Capítulo 6
Finalmente terminaste de leer por completo el libro.
-¿Zeke, t-tu sabías de esto? -el rubio te miró serio y se tomó su tiempo para responderte
-...Así es.
-¡¿Y por qué rayos no me lo dijiste?!
-¡¿Qué hubiera pasado si te lo contaba?! -Zeke se alteró, alzando la voz sin querer- ¡¿Me hubieras creído sin ninguna prueba, Tn?!
Te dolía que Zeke no te lo hubiera dicho, pues esa verdad no sólo te hacía ver que tus creencias y moral estaban equivocadas con respecto a la isla Paradis, sino que también te hacía abrir los ojos del verdadero villano.
Todo lo que creíste y las ideas que metieron en tu cabeza con respecto a tus antepasados fue una vil mentira, eso te hacía sentir frustrada y confundida. Ustedes no habían hecho nada malo, pero Marley se encargó de hacerles creer que debían cargar con los pecados de su sangre y pagarles.
-¡No somos demonios, nunca lo fuimos! -tu voz se quebró al darte cuenta de toda la verdad, pues pasaste por tanto y viste a los eldianos ser torturados y discriminados como si no fuesen humanos- ¡Ellos lo son!
Estabas alterada, habías abierto tus ojos y te diste cuenta que Marley les lavó el cerebro por cientos de años.
Tu mente no podía estar tranquila, ya no tenías control en tus palabras ni acciones y en consecuencia terminaste descargando tu ira y frustración contra Zeke, aún así él se quedó callado, comprendiendo lo que sentías en ese momento.
Aceptaste vivir y ser tratada de la peor forma por el mundo y Marley, porque creíste que ese trato era correspondiente a lo que debías pagar para expiar los errores de tus antepasados.
-Ellos... Nos lavan el cerebro... -tenías la mirada fija en el suelo. Al parecer seguías procesando la información- Todo por un pecado que cometieron nuestros antepasados... Pero... ¿Y nosotros qué? Nosotros no lo hicimos, nosotros no tenemos la culpa de lo qué hizo Ymir o el rey.
Tus ojos no aguantaron tener tantas lágrimas acumuladas y soltaste la primera gota, la cual se deslizó por tu mejilla seguida de varias más. No querías qué Zeke te viera, así que cubriste tu rostro con ambas manos.
-Tn. -se acercó a ti y te tomó de la cabeza para acercarte a su pecho con suavidad, enrollándote en un abrazo
Esperó a que te calmaras y pasados varios minutos ambos rompieron el abrazo.
-Lo siento. -se disculpó separándose de ti
-Yo también, no debí gritar...
-Tranquila, amor. -acarició tu mejilla con dulzura, limpiando los restos de lágrimas en el acto
Lo viste con las mejillas sonrojadas por llamarte de ese modo, aunque también avergonzada porque sabías que tus ojos estaban rojos al igual que tu nariz, igual a Zeke no pareció importarle.
-Acabas de descubrir la verdad, es normal que te sientas así.
-Sí... Se podría decir que he abierto los ojos. -desviaste la mirada- Es como volver a nacer. -susurraste
-Hablemos con más calma en otro lugar. Nos pueden escuchar.
-Está bien.
Se dirigieron a tu casa, demorándose algunas horas, pues ustedes, los Leonhart, vivían apartados de la sociedad para así poder ser entrenadas por su padre en el bosque.
-¿Tu papá adónde fue?
-Se ha ido con Annie a entrenar, pero regresan pronto. Hay que apurarnos. -añadiste
Tu hemana al fin había sido elegida como portadora del Titán Femenino, así que ahora regresaban más temprano de entrenar.
-Oh, espero que Annie esté más feliz ahora que lo logró. Tal vez eso alivie su humor de perros. -bromeó Zeke
-¡Hey! -le diste un golpe, no tan fuerte, en el brazo
Pero dejaron las bromas al sentarse en el sofá, el rubio ubicado al lado tuyo con un semblante serio.
-Zeke... -el rubio volteó el rostro para verte, podías sentir su respiración cerca de tu rostro- En caso de que yo no haya robado el libro de los Tybur... ¿Me hubieras dicho la verdad sobre Ymir y Eldia?
-No
-¿Qué? -dijiste indignada
-Espera, te lo contaré desde el principio.
Asentiste con el ceño fruncido mientras Zeke se preparaba para contarte toda la historia de su pasado. Con eso te estaba dando la confianza suficiente, porque sabía que guardarías el secreto.
-Desde niño mis padres me utilizaron, ya que era poseedor de la sangre real... -abriste tus ojos sorprendida ante esa declaración, pues los poseedores de esa sangre estaban extintos- Ya conoces esa parte de la historia, ellos eran de la facción anti-Marley. Mis padres descubrieron la verdad al igual que tú y unieron fuerzas con otros eldianos rebeldes, pero todo terminó en un desastre. El plan... Fracasó por mí...
Al ver cómo su voz bajaba de tono, lo tomaste de la mano, transmitiéndole tu apoyo. El rubio soltó un suspiro para tranquilizarse.
-Mi misión ahora es liberar a Eldia de su sufrimiento y poder ser libres todos, pero para eso necesitamos del Titán Fundador. -explicó su objetivo principal- Es muy riesgoso... Tengo que ir a la isla Paradis.
-Por supuesto que lo es, un movimiento en falso y te pueden descubrir o comer vivo.
-Por eso no te quería involucrar, Tn. Es mucho más peligroso si vas tú.
-¡Para ti también lo es, Zeke! -soltaste su mano- ¡Yo también quiero luchar por Eldia!
-Tn, no...
-¿Qué sentido tiene saber la verdad sino puedo ayudar a mi pueblo? Yo lucharé también, ¡no me quedaré de brazos cruzados!
-Ugh. -Zeke se quejó frustrado por tu terquedad, pasando su mano por sobre su cabello- No quiero que salgas lastimada, es todo.
-Yo me siento igual cada vez que tienes una misión, Zeke. -soltaste sincera- Pero aún así los dos estamos metidos en esta guerra.
-Es diferente, yo... -el rubio bajó su cabeza- No soportaría perderte.
-No me perderás. -acercaste tu rostro al de él para verlo- Es una promesa. -le diste un beso en los labios, sellando así aquella promesa
Te negabas a morir, no sin antes vivir en carne propia la verdadera libertad, junto con tu familia y el hombre al que más amabas.
-Te amo, Tn. -soltó en un susurro al separarse
-Yo igual. -respondiste con una sonrisa inconsciente sobre tu rostro
Zeke te besó nuevamente, pero esta vez fue de imprevisto, ocasionando que perdieras el equilibrio ante el demandante beso. Ambos quedaron hechados sobre el sofá, quedando él arriba tuyo.
-¿Zeke...? -susurraste cuando el rubio bajó sus besos por tu cuello con algo de rapidez, como si hubiera estado conteniéndose desde antes
Tu rostro ardía de la vergüenza y excitación que provocaban sus besos en ti. Te gustaba esa sensación, la cual anteriormente ya habías sentido el día de la fiesta con Tybur, pero aún seguías sin acostumbrarte.
Removiste un poco tu cuerpo, inquieta por ese revoloteo en tu estómago y entrepierna.
-¿Qué pasa? -preguntó Zeke mientras seguía repartiendo besos por tu cuello, bajando hasta tu clavícula
-E-eh.... -te asustaste cuando notaste que Zeke quería bajar un poco más, llegando casi hasta la zona de tus pechos. Sentiste que estaba siendo muy rápido
El rubio notó que te habías puesto incómoda, así que detuvo su camino de besos.
-Es verdad, Tn es nueva en esto y es muy inocente... Tal vez deberíamos esperar más tiempo para ésto. -pensó
-¿Zeke? -viste dudosa a tu enamorado cuando éste se recompuso en el sofá, sentándose a un lado mientras pasaba una de sus manos por sobre sus cabellos rubios, despeinándose un poco
-Aún no es tiempo. -dicho esto Zeke besó tu frente con cariño
Con ayuda de tus brazos también te sentaste cómoda sobre el sofá, pero Zeke y tú se quedaron callados, aunque ambos pensaban en lo mismo, estaban recordando los besos y sensaciones que habían despertado entre sí hace unos minutos.
-Tn, yo quiero... -se oyeron las voces de tu hermana y padre fuera de la casa, provocando que el rubio callara
Te levantaste de un salto del sofá, sintiéndote tensa y con algo de miedo, sentías que habías hecho algo malo.
-Espera, tu cabello. -te dijo Zeke, pero como no le entendiste él se acercó para peinarte con sus manos
Pronto escucharon cómo la puerta se abría, poniendo nerviosos a ambos, pues se oían varias voces.
-Tn, pensé que ya estarías lista. -habló tu padre viéndote serio
Annie frunció su ceño al verlos, pues ambos tenían la mirada desviada hacia otro lado, sin atreverse a verlos a la cara.
-¿E-eh? ¿De qué hablas, papá? -preguntaste
-Vaya, el superior Zeke está listo y tú no. -te reprochó Reiner, apareciendo junto con los demás guerreros
-Tch, seguro que el simi... Digo, Zeke... -se corrigió Annie- No te lo recordó.
-¿Qué? ¿Qué cosa? -alzaste tu cabeza confundida
-Creí que Tn ya sabía. -susurró el rubio
-Onee-chan, te dijimos que hoy era el día de entregas...
Pese a que ellos ya eran portadores de un poder titán, aún no le entregaban la banda que representaba su respectivo cargo ni los presentaban ante la sociedad, por lo tanto seguían siendo eldianos comunes.
-Hoy nos mostrarán ante la sociedad como guerreros honorarios. -recordó Reiner con un brillo en los ojos
-Ah, se me olvidó. -te encogiste en tu sitio apenada
-Despistada como siempre. -se burló Annie
-¡Aah! -chillaste de repente, haciendo saltar hasta a tu padre del susto- ¡Gabi!
-¡Tn-chan! -una niña de ojos color avellana y cabello castaño salió detrás de Marcel
-Pequeña Gabi. -hablaste al ser abrazada por la menor
-Mira quién habla de pequeña, ¡jaja! -río Porco, ocasionando que Annie y Zeke le dirigieran una mirada asesina
-Ya, deja de molestarla. -lo regañó Marcel- Siempre es lo mismo.
-Pero es la verdad, ¡hasta Tn ya se acostumbró! -agregó Porco
-Vaya, haz crecido más desde la última vez que te vi, Gabi. -comentaste con una sonrisa, ignorando la discusión de los Galliard, pues tu mente estaba centrada en una sola cosa cuando viste la cara de una pequeña inocente, en la verdad
Intentabas ocultar tus ganas inmensas de decir la verdad acerca de Eldia y pedir que unieran fuerzas, pero era imposible por el momento. No podías ser imprudente al soltar una información tan confidencial y peligrosa.
-¿Ves? Ella ni nos oye. -dijo Porco viéndote
-Gracias, Tn-chan. Tu también haz crecido, ¡hasta te ves más hermosa! -halagó Gabi con algo dificultad, pues a pesar de su corta edad sabía hablar correctamente
-¿En serio? Gracias. -sonreíste alegre, dejando a un lado tus pensamientos- ¿Me acompañas a elegir mi ropa, Gabi?
-¡Sí! -respondió emocionada- ¡Voy a ir con Tn-chan, Reiner! -avisó tomando tu mano para ir juntas a la habitación
Las dos eran tan unidas, que todos creían que te llevabas muy bien con los niños. Después de todo eras paciente y comprendías a los más pequeños.
Finalmente bajaste con un vestido más adecuado para la ceremonia.
Fueron juntos a la ceremonia, pero apenas los guerreros se acercaron, fueron rápidamente llevados por Magath a un carruaje. Ya sentados en éste, los guerreros sonreían alegres ante las ovaciones animadas de los eldianos y algunos marlyanos, mientras tú sólo los veías con pena.
Zeke se limitó a saludar a la gente con una sonrisa fingida, para luego buscarte a ti y a sus abuelos con la mirada. A ustedes sí les sonrió sincero.
Finalmente los amigos se juntaron, siendo felicitados por sus familiares y conocidos nuevamente.
-Sabía lo lograrían... -hablaste intentando parecer entusiasmada por el logro de los niños
-¡¿T-Tn?! -exclamó Marcel preocupado al verte llorar de la nada
-Onee-chan, ¿qué te pasó? ¿No te sientes bien? ¿Quieres que nos vayamos?
No respondiste, sólo limpiaste tus lágrimas de impotencia al ver que tus pequeños amigos habían sido condenados a una vida corta, con un fin egoísta y malicioso por parte de Marley. Lamentablemente, te enteraste de la verdad justo cuando ellos ya habían recibido sus poderes titanes.
Zeke, quien intuyó el verdadero motivo de tu llanto, te abrazó de manera reconfortante para que no te vieran en ese estado, pues tus lágrimas no paraban de salir a pesar de que te las limpiabas.
-No llores, Tn-chan. -hablo Gabi abrazando tu pierna, pues la diferencia de altura entre ustedes era notable
Trataste de calmarte, así que respiraste hondo y recordaste que debías ser fuerte por ellos. Practicaste tu mejor sonrisa, aprovechando que tu rostro estaba escondido en el pecho de tu novio, así que te volteaste a verlos cuando lo lograste.
-Estoy bien, sólo me emocioné de más. -sonreíste mostrando tus dientes un poco- Estoy orgullosa, chicos.
-Oh, qué susto nos diste. -Marcel sus pirómano aliviado
-Annie ya estaba por llamar un doctor. -comentó Porco divertido
-Gracias, Tn. -te dijo Reiner con un brillo en sus ojos
-Qué sentimental eres, Tn. -dijo Berthold con una sonrisa
-¡Hey! No es verdad. -te quejaste mientras los demás se reían
-¡Lloraste cuando maté una mariposa! ¡Y fue de casualidad! -te recordó Porco
-Es verdad. -apoyaron los otros
-Con el tiempo aprendí a fingir mis sonrisas... Supongo que aprendí de la mejor... ¿No, madre? -pensaste mientras le sonreías a tus amigos
Tu mente divagó un rato entre recuerdos, perdiéndose de la conversación. Ahora estabas viendo el suelo con un semblante frío, cosa que nunca había pasado antes, pues esa expresión nadie imaginaba verla en ti.
Tenías dos lados. Uno que le mostrabas a todo el mundo, uno tierno e inocente, mientras que el lado oculto en tu personalidad era frío y rencoroso, por ese lado estabas dispuesta a todo con tal de vengar a los eldianos y lograr la libertad.
Antes de que los guerreros notaran esa expresión en ti, fueron llamados por el comandante Magath, quien los guió dentro del cuartel general y les ordenó ponerse en fila horizontal.
-Comandante, se solicita su presencia urgente. -interrumpió un guerrero, antes de que Magath hablara- El joven Willy Tybur lo espera en su oficina.
-Tch. -bufó Zeke por lo bajo al oír ese nombre
-Bien, pero tú quédate a vigilar que no se muevan. -le ordenó Magath, pero pasaron apenas unos minutos cuando el guerrero se fue al baño corriendo
-Pfff...¡JSKASJAJA, sí que tenía ganas! -se burló Pieck
-No seas grosera, Pieck. Te pueden escuchar. -regañó Zeke
-Vale, superior.
-¡Pss! Oye, Pieck. -la llamó Porco, ella volteó a verlo y éste le hizo una seña, la cual Pieck entendió de inmediato. Ambos se ponían fácilmente de acuerdo cuando se trataba de molestarte a ti, su querida amiga pelinegra
-Parece que Tn ya se entregó a Zeke en cuerpo y alma, ¿verdad Pokko?
Casi te atragantas con tu saliva al oírla y por otro lado, Zeke ya se encontraba tosiendo.
-¿Q-qué dices? -hablaste desconcertada
-Oh, querida Pieck, eso es seguro. -apoyó Porco, disimulando su molestia por el apodo que Pieck le puso- Después de todo, siempre paran juntos.
Annie tenía una vena en la frente, luchando consigo misma para no lanzarles a ambos una patada en la cara.
-¡N-no hemos hecho nada! ¡Dejen de molestar! -exclamaste con las mejillas rojas, entre molesta y apenada
Zeke sonrió, le parecía divertida la escena, aunque sus comentarios lo tomaron desprevenido al principio.
-¿En serio? Un día escuchamos algo raro cuando ustedes se quedaron a solas. -Pieck y Porco los miraron con una ceja alzada
-¡¿Porco?! -reprochó su hermano Marcel, agradeciendo que tu padre no estaba, sólo se encontraban los portadores de Titanes cambiantes, tú y Gabi
-¿No será que sus besitos inocentes se estaban volviendo salvajes? -insinuó Porco
-¡¿Eh?! -te sonrojaste aún más, hasta que tu vista cayó en Gabi- ¡Cállate! ¡L-la niña, Porco!
Te aliviaste al notar que la pequeña castaña tenía las orejas tapadas por las manos de Reiner, pero aún así te encontrabas alteradas por las calumnias de Porco y Pieck. Tal vez casi pasó algo más íntimo entre tú y Zeke, pero apenas entendías ese tema.
-¡Dejen a onee-chan en paz! ¡Si ella dice que no pasó nada, no pasó! -te defendió Annie al ver lágrimas acumuladas en tus ojos al seguir siendo molestada por los guerreros
-Es verdad. -intervino Zeke también notándolo, poniéndose al lado tuyo- Tn y yo somos jóvenes, no tenemos porqué apresurarnos en ese aspecto.
-Cierto, además Tn es demasiado inocente para hacer eso. -apoyó Reiner
-Pídanle disculpas. -ordenó Annie molesta
Al final Pieck y Porco lo terminaron haciendo al recibir la mirada molesta de tu hermana y novio.
Al final llegó Magath, así que tuviste que irte junto con Gabi, para darles privacidad con los guerreros. Después de todo, en ese entonces eras sólo otra soldado más.
-El Titán Colosal, Mandíbula, Femenino y Acorazado serán enviados a Paradis con algunos refuerzos. -informó Magath- El Titán Bestia, Cuadrúpedo y todos los superiores se quedarán aquí por si sucede algún ataque enemigo.
-¡Sí! -exclamaron los portadores de Titanes
La misión ya había comenzado.
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