Capítulo 1: Apellido.

El apellido de Sanji siempre fue una fuerte carga en sus hombros. Por ser vinsmoke estaba obligado a cumplir expectativas que jamás habría imaginado, a esforzarse el doble sin quejarse o descansar, tan solo viendo las aburridas clases de profesor del internado todo los días.

Sin descanso, como si fuese un maldito robot.

El tic tac de los relojes eran su enemigo, solo estaban allí para recordarle que cada minuto que pasaba desperdiciaba su vida en vano recibiendo lecciones de como comportarse, sentarse, hablar, leer y existir.

Siendo moldeado de la forma más forzada posible.

Por eso mismo se preguntaba cuando había empezando a desvelarse. Mientras sus hermanos dormían el pasaba sus noches en el balcón del internado en busca de ver entre las nubes la luna llena que tanta melancolía le daba... La misma luna llena que le vio nacer, crecer y despedirse de su madre antes de morir por culpa del asma.

Aquella luna que como todo lo que había vivido hasta ahora, era sinónimo de una extraña melancolía continúa que sólo atraía el silencio de una hora en especial... Pero aquella noche no había silencio, escuchaba el golpear y el rozar de un metal, pequeños halaridos y lamentos que sobrepasaban el muro de ladrillo rojo del instituto que podría ser llamado orfanato.

No sabía exactamente la razón por la cual fue a ver de que se trataba, si fue por curiosidad o instinto suicida solo tu lo decidirias, pero lo cierto era que Sanji se sentía perdido al guiarse por el sonido en ese gran jardín que cuando había tenido 11 años le parecía un laberinto. Solo siguió avanzando hacia las voces hasta que la pared de ladrillo rojo pulido volvió a hacer su aparición y no le permitió avanzar más.

Del otro lado una pelea tenía lugar, por los fuertes golpes y gritos estaba seguro de que era una cuestión de venganza en el que un quinto o sexto había entrado en escena.

Aquel nuevo personaje en la escena obviamente no era de allí, su francés no era para nada bueno.

¡Detente Cazador! ¡Este asunto ha llegado muy lejos!

Silencio por unos segundos, solo gotas se escuchaban y ya se podía imaginar de que.

Sabes que no lo haré, estos tipos me hicieron enojar desde hace tiempo, ya es momento de ponerle un fin a esto. —Por un momento quiso saber el contexto del asunto al escuchar aquellas palabras francesas un poco mal asentuadas, pero aquel sentimiento de curiosidad se vio interrumpido por una terrible falta de aire.

Entre palabras vacías para él, lo último que pudo escuchar aquella noche fue lo que aprecia ser un apellido: Roronoa....

Cuando despertó la mañana siguiente en su habitación, no se había sorprendido al escuchar del doctor y sus hermanos que se había desmayado gracias a sus frecuentes problemas de asma. Su madre le había heredado algo más que la bella apariencia física de un ángel.

Sanji no opinaba nada al respecto, pues todo había pasado y ya, no es como si todo se fuese a arreglar si se quejaba, pero por ese mismo silencio él daba a impresión de que ya a este punto le importaba un bledo lo que pudiera hacer con él, o eso creería cualquiera que no hubiera hubiera visto su rostro esperanzado cuando el doctor dijo que quizás deberían de sacarlo del internado por el aire tóxico de esa ciudad tenía.

Para su desgracia, nada paso.
Nada cambió en su aburrida y casi miserable vida, por lo que busco con desesperó un aire que al menos inhalara con placer.

La media hora de descanso que la escuela poseía para almorzar, él la uso gustoso para meterse en la cocina y después de mucha insistencia, ayudar al cocinero jefe. Su corazón se lleno de buenos recuerdos de cuando era un niño, cuando descubrió que le gustaba cocinar junto a su abuelo, aunque la comida no le supiera tan bien como ahora que era aconsejado por el cocinero.

Quizo sentir la calidez de esos recuerdos una y otra ves, por lo que en las noches que más sentía melancolía queriendo ver la luna llena, iba hacia un pequeño cuarto donde se llevó algunas cosas de la cocina que sabía que por su pequeño tamaño y poca utilidad nadie buscaría.

Pasó sus noches allí dándole de comer a algunas pequeñas ratas del lugar mientras leía libros de cocina y recordaba algunas cosas que el abuelo de su infancia le había enseñado. Se preguntaba si en vacaciones podría ir a visitarlo, quizás podría... convencer a su padre de que le llevase en lugar de al campamento azusa. Ese extraño sitio donde todos se creían de la realeza durante las vacaciones.

Se preguntaba si todos los campamentos serían así, asique tratando de recodar una de las conversaciones con su abuelo sobre los campamentos llegó a una conclusión: El más difícil y el más interesante seguramente eran los campamentos de supervivencia.

¡Papá dice que es como un campamento militar! Nos enseñan a sobrevivir y usar una espada de madera ¿no te gustaría venir conmigo? Esque... Están en la segunda fase del campamento y aun no conozco a nadie, si un amigo está conmigo seguro que será mis divertido! ¿No lo crees, Sanji?

¿Eh? Había un sujeto en sus recuerdos, un niño como de 6 años que aprecia conocerle. ¿Quién era? Recordaba que vestía ropas del verano blancas con azules y de ves en cuando verdes, pero no lograba recordar el rostro de aquel amigo de la infancia que ahora que rememoraba había estado mucho en sus mejores recuerdos de la niñez.

¿¡.... estas bien!? ¡¿Que le sucedió a tu ojo?!

El había perdido el ojo izquierdo ¿no? ¿O era el derecho? Ahgg, sus recuerdos eran confusos.

Tuve en accidente en el campamento de supervivencia, con más razón digo que es un campamento militar. —En ese entonces su amigo se estaba esforzando en no llorar, el abuelo venía detrás de él preguntando que sucedía y donde estaba su padre mientras le ofrecía una paleta para que se calmase.

Hubo una conversación en el medio que no recordaba del todo, pero de un momento a otro sintió una pequeña presión en el pecho... ¿Porque no recordaba a su amigo? ¿Y si alguna ves se vieron y se sintió deprimido por que él no lo recordo en el instante? Se sintió como la peor persona del mundo mientras usaba su inhalador para controlar su respiración y su corazón.

Él era una mala persona.

.

—Sanji ¿Estas bien? Pareces deprimido... —A diferencia de él, sus hermanos solo heredaron el color de los ojos de su madre, los colores de sus cabellos era un débil intento de deshacerse del color rubio oro del cabello de su padre.

—No es nada, reiju. Estoy bien.

—Entonces quita esa cara de culo. ¿Ya pensaron que harán todos cuando se graduen? —Expresó el hermano de cabellos azules.— ¿o enserió todos están compitiendo por el titulo de la compañía sin pensar en el futuro?.

Sanji admiró como sus hermanos quedaron en un pequeño silencio mientras caminaban por el pasillo hacia el comedor en busca del desayuno.

—Ustedes sique son increíbles. —La hermana mayor volvió a hablar.— yo he estado pensado en una carrera artística ¿que tal baile y canto? ¿Se vería bien conmigo?.

—Claro, supongamos que padre te dejará hacer lo que quieras. —Sanji vio con algo de fastidio a su hermano de cabello rojo, siempre tan pesimista.

La conversación continuó con una especie de lucha por sus sueños, Sanji dejó de escuchar ya que se dedico a pesar de quien se trataba aquel amigo de la infancia ¿porque le daba tantas vueltas al asunto? No sabía, solo quería recordar y quizás comprobar si tenía algún recuerdo cálido con él. Fue entonces que unas voces lo sacaron de su cabeza al igual que a sus hermanos, habían muchos alumnos reunidos en el jardín, alumnos que gritaban apuntando hacia arriba.

Sanji observó curioso tratando de averiguar de qué se trataba mientras se acercaba junto a los demás, detuvo uno de los compañeros de su aula cuando trató de huir atemorizado.

—Coby ¿que pasa? —Dijo sosteniendolo de la muñeca para que no corriese, al chico de rostro aterrorizado respondió de forma nerviosa bajo la atenta mirada de los vinsmoke.

—Afuera, en el callejón cercano del internado-... ¡Encontraron varios cadáveres que fueron asesinados brutalmente anoche! La policía está investigando porque no es la primera ves que se encuentra ese tipo de violencia en el callejón. Investigarán dentro del internado, nos harán preguntas a todos...

—¿Y porque luces tan asustado? Cálmate y respira, Coby. —Reiju se puso a su lado acariciando la espalda del chico que ya hiperventilaba, Sanji se sintió contagiado por un segundo.

—Esque yo... Pude ver los cuerpos que se llevaban la policía. Los golpearon y luego los mutilaron, ellos decían que esa horrible masacre de seis hombres pudo haber sido patrocinada por una mafia japonesa llamada Tigre Cazador... Fue algo muy horrible de ver ¡fue horrible! —Coby salio huyendo una ves hablo tan rápido como pudo, de la forma en la que fue explicado todo no parecía tan aterrador, estaba exagerando seguramente pero al ver su expresión dudaron un poco.

Cuando los profesores fueron a obligarlos a volver a clase y alejarse del gran portón, Sanji habló fastidiado.

—Estúpidos japoneses, manchan el nombre de un animal tan lindo.

—Cuidado te muerdes la lengua ¿Ya no recuerdas que tenias un amigo japonés que decía que era tan ágil y tan loco como un tigre? —Burlo su hermano de cabellos verdes.

—¿Yo?.

—Si ¿no lo recuerdas? Siempre venia a visitarte cuando estábamos de vacaciones con el abuelo —Su hermano de azules cabellos expresó.— Y decía "¿Cejas rizadas esta en casa?".

—¡Y Sanji siempre llegaba diciendo: ¿¡A quien le dices cejas rizadas!?. —Los hermanos procedieron a reír, Sanji, que siempre caminaba detrás de ellos con su hermana, pareció extrañado.

No recordaba nada de eso. Estúpido él del pasado con memoria casi que a corto plazo.

—¿Lo recuerdas Ichiji? —El nombrado de cabello rojo limpio una lagrima provocada por la carcajada de hace poco.

—Si, creo que se llamaba... ¿Zoe? ¿Soni?

Sanji miraba el suelo escuchando todo mientras avanzaba, demonios, él no recordaba a nadie. Repasaba sus recuerdos una y otra ves creyendo que aquella persona mencionada por sus hermanos quizás podía ser el chico que no recuerda, llegó a la conclusión de que si era entrelazando algunos recuerdos, pero... Seguía sin poder recordar bien su voz y su rostro.

—¿Zoar?

—¿No era zoma?

—¿Tsuki?

—No idiotas, era algo así como "Zori" o algo parecido. —rojo volvió a hablar mientras los demás repetían el nombre tratando de acordarse de él, Sanji repasaba el nombre y sus recuerdos una y otra ves, tan profundamente que ignoró como el aire empezó a faltarle y su corazón acelerarse.

—¿Zori?

—¡Oye, - - - -! ¡Hice mi primer espagueti, prueba!

—¡Waa! Es delicioso Sanji, cuando herede la empresa de mi padre te voy a contratar como mi cocinero oficial.

—¡¡NOO!!

—¿¡Porque no!?

—Yo solo quiero cocinarle a una bella mujer...

—¿¡Que!? ¡Pero te pagaré con el dinero de la empresa! ¡¡Estoy seguro de que nadie pagará mejor tus servicios como yo!!

—Idiotaaa, yo quiero cocinar para una bella dama que acompañe mis días, no por dinero.

—¿Y como piensas mantenerte? Además yo puedo estar siempre contigo, cejas de remolino.

—¡Eww, noo! ¡Tendré que ver ese pasto todo los días! —¿Pasto?.

—¡Oye!

—Zoo... Zoo.. Su nombre empezaba con zo ¿verdad, Sanji?-... Oye ¿te encuentras bien?. —No pudo escuchar del todo a su hermano de cabellos verdes que alertó a los demás, solo continuo recordando sintiendo como el aire cada ves era menos y empezaba a tambalear.

Mocoso, vamonos. —¿Quién era ese tipo? era muy alto.

—¿Tan pronto?... Lo siento Sanji, el espagueti estaba delicioso. Nos vemos. —Recuerda haber visto el tazón apenas provado de su creación mientras el otro se despedía con una sonrisa siguiendo al alto hombre de kimonos verdes.

—¡Sanji! ¿¡Donde está tu inhalador!?

—¡Sanji!

—¡¿Que hacemos?!

—¡vayan por un doctor u alcohol! ¡Reiju, su mochila! Allí debe haber algo. ¿Sanji? ¿Puedes escucharme? Trata de respirar, inhala y exhala profundamente. —El recuerdo no se detenía así como su tos, sentía como si algo estuviera obstruyendo su garganta y no le dejase respirar. Sus piernas fallaron y se dejó caer sobre su hermano mayor mientras trataba de seguir las indicaciones.

¡Nos vemos, —Sacudió la mano ese pequeño él.— zoro...

—Sanj...—Apenas pudo sentir como su hermano lo abrazaba para que no cayera mientras le daba palmadas en el rostro para que abriera los ojos.

No funcionó.

.

Asique lo llevaron a la enfermería ¿eh? Había visto ese techo tantas veces en estos últimos años que para él ya era imposible no reconocerlo. Miró alrededor dándose cuenta de que era de noche, reiju y niji estaba a su lado sentados en un sillón cerca de la ventana.

En ella trató de ver la luna, pero varios edificios de la escuela se lo impidieron. Molesto por no poder ver su nostálgico paisaje despues de una mala experiencia como esta que le hacía no sentir casi nada, se puso de pie bastante cansado y salio de la enfermería tras coger un inhalador que había en la mesa de noche.

Llegó directamente al jardín donde muy a lo lejos podías escuchar algo curioso ¿otra batalla en el callejón entre el internado y la empresa de colchones? Quizás se trataba de la mafia japonesa que mencionaron los policías según coby, ahora tenía curiosidad de saber cuántos hombres contra cuantos eran.

Camino está vez al gran portón y puso el rostro entre los barrotes para tratar de ver algo, pero nada, no podria ver nada a menos de que saliera del instituto y eso no pasaría a esta hora de la noche.

O quizás nunc-...

—Maldición, estoy lleno de sangre, tendré que deshacerme de mi chaqueta y tanto que me costó... —¿eh? ¿No más ruido y solo la voz de un hombre? ¿De quien se puede tratar? ¿Como luciría...?— Me iré por aquí hoy, de seguro la policía esta en la otra rut-...

Sus miradas se conectaron y allí uno de ellos recapacito ¿Quién demonios creeria que pasar frente a un internado luego de haber asesinado a un par de hombres era buena idea? Hubo un momento de pánico de parte de ambos: a uno lo habían descubierto con las manos en la masa, cubierto de sangre lo suficientemente como para poderlo usar de pincel en una pared y aún le sobraría sangre. Mientras que el otro fue descubierto mirando algo que no debía. sabía que, o lo matarían o amenazarian, pero que ileso no saldría de este asunto.

De alguna forma ambos estaban asustados del otro, parados en la oscuridad donde a duras penas el asesino podía ver al adolescente con el uniforme blanco del internado y sus pantalones azules oscuros que le hacían resaltar la cadera y las piernas perfectas del individuo de cabello rubio fresa. Donde a duras penas el adolescente con instintos suicidas podía ver al asesino de anchos pecho y espalda cubiertos por una camisa manga larga blanca, la cual estaba empapada de sangre en la manga derecha ya que sostenía una chaqueta antes verde oscuro, ahora roja por la sangre al igual que su oscuro pantalón que se aseguraba de ocultar bien una extraña marca que salía de sus tobillos mientras a su vez resaltaba y sus bien entrenadas piernas y glúteos...

La luna oculta hizo que sus ojos se esforzarán más en ver al otro en busca de alguna reacción. Sanji apreció como el asesino de ojo café fue el primero en tenerla, abriendo más su único ojo -El izquierdo- quizás en sorpresa o amenaza mientras movía su mano con lentitud hacia arriba.

Sanji abrió la boca nervioso al verlo casi agarrar el revolver de su cintura.

—T-tu... ¿Tu asesinaste a los tipos de ayer?.

—.... Y eso que. —Ay dios santo, estaba hablando con un asesino que se veía que era 8 o 7 años mayor que él gracias a su profunda voz.

—L-La policía te está buscando ¿sabes? No deberías estar por aquí. —Apretó el inhalador en su mano para no temblar, tratando de hacer que se fuera.

—Ellos jamás sabrán que estuve aquí. —Oh no, dio un paso adelante dejando que la luz de un faro brillará sobre su rostro masculino, atractivo, que sobre él traía cabellos verdosos.

Sentía su corazón bombeando más rápido de lo normal.

—Seguramente habrá alguna pista... —Bajo cada ves más su voz, deshaciéndose de su sonrisa nerviosa una ves tuvo al alto asesino frente a él con su fría y analítica mirada de un ojo..

—Y espero que ese no seas tu. He oído que interrogaran a algunos alumnos, ya que los muy curiosos salen a esta hora y se encuentran con cosas... Que no deberían. Espero que no digas nada. —Sanji se sentía tan intimidado que su cuerpo se había quedado congelado, queriendo hacerse más pequeño para dar pena. Se sintió al borde de un infarto cuando el tipo soltó su arma y le tomó del cuello de la camisa para acercarlo a los barrotes.— O tendre que ejecutarte también.

—... Oh-hohoho... Pero no creas que esto te será gratis ¿yo que gano con esto? ¿Dejar un asesino libre así sin más? —Él y su gran bocota, ahora se arrepentía de sus no pensadas palabras que soltó al verse intimidado, mientras miraba al curioso hombre.

—¿Ugh? ¿Y que demonios quieres? ¿Una bala en tu cabeza?

—Ehh.... No es mucho, es algo tan simple de conseguir y darme. Si, es muy simple... — Expresó con una risa nerviosa pensando lo más rápido que podía en algo, quería que este tipo dejara de verle tan atentamente al rostro como su fuese a comérselo, pero ¡en lo único que pensaba era en salir del internado para huir de allí antes de que le matase!.— Lo único que quiero es... Es...

—Dilo rápido, no tengo toda la maldita noche.

—¡Ay, demonios! ¡Solo quiero salir de aquí! —Dijo instintivamente lo que pensaba mientras cerraba sus ojos con fuerza al sentir al hombre sacudirlo un poco.

—¿Salir? —El de cabello verde levantó una ceja mirando el rostro del rubio de ceja extraña.

—Exacto marimo-kun, asique si te retiras tranquilamente y me dejas libre de este lugar como si nada hubiese pasado, yo-... ¿Q-que pasa ahora?. —Genial y ahora se le quedaba viendo de forma extraña ¿estaba molesto?.

—Tú-...

Cuando las sirenas de la policía se escucharon cercanas, el asesino no tardo en soltarlo y huir hacia algún lugar que Sanji no pudo ver de la impresión que tenía... Su corazón no le permitía respirar bien realmente, se puso en inhalador en la boca viendo como la policía pasaba a toda velocidad por el lugar y escuchaba como una patrulla se detenía cerca del callejón.

Esa fue la experiencia más rara de su vida, al menos será una buena anécdota ¿verdad? Pensaba contarlo la noche del día siguiente antes de irse a dormir, pero un búho en su balcón que obviamente traía alguna cosa escrita en su pata lo distrajo.

¿Como que fuera al portón a la misma hora en la que vio el asesino ayer o que se enfrente a las consecuencias?

—¿No podías dejarme ir tan fácil, verdad?.

—Nuestra conversación aun no había terminado.

—¿Y cuando lo hará?

—Cuando yo quiera ¿Porque? ¿Tienes algún problema, cejas de remolino?.

—¿A que viniste, marimo-kun?

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