- Cartas -
Ace decidió dormir. Mañana, a primera hora, escribiría una carta y se la entregaría a un News Coo de los mercenarios, y todo solucionado.
Se durmió, pero mientras lo hacía, una sensación de seguridad lo inundó. Cuando se levantó más temprano que el resto de la tripulación, suspiró. Si iba a estar aquí 3 meses, tenía que comenzar con su nido.
Se levantó y fue al baño para cumplir con su rutina de higiene. Luego, se sentó en su escritorio, tomó un papel y una pluma. Parece que la habitación ya estaba lista para su llegada, lo cual le parecía sospechoso.
De cualquier manera, ahora no importaba. Tomó un poco de aire y comenzó a escribir.
"Querido Deuce, no me mates, soy Ace. Necesito que le avises a la organización que estaré fuera de las misiones por un tiempo. Decidí tomarme unas vacaciones, estoy teniendo conflictos internos, así que voy a escuchar a los ancianos y descansar por unos meses. Te ama, tu hermano, puño de fuego, fuera."
Suspiró. Era una buena carta para que Deuce no se enfadara con él. Se puso su camisa y salió a cubierta. Fue directo a la proa y pudo ver cómo algunos apenas salían de sus turnos en los nidos de cuervo.
Escuchó unos pasos, reconoció 3: el alfa idiota, el Omega tarado y el alfa amable. Pero tenía que enviar esto lo antes posible. Silbó fuerte al aire y, unos segundos después, un News Coo cuervo se posó frente a él.
- ¿Puedes llevarte esto a Deuce antes de que él y los viejos me pongan a caminar en la plancha, querida? - Ace le pidió amablemente al cuervo hembra que bailaba con la carta en el pico. Le dio una moneda y la chica se lanzó al aire.
- ¿Qué fue eso, Acey? - Thatch se acercó curioso.
- Pues un News Coo - Ace lo miró, pero recordó que ellos usaban los que parecían gaviotas.
- ¿Qué enviaste? ¿Una carta de ayuda? - La pequeña broma fue bien recibida por Ace. Después de todo, fue el Gyojin quien la lanzó.
- Nada, es mi hermano. Si no les aviso que estoy vivo, me van a hacer caminar por la plancha - Ace sonrió.
- ¿Tienes hermanos? ¿Ellos comparten marca contigo? - Ace fue sacudido por Thatch, aunque el cocinero lo soltó cuando sintió el calor aumentar.
- Sí, tengo muchos hermanos y solo algunos la tienen - Ace suspiró mareado.
- ¿Solo algunos? - Thatch miró a Ace, que asintió alejándose de él. No quería ser muy amistoso con el cocinero en este momento.
- ¿Esa moneda que le diste era diferente, yoi? - Ace miró por el rabillo del ojo al primer comandante, como esperaba de él, pero no le importó.
- Son monedas de mercenarios - Ace habló serio y cortante.
- ¿Monedas de mercenarios? - Ace gruñó. Explicaría esto rápido para escapar a su habitación.
- ¡Estas son 3 monedas! - Ace las puso sobre la superficie más cercana: una de oro, plata y cobre.
- ¿Esas son las marcas de los mercenarios? - Haruta se acercó a mirarlas bien y Ace asintió.
- Está prohibido recibir una moneda de otro mercenario. Estas se ganan por misiones: cobre, las básicas; plata, nivel medio; y oro, las más difíciles - Ace jugó con las 3.
- ¿Por qué está prohibido recibir una moneda de otro mercenario? - Namur se confundió por eso.
- No está prohibido, pero para nosotros es peligroso. Si pides un favor a otro mercenario, dependiendo en lo que te ayude, obtienes una moneda. Según el código, si tienes la moneda de otro mercenario, estás obligado a ayudar, quieras o no - Ace suspiró.
- ¿Y cómo saben cuál es de quién, yoi? - Ace dio vuelta la moneda, mostrando un as de picas del otro lado.
- Este es mi símbolo. Cada moneda es fundida con el símbolo del mercenario y del gremio, así se identifica - Haruta se asombró por eso.
- ¿Y tú aceptaste el favor de alguien, hijo? - Barba blanca entró a la conversación. Ace no sabía si seguir apretando los dientes.
- No, nunca sería tan idiota como para ponerme debajo de otra persona - Ace se acomodó el sombrero, y ante el silencio que se hizo, encontró el momento para escapar. Se movió rápido hacia su habitación.
- ¿¡Qué puño de fuego qué!? - Gritó medio gremio.
- Dice que se toma unas vacaciones... no tiene un deber con nadie, así que está bien, ¿verdad? - Deuce miró hacia arriba, donde estaban los ancianos que asintieron. Si no les debías nada a nadie, tenías todo el derecho de ir y desaparecer cuando quisieras.
- ¿No está en problemas? - Banshee se sentía un poco preocupada.
- No creo. Ya sabes cómo es Ace. Además, si estuviera en problemas, sabría cómo escapar. Después de todo, es Ace - Deuce le sonrió a sus hermanos, que asintieron. Después de todo, cada fin de mes tienen una llamada grupal todos juntos, para ponerse al día.
- Ace no te miró TAN feo esta vez. Eso es bueno, ¿verdad? - Thatch trató de animar a Marco. El primer comandante levantó la cabeza para mirarlo.
- Él es amable, si no lo fuerzas a nada - Namur sonrió.
- ¿No debería ser un poco más amable con su alma gemela? - Izo trató de lanzar una indirecta a su propia alma gemela. Thatch bufó y se cruzó de brazos.
- Bueno, si los Alfas no fueran tan idiotas... - Thatch se apoyó contra Namur, que estaba de acuerdo.
- Los Alfas humanos no parecen entender bien a sus parejas - Namur le concedió la razón a su hermano cocinero.
- Oh, gracias por los ánimos, yoi - Marco estampó su cara contra la mesa.
- ¿No deberías tratar de ser su amigo primero? - Haruta rió mientras se balanceaba cerca de Oyaji.
- Tal vez deberíamos tratar de hacerlo pasar tiempo con la familia - Shirohige miró al cielo. Este niño era difícil, pero él tenía mucha paciencia.
- ¿Cómo hacemos eso? Escapa de cada fiesta - Thatch rió por lo bajo.
- Tal vez, ¿comer con él? - Izo miró a todos. ¡Claro! Comer juntos puede ser un buen primer paso para que el chico se sintiera más cercano a ellos. Habían investigado y sabían cuánto comía un D. No les sorprendería, y eso les haría ganar puntos con Ace.
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