- Convencimiento -


Los comandantes estaban escondidos en una de las bodegas vacías que usaban cuando planeaban fiestas secretas para cumpleaños o demás.

- ¡Tenemos que convencerlos de quedarse! - Haruta estaba garabateando planes en un papel.

- ¿Y cómo se supone que hagamos eso si apenas se están acostumbrando a que los llamemos hermano? - Vista acarició su bigote pensativo.

- ¡Exponiéndolos más a la familia! Probemos con Deuce - Thatch dijo con una sonrisa, el peli-azul parecía el más normal de todos, era perfecto para atraer a los demás.

- Es una buena idea, yoi - Marco aprobó la idea y todos se pusieron manos a la obra.

- ¿Estamos seguros de esto? - Jozu miró a sus hermanos, todos escondidos detrás de un mástil, Deuce estaba dibujando en su cuaderno.

- Sí, siempre hemos hecho esto - Deuce levantó la cabeza y de repente se vio rodeado por todos los comandantes.

- ¿Hola? - Sonaba seguro, pero un poco tímido, era un chico sensato.

- ¡Deuce hermanito! - Namur lo abrazó por encima de los hombros, haciendo que el peli-azul se encogiera un poco incómodo, aún se sentía raro tener más hermanos.

- ¿Pasa algo? - Izo se sintió mal, pobre inocente.

- ¿Puedes darnos un poco de información sobre tus hermanos, nuestro también ahora hermano? Vamos a hacer una fiesta - Thatch trató de disuadir al chico, que le dio una sonrisa y muy sensato negó con la cabeza.

- No puedo, código de mercenarios - Deuce habló bajo, pero todos lo escucharon.

- Pero ya no eres mercenario, eres pirata - Haruta le sonrió.

- No, aún somos parte del gremio, que llamemos a Barba Blanca padre no significa que nos hayamos alejado del gremio - Deuce explicó.

- ¿Y no te gustaría ser pirata? - Vista palmó la cabeza del chico con cariño.

- Claro, suena divertido, pero el gremio nos dio un hogar y tenemos que rendir los respetos adecuados - Deuce rio, ellos no lo entendían.

- ¡Entonces hablemos de los chicos! - Marco se tuvo que hacer a un lado cuando Jozu tomó la mano de Deuce.

- Uh, creo que ya dije que no - ahora Deuce se veía un poco contradictorio.

- Vamos hermanito, no pasa nada, solo tienes que soltar la sopa - Haruta tenía una sonrisa siniestra.

Deuce sintió un aura extraña de todos ellos, daba miedo y de un momento a otro estaba llorando.

- ¿¡Qué pasó!? - Todos estaban nerviosos, Marco solo se puso la mano en la cara, eso no salió bien.

- ¡No llores, por favor! - Jozu estaba a punto de morir de los nervios y de repente todos miraron a Oyaji buscando ayuda.

El hombre mayor vio a sus hijos y cuando vio al mocoso peli-azul llorando se levantó y se acercó a sus hijos.

- ¿Deuce? - El peli-azul miró hacia arriba al hombre, que lo miró con cariño, claro, aún eran niños.

- Mmm- Deuce miró abajo, se sentía avergonzado.

- ¿Vienes conmigo? Cornelia y Banshee están haciendo algo con los long pose - Deuce asintió caminando con el hombre.

Los comandantes suspiraron, misión fallida.

- Bueno, nos pasamos, yoi - Marco se estiró, papá se podía encargar de Deuce.

- ¿Él no nos odia, cierto? - Jozu se estaba muriendo de preocupación, no quería que Deuce lo odiara.

- Claro que no, se le va a pasar - Izo lo animó y Jozu asintió.

- ¿Cómo le hacemos para que nos presten atención? - Rayuko miró a los demás.

- Bueno, ya sabemos que rodeados no es la mejor opción - Blamenco suspiró.

- ¿Y si jugamos con ellos? - Curiel preguntó un poco tímido.

- ¿Jugar con ellos, yoi? - Marco miró a Curiel como si estuviera diciendo locuras, mercenarios y piratas jugando, claro.

- ¡Es buena idea! - Antes de que alguien lo pudiera detener, Thatch ya se había escapado.

- ¿Ustedes no aprenden, verdad? - Namur fue el único sensato, suspiró.

- ¿Esto va a terminar, verdad, yoi? - Marco siguió con la mirada al cocinero hasta que desapareció dentro del barco.

Thatch caminaba por todos lados, ¡tenía que encontrar a alguien!

- ¡Ace! - Thatch se sentó al lado de Ace, que estaba mirando al mar en la parte de atrás del barco.

- ¿Thatch? - Ace se sobresaltó un poco por lo saltarín que estaba el castaño el día de hoy.

- ¿Quieres jugar? - Ace lo miró, estaba aburrido y quería hacer algo.

- ¿Sabes jugar a barcos en guerra? - A Ace le gustaba mucho este juego, se lo había enseñado Sabo, pero no podía jugarlo con Luffy.

- ¡Claro! - Thatch rio, cuando su mano fue capturada por Ace y lo llevó a su "habitación".

- ¿No la has decorado aún? - Thatch miró un poco desanimado cómo la habitación de comandante de Ace no había sido decorada en lo más mínimo.

- No... no puedo decorar un lugar que no es mío, Thatch - Ace estaba sacando papel y lápiz para comenzar a dibujar en mapa del juego.

- ¡Solo decóralo! Es tuyo... - Thatch aceptó el cuaderno con su mapa para comenzar a jugar, ahora tenía que elegir dónde escondería sus barcos.

- Thatch entiendo tu punto, pero como mercenario debo volver al gremio - Ace comenzó a dibujar sus barcos.

- ¿Te tienen amenazado? - Thatch miró preocupado a Ace.

- No, pero tengo que volver... Me siento extraño, me he criado con ellos, y ahora estoy aquí y no sé dónde debería estar - Ace terminó de dibujar sus barcos y Thatch también.

- ¡Solo tienes que quedarte con nosotros Ace! ¿Lo sientes verdad? - Thatch se tocó el corazón en el pecho con una mano.

- ....¿B4? - Ace estaba pensando un poco en su vida.

- Al agua - Thatch se mantuvo en silencio - ¿A1? - Ace suspiró.

- En barco - Ace tachó el barco que le habían atacado - ¿D7?

- En barco... - Y así continuaron sus juegos hasta el nuevo aviso.

- ¿Y si me quedo y no me llevo bien con los demás? - Ace preguntó en medio de la partida.

- ¿A qué te refieres con eso? Todos te amamos Ace - Thatch le dio una hermosa sonrisa a Ace, que miró dudoso al cocinero.

- Solo he hablado con los comandantes y algunas enfermeras, no sé si me llevaré bien con el resto de la tripulación - Ace comenzó a dibujar pequeños círculos nerviosos en su papel.

- ¡Ace! - Ace levantó la cabeza y lo miró - ¿No te das cuenta de que eres nuestro? - Ace sonrió, ser de una familia se sentía tan bien.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top