Capítulo 8
Seguí fingiendo estar inconsciente, pues así me ahorraría varias preguntas y respuestas de parte de esa personas, aunque en mi mente ya tenía toda una lista de mentiras perfectamente elaboradas, para así no levantar sospechas.
-Puede ser una rebelde que se escapó de las murallas. -comentó otra voz masculina, pero ésta era una más gruesa y calmada- Sin embargo me causa curiosidad cómo logró sobrevivir y escalar el árbol... Hanji tiene razón, ningún humano podría escalar esa altura sin ayuda.
-Es verdad. -apoyó otro hombre, seguido de otros más
¿Me creerían si les dijera que lo hice con el apoyo de unos cuchillos, los cuales incrustaba en el árbol para escalarlo? Bueno, todo se lo debo a los entrenamientos excesivos del comandante Magath.
-¡Agradézcanme! -exclamó la fémina, finalmente dejándome recostada en el suelo- Gracias a mi insistencia para salir a capturar titanes, logramos hallar a esta belleza.
Traté de controlar mis expresiones, intentando no sonrojarme por su halago, aunque estaba algo desconcertada por ello.
-Me debes de subir el sueldo como muestra de agredecimiento, cejitas.
-No vuelvas a llamarme así, Hanji.
-Pfff. -le nombrada resopló- ¡Hey, Levi! ¿Por qué no paras de mirarla desde que la traje? ¿Acaso fue amor a primera vista, eh?
-Tsk, mi paciencia se agota. Vuelves a decir otra tontería más y no la cuentas para mañana, cuatro ojos. -la amenazó nuevamente, sin un ápice de duda en sus palabras, dando a notar que estaba hablando muy en serio
Los eldianos de la isla me están dando algo de miedo, ¡las personalidades de los tres son totalmente diferentes!
-¡Eh, tú!
¿Ahora a quién le estará hablando ese tipo tan gruñón?
-Deja de fingir, sabemos que estás despierta. -me habló el tipo gruñón, provocando que mi presión bajara de golpe
¡Y yo pensando que había disimulado bien mis expresiones!
Me rendí al verme descubierta y lo primero que me encontré al abrir mis ojos, fueron unos iris azul grisáceo, viéndome fijamente. Éste era un chico de cabello azabache con algunos rasgos asiáticos, parecidos a los de la familia Azumabito.
Se suponía que en la isla se habían extinguido los de ese clan...
Pese a que el chico tenía una expresión neutral en su rostro, me sentí intimidada por su mirada tan intensa, tanto que llevé una mano a mi pecho con temor. Definitivamente, él era descendiente de ese clan.
-Oye, no la mires tanto que me la espantas. -le reprochó la misma fémina de antes. Una castaña, quien supuse, era Hanji
-Pues ojalá esa técnica funcionara en ti, así dejaría de ver tu horrorosa cara todos los días.
-Ya basta. -interrumpió la voz gruesa que oí en mi momento de fingir estar inconsciente. Era un rubio de prominentes cejas
-Tsk. -el azabache se cruzó de brazos, al igual que la castaña
-¿Quiénes son ustedes? -cuestioné
-¿Cómo? ¿Acaso no reconoces la capa? -la castaña me vio con sorpresa
-No. -respondí sincera, pero nerviosa a la vez
Lo más sensato era no meter la pata en éstos temas de la militar, pues si me preguntaban mucho probablemente descubrirían que miento. Lo mejor era decir la verdad en partes y cubrir mi farsa mediante algunas mentiras que concordaran con la realidad.
-Antes respóndenos, ¿quién eres? -me cuestionó el rubio de cejas prominentes
-Soy Tn.
-Qué extraño nombre. -comentó la castaña
-Yo... No... -llevé una de mis manos a mi cabeza
-¿Qué pasa?
-N-no... -tartamudeé fingiendo desconcierto, poniendo en marcha mi plan- No puedo recordar nada más.
Definitivamente heredé el talento de mi madre.
Sabía que fingir se me daba muy bien algunas veces, pues ahora me encontraba derramando unas cuantas lágrimas, luego de unos segundos de silencio transcurridos. Por supuesto que no lloré de imprevisto, aproveché ese lapso de tiempo para concentrarme en poder hacerlo, sólo recordando mi reciente despedida con papá y Zeke.
-¡¿QUÉ?! ¡NOOO! -gritó la castaña- ¡Eso significa que ya no tendré mi sueldo extra!
-Ayúdenme, por favor. Estoy confundida. -añadí alzando la parte central de mis cejas angustiada, poniendo la expresión más creíble posible al verlos con súplica
Esta pequeña mentira me salvaría de muchas más explicaciones y mentiras, pues ya no les daría información personal sobre mí a esos soldados, dado que supuestamente estoy amnésica.
Menos mal pude trazar éste plan con anticipación, cerciorándome de no dejar cabos sueltos. Aunque en realidad estuve planeando mi infiltración desde hace muchos meses atrás... Y se podría decir que sólo mejoré el plan, jeje.
De igual modo ésta mentira me beneficiaría, pues así podría irme con ellos e infiltrarme en alguna de sus oficinas, con el fin de crear un documento de identidad falso.
-La llevaremos al cuartel. -habló el rubio luego de meditarlo unos minutos- Hanji... -vio que la castaña estaba persiguiendo a un titán desde lo lejos, así que se corrigió- Levi, tú estarás a cargo de ella.
-Claro, sabes que se me da bien educar mocosos. -respondió sarcástico el azabache
Iba a aclarar que tenía más edad de la que aparentaba, pero mejor me quedé callada.
El rubio se subió a su caballo, ignorando la actitud apática del azabache y le gritó a Hanji que dejase de molestar al titán. Eso fue muy extraño, pero al final, la castaña terminó asesinando a ese titán y llegó hacia nosotros con ayuda de ese extraño equipo que traía en la cintura, el cual le permitía hacer maniobras en el aire.
El azabache, ahora a cargo de mí, se subió a un gran caballo negro y se aproximó hacia mí.
-Si tienes suerte, puede que mi caballo no te bote a patadas.
-Pero a usted también lo botaría si eso pasara. -repliqué, a lo que el azabache chasqueó su lengua
-Sube de una vez o de lo contrario te dejaré con los titanes con los que la cuatro ojos estaba jugando hace un rato.
-Perdón, pero... -desvié la mirada- Es que no sé cómo hacerlo. -mentí, pues no podía dejar ni una mínima señal de tener memoria sobre algo en específico
En especial, yo no debía mostrar que estaba relacionada con algo referente a la militar, peleas o conocimientos más allá de mi nombre y familia.
-¿Acaso quieres que te ayude a subir? -me vio con molestia
-Disculpa al enano. -Hanji llegó con nosotros- Lo que pasa es que sigue molesto porque alguien le echó sal a su té.
Los soldados desviaron su mirada, conteniendo la risa al igual que yo, pues con lo serio que se ve el azabache, de seguro eso lo debió haber sacado de sus casillas.
-Ese alguien fuiste tú. -una vena comenzó a formarse en su frente, parecía estar conteniéndose para no golpear a la castaña
-Ayúdala a subir, Levi. -interrumpió el rubio justo a tiempo, acercándose a nosotros montado en un caballo blanco
El azabache suspiró irritado y me extendió su mano de mala gana, la tomé, pero por desgracia no logré subir al caballo, pues mi estatura no me lo permitía y además, el chico no me ayudaba en nada, sólo extendió su mano.
-Eh... Disculpe, creo que así no voy a poder subir. -sentí mis mejillas calientes debido a la vergüenza- Su caballo es muy grande para mí.
El azabache volvió a suspirar y bajó de su caballo, posicionándose detrás mío sin decir nada, pero recibiendo la mirada curiosa de los soldados a nuestro al rededor.
Estaba desconcertada, ¿por qué se fue?
Me tensé al sentir un agarre firme en mi cintura, el cual comenzaba a ejercer más presión a medida que me levantaba del suelo. El azabache me estaba cargando por la cintura como si nada. Cuando apenas estuve cerca del lomo de su caballo, me di cuenta que era ayuda suficiente para poder agarrarme y subirme por mi cuenta sobre éste.
Al acomodarme, noté que mis mejillas estaban aún más calientes que antes, no solo por la vergüenza que me dio el admitir mi dificultad en subirme al caballo, sino también por su agarre repentino en mi cintura, el cual me provocó cosquillas y un pequeño sobresalto, debido a que nadie, además de Zeke, se me había acercado tanto físicamente.
Esperaba que Levi no haya notado mi reacción, ya que lamentablemente para mí, podía fingir muy bien mis expresiones, mas no podía controlar mis verdaderas emociones cuando algo me sorprendía, avergonzaba o molestaba.
-Vaya, es raro que mi caballo no te haya botado.
-Espera, ¿en serio eso hace tu caballo? -lo vi con sorpresa, pues pensé que estaba exagerando-Parece no hacerle daño ni a una mosca. -agregué sonriente, acariciando al corcel
¡Amaba los animales!
-Tsk, caballo traidor. -le dijo, provocando que el animal relinchara
Es igual de gruñón que su dueño...
-Agárrate. -me avisó al sentarse en el lomo del animal, quedando delante mío
-¿Eh? ¿Por qué dice es...? -mi pregunta quedó en el aire, pues el caballo había comenzado a correr velozmente
No me dio ni tiempo para pensar, así que me sujeté de la cintura del azabache por instinto.
¡Esperaba que al menos fuese más considerado! Pero al parecer, éste hombre desconoce esa palabra en su vocabulario.
-Tsk. Me dejarás sin aire, mocosa. -dejé de ejercer tanta presión en mi agarre y me disculpé con él avergonzada
Pronto llegó Hanji, molestando a Levi al notar mi agarre sobre él. Por supuesto que intentaba no tener mucho contacto físico con, ya que era incómodo estar juntos en ese aspecto, pero como estaba de copiloto en el caballo, no tenía opción, sino me caía.
-¡Vayaa! Jamás te había visto tan tranquilo con un acercamiento físi-
-Sino te callas, voy a matar a ese asqueroso titán que tienes en el cuartel.
-No sirve amenazarme con eso, enano. -canturreó Hanji- Erwin no lo permitiría, además perdimos a más de treinta camaradas para hacerlo...
Ya veo, pueden capturar titanes, pero a costa de varias vidas. En Marley era diferente debido al armamento avanzado que teníamos, como los dirigibles, granadas, trenes, entre otros.
-¡Ay! -chilló la castaña cuando le cayó una roca en la cabeza- ¡Oye! -miró al azabache acusatoria
-Te dije que te callaras.
-Vas a asustar a tu compañera de cabalgata si sigues con ese humor. -el azabache la vio mal- ¿Qué? ¡Ya te pedí disculpas por lo del té con sal!
-¿Acaso quieres morir?
-Sé que me quieres, enano. -le guiñó el ojo, recibiendo otra roca en su cabeza- ¡Oye, eso duele!
Pasado el tiempo, la castaña era ignorada por mi acompañante y golpeada por una roca de vez en cuando. Nadie les prestaba atención, ya que al parecer todos estaban acostumbrados a su comportamiento.
-¿Así son siempre? -le pregunté al rubio que aparentemente era el líder, aprovechando que nuestros caballos estaban nomás al lado
-Sí, pero a pesar de eso ambos tienen una relación "especial". -hizo comillas con su dedos
-¿Eh? ¿Entonces son pareja? -pregunté extrañada, ya que esos dos no tenían ningún parecido físico y por ello dudaba mucho que fuesen familiares
Al parecer, justo en ese momento todos me escucharon, pues surgió un largo silencio debido a mi pregunta. Noté que Levi hizo una mueca de asco, mientras que la castaña se rió fuertemente al igual que el rubio y otros soldados más.
¿Qué pasa?
-Tsk, no somos ni amigos.
-Eso dolió, enano. -Hanji hizo un puchero- Oh, ¡cierto! ¡Aún no me he presentado! -exclamó volteando a verme con una sonrisa
Ella era alguien muy animada, parecía ser la más extrovertida del cuartel.
-Soy la capitana Hanji y el enano alfrente tuyo también es capitán, se llama Levi. -busqué la mirada del azabache, aún agarrando su cintura, pero éste ni volteó para presentarse- ¡Es considerado el hombre más fuerte de la humanidad! -agregó eufórica
-Mucho gusto, capitana Hanji, capitán Levi.
-Igualmente, belleza. -Hanji me guiñó un ojo y de nuevo pude sentir mis mejillas calientes por su halago
Esta mujer me está poniendo algo incómoda y nerviosa.
-Tus apodos son un asco, cuatro ojos.
-¡Ja! Mira quién habla.
-Se ve que se estiman a su modo. -comenté en voz baja al ver que se acercaba una nueva discusión entre ellos
-No digas tonterías, mocosa. -esta vez sí obtuve una respuesta por parte del azabache, quien al parecer tenía una buena audición
-No me diga así, tampoco soy tan joven. -noté que el capitán arqueó una ceja- También recuerdo que sobrepaso los dieciocho años, pero no sé si tengo veinte o más. -añadí
-¡Imposible! ¡Pareces tener dieciocho, o incluso diecisiete años! -exclamó Hanji
-... Igual sigues siendo una cría inmadura.
¡¿Cómo se atreve?! ¿Yo? ¿Inmadura? ¡Ni siquiera Magath o Annie me dijeron algo así en todos mis años de vida!
Fruncí mi ceño.
-¡Hay una horda de titanes persiguiéndonos! -interrumpió un soldado
Todos volteamos hacia atrás, comprobando lo dicho por el soldado.
-Son siete titanes... Aproximados a medir unos nueve metros, otros dos de cinco metros y tres anormales. -informó el capitán Levi
-¿Esos no son los titanes con los que la mayor Hanji estaba jugando? -fingí desconcierto- No parecen ser peligrosos.
-No seas idiota. -me recriminó el capitán-Tal vez hayas perdido la memoria, pero ten por seguro que esas cosas te pueden devorar lenta y dolorosamente si te atrapan.
Observé a los titanes, pero no sintiendo miedo, sino pena por éstos, ya que en algún momento fueron personas.
-Tendrás que acostumbrate a verlos más a menudo. -agregó el capitán, notando mi expresión nostálgica- Porque tomaremos tu custodia para que estés en la Legión y nos digas cómo rayos llegaste ilesa hasta ese bosque lleno de titanes.
-Yo no recuerdo nada de eso.
-En algún momento lo harás, mocosa.
-Me llamo Tn, por favor llámeme por mi nombre. -le pedí ya cansada de su apodo
-Bien, controla el caballo. Si le pasa algo, tú serás la responsable. -cambió de tema
Lo vi con una gota de sudor bajando por mi sien, pues el azabache se preocupaba más por su caballo que por mí.
-¿Eh? -lo vi alarmada- ¡¿A-acaso va a enfrentarse a esos titanes sin ninguna protección?! Puede morir, ¡usted sólo tiene un arma! -esta vez me preocupé de verdad
Tal vez sea un gruñón, pero igual es una vida y es parte de la gente que vine a salvar.
-Estamos preparados para eso, por algo estamos en la Legión de Reconocimiento. -sacó unas cuchillas de ese extraño aparato que les ayudaba a volar
Definitivamente debo informarle a Zeke sobre esas extrañas armas que utilizaban para combatir a los titanes.
-Levi, tú te encargarás de los titanes anormales. -le ordenó el rubio
-Bien. -el azabache se puso de pie en el lomo del caballo, con una total precisión para no caerse
-Mi escuadrón irá por los titanes más pequeños y el de Hanji por los más grandes. Los sobrantes se encargarán de distraerlos.
-¿Distraerlos? -pregunté espantada
¿Acaso se iban a sacrificar poniéndose de carnada? ¿Y ninguno se niega a eso?
-¡Sí, comandante! -respondieron los soldados
-Ni se te ocurra morir, mocosa. Sólo sigue adelante. -me habló el capitán, viéndome por el rabillo del ojo mientras seguía aún parado sobre el caballo, con su capa meciéndose a la par del viento
Se veía tan determinado e increíble en esa pose, que me quedé viéndolo, pero salí de mi trance al ver que apretó el gatillo del extraño aparato y de éste salía un gancho, el cual se incrustó en un árbol.
-E-espera... -intenté detenerlo, pero inmediatamente Levi apretó otro gatillo, el cual lo sacó volando por los aires, haciendo un ruido de expulsión de gas
-Eso es mejor que los dirigibles. -murmuré asombrada- ¡Aaah! -grité al ver un titán cerca de mí
Rayos, no tenía ningún arma para defenderme.
Miré los ojos del titán que me veía fijamente, éstos eran de un tono muy oscuro, tenía su cabello negro y estaba posicionado en cuatro patas. Eso empeoraba mi situación, era un titán anormal.
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