuando el chico con un cuchillo se lanzó hacia adelante, Ace se enfadó, se puso en medio y el hombre mayor se detuvo de inmediato.
—¿¡No lo estás defendiendo, verdad!? —Lucas no podía creer que su pequeño bebé estaba con esa... esa ¡piña!
—No, Lucas, a él no lo puedes atacar, no es un Alfa que esté coqueteando o me esté cortejando, es mi esposo, ES-PO-SO —Ace levantó su mano, mostrándole al mercenario el hermoso anillo que Marco había puesto en su mano, era de una gema hermosa que soportaba de manera perfecta el fuego, así que no se fundiría durante la batalla.
—¿Qué? —Lucas tomó la mano de Ace mientras Marco suspiraba—. ¿Te uniste en matrimonio con la piña? ¿Por qué nadie me dijo nada? —Marco se sintió atacado, él no era una piña.
—Porque si te hubiéramos dicho, hubieras ido hasta la boda solo para atacar a Marco y no queríamos que intentaras matar al prometido de Ace en el gran día de ambos —Miriam le explicó mientras secaba algunos vasos desde la barra de la cantina.
—Yo no... Está bien, todos ustedes tienen un punto —Lucas se sobó el cabello y, mirando a Marco, suspiró. Se acercó a él y le ofreció la mano para darle un apretón. Marco lo aceptó.
—Supongo que no puedo hacer nada, porque ya estás casado con él, así que más te vale ser el mejor jodido esposo que hay en todos los mares, o yo mismo voy a hacer que todos los mercenarios acaben con tu vida —Ace sonrió.
—Claro que voy a ser un buen esposo, voy a hacer que cada una de las necesidades de mi hermoso omega sean cumplidas, yoi. —Ace se sonrojó.
—¿Acaso no es una lindura? —Miriam rió mientras los mercenarios bebían realmente felices porque el pequeño Ace se había casado, cosa que nunca habían pensado, porque bueno, Ace realmente trataría de matar a cualquier alfa que tratara de coquetear con él.
—Es encantador —Lucas se burló y los llevó a todos adentro para beber un poco más. Ace miró a su alrededor y buscó con la mirada los asientos vacíos donde alguna vez estuvieron los ancianos.
—Todos los extrañamos, pero como sabes, ahora tu familia también es bienvenida para todo, y para todo —Miriam miró con cariño a Ace, que asintió.
—Bueno, entonces ahora todos vamos a brindar por esta pareja de tortolitos —Lucas levantó una jarra mientras le daba una a Ace y a Marco, que realmente no podían emborracharse.
Cuando la noche llegó, Ace llevó a Marco a la que algún día fue su habitación y con una sonrisa, se la mostró.
—¿Y este peluche, yoi? —Marco apuntó a un peluche sin detalles en una esquina.
—¡Es Jolly!, cuando me fui en el Moby Dick nunca volví por él —Ace tomó al peluche entre sus manos, y rápidamente se transformó en una versión de peluche de Marco—. Es un peluche que se transforma en lo que la persona quiere o necesite, tiene una fruta del diablo.
—Eso es interesante, porque ahora mismo es, yoi —Ace sonrió y besó la mejilla de Marco mientras se sentaba en la cama.
—Bueno, ¿quién no podría desear al mejor alfa de todo el mundo? —Marco sonrió, se sentó al lado de Ace y ambos se acurrucaron juntos.
—Ace, eres la mejor persona que ha llegado a mi vida, luciérnaga, yoi —Ace miró a Marco sonrojado.
—Fénix, yo también te amo, pero ahora mismo tenemos que descansar, porque mañana volvemos a casa. Después de que Thatch agarró el ramo, Izo está como loco, tienes que ayudar a tu hermano —Marco rió recordando eso, Ace tenía razón, como siempre, además tenía que ponerse al día con todo el papeleo.
—El papeleo, yoi —Ace suspiró.
—Lo dejé todo listo antes de irnos, no te preocupes —Ace rió cuando comenzó a recibir besos en el cuello.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top