𝕮𝖗𝖔𝖓𝖎𝖈𝖆𝖘 𝖉𝖊 𝖍𝖎𝖕𝖔𝖈𝖆𝖒𝖕𝖔𝖘, 𝖉𝖗𝖆𝖌𝖔𝖓𝖊𝖘 𝖞 𝖈𝖎𝖊𝖗𝖛𝖔𝖘
Después de aquel momento amargo vivido envar a Jacaerys por los pasillos de High tide sonriendo cada vez que el pequeño dragón pasaba sus manos por la piedra finamente trabajada convertida en estatuas de mis caballos marinos, caracoles o figuras de mi hijo, también amaba tocar las paredes pintadas con los pasajes históricos de mis creaciones marinas interactuando con los Velaryon, Corlys no era sordo era un hombre ambicioso que quería su sangre en el trono, pero era sincero, al menos lo mostro cuando Viserys propuso el casamiento de su hijo y su sobrina, ya había vendido a su hijo por renombre y fama ahora lo dejaría vivir con Rhaenyra como él quisiera, tampoco se iba a negar que era sincero en su cariño por sus nietos, sabía lo que su querido y ambicioso hermano menor Vaemond susurraba sobre la progenie del pequeño de cabello marrón oscuro como el chocolate sin azúcar que se obtenía de Pentos, aunque existía la semilla de la duda tanto en el cómo en su amada Rhaenys su nieto había eclosionado su huevo de cuna también había escuchado sobre como el dragón crecía a un ritmo impresionante enorgulleciéndolo, seria otro magnifico jinete de dragón para la casa Velaryon, eso sin mencionar que Laenor jamás mostro ira, decepción ni mucho menos rechazo hacia el pequeño dragón siempre que alguien hablaba con indirectas Laenor con orgullo decía que Jace era su hijo primogénito, lo cargaba a cualquier lado que iba siendo el lugar favorito del pequeño la playa donde jugaban con la arena y los lujosos juguetes de criaturas marinas, Jacaerys era su nieto primogénito aquel que se sentaría en el trono de hierro mientras que su segundo nieto quien sería un gran lord de las mareas después de su hijo.
Hablando de Lucerys, mi pequeño príncipe hipocampo, mi dulce niño se la pasaba en brazos de su abuela de mismos cabellos negros, claro ignorando los momentos donde Rhaenyra se encargaba de alimentarlo, rechazando el uso de una ama de cría tal como lo había hecho con Jacaerys cuando era bebe. Entre la estadía en brazos de su madre pasando a los brazos de su abuela todos los días no pude evitar reír cuando veía a mi niño Laenor pelear con su madre para poder tener a su segundo hijo, aunque sea un momento. Rhaenys quería a Jacaerys nadie lo ponía en duda, pero a ella le afectaba un poco los susurros contra su nieto primogénito que inconscientemente el cariño no era el mismo, me dolía un poco pero estaba en su derecho no podía obligarla a amarlo de la misma manera como el resto lo hacía, con Lucerys todo pintaba diferente mi príncipe había salido completamente al lado femenino de la familia tenía cosas de la difunta Aemma así como de Rhaenyra pero el niño era completamente su abuela en apariencia salvo los ojos, en sus años verdes Rhaenys se había sentido diferente al ser la única Targaryen de cabello oscuro, adoraba lo que heredó de su madre pero no era inmune a los comentarios de la asquerosa corte sobre la ausencia de cabello platino en su cabeza siendo heredera del difunto príncipe Aemon. Cuando sus hijos nacieron los amo, pero en el fondo le hubiera gustado que alguno de ellos hubiera sacado su cabello, Jacaerys había nacido con una cabellera de tono similar a su primo Borros, Baela y Rhaena eran idénticas a su madre para alegría de mi dragona, finalmente con su segundo nieto varón había cumplido su deseo. El amor por Lucerys era tan notorio que no fue sorpresa que la reina que debió ser llevo a presentar a su nieto con su compañera de los cielos, la reina roja sonrió cuando la gigante dragona de corona en cresta acerco su cabeza al bebe que con sus pequeñas manos la toco con curiosidad cerca de sus fosas nasales. la dragona roja respondió exhalando aire caliente desordenando los cabellos del niño quien rio en respuesta alegrando a Rhaenys. También había enviado una carta a su madre que vivía en bastión de tormentas desde la muerte de la buena reina Alysanne al lado de su tío Boremund, esperaba que pudieran venir a conocer a su nieto estando segura de que su madre no podría evitar sonreír al ver que su bisnieto había heredado su cabello.
Las visitas que habían comenzado con un sabor amargo gracia a la reina consorte continuaron con la llegada de mi querida Laena junto con sus hijas lo cual alegro el corazón tanto de sus padres como de Laenor y Rhaenyra Laena había estado en Pentos desde que contrajo nupcias con el príncipe rebelde , aunque su regreso significo tener a Daemon devuelta con ella provocando un hueco en el corazón de Rhaenyra, Laenor le había sugerido partir si no se sentía cómoda aunque eso significaba volver a la fortaleza roja, Rhaenyra viendo la tristeza en los ojos de su primo se negó, también quería estar con sus sobrinas y Laena, abordaría con madurez la compañía de su tío.
No era sorpresa que el mismo día que Laena llego acompañada por su marido, entraron a los aposentos designados para la princesa dragón y el heredero de driftmark con sus hijas en brazos, Rhaenyra camino a abrazarla teniendo en sus brazos a Jacaerys mientras Laenor tenía a Lucerys, Lady Rosier estaba tomando el té con la reina que debió ser, si bien era dama de compañía de Rhaenyra, mi princesa le había dado libertades al ver que había congeniado bien con su tía Rhaenys.
-Laena, Tío - Comento sonriente Rhaenyra
-Rhaenyra, Laenor no saben cuánto los he extrañado- comento Laena abrazando a ambos, siendo cuidadosa con los infantes en brazos.
-sobrina, sobrino- comento tranquilo Daemon mientras tenia a sus dos hijas en brazos
Mi linda dragona marina miro hacia los dos infantes en brazos de los futuros reyes de westeros, sonrió abriendo los brazos con intención de cargar a Jacaerys
-¿Este es mi sobrino? Es bellísimo-Sonrió mientras mi pequeño dragón miraba a su tía con sus ojos morados teniendo un brillo de curiosidad a la par que tocaba los rizos plateados como si fuera la cosa más interesante en la habitación.
-Rhaenyra tiene tus ojos y tu lunar, su cabello me recuerda al tío Borros-Comento mientras acariciaba su cabeza recibiendo una sonrisa del pequeño. -Me hubiera encantado acompañarte en el parto-
Rhaenyra le sonrió con tristeza, no le dolía solo que su tío se haya ido a Pentos, le dolía que se haya llevado a Laena de su lado, tenía a sus damas de compañía, pero ninguna de ellas se comparaba con Laena quien era su compañera de vida o lo que tuvo con Alicent, aunque ahora tenía a su querida Elinda Massey, a Lady Rosier a quien veía más como una madre o sus nuevas damas de compañía Elinor y Eulalia Strong hermanas menores de su querido rompe huesos con quienes disfrutaba cotillear en la hora del té. Rhaenyra mantenía la frente en alto ante Alicent y sus habladurías, pero en sus aposentos se rompía extrañando los brazos de Laena para darle la fuerza que necesitaba.
-A mí también me hubiera gustado acompañarte a ti en el nacimiento de Baela y Rhaena, sé que la pequeña Baela eclosiono su huevo será una gran jinete-Comento acariciando la mejilla de la mencionada a la par que tomaba a Rhaena de los brazos de su tío quien le sonrió.
-Serán unas doncellas hermosas, son idénticas a ti- comento sonriente mientras mi pequeña perla colocaba su mano en el lunar de Rhaenyra provocando que la futura reina de poniente sonriera.
-Puedo decir lo mismo Nyra, Jacaerys y Lucerys serán apuestos caballeros, ya puedo ver a las doncellas siguiéndolos en un futuro - Comento divertida ante la reacción de su hermano quien estaba frunciendo el ceño con su hijo en brazos.
-Laenor debe estar cansado de escucharme, pero me encantaría tener una niña, ya sé que nombre le pondré- comento mi princesa dragón mientras movía a Rhaena en sus brazos para que sonriera
Mi hipocampo le sonrió, mientras le entregaba a su hijo a Daemon recibiendo el a Baela, no pudo evitar sonreír al ver a su sobrina era volver a mirar a su hermana cuando era pequeña, la cual tomaba sus rastas e insistía en ponerse de pie en los brazos de su tío
-Tú tienes mucha energía pequeña- comento el heredero de driftmark mientras tomaba la mano de Baela
-Se parece a su padre- comento Rhaenyra quien estaba aun con Rhaena en brazos, Daemon sonrió ante lo dicho por Rhaenyra, mientras mi pequeña perla que había querido ver a mi pequeño príncipe en los brazos de su padre, se inclinó mirando al niño
-Abuela Nys- balbuceo la pequeña de dos años al tocar el cabello negro de Lucerys
Laena sonrió acercándose a su marido y prima al igual que Laenor, mi bella dama hipocampo no había cargado aun a su segundo sobrino, exigiendo su derecho bajo un momento a Jace quien se sujetó de la falda de su pomposo vestido azul Velaryon
-Si mi dulce niña, Lucerys tiene el cabello de tu abuela -
Tomo a Lucerys de los brazos de Daemon, quien ahora sin nadie que cargar levanto a Jacaerys, quien lo miro algo tímido Daemon era un hombre corpulento y alto al igual que su abuelo Corlys
-Es un honor cargarte futuro rey- comento Daemon divertido por la timidez inicial del pequeño. -He leído en las cartas de tu madre sobre como tu dragón nació contigo no esperaba menos de la sangre valyria, serás un gran jinete-
Rhaenyra sonrió aliviada, había visto como se refería su tío sobre los hijos de Alicent repudiándolos por su sangre Hightower, sabía que su tío amaba a la familia, pero no pudo evitar tener la duda sobre como actuaria. Caraxes cantaba con alegría afuera acaparando la atención de mi pequeño dragón y de la pequeña dragona marina Baela quienes se movieron con intención de que Laenor y Daemon se asomaran por la ventana para observar el paisaje, las risas infantiles estallaron cuando vieron volar a Caraxes en compañía de Syrax, Vhagar y Seasmoke danzar en los cielos.
Por otro lado, Rhaena parecía más interesada en Lucerys al igual que Laena, quien no paraba de acariciar la cabeza de su sobrino.
-Oh Nyra es hermoso, es idéntico a mi madre-
-Todo el mundo lo comenta, aunque también me recuerda un poco a mi madre-
Laena miro a Rhaenyra sentarse con Rhaena en brazos, tenía un semblante triste, ella sintió tristeza igual recordando a su difunta tía Aemma con su característica sonrisa amable, se sentó al lado de Rhaenyra en aquel sillón, tomo su mano apretándola a la par que su hija volvía a acariciar las mejillas de su tía, quien no pudo evitar abrazarla soltando momentáneamente a su querida Laena. Se que en el corazón de Rhaenyra uno de sus más grandes anhelos era tener una niña. Amaba a sus hijos, pero mientras su madre se esforzó por dar varones, solo la tuvo a ella una mujer, ella con dos varones quería una niña. La hermana destino a veces recompensaba trazando la vida, Rhaenyra dio a los varones que su madre no pudo dar. Volvió a tomar la mano de Laena mirándola
-Tiene la barbilla de la tía Aemma, así como tu- apretó su mano, a la par que regresaba su mirada a mi pequeño príncipe
-Sus ojos también se parecen a los de ella, pero no puedo evitar ver los ojos de mi padre con los reflejos Velaryon -
Rhaenyra sonrió, realmente había extrañado demasiado a Laena.
Con el pasar de los días mis tres protegidos volvieron a rememorar sus aventuras, puede que sean adultos con responsabilidades, pero eso no los iba a separar. Con Rhaenys, Corlys y Lady Rosier cuidando de los pequeños observando que en los cielos los dragones bailaron, junto a Balerion observaba feliz a Rhaenyra volar con Laena y Laenor anexando a Daemon, el blanco, verde, amarillo y rojo se sincronizaban. Volaban cerca del balcón en high tide donde los mayores estaban, con intención de que sus nietos los miraran danzar a sus padres en los lomos de dragón. Para los cuatro era felicidad oír las risas de sus hijos que veían maravillados la danza. En los cielos con todo a la vista de un dragón, miraron un barco en dirección a marcaderiva. Sobrevolaron cerca para mirar mejor observando el blasón del ciervo coronado. Un barco de la casa Baratheon.
Regresaron en busca de sus buenos padres. Cuando los dragones estuvieron en manos de los guardianes de dragones. Un carruaje los llevo a su destino.
-Padre, madre un barco de la casa Baratheon se aproxima a marcaderiva- comento Laenor con Rhaenyra a su lado habían tomado a sus hijos siendo ayudados por Lady Rosier.
Laena y Daemon también habían tomado a sus hijas, Rhaenys miro a su querido esposo con alegría, este le devolvió la sonrisa tomando su mano. La princesa pelinegra miro a sus hijos y sobrina.
-No quería comentar nada, quería que fuera una sorpresa, pero creo que ya no es necesario, hace unas semanas envié una carta a Bastión de tormentas a mi madre por el nacimiento de mi segundo nieto varón-
-¿En el barco viene la abuela Jocelyn? - Preguntaron emocionados Laena y Laenor
-Es lo que espero hijos míos, con la llegada de ustedes hija mía, me emociona la idea de presentar a todos mis nietos de una solo vez-
Tal como lo había mencionado Rhaenys, los últimos regalos que me dejo mi amada Alyssa en este mundo llegaron a marcaderiva, el ciervo coronado que dirigía la casa con orgullo Boremund Baratheon hizo acto de presencia junto con su hermana y madre de la reina que debió ser Jocelyn Baratheon, seguidos por un pequeño sequito destacando a una doncella que jamás se separó de mi Jocelyn.
En el salón del trono de High tide los esperaban el resto de mis hijos.
-Con el honor de anunciar la llegada de la casa Baratheon mi lord, El jefe de la casa Lord Boremund Baratheon acompañado de su hermana y madre la señora de las mareas Lady Jocelyn Baratheon junto con su dama Lady Arianne Tarth y su sequito-
De las puertas aparecieron con su porte orgulloso, Boremund un hombre corpulento y fuerte como lo había sido su padre, pero de ojos morados como mi bella Alyssa vistiendo una túnica con los colores de la casa Baratheon y una espada en su cinturón. Caminada a la par de mi dulce Jocelyn, quien caminaba con elegancia, portando un vestido negro con detalles amarillos de la casa del ciervo coronado, pero con telas rojas en honor a su amado Aemon quien estaba en el reino de mi hermano. Sus ojos negros brillaban viendo hacia su hija y descendencia. Su cabello que alguna vez fue negro ahora caía en una trenza de cabello gris con uno que otro mechón que conservaba su color de juventud.
-Madre- camino feliz Rhaenys acercándose a su madre para abrazarla.
Jocelyn la recibió con alegría estrechándola en sus brazos, el amor de madre era eterno como el fuego de Balerion y como el mar era basto.
-Mi dulce Rhaenys hija mía, cuanto tiempo sin verte-
-Lo se madre, lamento no poder ido a visitarte con frecuencia a Bastión de tormentas como antes lo hacía -
Su madre negó, con una sonrisa cansada, tomado del brazo a su hija, se dejó guiar hacia sus nietos y yernos.
-No mi niña, tú ya has formado tu propia familia, así como mi deber es velar por ti, por mi hermano y demás familia, el tuyo ahora esta con tu marido, tus hijos, tu nuera nietos y driftmark. No me siento desplazada -
-Mi buena madre-
Corlys se inclinó hacia su suegra, tomando su mano para depositar un beso
-Lord Corlys, es agradable verlo-
Comento asintiendo, apreciaba al lord por amar y velar por su única hija como si se tratara de algún tesoro encontrado en el mar, pero su mirada se posó en sus dos nietos que se acercaban con sus respectivas parejas e hijos.
-Abuela, tanto tiempo- Comentaban al unisonó los hermanos hipocampo acercándose a su abuela, quien se regocijo al verlos
-Oh, pero si son mis adorados niños, Laena mírate eres igual de hermosa que Rhaenys-
Tomo la mejilla de Laena mientras mi bella perla ponía su mano sobre la de su abuela sonriendo. Cuando se separó de su nieta fue turno de mirar a su nieto quien se acercó a abrazarla
-Oh mi muchacho, mírate eres todo un caballero fuerte y valiente, tu tío y yo estamos muy orgullosos cuando tu madre nos comentó sobre tus hazañas en los peldaños de piedra -
-Abuela me sonrojas-
-No seas modesto niño mío, además he venido a conocer a todos mis bisnietos, si los dioses me han permitido vivir a hasta este momento no puedo esperar-
Laenor tomo del brazo a su abuela con delicadeza acercándolo hacia Laena quien traía a sus gemelas estando al lado de Rhaenyra quien cargaba a Lucerys con lady Rorsier a su lado que cargaba a Jacaerys,
-Oh, Laena son bellísimas se parecen a ti-
Laena sonrió mirando a su abuela acariciar las mejillas de sus hijas
-Ella es Baela y ella es Rhaena- mostro a cada una.
-Serán doncellas muy hermosas como su madre- comento alegre para luego mirar hacia el príncipe rebelde
-Un placer volver a verte Tía Jocelyn -
-Tiempo sin verte muchacho, sigues teniendo la misma energía que tu madre-
Ambos sonrieron con nostalgia recordando a la Targaryen de cabello rubio sucio y ojos disparejos. Jocelyn y Alyssa habían sido unidas Alysanne crio a su pequeña hermana como una hija más, de todos sus hijos Aemon, Baelon y Alyssa fueron los amigos inseparables de la perla de bastión de tormentas, Cuando Alyssa reclamo a Meleys convenció a Jocelyn de acompañarla en los cielos, tuvieron lo que Laena y Rhaenyra tienen, fue obvio para todos que una parte de su corazón se desvaneció cuando Alyssa Targaryen falleció.
-Lo sé, muchas gracias, Tía- sonrió mientras Laena tomaba su mano consolándolo
Queriendo borrar la tristeza miro hacia su nieto y su familia acercándose, siendo ayudada por Laenor
-Abuela, Ella es mi esposa la princesa Rhaenyra Targaryen -
Rhaenyra se inclinó en una reverencia, no pudo convivir mucho con su tía abuela Jocelyn, así que esta era una oportunidad.
-Lady Jocelyn, es un placer volver a verla-
-Oh, princesa el placer también es mío, no te había mirado desde que tu abuelo el príncipe Baelon vino a visitarme acompañado por ti, has crecido tanto, eres tan bella, además Laenor y Laena siempre me contaron sobre sus aventuras juntos. -
Comento Jocelyn tomando de buena fe la mano de la princesa dragón.
-Lamento si me muestro ansiosa, pero Rhaenys no ha dejado de mencionar a mis bisnietos en especial a Lucerys, al parecer tanto la sangre de los Arryn como la sangre Baratheon han ganado esta generación. -
La viuda de Aemon miro hacia su hermano para que se acercara, Lord Boremund quien todo este tiempo había estado charlando con mi hijo prodigo se acercó para mirar a sus sobrinos bisnietos, él también estaba impaciente por mirar, era conocido que la sangre Baratheon era fuerte y tenía presencia, él era la prueba junto con su hermana, a pesar de la sangre Valyria de su madre que tenía el alta estima en el mundo, los señores de las tormentas tenían en su sangre la potencia del mar y la lluvia que caracterizaba a su casa. El orgullo de la tempestad
Rhaenyra sonrió mientras miraba a Lady Rosier para que se acercara a la par de Laenor quien tomó la palabra
-Abuela tío, él es mi hijo primogénito Jacaerys - tomo a Jacaerys de los brazos de los brazos de Lady Corbray
Jocelyn acaricio la mejilla de su primer bisnieto varón sonriendo, era cierto la sangre de los Arryn corría por el pequeño, tuvo un pinchazo de nostalgia viendo los ojos morados del infante eran del mismo tono de su difunto cuñado, por ende también eran del mismo tono de su amado y difunto esposo, devolvió la mirada a su cabello otra vez para evitar el dolor de los recuerdos, Jacaerys compartía color de cabellera con su sobrino el hijo de su hermano
-Tiene el cabello idéntico a Borros, lo debió sacar de nuestra abuela- comento Lady Jocelyn sonriendo para tomarlo en brazos.
-Serás un gran guerrero príncipe, la sangre Baratheon es sangre de guerreros-
Comento Boremund sonriendo mientras lo tomaba de los brazos de su hermana, mientras su hermana había nacido sin heredar ningún rasgo valyrio más que la belleza de su madre, él había sido bendecido por mi hermano y por mi sacando los ojos morados de mi bella Alyssa, Jacaerys era igual a el de cierta manera, Cabello oscuro y ojos valyrios.
-Cuando tenga edad para blandir una espada me gustaría que fuera mi escudero- comento el líder de la casa del ciervo coronado observando al pequeño mirar su espada.
Rhaenyra y Laenor se miraron tranquilos, habían esperado peores reacciones por parte de los Baratheon ante las habladurías sobre el aspecto de sus hijos. Que Lord Boremund y su abuela los recibieran con cariño aliviaba su corazón.
-Tendremos en cuenta el honor de su petición tío Boremund -
Laenor tomo a Lucerys quien estaba dormido de los brazos de su compañera, brillando por el orgullo se acercó a la mujer de cabellos grises al mismo tiempo que Rhaenys se acercaba también a su madre. La vieja dama había tomado asiento en el fino taburete de terciopelo azul Velaryon.
-Abuela, él es mi segundo hijo y mi heredero Lucerys-
La mujer tomo al niño envuelto en mantas del mismo tono que mis océanos, la tempestad estaba a su lado sonriendo mientras veía Jocelyn comenzar a mover las mantas para verlo mejor. Cuando la pequeña cabeza de mi príncipe hipocampo fue expuesta Jocelyn abrió los ojos con sorpresa, el niño tenía su cabello. Tan negro como el vidriagon, acaricio su cabeza con suma dulzura.
-Oh mi dulce niño, Rhaenys hija mía tiene mi cabello como tu- exclamo con euforia lady Baratheon.
Toda la nobleza en la sala se conmovió ante la reacción de la dama, quien después de todas su perdidas e injusticias a su hija se había convertido en una dama de semblante triste y serio, ahora parecía brillar mientras cargaba a su segundo bisnieto varón. Tocaba las mejillas con alegría mientras murmuraba con dulzura. Rhaenyra tomo la mano de Laenor quien le sonrió.
-Oh es tan robusto en sus mejillas, abre los ojos mi dulce niño para tu bisabuela-
Como si mi pequeño niño la entendiera comenzó a despertarse, con un adorable bostezo y moviendo sus pequeñas manos el niño mostro sus hermosos ojos azules a su bisabuela mientras le sonreía.
-Oh por la madre, Boremund mira mi bisnieto tiene los ojos azules de padre, Tan bello que eres mi Lucerys-
Boremund sin dejar de cargar a Jacerys se acercó hacia su hermana que no paraba de sonreír y consentir al bebe en sus brazos, cuando su hermana extendió sus brazos mostrando a mi príncipe hipocampo, el niño lo miro. Por un momento miro los ojos de su difunto padre. No pude evitar soltar una risita al ver como Corlys fruncia el ceño. Mientras Rhaenys sonreía viendo la indignación de su marido, Mi hijo prodigo insistía que eran los ojos Velaryon. No era tan herrado los ojos de Lucerys contenían la fuerza de las tormentas de la casa Baratheon, pero también tenía detalles de mis océanos brillando en ellos.
-Es cierto hermana, la sangre Baratheon está presente en nuestros bisnietos-
𝓟𝓪𝓻𝓮𝓬𝓮 𝓺𝓾𝓮 𝓽𝓾 𝓱𝓲𝓳𝓸 𝓼𝓲𝓰𝓾𝓮 𝓼𝓲𝓷 𝓪𝓬𝓮𝓹𝓽𝓪𝓻 𝓵𝓪 𝓭𝓮𝓻𝓻𝓸𝓽𝓪, 𝓵𝓪 𝓯𝓾𝓻𝓲𝓪 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓽𝓸𝓻𝓶𝓮𝓷𝓽𝓪 𝓮𝓼𝓽𝓪 𝓮𝓷 𝓮𝓼𝓮 𝓷𝓲𝓷𝓸
𝓝𝓸 𝓽𝓮 𝓬𝓲𝓮𝓰𝓾𝓮𝓼 𝓱𝓮𝓻𝓶𝓪𝓷𝓸, 𝓛𝓾𝓬𝓮𝓻𝔂𝓼 𝓽𝓮𝓷𝓭𝓻𝓪 𝓵𝓪 𝓪𝓹𝓪𝓻𝓲𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪 𝓭𝓮 𝓵𝓸𝓼 𝓬𝓲𝓮𝓻𝓿𝓸𝓼 𝓬𝓸𝓻𝓸𝓷𝓪𝓭𝓸𝓼, 𝓹𝓮𝓻𝓸 𝓮𝓼 𝓶𝓲 𝓱𝓲𝓳𝓸, 𝓾𝓷 𝓥𝓮𝓵𝓪𝓻𝔂𝓸𝓷, 𝓵𝓪 𝓼𝓪𝓷𝓰𝓻𝓮 𝓭𝓮𝓵 𝓱𝓲𝓹𝓸𝓬𝓪𝓶𝓹𝓸 𝓬𝓸𝓻𝓻𝓮 𝓬𝓸𝓶𝓸 𝓵𝓪𝓼 𝓸𝓵𝓪𝓼 𝓮𝓷 𝓼𝓾𝓼 𝓿𝓮𝓷𝓪𝓼. 𝓐𝓺𝓾𝓮𝓵 𝓺𝓾𝓮 𝓼𝓮 𝓼𝓮𝓷𝓽𝓪𝓻𝓪 𝓮𝓷 𝓮𝓵 𝓽𝓻𝓸𝓷𝓸 𝓭𝓮 𝓟𝓮𝓬𝓲𝓸𝓼. 𝓓𝓮𝓼𝓹𝓾𝓮𝓼 𝓭𝓮 𝓼𝓾 𝓪𝓫𝓾𝓮𝓵𝓸 𝔂 𝓹𝓪𝓭𝓻𝓮.
𝓝𝓸 𝓵𝓸 𝓱𝓪𝓰𝓸 𝓺𝓾𝓮𝓻𝓲𝓭𝓪 𝓱𝓮𝓻𝓶𝓪𝓷𝓪 𝓶𝓪𝔂𝓸𝓻, 𝓼𝓸𝓵𝓸 𝓺𝓾𝓮𝓻𝓲𝓪 𝓿𝓮𝓻 𝓽𝓾 𝓯𝓾𝓮𝓻𝔃𝓪 𝓹𝓪𝓻𝓪 𝓻𝓮𝓬𝓵𝓪𝓶𝓪𝓻 𝓪 𝓷𝓾𝓮𝓼𝓽𝓻𝓸 𝓹𝓻𝓸𝓽𝓮𝓰𝓲𝓭𝓸
Volviendo con los mortales, un banquete se celebró por la llegada de la madre de la reina que debió ser y el señor de las tormentas. La alegría se desbordaba en el asentamiento de los Velaryon. La comitiva se quedó una semana a petición de Lady Jocelyn para convivir con todos sus bisnietos, mentiría si dijera que Lucerys junto con Rhaena no eran sus favoritos. Jocelyn era un mar tranquilo al igual que Rhaena, conectaba con su bisnieta en esencia recordando a su yo más joven, Lucerys había heredado mucho de ella, pero lo que más amaba eran sus ojos, Rogar Baratheon murió cuando Jocelyn era muy pequeña, de los únicos recuerdos que tenía aun de su padre eran sus ojos brillando en azul que reflejaba fuerza. Ver a Lucerys le permitía ver a su padre. Rogar fue castigado por todas las patronas de las mujeres, abrir a Alyssa como un pescado para dejarla morir fue algo que nunca perdone, así como Meraxes tomo justicia por Aemma marchitando a Viserys, yo tome justicia secando a Rogar. No estoy orgullosa de haber dejado huérfanos a los dos vástagos de mi perla, pero estaba su camino ya trazado por mi hermana la muerte pronta, los hombres adoran creer que pueden usar a las mujeres a su antojo y demeritar su valor como objetos o incubadoras. Nuestros castigos eran un remedio para las almas caídas por injusticia. Los dioses no somos perfectos, los mortales eran un reflejo de nosotros creados a nuestra semejanza. El único alivio que tuve de la partida de Alyssa fue verla reunirse con Aenys.
Boremund por otro lado adoraba la energía de Jacaerys y Baela, intrépidos como sus padres, le recordaban a él en su juventud el siempre seria fiel partidario de su familia junto con Jocelyn, tal vez los ultimos Baratheon leales a su familia valyria. Como una eterna era consciente que Borros no compartía las opiniones de su padre. Boremund mantenía la esperanza de que su hijo fuera un excelente líder de su casa al igual que la tempestad. La única que lo sabía con certeza era el destino.
Cuando llego el día de la despedida de los ciervos coronados y su sequito, Lady Jocelyn dejo su ultimo regalo para Lucerys, en la sala del trono de Pecios, Jocelyn tomo un paso al frente y acompañada de Arianne de Tarth.
-Laenor, mi niño no sé cuándo pueda volver a verte a ti y a tu adorada familia, Boremund y yo nos enteramos del buen gesto de la casa Arryn al enviar a Lady Rosier Corbray como tutora de Jacaerys y dama de compañía de tu esposa, nosotros no hemos querido quedar atrás-
Jocelyn se acercó sonriente a Rhaenyra, tomando su mano siendo seguida por Arianne. Rhaenyra la miro con curiosidad.
-Princesa, sin duda eres una excelente madre, pero quiero tomarme el gesto de cederte a mi amable dama, su padre el jefe de la casa Tarth me entrego a su hija como parte de mi compañía esperando que aprendiera de mí, ahora como buen deseo quiero ofrecer a Arianne no solo como tu dama de compañía, si no como cuidadora de Lucerys mi adorado bisnieto, Arianne es muy inteligente y sé que apreciaras a alguien culta en tu sequito. He escuchado el cariño y respeto que ofreces a tus damas ¿qué opinas? -
Rhaenyra sonrió mirando a la dama cuatro años menor que ella, parecía estar próxima en edad a sus damas Strong, Arianne de Tarth tenía los rasgos de su casa, ojos azules como el cielo, cabello rizado y dorado como la paja, rostro cuadrado pero fino pómulos resaltados y bañados en pecas que se extendían por su nariz de botón remarcando una mirada de curiosidad, Rhaenyra recordó a los pequeños conejos miel que alguna vez tuvo como mascota en su infancia. La dama le devolvió la sonrisa con algo de timidez. La princesa dragón vio al fantasma de alguien aun vivo en la chica. Con semblante sonriente y gracia estrecho la mano de Lady Jocelyn
-Es un honor recibir a esta hermosa dama que ha servido a usted mi buena tía, Con gran regocijo acepto como Dama a Lady Tarth así como cuidadora de Lucerys-
La mayor sonrió aliviada soltó la mano de mi dragona, para guiar a la joven con intención de que quedara al lado de ella, La doncella de la casa Tarth se inclinó con gracia frente a la princesa de Rocadragon a la par que pronunciaba unas palabras
-Princesa Rhaenyra, es un honor convertirme en su dama de compañía, prometo servirle y acompañarla con toda la lealtad que la futura reina de poniente se merece-
Jocelyn suspiro feliz mientras tomaba la palabra
-Me iré tranquila sabiendo que mi dulce Arianne queda en tu sequito princesa, cuando llegue el momento para prometer su mano sé que encontraras un buen partido para mi dama, además garantizo que te será de gran ayuda cuando busques su opinión así como en el cuidado de Lucerys. -
Lady Arianne se acercó a la perla de bastión de tormentas con intención de despedirse, la doncella había estado con mi niña desde la tierna edad de 12 años. Para Jocelyn fue la oportunidad de tener otra hija, como había planeado con su amado Aemon antes de la tragedia de la caceria Myriense y mi hermano lo reclamara. Mi hermana había cruzado los caminos de ambas cuando la madre de Arianne murió encamada tras sucumbir a la fiebre después de dar a luz al segundo hijo varón de su marido el líder de la casa Tarth. Lord Efrain Tarth había quedado desconsolado, descuidando a sus tres hijos, en especial a Arianne quien al ser idéntica a su madre era evadida por su padre dolido. La hermana del Lord, Lady Agatha preocupada por su sobrina, siendo vieja amiga de Jocelyn, envió un cuervo a bastión de tormentas pidiendo la bendición y favor de Jocelyn para tomar a Arianne como dama. Desde entonces la joven había vivido en bastión de tormentas creciendo bajo el manto de Jocelyn Baratheon, manteniendo relación con su tía y hermanos por medio de los cuervos. En el corazón de la dulce chica de cabello dorado estaba la esperanza de reconectar con su padre. Quien solemne se había negado a tomar otra esposa por la memoria de su amada quien descansaba en el reino del extraño, Arianne soltó lagrimas de alegría cuando se entero de las palabras de su padre
"𝓝𝓸 𝓿𝓮𝓸 𝓵𝓪 𝓷𝓮𝓬𝓮𝓼𝓲𝓭𝓪𝓭 𝓭𝓮 𝓽𝓸𝓶𝓪𝓻 𝓪 𝓸𝓽𝓻𝓪 𝓮𝓼𝓹𝓸𝓼𝓪, 𝔂𝓪 𝓽𝓮𝓷𝓰𝓸 𝓪 𝓶𝓲 𝓱𝓮𝓻𝓮𝓭𝓮𝓻𝓸, 𝓪𝓼𝓲 𝓬𝓸𝓶𝓸 𝓪 𝓶𝓲 𝓹𝓮𝓺𝓾𝓮𝓷𝓸 𝓼𝓮𝓰𝓾𝓷𝓭𝓸 𝓱𝓲𝓳𝓸 𝔂 𝓾𝓷𝓪 𝓫𝓮𝓵𝓵𝓪 𝓱𝓲𝓳𝓪 𝓺𝓾𝓲𝓮𝓷𝓮𝓼 𝓶𝓮 𝓯𝓾𝓮𝓻𝓸𝓷 𝓮𝓷𝓽𝓻𝓮𝓰𝓪𝓭𝓸𝓼 𝓹𝓸𝓻 𝓼𝓾 𝓶𝓪𝓭𝓻𝓮 𝓺𝓾𝓲𝓮𝓷 𝓬𝓸𝓷 𝓿𝓪𝓵𝓸𝓻 𝓮𝓷𝓽𝓻𝓸 𝓪 𝓵𝓪 𝓬𝓪𝓶𝓪 𝓭𝓮 𝓹𝓪𝓻𝓽𝓸, 𝓶𝓲 𝓿𝓪𝓵𝓲𝓮𝓷𝓽𝓮 𝔂 𝓫𝓮𝓵𝓵𝓪 𝓙𝓮𝔂𝓷𝓮 𝓪 𝓺𝓾𝓲𝓮𝓷 𝓱𝓸𝓷𝓻𝓪𝓻𝓮 𝓱𝓪𝓼𝓽𝓪 𝓶𝓲 𝓯𝓪𝓵𝓵𝓮𝓬𝓲𝓶𝓲𝓮𝓷𝓽𝓸, 𝓷𝓪𝓭𝓲𝓮 𝓶𝓪𝓼 𝓸𝓬𝓾𝓹𝓪𝓻𝓪 𝓼𝓾 𝓹𝓸𝓼𝓲𝓬𝓲𝓸𝓷, 𝓷𝓲𝓷𝓰𝓾𝓷𝓪 𝓭𝓪𝓶𝓪 𝓼𝓮𝓻𝓲𝓪 𝓬𝓪𝓹𝓪𝔃 𝓭𝓮 𝓵𝓵𝓮𝓷𝓪𝓻 𝓼𝓾 𝓵𝓾𝓰𝓪𝓻 𝓪 𝓶𝓲 𝓵𝓪𝓭𝓸"
-La voy a extrañar lady Jocelyn, muchas gracias por guiarme todos estos años fue un honor estar bajo su manto, prometo enviarle cuervos cada semana- comento triste la doncella de Tarth
Jocelyn acaricio su cabello mientras sonreía.
-No tienes nada que agradecer, los siete cruzaron nuestros caminos pequeña estrella dorada, me diste alegría, así como tu compañía cuando más lo necesite, eres como una hija para mí. Se que serás feliz con la princesa Rhaenyra y mi adorado nieto, además mi corazón estará tranquilo sabiendo que estarás para mi bisnieto-
Lady Jocelyrn se dirigía una última vez hacia la princesa de rocadragón y su nieto que se había posicionado a su lado quien cargaba a Lucerys.
- Confió en que cuidaran de ella, es muy preciada para mí. Espero la anciana me permita vivir más tiempo me gustaría ver como crecen todos mis bisnietos. -
En la despedida Jocelyn cargo a Lucerys una última vez, despidiéndose del príncipe de cabello negro.
Al día siguiente de la retirada de los Baratheon, Laenor preparo un barco para ir a mi templo en compañía de Lucerys y Jacaerys, No se podía olvidar que, así como Laenor tenía fuego en su espíritu, había mar en sus venas, quería que sus hijos conectaran con los tesoros más sagrados de los Velaryon, su vínculo conmigo. En el templo se hizo camino con Lucerys atado a su pecho y tomando de la mano al pequeño Jacaerys, los pequeños miraban todo con curiosidad, tomaron un momento para observar una estatua erguida en mi honor, mientras Laenor colocaba una flor blanca a los pies de esta, Jacaerys colocaba su mano en la falda esculpida en mármol blanco dirigiendo una mirada curiosa. Cuando mi príncipe lo observo sonrió, inclinándose hacia el colocando su mano sobre la más pequeña a la para que acariciaba la pequeña cabeza del bebe de cabellos negros.
-Esta es la protectora de nuestra casa Jace, es la dama de los océanos madre de tritón, creadora de los océanos y sus criaturas, ella nos ha cuidado desde el surgimiento de la antigua Valyria, cuida a tu abuelo cuando sale al mar en sus viajes, nos protegió en la feroz guerra por los peldaños de piedra, protegió a mi madre cuando estuvo embarazada de tu tía y de mí, cuida de mi hermana y a tu madre, así como ella te protegerá a ti y a tu hermano hasta que el extraño los reclame, mi pequeño Jace. La dama de los mares nos acompaña toda nuestra vida, venimos del mar y al mar regresaremos siendo recibidos en sus brazos, una de las mayores enseñanzas que te dejare hijo mío es que un Velaryon es parte del mar somos hipocampos hechos carne debes amar al océano pues en el encontraras protección. -
A veces me pregunto cómo es que los nobles de la corte dudan del amor de Laenor por su primogénito, la sangre no se antepone con el amor de un padre.
Cuando Laenor decidió que era momento de continuar mi hipocampo tomo a sus hijos para llegar al ojo del templo, cuando llegaron al estanque del templo cuidando de que su hijo mayor no se acercara demasiado coloco su mano dentro del agua que brillaba, llamando a su hipocampo, el cual emergió tiempo después alegre danzando y relinchando sobre todo el estanque, Jacaerys al verlo agito su hipocampo tallado con emoción su padre sonrió ante la emoción del pequeño dragón desde que Laenor se había ido a vivir a la fortaleza roja, no se habían visto, jinete e hipocampo se extrañaban. Laenor es un Velaryon, así como atesora su vínculo con su dragón, debe atesorar su vínculo con su hipocampo.
- Tifón, eres mucho más grande de lo que recordaba- Laenor acaricio su cabeza
El caballo marino se alejó de su jinete mirándolo con disgusto, dio una vuelta en el estanque para luego lanzarle agua con su cola, esto provoco las risas de ambos pequeños. Laenor sonrió apenado
-Entiendo estas enojado, sé que no te he visitado en mucho tiempo. ¿podrás perdonarme?
El vínculo de los Velaryon con los hipocampos era igual al vinculo Targaryen con los dragones, cada año que el jinete creciera, el hipocampo crecería. Estaban unidos por magia, pero el vínculo florecía alimentado por el amor.
El hipocampo de coloración azules oscuros y verdosos relincho mientras acercaba su hocico a su jinete en señal de paz, mi hijo acaricio a su hipocampo feliz, Jacaerys aun sujetando su padre, llamo su atención
-Caballo-
exclamo el pequeño de cabello chocolate emocionado mientras mostraba su juguete a su padre, el Velaryon mayor sonrió mientras frotaba el cabello de su hijo, el hipocampo de Laenor lo noto mirándolo con curiosidad, para luego notar al pequeño bulto en el pecho de Laenor, era Lucerys.
-Esta es la razón de mi ausencia Tifón, ahora soy padre y he venido a que conozcas a mis hijos-
El hipocampo se acercó primero a mi dragón marino, el pequeño Lucerys coloco sus pequeñas manos en mi creación, mientras el hipocampo se dejaba tocar. Cuando Lucerys lo soltó, dirigió su atención a Jacaerys al cual miro con curiosidad mientras se acercaba al pequeño castaño.
-Al que acabas de olfatear es mi segundo hijo y heredero Lucerys y este es mi primogénito Jacaerys, algún día será rey. Son de mis mayores alegrías -
El caballo marino, olfateo a Jacaerys, al principio Laenor temió que su compañero de mares rechazara a Jace por no tener su sangre, olvidando el vínculo jinete- hipocampo. Si Laenor amaba a Jacaerys, Tifón haría lo mismo. El caballo de mar lamio el cabello del niño dejando un poco descolocado al niño, el cual rio cuando el caballo relincho y se froto sobre él. Laenor sonrió mientras acariciaba la cabeza de su corcel y miraba a su hijo
-Le agradas hijo mío, este es mi hipocampo, se llama Tifón, es parte de las tradiciones Velaryon, así como los Targaryen son cuidados por dragones, los Velaryon son cuidados por hipocampos. Hemos guardado este secreto por generaciones, solo los Velaryon pueden saberlo nadie ajeno-
-¿y mama? -
Laenor sonrió, esperaba que su hijo creciera para contarle la vez que su hermana y el llevaron a Rhaenyra a pasear en lomos de hipocampo la noche de su compromiso.
-Ella ya sabe mi pequeño -
-¿Lucerys tendrá uno? -
Laenor asintió, acariciando la mejilla de su segundo hijo.
-¿Baela y Rhaena también? -
-Así es Jace-
Los ojos valyrios de Jace brillaron con emoción mientras acariciaba al hipocampo
-¿Yo tendré uno? -
Tanto mi hijo y yo sentimos un agujero en el corazón por más que lo considerara un Velaryon la magia de sangre siempre sería un muro para el infante, Laenor no tenía el valor para decirle que no, pero no quería mentirle y ver a su hijo crecer con falsa ilusión solo para romperla en su cuarto onomástico cuando ninguna cría de Hipocampo surgiera de este pozo ante su llamado. Si yo permitiera que una cría de hipocampo se le entregara, seria recriminada por mis iguales por faltar el respeto al pacto ancestral de mi casa el pequeño dragón podría tener un poco de la sangre del caballo marino por parte de sus bisabuelos y tatarabuelos, pero no la suficiente. A menos que se empleara magia de sangre Jacaerys no podía llamar a una cría como compañero. Aunque Laenor rápidamente encontró una manera de solucionarlo
-Si hijo, así como la tradición Targaryen tu podrás reclamar un hipocampo sin compañero. Si los dioses deciden que mi partida al reino del extraño sea pronta tu reclamaras a Tifon para ti. Mi buen señor te cuidara como si yo estuviera a tu lado-
Jace lo miro con ojos cristalinos, el futuro rey consorte se alarmo al igual que su caballo marino que no dejaba de acercar su cabeza al niño quien había comenzado a lagrimear
-Pero yo no quiero que te vayas, si tener un hipocampo hará que te vayas no quiero -
Lucerys comenzó a llorar al escuchar a su hermano llorar compartiendo su repentino miedo, Mis dulces niños realmente querían a su padre. Laenor abrazo a su hijo mayor quien se aferró a él a la par que acercaba la cabeza de Lucerys a su pecho para que escuchara los latidos de su corazón con intención de arrullarlo sintiendo como su compañero de los mares chocaba su hocico con su espalda como muestra de compañerismo. Cuando el llanto ceso, beso con mucho cuidado la coronilla cubierta de cabellos negros de Lucerys, luego con levanto suavemente el mentón de su hijo mayor para que lo mirara. Seco la última lagrima que corrió por su mejilla.
-Yo no me iré Jace, aquí estoy contigo y tu hermano ya no llores por favor-
-Si te fueras, Mama, Luke, Ser Harwin y yo estaríamos muy tristes, ¿prometes que no te iras? -
Mi hipocampo le sonrió con calidez, asintiendo
-Es una promesa mi niño-
Después de aquella escena agridulce, Laenor para alegrar a sus hijos les dio un pequeño paseo en el pozo de la dama en lomos de tifón.
Cuando decidió que era tiempo de regresar a Hightide se despidió de su buen señor partiendo hacia la embarcación que los llevaría con su familia. Mi niño y yo sonreímos cuando en casa Jacaerys le contaba a su madre, tía y abuelos quienes escuchaban felices lo mucho que le había encantado mi templo y como tifón era el hipocampo más hermoso que había visto (Aunque era el único que el pequeño había visto.)
La retirada de la casa del ciervo coronado, marco el final de la estadía de Rhaenyra y Laenor junto con sus hijos devuelta al nido rojo de serpientes. Para tristeza de ambos. Con ahora Arianne siendo dama de Rhaenyra, Lord Corlys preparo un barco exclusivo para que las dos damas de Rhaenyra viajaran cómodas, donde también llevarían los lujosos regalos de sus dos nietos y el pequeño dragón de Lucerys custodiado por un joven guardián. El cual zarpo antes para llegar al mismo tiempo que tomaría a la pareja de futuros reyes llegar en dragón.
Rhaenys era la más triste de separarse de su nieto, aunque era consciente de que mientras más tiempo estuvieran fuera su hijo y sobrina, la reina verde aprovecharía para hacer su voluntad en la fortaleza roja. Los futuros reyes de Westeros se despidieron de sus buenos padres, así como de Daemon y Laena junto con sus hijas, mi perla había decidió quedarse en marcaderiva a vivir. Por lo que ambas parejas prometieron visitarse mutuamente, incluso el príncipe rebelde había dejado de lado su orgullo, notificando que partirían a kingslanding unas semanas después con intención de pedir a su hermano la bendición para sus hijas.
Laenor había tomado a Lucerys atándolo a su pecho con ayuda de los guardianes del dragón, así como Rhaenyra había tomado el primer vuelo de Jacaerys en lomos de Syrax, él quería ser el primero en llevar sobre los cielos a su segundo hijo, se acercó a su compañero el cual lo recibió alegre, acercando su hocico a su pecho donde Lucerys estaba.
-Seasmoke, él es mi segundo hijo, perdóname por no haberlo traído antes para que lo conocieras-
Mi hipocampo acaricio los cuernos de la bestia blanca y gris azulado, el cual gruño feliz. Laenor monto a su dragón, a la par que Rhaenyra lo esperaba con Jacaerys amarrado en su pecho montada en Syrax quien emitía un canto feliz a Seasmoke.
-Sobes Seasmoke/ Syrax-
Los dragones ascendieron en los cielos entre cantos dragoniles y risas infantiles, los dragones danzaron sobre blackwater donde pescadores y pueblerinos miraban maravillados la danza. El vínculo entre dragones podía ser influenciado por la relación de sus jinetes, Syrax y Seasmoke habían crecido prácticamente juntos, aunque no había amor romántico entre mi dragona y mi hipocampo, había amor y lealtad. Por lo que no fue sorpresa que una vez Laenor se casó con Rhaenyra, Syrax y Seasmoke tuvieran nidadas juntos. Para orgullo del señor de las mareas y el rey de westeros. Producto de la pareja nacieron Vermax, Moondancer y el pequeño dragón de Lucerys. Así como varios huevos fértiles de los cuales dos fueron entregados de buena fe a los hermanos favoritos de la princesa, tras el fracaso de los huevos de cunas de ambos. Habían intentado acercase a Aemond para entregarle uno, pero Alicent aparto a su hijo para tristeza de Laenor y Rhaenyra.
En los cielos, observe a mi hijo volar con Lucerys, el cual rio mirando a su padre, por medio del vínculo mi hijo sintió la felicidad de su dragón quien también disfrutaba de las risas del bebe, el pequeño mostraba ser un bebe risueño y alegre.
La dragona citrina sobrevoló por encima de ellos cantando, Seasmoke al verla aleteo para llegar a la altura donde Syrax estaba quedando a su lado, Laenor miro a Rhaenyra quien al igual que Syrax con Seasmoke le sonreía, mientras su hijo lo saludaba y llamaba su atención.
No necesitaba palabras por parte de su prima para ver el reto en sus expresiones, toda una vida teniendo aventuras, rio al ver como Syrax tomaba ventaja, después Seasmoke rugió para comenzar la carrera aérea. Los Maestres dejarían por escrito como los futuros reyes danzaban sobre Kingslanding.
Después de aquella carrera en los cielos, estando en las tierras de la corona, aterrizaron en pozo dragón sin ningún problema, siendo recibidos por los guardianes dragón quienes les informaron sobre el estado de vermax durante su ausencia, así como la instalación del dragón de Lucerys, una carroza los estaba esperando en su interior estaban Lady Rosier y Lady Arianne, los obsequios y demás equipaje había partido directamente a la fortaleza roja.
Cuando la familia real estuvo en camino al castillo, la dama de Rhaenyra ayudo a la princesa con su hijo mayor, Lady Corbray tomo a Jace en su regazo, Rhaenyra observo a la doncella a su servicio, sonrió nostálgica viendo lo nerviosa que estaba la joven de cabellos rubios, recordando con algo de amargura a Alicent, quien antes de cualquier evento Real siempre era un manojo de nervios. Tomo la mano de Arianne, la cual se sobresaltó.
-No tienes que estar nerviosa mi doncella, hare lo necesario para que te sientas cómoda, ninguna dama mía le faltara nada en la corte-
La joven de ojos azules sonrió aliviada, mirando a la princesa, había escuchado rumores sobre como la fortaleza roja estaba dividida, le preocupaba no adaptarse a la rutina de las damas de compañía reales, además comenzaba a extrañar bastión de tormentas, así como la presencia de Lady Jocelyn y Lord Boremund, lo único que no extrañaría es al hijo del señor de bastión de tormentas, no se sentía cómoda en su presencia. La doncella de la casa Tarth decidió observar el pueblo por la ventana del carruaje.
Pudo observar las múltiples fuentes de la reina en cada tramo que el carruaje avanzaba, recordaba las historias que le contaba Lady Jocelyn sobre como la buena reina Alysanne había entregado a su señor esposo y su viejo consejero de la moneda una jarra con la sucia agua del rio que surtió a los habitantes retándolos a beberla, dicha acción provoco que ahora los habitantes de kingslanding tuvieran acceso a agua limpia, las fuentes tendrían el nombre en honor a la difunta buena reina. Lady Arianne se preguntaba qué haría la princesa de Rocadragon cuando fuera reina, la idea de poder ayudar a la princesa con su opinión y consejo le emocionaba.
Al entrar en la fortaleza roja, la edificación maravillo a la doncella de Tarth, con la tutela de Lady Jocelyn había aprendido no solo las historias de las tierras de la tormentas si no también la conexión de la casa Baratheon con los Targaryen, se pregunto si los fantasmas de la gente que perdió su vida por la creación de este castillo rondaba en los pasillos lamentando su fatídico final, sobre si Maegor el cruel estaría atado al trono que le dio muerte, así como si los conquistadores pasearían los tres juntos observando lo lejos que llegaría su dinastía, incluso se atrevió a imaginar que Lord Orys Baratheon estaría con ellos, después de todo él también había sido un conquistador con sus medios hermanos. Me hubiera encantado contarle que todos sus pensamientos eran verdaderos a la doncella de cabello dorado como la paja. La fortaleza roja era habitada por vivos y muertos murmurando en sus pasillos.
La dama de compañía miro a su princesa quien le sonrió con calma, Arianne de Tarth se posiciono al lado izquierdo de la princesa, mientras Ser Laenor a su derecha el cual cargaba a mi dulce príncipe en las mantas reales de color azul Velaryon con detalles plateados, Lady Corbray se acomodó del lado de Arianne, el primogénito Velaryon estaba enfrente de todos en medio de sus padres, ambos tomando una mano del pequeño.
Lord Caswell y su esposa fueron los encargados de recibir a la heredera al trono de hierro junto con Ser Harrold Westerling, ambos vestían ropas negras mostrando en donde colocaban su apoyo.
-Princesa, Ser Laenor, es un honor para mí recibir a su familia junto con sus damas después de su estadía con sus buenos padres en Driftmak, mi adorada esposa y yo queremos ser los primeros en tener el privilegio de felicitarla a usted y a su buen esposo por el nacimiento del príncipe Lucerys, hemos escuchado que su huevo de cuna eclosiono con éxito-
Los futuros reyes se permitieron sonreír con sinceridad, Lord y Lady Caswell siempre habían sido leales y sus fieles defensores en el castillo envenenado.
-Nos es apreciable ser recibidos por usted y su señora Lord Caswell, sus buenos deseos siempre serán agradecidos, así como su buena voluntad hacia nosotros, si me permite alejar la conversación de la bienvenida quería preguntar, ¿Las pertenencias de mi nueva dama de compañía has sido instaladas en mi ala del castillo? -
- En efecto su gracia, mi esposa personalmente se encargo de guiar a los sirvientes con las pertenecías de su doncella a sus nuevos aposentos donde ya se encuentras perfectamente acomodadas-
El lord dirigió su mirada a lady Arianne con una pequeña sonrisa.
-Es un honor tener a la protegida de Lady Jocelyn en el sequito de la princesa, se han escuchado cosas virtuosas de su persona Lady Tarth-
-Muchas gracias, Lord Caswell, también para mi es gratificante tener el honor de servir a la princesa Rhaenyra-
Cuando la bienvenida concluyo la dragona junto con su compañía se dirigieron al ala de la princesa acompañados por Lord Caswell y el Lord comandante de la guardia real, mientras el Señor de Puenteamargo informaba a la princesa y a su esposo sobre que había ocurrido en su ausencia. Arianne miraba los pasillos con curiosidad, los estandartes, así como el arte en las parades la asombraron, el arte e influencia Valirya maravillaba a la joven, era adepta a la fe de los siete por su familia, pero estar bajo el manto de una noble de ascendencia valirya había abierto conocimiento a ella sobre lo que alguna vez fue una potencia. Había leído los escritos del Septon Barth maravillada sobre los dragones, guivernos y otras criaturas mágicas así como las historias sobre triton y sobre mí. Verlos desde una distancia cercana había sido un sueño hecho realidad para ella.
Al llegar a los aposentos de la princesa fueron recibidas por sus fieles sirvientes, así como el resto de las damas de compañía de la princesa heredera, quienes se acercaron a observar al segundo príncipe con emoción. No paso por desapercibido la mirada de alivio para Laenor ni Rhaenyra de Elinor y Eulalia al notar que el pequeño tenia los rasgos de la princesa Rhaenys y los Baratheon y no los de su hermano mayor, no se les podía culpar ni dudaban que defenderían al pequeño, comprendían que las doncellas de la casa Strong se preocupaban también por la reputación de su hermano el Lord comandante de los capas doradas.
-Oh princesa mía, este niño hermoso tiene el cabello de su buena madre, la princesa Rhaenys- comento alegre la dulce Elinda Massey entregando al bebe en cuna un presente.
Rhaenyra tomo con delicadeza la mano de la dama de Tarth, guiándola al resto de sus damas quienes la miraron con curiosidad.
-Mis doncellas, una nueva dama se a integrado bajo mi tutela, me complace presentar ante ustedes a Lady Arianne de Tarth hija del lucero de la tarde, resido con la fe en que la acogerán como una más en nuestra familia, dado a su cercanía en edad mis damas Strong espero puedan ayudarla a adaptarse y hacerla sentir cómoda con todos nosotros. -
Arianne se mostro algo cohibida ante todos los ojos mirándola, a pesar de ser una doncella en bastión de tormentas la mayoría de las damas tenían edades aproximadas a Lady Jocelyn y a la esposa de Lord Boremound, sintió una mano en su hombro, al voltear observo a Lady Rosier sonriéndole con calma.
―Tranquila pequeña, te adaptaras. Son buenas damas-
La chica de rizos dorados sonrió hacia la mayor, En el lapso que continuaron la estadía en la High Tide Arianne inconscientemente se había apegado a la dama de la casa Corbray, la vieja dama incluso se había abierto con ella, Lady Rosier fue la segunda hija del señor del señor de los cinco dedos de aquel entonces, había sido bendecida con un cabello castaño brillante y ojos grises así como gran inteligencia su hermano mayor bromeaba diciendo que estaba más interesada en las bibliotecas y escritos que en los hombres, a la edad de 12 años fue elegida por la tímida princesa Daella como su dama compañía, había disfrutado las pequeñas conversaciones que tenían, con mucho esfuerzo y paciencia quien nadie más había tenido con la joven princesa había logrado que mejorara en la lectura y escritura, aunque ella o la hijastra menor de la dama del valle aun continuaban escribiendo por ella las cartas dirigidas a la buena reina. Respetaba a Lord Rodrick por como trato a la princesa Targaryen, cuando Daella Targaryen quedo en cinta temió por su frágil amiga, convirtiéndose en su sombra, cuando Daella partió con mi hermano Lady Rosier quedo destrozada fue la ultima en verla viva llorando por su hija. Observo a la Reina Alysanne culpar a todos mientras sostenía el cadáver de su hija, al señor del Valle, a los maestres, a ella misma por ceder ante las ordenes de su marido y al rey mismo.
Lady Rosier en secreto comenzó a repudiar a Jahaerys el conciliador, el buen rey y el peor padre, mientras Alyssane había volado a llorar a su hija ¿Qué hacia el conciliador?, Pero ¿Qué era el dolor de una madre para un hombre? siempre fue su pensamiento. Alysanne recompuesta se acercaría a ella con una misión y un deber, ser la tutora de su nieta Aemma.
-Mi amada hija hablaba mucho de usted en sus cartas dedicada dama, agradezco todo lo que hizo por ella. Incluso el señor del Valle aprecia su intelecto, por eso mismo he venido suplicando que cuide e instruya a mi nieta. Es notorio que ningún Maestre en el nido de Aguilas seria capaz de esta tarea. Aemma es todo lo que me queda de mi hija-
Arianne admiraba a Lady Rosier, toda su vida la dedico al recuerdo de Daella, la dama más culta del Valle, desposada un año, viuda al siguiente, su único hijo servía como caballero en el nido, protector de la doncella del Valle; hay quienes decían que los Maestres estaban celosos, una dama con intelecto y valor siempre seria molestia para aquel que deseaba oprimir. Naturalmente Arianne se aferró a ella como un pichon a su madre. La joven de cabello dorado tenía una predisposición a seguir a sus mayores Lady Jocelyn, su tia Lady Agatha, Lady Rosier y la misma princesa de Rocadragon.
Como había previsto Rhaenyra, Arianne se acoplo cómodamente, Elinor y Eulalia se habían vuelto cercanas a la doncella de ojos azules. Disfrutaba de sus horas del te con la princesa, quien con gusto le contaba historias del Feudo franco de Valirya en compañía de la princesa Helaena quien se escabullía de su madre para ver a su hermana y sobrinos. Tomaba lecciones con Lady Rosier y disfrutaba de cuidar al príncipe Lucerys cuando la heredera asistía al consejo del rey y Ser Laenor entrenaba a su hijo y primo.
El rey marchito había ido a visitar a su hija tan pronto llego para ver a sus nietos, para disgusto de Alicent quien no perdió el tiempo en susurrar en la corte que Lucerys era un bastardo había estado disgustada al escuchar que la casa Baratheon había acogido a Lucerys con alegría, nobles pertenecientes a las tierras de la tormenta que servían en la corte comentaban como Lady Jocelyn no paraba de hablar de su bisnieto quien había heredado su apariencia, cuando el niño fue presentado en la corte fue recibió con alegría su presentación fue combinada con la presentación de Baela y Rhaena, los tres con sangre Velaryon juntos frente a nobles. Rhaenyra con Laena a su lado fue genuinamente feliz ese día en la corte, Alicent no pudo ignorar la escena con celos mientras el resentimiento las separo el amor unía más a las dos primas. Hubo susurros quienes estaba de acuerdo con la reina verde, hubo quienes se mantuvieron neutrales y la mayoría al ver el parecido de Lucerys mi príncipe con su abuela paterna bramaron con emoción, otro Targaryen con cabellos negros se preguntaban si seria igual de bravo y valiente que la reina que debió ser.
Rhaenyra y Laenor se reencontraron con su amante favorito, el rompe huesos. Quien los recibió con una sonrisa en la noche de su llegada, era divertido observar al caballero Strong escabullirse como un joven verde para ver a Rhaenyra y Laenor, su padre la mano del rey fingía no verlo ni saber qué hacía. Mientras cargaba al pequeño de cabello negro felicito a Laenor por su segundo hijo, recibiendo como respuesta una risa orgullosa del heredero de marcaderiva, Lucerys era sangre Velaryon pero ellos tres eran familia. Beso en los labios al castaño mientras declaraba:
-Nuestro segundo hijo Lord comandante -
Noches posteriores los tres compensaron la ausencia, su primera noche el rompe huesos los tuvo a los dos para si solo Rhaenyra disfrutaba ver a su primo ser tomado por el apuesto caballero tal vez era algo voyerista después de todo, la siguiente noche Strong estuvo con Rhaenyra dándole a Ser Qarl la oportunidad de pasarla con Laenor y la noche de luna llena Laenor acaparo a Harwin en pasión y amor mientras Rhaenyra llevaba a los niños junto con sus hermanos a leer cuentos con Arianne y Rosier en la biblioteca del castillo. A pesar de ser dragones Rhaenyra y Laenor eran capaces de compartir a su amado hombre con sangre de los primeros hombres, llamas gemelas protegiéndose y procurándose la una a la otra.
Juntos los tres brillaban:
"𝓮𝓵 𝓬𝓪𝓫𝓪𝓵𝓵𝓮𝓻𝓸, 𝓮𝓵 𝓱𝓲𝓹𝓸𝓬𝓪𝓶𝓹𝓸 𝔂 𝓵𝓪 𝓹𝓻𝓲𝓷𝓬𝓮𝓼𝓪 𝓭𝓻𝓪𝓰𝓸𝓷"
Entre tanta felicidad, la discordia sonreía como si planeara meticulosamente su próximo movimiento, se burlaba en las caras de los protectores Targaryen y la mía sabiendo que la única que sabia sus movimientos no podía intervenir.
𝓟𝓾𝓮𝓭𝓮 𝓺𝓾𝓮 𝓼𝓮𝓪𝓶𝓸𝓼 𝓭𝓲𝓸𝓼𝓮𝓼, 𝓹𝓮𝓻𝓸 𝓼𝓸𝔂 𝓮𝓵 𝓻𝓮𝓬𝓸𝓻𝓭𝓪𝓽𝓸𝓻𝓲𝓸 𝓬𝓸𝓷𝓼𝓽𝓪𝓷𝓽𝓮 𝓺𝓾𝓮 𝓵𝓪 𝓹𝓪𝔃 𝓷𝓸 𝓭𝓾𝓻𝓪 𝓼𝓲 𝓪𝓷𝓽𝓮𝓼 𝓷𝓸 𝓱𝓪𝔂 𝓭𝓲𝓼𝓬𝓸𝓻𝓭𝓲𝓪, 𝓲𝓰𝓾𝓪𝓵𝓮𝓼 𝓶𝓲𝓸𝓼. 𝓔𝓵 𝓿𝓮𝓻𝓭𝓮 𝓮𝓼𝓽𝓪 𝓬𝓸𝓷𝓽𝓪𝓶𝓲𝓷𝓪𝓷𝓭𝓸 𝓪 𝓵𝓪𝓼 𝓬𝓪𝓼𝓪𝓼 𝓿𝓪𝓵𝔂𝓻𝓲𝓪𝓼 ¿𝓹𝓸𝓭𝓻𝓪𝓷 𝓼𝓪𝓵𝓿𝓪𝓻𝓼𝓮 𝓵𝓸𝓼 𝓣𝓪𝓻𝓰𝓪𝓻𝔂𝓮𝓷 𝔂 𝓵𝓸𝓼 𝓥𝓮𝓵𝓪𝓻𝔂𝓸𝓷 𝓬𝓸𝓶𝓸 𝓵𝓸 𝓱𝓲𝓬𝓲𝓮𝓻𝓸𝓷 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓶𝓪𝓵𝓭𝓲𝓬𝓲𝓸𝓷 𝓭𝓮 𝓥𝓪𝓵𝔂𝓻𝓲𝓪?, 𝓼𝓲𝓷 𝓭𝓲𝓼𝓬𝓸𝓻𝓭𝓲𝓪 𝓷𝓸 𝓱𝓪𝔂 𝓹𝓪𝔃 𝓪𝓭𝓮𝓶𝓪𝓼 𝓵𝓪 𝓿𝓲𝓭𝓪 𝓮𝓼 𝓶𝓪𝓼 𝓲𝓷𝓽𝓮𝓻𝓮𝓼𝓪𝓷𝓽𝓮 𝓬𝓸𝓷 𝓶𝓲 𝓹𝓻𝓮𝓼𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪, 𝓽𝓾 𝓭𝓮𝓫𝓮𝓻𝓲𝓪𝓼 𝓮𝓷𝓽𝓮𝓷𝓭𝓮𝓻𝓶𝓮 𝓜𝓪𝓻𝓮 𝓮𝓻𝓮𝓼 𝓮𝓵 𝓸𝓬𝓮𝓪𝓷𝓸, 𝓽𝓪𝓷 𝓲𝓶𝓹𝓻𝓮𝓭𝓮𝓬𝓲𝓫𝓵𝓮 𝓼𝓲 𝓺𝓾𝓲𝓼𝓲𝓮𝓻𝓪𝓼 𝓹𝓸𝓭𝓻𝓲𝓪𝓼 𝓱𝓾𝓷𝓭𝓲𝓻 𝓮𝓵 𝓶𝓾𝓷𝓭𝓸 𝔂 𝓻𝓮𝓬𝓵𝓪𝓶𝓪𝓻𝓵𝓸 𝓹𝓪𝓻𝓪 𝓽𝓲 𝓽𝓮𝓷𝓰𝓸 𝓺𝓾𝓮 𝓪𝓹𝓵𝓪𝓾𝓭𝓲𝓻 𝓽𝓾 𝓲𝓻𝓪 𝓪𝓺𝓾𝓮𝓵𝓵𝓪 𝓷𝓸𝓬𝓱𝓮 𝓬𝓸𝓷 𝓽𝓾 𝓷𝓾𝓮𝓿𝓸 𝓱𝓲𝓹𝓸𝓬𝓪𝓶𝓹𝓸 𝓮𝓵 𝓸𝓬𝓮𝓪𝓷𝓸 𝓳𝓪𝓶𝓪𝓼 𝓼𝓮 𝓱𝓪𝓫𝓲𝓪 𝓿𝓲𝓼𝓽𝓸 𝓽𝓪𝓷 𝓫𝓮𝓵𝓵𝓸 𝓽𝓻𝓪𝓰𝓪𝓷𝓭𝓸 𝓽𝓸𝓭𝓸 𝓮𝓷 𝓸𝓵𝓪𝓼 𝓶𝓸𝓷𝓼𝓽𝓻𝓾𝓸𝓼𝓪𝓼, 𝓹𝓮𝓻𝓸 𝓮𝓻𝓮𝓼 𝓽𝓪𝓷 𝓹𝓪𝓻𝓮𝓬𝓲𝓭𝓪 𝓪 𝓽𝓾 𝓶𝓪𝓭𝓻𝓮.
La discordia miro a Balerion con suficiencia mientras se acercaba a mi para susurrarme:
𝓟𝓾𝓭𝓲𝓶𝓸𝓼 𝓱𝓪𝓫𝓮𝓻 𝓼𝓲𝓭𝓸 𝓰𝓻𝓪𝓷𝓭𝓮𝓼 𝓳𝓾𝓷𝓽𝓸𝓼, 𝓢𝓲 𝓽𝓪𝓷 𝓼𝓸𝓵𝓸 𝓱𝓾𝓫𝓲𝓮𝓻𝓪𝓼 𝓼𝓲𝓭𝓸 𝓶𝓲𝓪
Las llamas de mi amado ardieron con fuerza. La discordia era inteligente, pero jamás comprendería que el fuego y el océano están destinados a estar juntos. Lucerys sería la prueba de ello.
El príncipe que caería como un dragón desde los cielos y surgiría como un hipocampo desde las mareas.
Advertencia malas palabras contra Wattpad:
Es la pinche Tercera vez que ando editando este pinche capitulo porque el puto, asqueroso,malparido,excrementoso desgraciado de Wattpad me guarda el capítulo si guardar las benditas imagen.
Ahora sí, perdón por tardar 500 años pero si me tomé mi tiempo para actualizar este capítulo cambio mucho, por cuestiones de ideas y demás, además no quería saltarme de años en años como ciertos guionistas 👀.
Me alegro de inclur a Jocelyn y Boremund, tanto en el libro y serie me hubiera gustado, además de querer jalarle el pescuezo a los productores por quitarme mi Rhaenys con cabello negro y no falta el wey
☝️🤓 Es que lo hicieron así para mostrar que los hijos no eran de Laenor, wey aunque Rhaenys tuviera el cabello negro los criticaron
Otra cosa que no perdono es que dejarán a Rhaenyra sin sus damas de compañía, osea la princesa heredera sin sirvientes ni sus fieles damas yo quería ver a elinda bien vestida y a las hermana Strong, muestran a Rhaenyra como una loba solitaria cuando ella era querida por sus damas y en ellas encontraba consuelo. Así que aquí estoy yo para darles historia
Arianne de Tarth: tome las descripciones de Brienne para hacer a Arianne quise que fuera su paralelo.
Elinor Strong: es la hermana menor entre ella y Eulalia, tiene los rizos de Harwin es más enérgica que su hermana
Eulalia Strong:
Es la mayor de las dos, es más reservada a diferencia de su hermana, su apariencia la escogi en base a qué quiero que se parezca a Alys Rivers
El próximo capítulo Rhaena, Baela y Luke obtendrán sus hipocampos y veremos la vida en la fortaleza roja y como a pesar de que Rhaenyra se irá a rocadragon no le dejara en bandeja de plata la fortaleza roja a los verdes.
Tritón (hipocampo de Corlys)
Tifón (hipocampo de Laenor)
Perla (Hipocampo de Laena)
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top