03. Cowuabunga Carl
Leo y Raph se quedaron a solas con Splinter para contarles lo sucedido con los Triceraton, y, especialmente, con el anciano.
Entre ambos le explicaron los hechos, pero Raph profundizó en la situación sobre el anciano. Exceptuando el hecho de que se dejara ver ante él, ya que eso no ayudaría en absoluto en su posición.
Splinter se tomó unos segundos para llegar a una conclusión. Por suerte para Raph, el sensei se mostró flexible tras conocer la angustiosa situación que tuvo que vivir aquel anciano, cuando Raph estaba a tiempo de impedirlo.
Pero a lo que no se mostró nada flexible, fue su deliberada decisión de que ninguno de sus hijos podía interferir en el mundo de los hombres. No hasta que lo permita nuevamente en un tiempo incierto.
Como mucho, accedía a permitirles a ambos subir al exterior para únicamente estar con sus parejas. Pero sólo cuando al maestro rata le pareciese bien. Ambos hermanos no antepusieron ninguna queja, estaban satisfechos con las condiciones.
Y no era para rechazarlo, ya que ambos eran los únicos que tenían la excusa para salir.
Tras finalizar la charla con Splinter, ambos se reunieron con sus parejas. Les explicaron cómo serían las cosas a partir de ahora. Les pareció bien, salvo que no les terminaba de gustar que Splinter haya decidido prohibirles volver a la superficie como antes.
Al menos, gracias a ellas Leo y Raph no tenían motivo de queja. Resultaba injusto para Donnie y Mikey, sí. Pero por algo Splinter les puso la condición de permitirles salir siempre y cuando le parezca.
El día había pasado rápido, tanto que sin caer en la cuenta, ya había anochecido. Así que a las tortugas no les importaba que pasaran la noche con ellos, claro que no era la primera vez.
A Splinter no siempre le acababa de convencer que ambas chicas durmiesen junto con sus respectivos novios. Pero por suerte, había confianza entre todos.
Y en cuanto a confianza... Confiaba en que sus hijos eran responsables con ellas, y sabían lo que debían hacer y lo que no. Al menos, dentro de la guarida. En casa de las chicas... era diferente. Tenían total libertad, intimidad sobre todo.
Bueno, tampoco se iban a desesperar por saltarse el sexo por una noche, ¿no? Ya tendrán tiempo para noches de pasión.
Todos se fueron a cada una de sus habitaciones, evidentemente, las chicas pasaron la noche junto con sus respectivos novios.
❇
Como siempre solían hacer, los cuatro hermanos, además de las chicas, se levantaron en una hora temprana. Mientras que algunos desayunaban, otros optaron por darse una ducha mañanera.
Sara se dirigía hacia el baño para ducharse, pero cuando se encontró con su hermana en compañía de Raph, no pudo evitar fijarse en ciertos detalles en ambos.
A Raphael le faltaban misteriosamente partes de su equipo, como la correa. En cambio, Lara parecía llevar la camiseta de pijama de tirantes del revés. La morena frunció el ceño cuando descubrió a la pareja hablando coqueta entre ellos. Eran motivos más que válidos para sospechar lo que hiciesen anoche.
Estos dejaron la conversación cuando se percataron de la presencia de la morena. Fue entonces cuando Raph no esperó más para ducharse.
Raph: Buenos días, Sara. —Dijo a la morena.—
Sara: Buenos días. Habéis dormido bien, supongo... —Indicó sospechosa dirigiendo la mirada hacia ambos.—
Raph: Sí, no tienes idea. —Respondió dedicándole una pícara mirada a su pareja.—
Lara: Calla, anda.—Río levemente dándole un leve codazo en el brazo.—
Raph: Bueno, te daría paso a la ducha, pero yo he llegado antes. ¿Verdad, Lara?
Lara: Si te vas a duchar, hazlo ya. Hueles fatal. —Dirigiéndose burlona riéndose de su pareja.—
Raph: Tranquila, eso haré para que disfrutes de mi. —Dijo coqueto.— Nos vemos. —Se despidió retirándose de ambas.—
Sara: —Le dedicó una pequeña sonrisa hasta que este entrara en el baño. Una vez se aseguró de que Raph se había retirado, le preguntó susurrando a su hermana sobre algo ciertamente curioso.— ¿Cómo lo habéis hecho?
Lara: Llámame loca, pero tal vez se trate de una pequeña posibilidad en los conceptos "ninja sigiloso". —Sarcástica respondió sonriendo burlona.—
Sara: Vuestra cama hace ruido. —Replicó frunciendo el ceño confundida.—
Lara: Pero no la pared, aunque en algunos momentos sea incómodo. —Río levemente.— ¿Y vosotros? —Preguntó con una sonrisita pícara.—
Sara: Ya lo conoces... —Respondió torciendo el labio y encogiéndose de hombros.—
Lara: Ah, claro... Oye, deberíais probar a arriesgaros más de vez en cuando, ya sabes, para divertiros. Aunque ahora a Splinter se le ocurre prohibirles salir. —Susurró con frustración.—
Sara: Y tampoco podemos abusar de que se muestre flexible con Leo y Raph. —Indicó también con frustración.—
Lara: Está en un plan... No hay quien lo entienda. —Resopló con frustración.—
Sara: Tal vez sólo sea por una temporada. —Trató de calmarla apoyando una mano sobre su hombro.—
Lara: No sé, ya sabes lo estricto que es cuando se lo propone. —Encogiéndose de hombros ante la complicada situación.—
Sara: Bueno, por ahora seamos pacientes. Tomó la decisión ayer, no seamos reacias nada más empezar. —Dijo dedicándole una pequeña sonrisa.—
Lara: Cierto. —Asentó de acuerdo con su hermana, pues era lo más inteligente.—
Sara: Voy a desayunar mientras Raph se ducha, y así hacer tiempo hasta que acabe. ¿Vienes? —Ofreció sonriente.—
Lara: Claro. Sólo espero que Mikey no haya arrasado ya con todo. —Dijo retórica dirigiéndose hacia la cocina.—
Sara: —No pudo evitar reírse pareciéndole divertido el comentario, mientras junto a ella se dirigían a la cocina.— Habrá que comprobarlo.
Como era habitual en la guarida por las mañanas, desayunaban todos juntos en la mesa de la cocina.
En algunas ocasiones, como en una mañana como la del día de hoy, algunos de los hermanos aprovechaban la hora temprana para ducharse.
Aunque, en el caso de Raph, resultó ser por el hecho de hacer travesuras con su pareja en la noche. Cuando en realidad no deberían hacer nada estando en la guarida, pero la parejita compartía la poca relevancia por las normas.
Mientras tanto, las tortugas junto a Sara desayunaban tranquilamente, y compartiendo distintas conversaciones entre todos.
Al cabo de un rato, se presentó Splinter para servirse su desayuno, dándose el capricho de disfrutar de su programa preferido.
Nada como un buen desayuno juntos, entre familia y amigos.
❇
Mikey: ¡Don! —Exclamó captando la atención de su hermano, quien se encontraba frente a los monitores.—
Donnie: ¿Qué pasa, Mikey? Me pillas ocupado. —Respondió sin apartar la vista de los monitores.—
Mikey: —Lo que fuera que tenía tan ocupado a su hermano, le acabó llamando la atención.— ¿Servicio técnico 24 horas al día? —Leyó en alto en un notorio tono de asombro.—
Donnie: —Suspiró ante la impertinencia de su hermano menor.— Estoy buscando un trabajo en el que pueda ayudar a la gente sin tener que salir de las alcantarillas.
Mikey: ¡Vaya! ¡Qué alucine! —Exclamó entusiasmado por la brillante idea.—
Donnie: Sí, y aún así me está costando obtener un trabajo tan simple como ese... —Resopló de agotamiento frotándose la frente.— A ver, dime qué querías.
Mikey: Tengo ideas nuevas para "mi mascota" —Resaltó las dos últimas palabras notándose la emoción que el menor sentía por el proyecto.—
Donnie: Bueno, siéntate y me cuentas. —Sentado en su silla con ruedas, se echó a un lado hasta quedar frente al escritorio, dejádole sitio a su hermano.—
Mikey: —Se hizo con un taburete que se encontraba cerca del equipo que Donnie tenía montado Colocó el taburete justo al lado de su hermano.— Vale, ¿por dónde empiezo...?
Donnie: ¿Qué tal por cobrarle sentido a todo esto? Creo que es un buen punto de partida, ¿no te parece? —Preguntó incrédulo encogiéndose de hombros.—
Mikey: ¿Qué culpa tengo de que se me ocurran cosas de forma aleatoria? —Trató de justificar riéndose levemente.—
Donnie: Tenemos un montón de ideas tuyas anotadas, y si las enlazas entre sí, nada tiene sentido. —Replicó frunciendo el ceño sin tomar en serio su intento de justificación.—
Mikey: Pues eso va a cambiar. —Sentenció decidido en un tono serio.— Venga, hoja nueva.
Donnie: —Suspiró pesadamente por el agotamiento que, cariñosamente, le causaba su hermano. De una caja para archivos, sacó un cuaderno de notas de bastante tamaño. Tras dejarlo sobre el escritorio, abrió el cuaderno a partir de hojas nuevas.— Vale, primer paso: ¿Te has decidido ya con el nombre?
Mikey: ¡Claro! Me quedo con
Donnie: No, ni siquiera menciones la opción de "tortuga cañera". —Interrumpió al menor convencido de que esa era la opción que este había escogido.—
Mikey: Oh, vamos. ¿Por qué? —Preguntó con desánimo.—
Donnie: Si quieres que este proyecto se convierta en un trabajo de verdad, nadie te tomará en serio si tú supuesta empresa se hace llamar "tortuga cañera". —Retractó seriamente.—
Mikey: Tienes razón. —Afirmó bajando la mirada con desánimo.—
Donnie: Tranquilo, hay nombres mejores que ese para
Mikey: Cowabunga Carl. —Anunció el menor recuperando el entusiasmo perdido con el nombre que, principalmente, le había puesto a su proyecto empresarial.—
Donnie: —Se quedó unos instantes analizando el nombre que su hermano había escogido. Le sorprendió que no sonara un tanto estúpido o infantil incluso. Tal como sonaba, parecía el nombre perfecto.— Me gusta, buena elección. —Aprobó sonriente.—
Mikey: ¡Genial! —Estalló de emoción tras finalmente tener el nombre perfecto para su empresa familiar.— No sé, pero siento que soy bueno escogiendo nombres. Debería dedicarme más a ello. —Dijo mostrándose orgulloso de sí mismo.—
Donnie: Por ahora céntrate en tú... Empresa. —Replicó bajando a su hermano de las nubes, y escribió en el cuaderno el nombre de la empresa familiar.— Vale, una cosa menos. Lo segundo sería la estética, tanto de tú disfraz cómo del vehículo de trabajo.
Mikey: ¡Oh! Lo de tunear la furgoneta ya estoy en ello. Pero, ¿a qué no adivinas cuál será el disfraz? —Preguntó con insinuación.—
Donnie: ¿Cómo? —Ladeó la cabeza con incertidumbre.—
Mikey: —De un salto se levantó del taburete, colocando los brazos en su cintura. Exhibiéndose en una pose que lo definía.— ¡Este! —Anunció entusiasmo por el hecho de ser él mismo.—
Donnie: Em... ¿Qué? —Frunció el ceño con confusión.—
Mikey: ¡Sí! Yo seré el disfraz, con algún que otro retoque, claro. —Rió levemente por los agregados que se le ocurrían.—
Donnie: Vale... ¿De qué tratan esos retoques específicamente? —Cuestionó seriamente aún sin verle el sentido a la idea de su hermano.—
Mikey: Pues, por ejemplo... ¡Una cabeza gigante! Una que oculte mi cara, y así mantenerme oculto mientras trabajo. —Explicó con una amplia sonrisa, pareciéndole una gran idea.— ¿Qué dices?
Donnie: Bueno, eso no suena mal. Pero... ¿Cómo pretendes ser el disfraz aún siendo tú mismo? No lo termino de captar.
Mikey: ¡No es tan difícil, tío! Mira, por ejemplo... —Murmuró pensativo, hasta que se le encendió la bombilla tras recordar algo.— ¿Aún guardamos esas cremalleras adhesivas qué usamos en el último Halloween?
Donnie: —Se quedó unos segundos pensando en la alternativa que mencionó el menor. Le asombró, incluso le llegó a inquietar, de que pudiera salir bastante bien la idea de su hermano.— Habría que buscarlas, pero deben de estar en alguna parte.
Mikey: ¡Bien! ¿Qué más falta? —Preguntó con entusiasmo, apuntando en el cuaderno a corre prisa las novedades de su proyecto.—
Donnie: Hm... El número de la compañía. Podríamos usar el nuestro, igualmente, nuestros amigos podrán continuar comunicándose con nosotros sin problema. —Analizó la idea de usar el número que ellos usaban para el proyecto empresarial de su hermano.—
Mikey: Otra cosas menos. Qué bien, hoy hemos avanzado mucho. —Señaló celebrándolo con entusiasmo.—
Donnie: Sí, pero aún faltan cosas por hacer. —Señaló tras anotar los progresivos avances.— ¿Algo más qué concretar?
Mikey: Hm... No, por ahora no. Voy a seguir tuneando la furgoneta. De la cabeza gigante me ocupo yo, y la cremallera la buscaré después. —Entusiasmado abrazó a su hermano.— ¡Gracias por la ayuda, Don!
Donnie: Vale, vale, no es nada. —Correspondió al abrazo del menor.— ¿Necesitas ayuda con la furgoneta?
Mikey: No, puedo solo. ¡Te llamo en cuánto la termine! —Exclamó saliendo corriendo apurado de continuar redecorando la furgoneta al puro estilo del que se vería identificada su empresa familiar.—
Donnie: No sé si sentir miedo a todo esto, o conformarme... —Murmuró observando al cabeza loca de su hermano.—
❇
Después de tomarse un rato de entrenamiento con sus parejas, las chicas tenían otras cosas que atender, por lo que regresaron a la superficie.
Por otro lado, Mikey con entusiasmo les mostró a sus hermanos el tremendo avance que había conseguido junto a Donnie para su compañía familiar. Leo y Raph no dijeron gran cosa, solo se miraron entre ellos encogiéndose de hombros.
Finalmente, aprobaron el proyecto empresarial de su hermano menor, aunque entre sí mismos temían por ver el resultado a todo esto.
Splinter los interrumpió, avisándoles de algo importante que tenía que anunciar, pero consideraba que este no era el día. Lo cierto es que los hermanos se imaginaban de qué se trataba:
La elección de Splinter de cuál de los cuatro realizaría una peregrinación durante todo un año.
❇
Lamento el tanto retraso para actualizar, pero llevar dos historias a la vez es lo que tiene. 😪
Este es un capítulo muy cortito, sip, tenía previsto este capítulo únicamente para dar pie a "Cowabunga Carl". Al igual que he estado haciendo con los anteriores de situaciones que podemos ver en la película.
Sé que no es gran cosa, pero espero desarrollar pronto mejores situaciones. 😉💚
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