Modo Incógnito
Guerras de gelatina, ¿A quien rayos se le ocurriría una idea tan absurda?. Claro, podría servir en la cafetería, pero no en una sala de clases. Lucas, Tom, Steve y Mike tuvieron que pagar el pato por sus juegos, limpiar todos los restos de gelatina del salón antes de las 6:00. Utilizando limas para las uñas y cuchillos de plástico de la cafetería, y todo eso pasó mientras el profesor no estaba, suerte que no los hayan expulsado.
— Decidido, nunca más hacemos Battle Royale de gelatina- Dijo Tom
— Que suerte que la directora no estaba de humor para ponernos un castigo más severo, aún recuerdo es perturbador video sobre el bullying- Dijo Steve.
— Lamento que tengan que limpiar esto que causé chicos- Dijo Lucas
— No te preocupes Lucas, ¿Para que estamos?- Dijo Mike
— ¿Y para que está el limador de uñas si no es para limar uñas?, Para quitar restos de comida en lugares difíciles... ¿Creen que podrá quitar esas manchas de plastilina de la pared?- Dijo Steve.
— Tal vez, pero no toques a Pumpy- Dijo Tom, el más rarito.
- ¿Pumpy?- Dijeron los tres.
— Si, la mancha morada de la pared al lado del puesto de Lidia- Dijo el castaño rarito. Todos se le quedaron mirando un poco, no le dieron las vueltas al asunto y procedieron a terminar lo que empezaron.
Aún los restos de aquel alimento de capa cartilaginosa estaban esparcidos por el almacén de materiales y por varios pupitres, pero lograron limpiarlo antes de que tocara el timbre para las seis en punto. Todos ya se iban a ir a sus casas, excepto por cierto peliblanco con mechones castaños, citado a la oficina de la directora.
— Hola directora Johnson... ¿Papá?- Dijo Lucas, al ver a su padre en una de las sillas.
— Hola Lucas- Dijo Lincoln
— Bien, Loud, ya hablé con tu padre sobre tu comportamiento este día, hemos dictaminado que tú tendrás diez días de detencion, mientras que tus amigos solo tendrán ocho- Dijo la directora ex maestra de Lincoln.
— (Al menos no estaré solo)- Pensó Lucas haciendo una mueca.
— Y todos pasarán en salas diferentes y alejadas- Mencionó Agnes.
— (Maldición)- Pensó Lucas.
— Y tú y yo jovencito, tendremos una charla de hombre a hombre en el auto, gracias maestra, digo, directora Johnson- Dijo Lincoln, antes de irse.
— No hay porqué, hasta mañana Loud- Dijo la directora y pronto se fueron de la oficina, el camino de la dirección hasta el auto se sintió larga, tal vez porque su padre paró dos veces para recibir dos papeles de la profesora de arte y la profesora de francés. Lincoln los tiró a la basura y subió al auto con Lucas, que el pobre tendrá que recibir un sermón en el camino a casa.
Durante unos segundos hubo un silencio incómodo, que Lucas decidió romper para no prolongar más su muerte.
— ¿Y... Cómo está tu brazo?- Dijo Lucas
— Mejor- Dijo Lincoln sin expresividad, luego de unos catorce segundos de otro silencio incómodo, Lincoln procedió a hablar.
— Así que... Gelatina- Dijo Lincoln
— Si- Dijo Lucas con una risa nerviosa.
— Pudieron haber sido lápices, gomas de borrar, incluso hojas de tu cuaderno, pero no, gelatina, algo que se pega fácilmente al suelo y no sale hasta que se derrite y se vuelve agua- Dijo Lincoln algo irritado.
— Lo siento, pero... Estábamos jugando- Dijo Lucas sin nada más que decir.
— Mira Lucas, yo te entiendo, jugar es parte de ser niño, ¿Pero era necesario que tuviera que ser en la sala de clases?. Mínimo espera a que sea hora del almuerzo en la cafetería- Dijo Lincoln.
— En clase, pones atención al contenido, escribes en tu cuaderno, miras al reloj esperando que sea recreo y listo, no es tan difícil. En recreo, te diviertes- Dijo Lincoln
— Lo siento papá, no... No volverá a ocurrir- Dijo Lucas con la mirada baja. su padre lo vió y tuvo compasión de el.
— Sabes... Esa actitud de juguetón me recuerda a tu madre cuando iba a la escuela- Dijo Lincoln.
— ¿Ella hizo guerras de gelatina?- Dijo Lucas.
— No, pero si ha comenzado guerras de otras cosas no comestibles como... Papeles- Dijo Lincoln mirando a su hijo.
— ¿Ya no estás enojado?- Dijo Lucas.
— Agradece que no, pero sigo sin aprobar lo que hiciste, estás castigado- Dijo el padre del menor.
— ¿Por cuánto?- Dijo Lucas.
— Cinco dias, sin salir nada más que para ir a la escuela, y los únicos videojuegos que vas a jugar serán FIFA y juegos de pinball de la store y steam- Dijo Lincoln, a simple vista el no era de poner castigos, pero viendo meticulosamente los gustos de Lucas, era algo tangible para el.
Llegaron a la casa, Lucas tenía una mueca frustrada por el castigo que su padre metió, ahora la tendría muy imposible. Justo a tiempo para la cena, todos ahí con hambre, la cena se pasó con varios regaños hacia Lucas, incluida Lidia. El castigo empezaba esa noche, y así duraría. No había pasado nada interesante con Lucas, solo se descargó juegos de pinball con temáticas varias, incluso había uno de esos con la temática de Free Fire. Claro también estaban FIFA.
— ¿Hola?- Dijo Lucas por su celular.
— Viejo, el arcade abrió temprano y hay una oferta de dos por uno, si haces equipo con Steve, será un cuarto por uno- Dijo Tom de manera activa y feliz.
— ¿En serio?, Voy para allá- Dijo Lucas saliendo corriendo de su habitación, pero fue agarrado de la camiseta por su madre.
— Mamá- Dijo Lucas.
— Hijo, ¿Que dijimos?- Dijo Ronnie Anne.
— Castigado por una semana, solo con FIFA y juegos de pinball en la consola y con el computador escondido en su cuarto- Dijo Lucas de brazos cruzados e indignado.
— Así es, y tú no estás dentro de tu habitación, así que adentro- Dijo Ronnie Anne, Lucas entró y se recostó en su cama. Estaba por mandarle un mensaje a los chicos sobre que no podía ir, pero no quería arruinarle a uno de ellos el dos por uno, tenía que pensar en algo rápido. Hasta que recordó que tenía una hermana gemela que tenía facciones similares a el.
Unos minutos después
— ¿Qué quieres que haga qué?- Dijo Lidia.
— Disfrazarte de mí mismo para que mis amigos vayan al arcade- Dijo Lucas.
— ¿Estás loco?, Primero, si me descubren ayudándote me castigarán también, segundo, aunque se de videojuegos porque vivo con dos gamers de nacimiento, no se jugar bien a las máquinas arcade, y tercero, ¿Cómo me puedo disfrazar de ti?- Dijo Lidia enumerando sus problemas para hacer lo que dijo su hermano.
— Es probable que pase lo primero, en cuanto lo segundo, es facil, apretas botones y mueves la palanca cuando tengas que hacerlo, y si no puedes juega Time Crysis 2 que ahí solo tienes que disparar a lo loco y cubrirte, y tercero, usa una gorra y mi ropa, técnicamente tenemos las mismas facciones, ambos somos bellos- Dijo Lucas.
— Lucas, este plan es más rebuscado que todos los que ha hecho papá- Dijo Lidia.
— Vamos, no quiero arruinarles la salida al arcade de mis amigos, ellos fueron castigados más levemente que a mí- Dijo Lucas apenado.
— ¿Y que excusa doy?, ¿Voy a comprar cigarros?- Dijo Lidia.
— Solo con eso me convenciste de que eres mala dando excusas- Dijo Lucas.
— Lo sé- Dijo Lidia.
— Tengo una idea, di que vas a casa de Amber, te redireccionas hasta el arcade, antes de llegar te pones la gorra y actúas como actuaría un niño blanco heterosexual hijo de un americano y una latina- Dijo Lucas.
— ¿Cómo un chico normal que le gustan leer cómics en calzoncillos y jugar videojuegos?- Preguntó Lidia.
— Exacto- Dijo Lucas.
— Ok, lo haré, ¿Pero que recibo a cambio?- Dijo Lidia.
— Manipuladora... Buebo, Haré tu cama por dos semanas y soy parte de los juegos de las pijamada por 6 noches- Negoció el gemelo masculino.
— Hmmmm, Que sean tres semanas y 20 dólares- Dijo Lidia.
— Hecho- Dijo Lucas, los sacrificios que tenía que hacer por sus amigos, ellos eran los no castigados y los únicos amigos que tenía, no tenía que decepcionarlos. Lidia se puso la gorra y se puso en marcha hacia el arcade.
— Mamá, papá, voy a la casa de Amber- Dijo Lidia.
— No olvides que te iremos a buscar a las nueve y media- Avisó la madre de la niña peliblanca-castaña quien en el sofá recostada, ya que por ahora no tenía nada que hacer.
— Adiós hija- Dijo el padre la misma, intentando abrir un paquete de Doritos.
Lidia fue con la gorra en su mano, caminó un buen rato hasta llegar a una distancia considerable de la entrada, se ocultó, se agarró el pelo y lo amontonó en la gorra. Práctico su voz de hombre y fue sin miedo al arcade. Estaban Steve, Mike y Tom esperando al peliblanco-castaño, pero no sé esperarían que no fuera el mismo Lucas.
— Hola compadres- Dijo Lidia con una voz masculina intentando imitar un acento británico.
— Hola Lucas- Dijo Mike
— (Cielos, está funcionando), Si, ya llegué, Lucas Loud, ese soy yo- Dijo Lidia de una manera no sospechosa.
— O...k, ¿Entramos?- Dijo Steve.
— Sisi- Dijo Lidia, provocando que los chicos la mirarán extraño, ya que ese no era el comportamiento normal de su amigo. La chica no sabía cómo ocupar las máquinas arcade, ya que siempre le interesaron cosas más movidas y en parte relajantes, menos mal tenía un walkie talkie en su bolsillo para que Lucas le aconsejara.
— Lucas, dime... ¿Que juego debo jugar y como?- Preguntó Lidia moviéndose a la entrada.
— Generalmente nos paramos a jugar Galaga, pero juega la versión de 1982- Dijo Lucas.
— ¿Cuál es ese?- Dijo Lidia.
— El verde con los extraterrestres- Dijo Lucas.
— ¡¡¡Oye Lucas, ven acá!!!- Le llamó Mike
— ¡¡Voy!!.. me tengo que ir- Dijo Lidia, y al momento fue a la posición de los tres chicos.
— ¿Te parece un Galaga?- Dijo Tom
— S-si- Dijo Lidia Nerviosa, y procedió a jugar.
La Casa
Lucas se encontraba atento al walkie talkie, pero también estaba tontamente aburrido, podía salir del cuarto, era un día sábado y sus papás estaban en casa. No podía salir ni buscar los juegos, ni siquiera la computadora. Solo podía usar sus juguetes, las cartas para jugar al solitario, memorizar las líneas del guión de Shrek. O las tres al mismo tiempo.
— Dime bunbun, ¿Tienes un 6?- Dijo Lucas. Bunbun no dijo nada, obviamente.
— Los ogros son como cebollas- Dijo viendo sus cartas, su padre lo estaba viendo desde la puerta de la habitación bebiendo algo de soda.
— (No sé porqué lo veo así, yo era igual a su edad)- Pensó Lincoln.
Arcade
— ¿Cómo consigues puntos negativos?- Dijo Steve.
— ¿Acaso hackeaste el juego?- Dijo Tom
— Bueno... Yo, pues... He perdido la práctica- Dijo Lidia fingiendo una sonrisa.
— Ok, no importa, ¿Qué tal si jugamos a Time Crysis 2?, Vas tú primero pelos blancos- Dijo Mike.
— Cl-claro, voy primero, pero antes, tengo que ir al baño- Dijo Lidia yendo hacia el baño de niñas sin querer.
— ¡¡¡Lucas, ese es el baño de ni...ñas!!!- Dijo Mike.
— Lucas, dime, ¿Cómo se juega Time Crysis 2?- Dijo Lidia.
— Es sencillo, dispara a la pantalla cuando veas al enemigo y pisas el pedal para cubrirte- Dijo Lucas.
— Ya gracias, y hasta cuánto es el límite- Dijo Lidia.
— Lo que aguantes en la partida- Dijo Lucas.
— Ok... Gracias hermano- Dijo Lidia colgando. Acto seguido, se fue del baño de niñas hacia donde estaban los amigos de su hermano, nerviosa porque tarde o temprano podían pillarla. Lo que hacía por su hermano, total, ella lo quería mucho.
Llegó el momento de probar su inexistente habilidad en Time Crysis, solo puso la moneda, omitió la cinemática y comenzó a disparar. Sorprendentemente lo estaba haciendo muy bien, no muchas veces jugaba videojuegos, mucho menos en arcades. Algo que le gustaba a sus padres cuando chicos, y vio que no estaba disparando nada mal, y según decían que Lucas era bueno para este juego.
Llegó un momento donde los enemigos iban y venían de una manera increíble, Lidia podía con ellos pero al final la peliblanca-castaña perdió. Los chicos estaban impresionados con la habilidad de la que creían que era Lucas, la chica se aliviaba de que no se hayan dado cuenta... ¿O tal vez no es así?.
— Oye Lucas, eso fue increíble- Dijo Tom
— Si, solo por eso, te invitamos una pizza- Dijo Mike.
— Ay gracias... Digo, gracias chicos, no debieron molestarse- Dijo Lidia cambiando el tono.
— ¿Con carne y queso o vegetariana?- Dijo Steve.
— Carne y Queso- Dijo Lidia. Los otros tres pagaron la pizza y se sentaron en uno de los puestos, Lidia comió uno de los trozos y de un momento a otro sintió su pelo caer. No entendía nada, entonces vió a los tres con los ojos abiertos por la sorpresa, y Mike tenía su gorra.
— ¿¡LIDIA!?- Dijeron los tres sorprendidos. Mientras masticaba se le estaba ocurriendo una excusa para justificar el porqué estaba reemplazando a Lucas. Pero no se le ocurrió nada.
— ¿Pizza?- Ofreció Lidia en un intento para sobornar a los tres, Tom iba a tomar el pedazo, pero Steve le pegó un manotazo en la mano.
La Casa
— UNO- Dijo Lucas, jugando con sus padres al dos.
— Anulado- Dijo Ronnie Anne poniendo un +4, a lo que Lucas respondió con un golpe en la cabeza contra la mesa.
— Pobre mesa- Dijo Lincoln. Poco después tocaron el timbre, al abrir vió a su hija en la entrada.
— Hola hija, volviste temprano- Dijo el padre de la niña.
— Si, pues necesito hablar con Lucas- Dijo Lidia. Lucas se extrañó, fue hasta la entrada y ahí vió no solo a su hermana, sino también a sus amigos.
— Chicos... Jeje, ¿Que hay?- Dijo Lucas.
— Hola viejo- Dijo Steve.
— Bueno... Esto... ¿Cómo les fue?- Dijo el peliblanco-castaño.
— Bien, descubrimos que Lidia es buena para disparar, y eso da miedo- Dijo Tom.
— Ah, ¿Y porqué Lidia estaba cubriéndote?- Dijo Mike.
—... Estoy castigado, y me dio pena decirles porque había dos por uno ahí, y se lo iban a perder- Dijo Lucas apenado.
— Amigo, los dos por uno van y vienen, solo queríamos pasar tiempo como amigos- Dijo Mike.
— Además, Lidia es pésima para trabajos de incógnito- Dijo Steve.
— Si, osea, la actitud nerviosa y tierna, consiguió puntos negativos en Galaga y se metió al baño de niñas imitando a un niño- Dijo Tom.
— Jejeje, ups- Dijo Lidia.
Al final todo había terminado bien, Lucas no sentía tanta culpa como creía, aunque se sentía genial de que sus amigos no estuvieran enojados, y más importante que su hermana estuvo para apoyarle. Claro que Lincoln y Ronnie Anne la regañaron por mentir, aunque no la castigaron sino que ahora cuando iba a casa de una amiga, la iban a tener que dejar ellos por su cuenta.
Al menos Lucas aprendió varias cosas, no hacer guerras con gelatina y que Lidia es buena tiradora pero mala imitadora.
Se vendrán más en un futuro, solo esperen.
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