Capitulo 6: Preparando la cena.


Después del inconveniente que tuvieron Maggie y Luan, en la estación de policías, por el accidente que se produjo en el parque de diversiones, anteriormente. Iban regresando a la casa de la pelinegra, sin que ninguna fuera a romper la ley del silencio. Ya que ambas, se encontraban pensativas, por lo que había sucedido, en especial Maggie.

Por un lado la pelinegra, tenía sus sospechas hacia la peli castaña; por lo ocurrido en el parque, las causas por las que se provocaron, y lo por lo visto en ese salón. Tenía varias preguntas en su mente; ¿en verdad era una genio o por al menos una experta en el arte?, ¿Por qué tiene ese comportamiento de payasa y descuido?, ¿será acaso un mal entendido?

No era ninguna mentira que Luan, no tenía ninguna pinta; de ser una chica dotada o alguien interesada por las pinturas. Se parecía más a una; simple comediante, tal como menciono el oficial West.

A pesar de esas sospechas, recordaba algo sumamente importante; Luan era la encargada de dar el discurso, para la inauguración de la madre de Whistler. En la cual había sido elección suya, poniendo en riesgo su cuello, en caso; si algo salía mal en ese día. Necesitaba hacer algo y aclarar las cosas, antes que empeoraran, más de lo que estaba.

–Luan... cuando apenas lleguemos a casa, hablaremos de unas cosas sumamente importantes. –Dijo de forma fría y seria, no podía hablar con la chica ahora, debía concentrarse en la carretera. –Si no te molesta.

–Está bien, no hay ningún problema. –Respondió la peli castaña sin ningún ánimo.

Ella se encontraba muy pensativa, sobre todo se sentía mal, por el accidente que ella misma; provoco con anterioridad en el juego de la centrifuga. No lo había hecho con mala intensión, ni al propio, solo quería divertirse un poco. Pero si alguien hubiese salido gravemente herido, la diversión hubiese muerto, sino fuera porque el chico que salió volando; aterrizara en uno de los juegos inflables, hubiese terminado en el hospital o en el peor de los casos; en el cementerio.

A la vez iba recordando a su familia, en las épocas del día de las bromas. De cómo ellos se aterraban y se escondían, de las bromas que ella instalaba. Era la única de la familia, que se divertía para ese día, y hoy ocurrió algo parecido. Ya que después de la configuración del juego, nadie, pero absolutamente nadie se estaba divirtiendo o disfrutando, de lo contrario; estaban muy aterrados.

Durante el viaje, Maggie había notado que la peli castaña; se sentía pésimo por lo que provoco. Quizás no se dirigían las palabras, pero con tan solo ver sus decaídos ojos, era fácil notar que ella no estaba bien. Así que la pelinegra, iba hacer el esfuerzo de no ser, tan ruda con la adolescente.

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Tras unos minutos en la carretera, al fin pudieron llegar a la casa. Una vez que guardaron unas cosas, se dirigieron a sentarse al sofá del living, para poder hacer su conversación.

–Bien –Inicio Maggie. –Luan veras...

–Lo siento, de verdad lo siento. –Interrumpió la peli castaña, totalmente deprimida. –Yo no quería, que alguien saliera herido allá en el parque. –Sus ojos estaban humedecidos, expresando su arrepentimiento.

–Guo... tranquila Luan, –Intentaba de tranquilizarla. –nadie salió gravemente lastimado... "Aunque si, un poco traumados" Se que fue un accidente y que no hiciste al propio, pero es sobre otra cosa, lo que quiero hablar contigo.

–Está bien –Aun se sentía mal, pero estaba más tranquila. –dime. –Sonó su nariz.

–Okey... pues veras; desde que llegaste acá, no te puedo negar que he tenido ciertas sospechas en ti –Pone nerviosa a Luan. –en especial con lo que sucedió de hoy. –Toma un respiro con un poco de nervios, ya que iba a ser el momento, en que se revelaría la verdad. –Por eso te quería preguntarte; si en...

*TOC, TOC, TOC*

Alguien estaba tocando la puerta, interrumpiendo la conversación.

–Oh rayos... mira quien quiera que sea, le voy a pedir que se vaya de inmediato. –Dijo la pelinegra, para luego levantarse del sofá y dirigirse; a la puerta principal.

La pelinegra al abrir la puerta, se llevo una gran sorpresa, al ver de quienes se trataban; eran nada menos que sus padres, que habían venido de visita. Acompañados por dos botellas de vino, marca gato negro; sabores Merlot y Carbenet.

–Hola cariño, ¿Cómo has estado? –Pregunto la Señora; de cabello purpura intenso, que usaba un vestido amarillo y una chaqueta morado claro. Se dispuso abrazar a su hija.

–Cuanto tiempo sin vernos. –Se unió su padre al abrazo; que usaba pantalones plomos, chaqueta café y su cabello gris, al igual que su gran bigote.

–Hola mamá y papá –De un principio se sorprendió, pero se dispuso a devolverles los abrazos, con una sonrisa. –me alegra verlos.

–¿Qué tal la vida?, tesoro. –Pregunto su padre, mientras que separaba del abrazo.

–Si... si muy bien, nada malo. –Respondió, para luego preguntar: –Pero ¿a qué se debe su visita? –A pesar que estaba feliz por ver a sus padres, se encontraba, confundida por esta inesperada visita.

Los dos padres se quedaron mirando entre ellos, para luego soltar unas carcajadas. Fue entonces que Maggie, recordó; la cena y visita, que sus padres habían planeado hace unos días atrás. Aparte que ellos, estaban muy ansiosos por conocer; a esa supuesta chica genio.

–Jajaja, buen chiste cariño. –Comento el Señor.

–Si, jeje... solo fue un pequeño chiste, como creen que me olvidaría de algo tan importante, jeje. –Hizo una sonrisa boba y forzada.

–Y dime hija, ¿se encuentra esa chica genio y experta que tanto hablas? –Preguntaba la Señora; a su hija con curiosidad. –Nos gustaría conocerla.

–Sí, se encuentra en el living, también tiene muchas ganas de conocerlos... pasen. –Deja que sus padres entraran a la casa, para así poder cerrar la puerta. No sin antes de tragar, un poco de saliva por los nervios.

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–Hola, buenas noches mamá y papá de Maggie. –Saludaba la peli castaña, extendiendo su mano, para luego presentarse amablemente: –Me llamo Luan Marie Loud, es un gran honor conocerlos.

Ambos Señores le estrecharon la mano.

–Aw... que chica tan amable –Decía la Señora, con un tono simpático y dulce. –también es un gran honor conocerte. Yo me llamo...

–Un minuto. –Interrumpió el Señor, a su esposa. –Hija, ¿en donde esta Lane y nuestros nietos? –Pregunto al notar la ausencia; de su yerno y nietos en la casa.

–Eh... bueno, es que-e... –Se encontraba nerviosa, ya que no quería contarles la razón, de porque se fueron de la casa. –el papá de Lane, se encontraba mal de la espalda y... tenía un dolor insoportable de cabeza... Así que fue a cuidarlo junto; con Max y Zoe, hasta que se sintiera mucho mejor. –Hace una sonrisa poco forzada.

–Oh... Que terrible –Hablo su madre, con preocupación y lastima. –Ojala que se mejore pronto.

–Tú madre tiene razón; que es terrible. –Agrego el Señor. –Los dolores de espaldas, no son para nada bonitos.

Por alguna extraña razón, los padres de la pelinegra, se pusieron a hablar sobre los dolores de espaldas, pero esto terminaría siendo algo positivo para las chicas, en especial para Maggie.

La pelinegra al notar que sus padres, estaban totalmente distraídos, aprovecha de susurrarle a la peli castaña, en el oído: –Vayamos a la cocina, tenemos que hablar ahora y en privado. –En la cual acepta la petición, y se dirigen hacia la cocina.

Mientras que lo Señores, seguían hablando de los dolores de espaldas.

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Ya una vez en la cocina:

–Rayos, rayos, rayos... –Se quejaba, y a la vez; se iba golpeando con la palma de su mano, a su cabeza.

–¿Acaso quieres que te golee un rayo?, jajaja. –Pregunto entre carcajadas.

–¿Qué?, claro que no... aunque no sería una mala idea ahora. –Respondió paranoicamente, dejando sorprendida a la comediante. –Pero ese no es el punto. Como demonios, se me pudo olvidar la visita de mis padres, y peor aun que no tenemos nada para cenar. –Dijo desesperadamente y con mucha preocupación, por la situación que se encontraba.

La peli castaña por su parte; se dirige hacia el refrigerador, quizás podría encontrar algo para la cena. Se dispuso abrir el artefacto electrónico, para luego meter su cabeza adentro, y empezar a buscar algo para preparar. Siendo su primera opción; dos huevos.

–No... creo que ellos esperan algo mucho más refinado, que unos simples huevos.

Luan vuelve a meter su cabeza, al refrigerador, para poder buscar otra cosa que no sea; algo que se pudiera preparar con una simple sartén y aceite. Su siguiente opción; fue una lata de espinacas.

–¿Espinaca sola, es enserio? –Preguntaba con un tono molesto.

La chica volvió a meter su cabeza al refrigerador. Y en esta vez, encontraría la comida ideal para la cena que era; un gran y sabroso plato de salmón.

–Este plato es la comida perfecta. –Comento la peli castaña que se saboreaba, el platillo que sostenía.

–Claro que no –Reclamo Maggie. –Lane consiguió ese plato para nuestro feliz aniversario, me mataría si...

–Por casualidad –Interrumpió para preguntarle seriamente: –¿Cuándo es su aniversario?, estamos hablando de una buena causa o será porque tienes una idea mejor, ¿eh?

–Eh... bueno nuestro aniversario será unas dos semanas... –Se queda pensando un poco. –¿Sabes preparar salmón, cierto? –Pregunto un poco dudosa, mientras que la comediante asentía. –¿Segura que no se puede preparar otra cosa?

–Tranquila, solo déjamelo en mis manos. –Respondió la comediante, con mucha confianza. –Tengo mucha experiencia en la cocina, gracias a mi padre... de seguro que tus padres quedaran impresionados, y que nunca olvidaran el sabor de esta cena.

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La comediante se había quedado a cargo, de preparar el platillo especial. Mientras que Maggie entretenía a sus padres, con típicas conversaciones de la vida cotidiana, hasta que la cena estuviera lista.

Ahora se encontraba cortando, unos pocos vegetales para agregarles, al platillo de salmón. Pero no se encontraba concentrada en su labor, ya que su mente pensaba en otras cosas; una de ellas era los días que provoca el bromaggedon, lo que ocurrió hoy en el parque, las veces que solo quería diversión, pero provocaba miedo a los demás.

No podía olvidar esa ocasión; en que sus hermanos hablaron a sus espaldas, de que ella no era graciosa, ni divertida, sino fastidiosa y repugnante, incluso su hermana Leni pensaba eso. En si, en esa vez había arreglado las cosas con sus hermanos, que solo había sido un mal entendido. Pero que tal; si solo estaban fingiendo y mintiéndole. Que tal; si no eran los únicos que lo hacían, si también sus padres y sus abuelos. ¿En verdad era fastidiosa y molesta?

Fue entonces que durante su distracción, se pasa a

Fue entonces que durante su distracción, se pasa a cortar uno de sus dedos, con el cuchillo. Haciendo que al fin, reaccionara de sus pensamiento, al provocar esa pequeña herida. Siendo lo primero, soltar un grito de dolor: –¡AUCH!

Después de lanzar ese grito, procede a chuparse; su dedo herido y a regañar: –Maldita sea... estúpido cuchillo barato.

En ese momento entra Maggie a la cocina, totalmente preocupada, por el grito que había dado la peli castaña. Haciendo una pregunta común en estos casos: –¿Qué paso Luan, a que se debió ese grito?

–Eh... –Oculta por atrás, su mano en donde tenía su dedo herido. –nada malo, solo e-era mi emoción que siento al cocinar. –Respondió con un poco de nervios, haciendo una sonrisa boba. –Disculpa por preocuparte, esa no era mi intensión.

–Está bien si tú lo dices. –Dijo la pelinegra, sin estar muy convencida por la respuesta. Incluso ya tenía una idea; del porque grito, con tan solo ver que ocultaba algo atrás. –Pero en caso que te pases a cortar con algún cuchillo, hay venditas en ese cajón –Le indica. –si necesitas ayuda, me avisas, ¿okey? –Tras decir eso, se retira para regresar con sus padres.

–Tranquila, todo estará bien... no soy ninguna tonta para cortarme. Jeje –Hace unas carcajadas poco forzadas, para luego susurrar: –A quien engaño, si soy un poco tonta. –Al ver que su amiga regreso al living, se dispone a buscar; una vendita para su pobre dedito herido.

Cuando termino de atender su dedito, regreso a preparar los condimentos para el salmón. Después de un rato, ella tenía casi listo el platillo especial. Solo le faltaba meterlo al horno y listo; un sabroso plato de salmón para la cena.

–Bien, solo tengo que meter esto –Toma el plato de salmón y lo deposita en el horno. –aquí y esperar un ratito, y estará listo para llenar nuestras pancitas. –Se dispone; a encender el honor y programar la potencia del fuego.

Mientras que esperaba, que el salmón se horneaba, decide ir al living para pasar el rato. Así podría socializar, con los padres de Maggie y quizás; contarles unos chistes para entretenerlos. Ya cuando estuviera listo el platillo, lo iba a servir, tal como si fuera; un restaurant de lujo o por al menos, esa era su expectativa.

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–Vaya, con que de Royal Woods –Decía el papá de Maggie, que tenía en su mano; una copa de vino. –eso suena genial. Hace varios años que no visito, mi ciudad natal. –Bebió un sorbo de vino, de la copa.

–Dime Luan, por casualidad; ¿eres hija única o tienes hermanos? –Pregunto con intriga la Señora.

–Bueno, aunque no me crean... tengo nueve hermanas y un hermano, –Respondió, junto con una sonrisa. –Somos once hijos en total, jeje.

Eso sorprendió demasiado, tanto a los padres como a Maggie, por esa gran cantidad de hijos, que era difícil de ver actualmente en alguna familia. La pelinegra, sabia con anterioridad que Luan tenía muchos hermanos, por lo que conto ella al llegar. Pero creía que solo eran unos cinco como máximo, nunca imagino que tendría un total de diez. Cabe por resaltar que ella y sus padres, escupieron un poco de vino.

–Oh vaya... hace tiempo que no oía, de una reproducción tan grande en una familia. Se nota que tus padres, no perdieron el tiempo.

–¡Tommy! –Exclamo la Señora a su esposo, dándole un fuerte codazo en su brazo. –No seas grosero, ni desubicado. –Lo regaño, para luego hablarle a Luan: –Por favor, perdona a mi esposo por ser tan mal educado y desubicado.

–No se preocupe, no hay ningún problema. –Dijo tranquilamente junto; con una simpatica sonrisa.

–Está bien... cambiando de tema; nuestra hija nos conto que tú serias la encargada, de dar el discurso para la inauguración de la madre de Whislter. –Comento con emoción. –De seguro debes estar muy emocionada, al igual que tus padres; deben estar orgullosos de ti.

–Pues siéndole sincera, estoy un poco nerviosa por el discurso, jeje. –Respondió entre carcajadas. –Y sobre mis padres-s... creo que sí. –Eso último lo dijo sin ningún ánimo.

–¿Cómo es tu relación; con tu familia? –Pregunto el papá de Maggie, con curiosidad. –Siempre he tenido esa duda; de cómo sería una relación en una familia tan grande, como la tuya.

–Bu-bueno, pues con mis hermanas me llevo súper bien, en especial con; mi hermana Luna, Leni y Lincoln... –Recordó esa vez; cuando iba regresando a casa, después de haber ido a rescatar sus partencias, de ese camión de mudanzas (Cabe por resaltar, que el camión estaba vacío, siendo otra broma). Al llegar su casa, pudo notar como sus padres y hermanos, se encontraban cenando pizza y sacándose selfies. Tal como estaban ahora en ese campamento, celebrando su anti-bromaggedon. –Eh... –Se puso nerviosa. –me disculpan, necesito unos minutos para ir, a ver cómo está la cena. –Se retira para poder regresar a la cocina.

–Oh, pobrecita de seguro debe extrañarlos mucho. –Comento la Señora, sintiendo lastima por la joven, mientras que su esposo asentía.

–Si de seguro debe extrañarlos. –Dijo Maggie, ya que se sentía igual, sin la presencia de su esposo e hijos. Aunque luego en su mente pensó: Con que tiene diez hermanas, me pregunto si acaso, me enviaron a la correcta.

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La peli castaña, se encontraba nuevamente en la cocina. Primeramente; fue echar un vistazo al salmón, para ver si ya estaba listo y también, para despejarse un poco de sus pensamientos.

Al mirar adentro del horno, noto que el salmón aun le faltaba para quedar, completamente horneado al cien porciento. Calculando, iba a tardar unos treinta minutos más, para quedar listo. Así que para no tardar tanto con la cena, ella decide; aumentar la temperatura al horno.

Con sus delicados deditos, fue girando el control de temperatura, del horno, dándole la temperatura máxima. De ese modo o por al menos eso creía; el plato estaría listo en pocos minutos, más o menos en cinco o siete minutos. A la vez, haría que la visita no se aburriera con la espera.

En ese momento, la comediante recibe un mensaje en su celular. Al revisarlo, noto que el mensaje era de parte, de su hermana Leni: Hola Luan, ¿Cómo estás?

La comediante, con tan solo leer el mensaje, que mando su hermana mayor, hizo que pudiera dibujar una sonrisa en su rostro. Ya que podía ver, que al menos una de sus hermanas se preocupaba por ella. Así que decide chatear con su, hermana rubia con fobia a las arañas, en espera que el salmón terminara de hornearse.

Sentándose y asomando su parte trasera, por encima del horno, sin percatarse.

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Pasaron unos diez minutos, en que la comediante se puso a chatear con su hermana mayor. En cual hablaron; de cómo estaban, lo que habían hecho y entre otras cosas, aunque la peli castaña no le conto sobre sus inconvenientes, en el aeropuerto y parque de diversiones. Por otro lado Leni le contaba sus días en el campamento, y de que Lori se le había quemado la espalda, por los rayos del sol.

Al finalizar el chateo, se desearon las buenas noches, como despedida. Junto con un; te quiero.

Pero al acabar el chat, la peli castaña sintió un olor muy extraño en la sala, tal como si algo se estuviera quemando, y de manera muy fea. Ella empezaba olfatear para descubrir, de quién era ese olor.

¿Acaso era el salmón lo que se estaba quemando?

Bueno, en realidad si era el salmón lo que se quemo, pero había algo mas lo que se estaba quemando en la sala. Y ese era; nada menos que el trasero de Luan, por sentarse encima del horno.

–¡Ah! –Soltó un grito, al sentir de cómo su trasero se rostizaba. Levantándose para ir al lavaplatos, dejando ver de cómo estaba su falda de negra, junto con una cantidad de humo. –¡Me quemo, que alguien llame a los bomberos! –Gritaba desesperadamente.

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Unos minutos antes en el living:

Se podía apreciar al papá de Maggie, durmiendo en el sofá, pero no se quedo dormido por el aburrimiento, sino por un pequeño exceso de vino. Por otro lado la pelinegra junto con su madre, seguían hablando, en espera de la cena. Hasta que llego un punto de decir la verdad.

–¿Hija quiero que me digas la verdad? –Pregunto seriamente.

–Eh... –Se puso nerviosa. –¿De qué?

–Vamos hija, tampoco soy tonta... –Eso hizo que Maggie tragara saliva, quizás su madre ya supo que Luan; no era una genio. –Se te olvido de nuestra visita para hoy, –Eso alivio a su hija. –y Luan se encuentra cocinando a última hora, no por nada es la demora, ¿acaso me equivoco?

A pesar que eso alivio por un momento, a la pelinegra, sentía un poco de vergüenza, al que su madre la descubrió fácilmente: –Es que no quería que ustedes se molestaran o...

–Hija –La interrumpió. –porque no lo dijiste antes, pudimos haber ido a un restaurant los cuatro, y así pudimos haber impedido que tu padre... –Ambas miran al Señor Tommy, que seguía en su siesta. –ya sabes de lo que hablo.

–Tienes razón, debimos haberte dicho la verdad.... Pero en todo caso, la cena pronto estará... –Se detiene al sentir, un olor a quemado. –Espera un minuto, ¿algo se está quemando?

Fue entonces que se escucho; gritar a Luan, como si... se estuviera quemando y pidiendo, ayuda a los bomberos. Así que la pelinegra y su madre, se dirigieron rápidamente hacia la cocina. Al llegar pidieron apreciar; a la peli castaña sentada en el lavaplatos (que estaba lleno de agua), con su ropa interior abajo, con el objetivo de enfriar sus pompis. A la vez, se apreciaba una gran cantidad de humo, que provenía en el horno.

Así que Maggie se dirige hacia el aparato, para apagarlo. Ya una vez haberlo hecho, procede en abrirlo, dejando ver; al plato de salmón muy quemado, totalmente negro. Acompañado por mas humo del que había, dificultado la respiración en la cocina.

–Perdón. –Se disculpo una muy avergonzada Luan.

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Luan y Maggie se encontraban solas en el comedor. Los padres de la pelinegra ya se habían ido, sin tener más opción, que programar la cena para otro día, ya que aparte de quemarse el salmón, el Señor Tommy no despertaría hasta mañana. Pero antes de irse, la mamá de Maggie, le dio una gran barra de chocolate (lo tenía en su cartera) a Luan, como una muestra de consolación y para que no se sintiera mal, ni tampoco para que pensara que fue su culpa.

Ya se encontraban solas, era el momento perfecto para confesar unas verdades.

–Esto no salió como esperaba. –Comentaba la pelinegra. –Tuvimos que ser sinceras desde un principio.

–Sí. –La comediante aun estaba un poco desanimada, y abría el envoltorio del chocolate.

–Si... Bien Luan, aprovechando que estamos nosotras dos, te quería preguntar algo muy importante. –La comediante asiente, mientras que daba un mordisco al chocolate. –¿Usted es una genio o doctora? –Pregunto con nervio.

–Sinceramente no. –Agacha la cabeza.

–Okey. –Esto preocupo mucho a Maggie. –Pero por al menos, eres una experta en arte o te manejas en el tema, ¿ci-cierto?

–No soy pintora, ni experta en el arte –Agachaba mas la cabeza con poco de vergüenza. –ni siquiera se, quien era la madre de Whislter.

–Es una broma, ¿cierto? –Pregunto con confusión. –Entonces; ¿Qué eres?, ¿Por qué te mandaron aquí?

–Soy comediante y también payasa. –Suspira. –La razón del porque estoy aquí; es porque mi familia me tiene miedo en el día de las bromas... Creo que esta demás de hablar, por lo que sucedió en el parque. Así que aprovecharon de mandarme acá, ya que estaría lejos de ellos y no sufrirían... el bromaggedon... Perdón por no ser lo que esperabas. –Lo dijo con un poco decepcionada.

La chica queda totalmente en shock, ya que esperaba que fuera un simple mal entendido, pero no fue así. En verdad era una comediante de pésimo grado, que se dedicaba a las payasadas, y lo peor que faltaba muy pocos días para la inauguración de la pintura. Sin mencionar fue ella misma que la escogió.

Lo único que podía hacer la pelinegra, era poner sus manos en su cara, y dejar invadirse por el shock y tristeza al enterarse de la verdad.

Fue entonces que la comediante, partió su chocolate por la mitad. Dándole a Maggie, una mitad para que no se sintiera triste.

–Eh. –Recibe el trozo y sonríe apenas. –Gracias. –La comediante le devuelve la sonrisa.

A pesar que no fuera la chica genio que esperaba, pudo notar que era una buena chica y humilde. Quizás aun se pueda hacer algo, para que aquel día se pueda triunfar y no fracasar como piensa.

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