🥊♡: RING THREE 🥊
𖥨 ×♡ × ♡
Nota autora del futuro: Todas las escenas de smutt tuvieron que ser editadas y levemente censuradas para evitar que la historia sea eliminada, pero si gustas leer la versión original y sin censura de estas, recuerda que puedes encontrar la historia en mi Inkspired e Inkitt (Link en mi descripción) ♡.
Jadeos, respiraciones agitadas y risas, era lo que inundaba el lugar.
Ambos hombres se miraban retantes, con sonrisas confiadas y de suficiencia plasmadas en sus rostros mientras sus mentes se encargaban de idear un castigo perfecto e inolvidable para el contrario. Cada uno seguro y decidido a ganar la apuesta con tal de cobrar su deseado premio.
── Vamos, ataca cariño... te estoy esperando ──Tentó seguro el castaño, amagando un derechazo que el mayor logró esquivar con rapidez, con una danzante sonrisa confiada en sus labios.
── ¿Que pasa?, ¿Tan rápido te cansaste?... decepcionante, te imaginaba un poco más... resistente ──Pronunció con deleite el azabache al captar el gesto molesto de su amado.
La lengua golpeando el interior de su mejilla era un indicador claro de que la paciencia de Jeon Jungkook se estaba agotando poco a poco.
Y eso era un gran punto a favor del mayor, pues cuando los instintos competitivos superaban a Jungkook, el joven cometía muchos errores...
Perder no estaba en el vocabulario del castaño, pero peor aún; perder dejando lastimar su ego de competidor nato y aún más frente a su novio, un novato recién entrenado, era todavía más grave para él.
Y lo aceptaba: en el fondo le gustaba y enorgullecia que Taehyung no le estuviera dejando las cosas fáciles, pues eso le confirmaba que había entendido a la perfección cada cosa que le enseñó, y por supuesto, le reafirmaba lo competitivo que de igual forma su novio podía llegar a ser, y como esto era una de las cualidades que le encantaban del contrario, pues hacía todo más interesante y excitante para ambos. Pero por otro lado, ya habian transcurrido casi veinticinco minutos en los que ninguno desistia, solo se movían al rededor del ring entre trotes lentos y golpes que terminaban dando al aire por la rapidez y astucia que cada uno poseía.
Ambos ya estaban exhaustos, pero ninguno planeaba, ──ni por broma──, tirar la toalla.
El ambiente era digno de un espectáculo que cualquiera sin duda pagaría por presenciar; dos amantes retadores luchando por la dominancia, anhelando aplicar un castigo al perdedor que en el fondo sabían que terminaría siendo un premio compartido.
Las miradas retadores, las sonrisas arrogantes, y el ambiente pesado de una tensión latente y casi palpable, sin duda alguna era digno de tener espectadores. La manera en cómo cada uno se acercaba al otro para intentar cumplir su objetivo, era exactamente la misma que la de un depredador acechando a su presa segundos antes de devorarsela. Y eso era lo que más deseaban ambos, triunfar para devorar de maneras inimaginables al otro...
Por puro gozo y un tanto de ego claramente.
Acelerado, y con ganas de acabar con todo de una buena vez y coronarse por fin como ganador; Taehyung se acercó velozmente a su pareja, y dirigió su zurda directo al pómulo derecho de este, ──controlando la fuerza ejercida para no lastimarlo──. Para su desgracia, la experiencia y la resistencia que el menor tenía a su favor, le jugaron en contra y nuevamente el golpe azotó el aire.
Taehyung gruñó, entre frustrado y cansado, y aquello solo le sacó una risita satisfecha al castaño.
── Yo creo... que, el poco resistente es otro... ──Se burló complacido el menor, entre respiraciones agitadas y con gotas de sudor bañando su rostro y parte de su cuerpo.
── No lo sé... eso tú me lo tendrías que corroborar ──Murmuró el mayor agregándole doble sentido al comentario, mordiendo su labio provocativo, logrando con aquello descolocar la expresión centrada de Jungkook por unos segundos.
El menor, borró su expresión consternada, para sustituirla por una postura confiada, segura e igual de seductora cómo la de su pareja.
── Sería mejor que me lo comprobarás nuevamente, ¿No crees? ──Provocó ahora este, lamiendo sus labios y retando una vez más con la mirada al contrario.
── Oh, tenlo por seguro, cuando te gane... lo haré con... mucho gusto, precioso ──Le guiñó un ojo y aprovechando la distracción que logró en él, dirigió un golpe rápido y seguro que para su suerte impactó en uno de sus bíceps, sacandole un gruñido enfurecido a este. ── Y... para tu pesar, creo que te he ganado, amor mío... ──Sonrió satisfecho y totalmente deleitado.
── Bien, fue un buen golpe, no lo niego... ──Aceptó con una mueca de descontento──, pero, para tu desgracia, dijimos que lo que decide el ganador sería un Knock Out... y este rostro sigue intacto, cielo ──Recalcó burlón, logrando que el mayor rodará sus ojos fastidiado.
El azabache resopló exasperado intentando no hacer notar su molestia a través de su puchero de descontento. Estaba muy cansado y su cuerpo dolía en lugares inimaginables que no tenían ni porqué dolerle, gracias a la alta actividad física a la que su amado lo había expuesto horas atrás, pero su orgullo y dignidad eran mucho más fuertes que cualquier otra cosa en aquel momento, así que se negaba rotundamente a rendirse.
Él no iba a perder para correr el riesgo de que la loca cabeza de su novio ideara quien sabe qué atrocidades con su preciado cuerpo.
Oh, por los Aliens que no lo permitiría...
Jungkook podía ser la ternura encarnada en un cuerpo de hombre rudo, musculoso y fortachon, pero Taehyung bien sabía que lo único inocente que poseía su novio, era su carita de bebé, ojitos de bambi y sonrisa de conejo.
── Bien, acabemos con esto de una buena vez ──Resopló.── Menos charla y más acción Jeon ──Comentó decidido el mayor, poniéndose en guardia nuevamente.
El castaño río divertido.
── El que empezó con la charla fuiste tú mi vida ──Río complacido──. Pero, está bien, solo te estoy dando ventaja por ser tú primera vez, algo cómo... Solidaridad deportiva ──Otro guiñó descarado fue dirigido al mayor.
── Bueno, ya me diste suficiente ventaja y lo agradezco ──Comentó sarcástico el acanelado.── Entonces, ¿Por qué no mejor, cierras esa linda boquita que tanto sabe hacer, y me demuestras porque eres el mejor en boxeo con hechos y no palabras? ──Lo retó──, porque lamento decirte que no he visto ni un poco de lo que tanto alardeas...
Cuando la sonrisa confiada del castaño desapareció, su mirada se oscureció y su mandíbula se tensó; Taehyung supó que había logrado tocar su orgullo una vez más y que eso solo significaba que el verdadero juego estaba por iniciar...
Y ese solo pensamiento, a ambos les provocó un cosquilleo ansioso...
Un par de minutos más tarde, la pareja retomó el encuentro, volviendo al mismo patrón de antes: golpes esquivados o bloqueados, derechazos que terminaban dando al aire o impactando en lugares del cuerpo que para su apuesta no valían para nada. La diferencia es que gracias a la fatiga, el cansancio y la frustración acumulada; ambos estaban siendo mucho más agresivos y desesperados en sus ataques.
Llegaron al punto en que poco a poco se estaban tomando la pelea muy enserió, sin chistes, provocaciones ni coqueteos de por medio. El único objetivo de ambos ahora, era conservar su orgullo intacto frente al otro.
Por ello, cuando Jungkook se dio cuenta de esto, decidió que era momento de acabar de una vez con el encuentro por el bien de ambos y de su relación; y para ello tendría que dejar del lado el juego limpio y su ética competitiva ──Solo por esta vez y como recurso desesperado──, si quería llevar a cabo sus planes y que estos surgieran tal y como esperaba.
Sin esperar más, cuando el mayor se acercó con la intención de golpearlo con su zurda, Jungkook se adelantó siendo más ágil, propinandole un golpe débil en las costillas que el mayor bloqueó con rapidez. Tomando este pequeño movimiento a su favor, el castaño velozmente se acercó y sin ejercer mucha fuerza para no lastimarlo, le aplicó una llave que lo dejó de espaldas a él.
El mayor gruñó molesto, pero sin darse por vencido intentó safarse o mínimo golpearlo con su mano libre, pero nuevamente la experiencia y agilidad del nívea fueron más eficientes que cualquier maniobra del azabache; de forma ágil y cuidadosa, Jungkook le hizo zancadilla sin soltar su brazo, hasta que logró que ambos cuerpos cayeran de cara a la lona con un golpe seco, un gruñido molesto por parte del mayor y sus respiraciones agitadas haciendo eco en el lugar.
Sin darle oportunidad de nada, el menor deshizo la llave liberandolo, se apoyó en su brazo ──hasta dónde la incomodidad de los guantes se lo permitió──, con el fin de no aplastarlo con su propio cuerpo, y con su diestra dio un leve golpe en la mejilla de este, dando así por finalizada la pelea, y autonombrandose ganador.
── Y... cómo era de esperarse... te gané, amor ──Susurró en el oído contrario con voz agitada, pero con deleite y una sonrisa enorme en su rostro.
La misma que ponía un infante luego de hacer una travesura y no haber sido descubierto.
El azabache resopló fastidiado.
── Y después dices que el maldito tramposo soy yo ──Soltó con sarcasmo y molestia. ── ¿Como no ibas a ganar si hiciste una asquerosa trampa? ──Se quejó realmente disgustado.
Odiaba perder, pero aceptaba su derrota con dignidad cuando era justa, y esta, claramente no lo era.
Con el ceño fruncido y un puchero en sus labios, el pelinegro empujó sin cuidado alguno al menor hasta quitárselo de encima para después levantarse con molestia y caminar hacia las cuerdas del ring.
Jungkook se sintió culpable y borró su sonrisa al percatarse que el enojo del mayor esta vez era muy real.
Con rapidez y agilidad se quitó sus guantes para tirarlos a una esquina y sin perder tiempo se acercó al mayor para abrazarlo por la espalda y detenerlo en su intento de bajar del ring.
── Cariño, no te enojes, solo estaba jugando... pensé que los dos nos estábamos divirtiendo y por eso lo hice ──Murmuró con voz cariñosa, apoyando su rostro en el hombro del mayor, con un puchero de inocencia en su rostro.
Taehyung nuevamente resopló y rodó sus ojos aunque el menor no lo pudiese ver.
── Claro, solo es diversión cuando tú ganas ──Cruzó sus brazos con enfado. ── Fue una jugada demasiado baja JungKook. ──Espetó──. Ni siquiera sé si eso es válido en el boxeo....
── En mi defensa, usé una técnica de lucha libre y también te explique sobre eso hace un rato ──Intento defenderse y apaciguar un poco el enojo del contrario. ── Además, no había árbitro por lo cual no hay reglas ──Sonrió travieso el menor, exhibiendo sus dientitos de conejo, que le sumaban inocencia a su excusa.
── Y hasta ahora lo dices, que conveniente ¿No? ──Desvío la mirada irritado el de rizos.
De verdad estaba muy enfadado, no le gustaba la trampa. Bueno, a veces la usaba para los juegos de mesa en los que muchas veces se sentía perdido, ¡Pero ese no era el caso!, en una apuesta como esa, con su placer en juego, no iba a permitir trampas sucias como esa por parte de Jungkook.
Le había ganado con trampa en un combate que venía muy reñido, con la posibilidad de que ambos ganaran, y en parte sabía que por eso Jungkook lo había hecho; por que se sintió acorralado y en el fondo sabía que él también podría ganarle en cualquier momento.
Sonrió internamente ante ese pensamiento.
Le gustaba que su novio fuera competitivo, pero justo en ese instante solo podía sentir mucho enojo y frustración.
── Ya no te enojes, solo fue un juego, Tete ──Suplicó con voz cariñosa Jungkook aferrando sus brazos al abdomen del contrario cuando este hizo el intento de soltarse. ── Ya me ganarás en otra ocasión, lo estabas haciendo muy bien, de verdad...──Alagó en un murmuro, dejando pequeños besos en el cuello de este, importandole poco lo sudoroso que estaba.
── Además, estoy seguro que no te vas a quejar del premio que voy a cobrar... lo vamos a disfrutar ambos ──Susurró tentandolo, con una expresión extasiada.
Receloso ante las atenciones de su tramposo chico, el mayor solo apretó los puños al interior de los guantes y optó por una postura rígida para no ceder ante las caricias y tentadoras palabras del contrario.
── Aja, un premio que no te mereces, porque lo ganaste haciendo trampa ──Insistió, todavía indignado con una mueca de enfado.
Sin darle mucho tiempo para seguir resistiéndose, rechistando, ni mucho menos para que pudiera escaparse; ignoró los reclamos, y rápidamente pero con el cariño que lo caracterizaba, Jungkook giró el cuerpo del azabache hasta quedar frente a frente con él, dedicándole una leve sonrisita de culpabilidad antes de acorralarlo contra las cuerdas del cuadrilátero y disponerse a besar con vehemencia el cuello del acanelado, saboreando sin recelo alguno el leve sabor salado que tenía por el sudor que corría por este.
El mayor apretó sus labios para impedir los jadeos que quisieron escaparse de su boca al sentir el lento y torturante contacto de la lengua ajena acariciando su piel, mientras aquellos labios cereza hacían una presión exquisita al mismo tiempo.
── Jungkook... ──Murmuró en una advertencia casi inaudible que más bien quiso parecerse a un jadeo.
── ¿Mhh? ──Ronroneó en tono inocente el nombrado, mientras sus manos viajaban hasta la pequeña cintura del pelinegro y enterraba sus dedos con anhelo allí, provocandole un gruñido al otro.
Al ver que a pesar del enfado y de que el ceño del pelinegro seguía unido por pequeñas arrugas; el mayor estaba correspondiendo a cada una de sus caricias. Sonrió triunfante encima del cuello ajeno, y con el mismo ritmo lento, fue dirigiendo sus besos hacia la mandíbula de este, acompañados de dulces y suaves lamidas que al final lograron sacarle un jadeo ruidoso al nombrado, haciéndolo sentir victorioso nuevamente.
Cuando una de las manos del castaño se adentró en la camisa del mayor para acariciar su abdomen, y su boca rozó la comisura de la ajena; el de cabellos oscuros, alejó su rostro evadiendo el beso.
Ahora Jungkook fue quién frunció el ceño desconcertado.
── ¿Que estás intentando hacer? ──Inquirió el mayor observandolo con su ceja arqueada y una expresión seria, aunque él ya sabía muy bien la respuesta a esa pregunta.
── Cobrando mi premio, ya que fui el ganador ──Dijo con obviedad el más joven sonriendo con malicia pura.
── ¿Cuál?, ¿El que ganaste injustamente? ──Insistió con sarcasmo el mayor.
Jungkook solo río y asintió sin vergüenza alguna.
── Ese mismo ──Acompañó su descarada confesión con un guiño.
Taehyung le dedicó una mirada filosa, antes de girar su rostro, aún resentido.
Sin importarle mucho la actitud del contrario y conociendo bien sus puntos débiles, el menor deslizó una vez más su lengua por la afilada mandíbula del moreno, hasta llegar a su cuello dónde dejó un par de succiones que sacaron algo parecido a un gruñido retenido por parte de este.
Sabía que Taehyung estaba a muy poco de ceder, así que siguió con sus planes.
Cuando el recorrido de besos llegó hasta la clavícula ajena, su ansiedad le ganó, así que sin darle oportunidad de nada, tomó con firmeza la nuca del mayor y atacó los labios contrarios en un beso hambriento y desesperado.
Taehyung lo intentó. Jura con todo su ser que de verdad intentó resistirse y mantener su orgullo y dignidad intactos, pero joder, la manera en que Jungkook ──Su tierno Jungkookie── lo estaba besando con tanta ferocidad y tocando con tanta posesividad, sin duda lo había superado a él y a su ego que poco o nada le estaba importando en ese preciso instante.
El castaño mordió el labio ajeno con delicadeza, al tiempo que calmaba el ardor de la misma lamiendo en el lugar exacto, enloqueciendo al mayor con ese acto.
Con un gruñido gutural, el pelinegro tomó el control del encuentro llevando ahora él su mano a la nuca del nívea e introduciendo con brusquedad su sinhueso en la cavidad ajena para comenzar una lucha feroz e interminable.
Sin querer perder el poder que estaba consiguiendo, el castaño acercó más sus cuerpos con un brusco movimiento en la cintura del mayor, el cuál logró un delicioso roce de sus entrepiernas que pudieron sentir con total claridad, gracias a las finas telas de sus shorts deportivos.
Ambos ahogaron un gemido ruidoso en los labios del otro, mientras sus manos se deleitaban recorriendo por sí solas la anatomía ajena con parsimonia, conociendo perfectamente cada curva y cada musculo, como también aquellos puntos exactos con la que el otro perdía el control.
Las grandes manos del mayor viajaron hasta aquel firme, bien formado y perfecto trasero que tanto le encantaba, para apretar con deleite cada músculo entre sus dedos, sacandole un exquisito gemido agudo al de cabellos chocolates.
Entre jadeos y maldiciones ahogadas, Jungkook no perdió ni un segundo más y tomó con seguridad a su novio por los muslos, para así dirigirse con él hacia el centro del ring.
Taehyung, embriagado por los labios ajenos y por el calor que comenzaba a recorrer su cuerpo, se dejó hacer gustoso. Enredó sus piernas en la cintura contraria y rodeó el cuello del menor mientras se dedicaba a morder y dejar pequeñas succiones en el mismo.
La felicidad de Jungkook era más que desbordante. Por fin su plan se estaba cumpliendo tal y cómo quería, y no podía sentirse más satisfecho.
Oh, y sin duda disfrutaría de su premio...
Los chasquidos ruidosos y obscenos que provocaba cada encuentro rudo entre sus labios, en unísono con los jadeos y el sonido de sus respiraciones agitadas resonando fuertemente en el lugar, en conjunto con la posición y las caricias que se daban; habían nublado por completo la mente de ambos, con él único objetivo de apagar el fuego que los estaba invadiendo internamente.
Jungkook se encontraba a ahorcajadas encima de la cadera del mayor, respondiendo a cada beso suyo con la misma intensidad y el mismo desenfreno, mientras aprisionaba los brazos del nombrado contra la lona, con una seguridad y dominancia inpropria en él, al mismo tiempo que sus caderas se movían a ritmo lento y tortuoso encima del bulto firme ──que aún era cubierto por la tela──, de su novio.
Cuando los belfos de ambos picaron en un pedido urgente por un poco de descanso, ambos no tuvieron más remedio que separarse. Sólo para que el menor tuviera la libertad de comenzar a morder y succionar un par de veces el acanelado cuello del contrario, al tiempo que aceleraba un poco más los movimientos de su cadera. Sacandole un ronco gemido a su amante.
── Jungkook... q-que... Ah ──Ahogó otro gemido el mayor, al sentir como el castaño daba un leve brinco, simulando una embestida, y recibiendo el dulce quejido del nombrado en su oído. ── Mhg... M-ierda, ¿Que carajo... quieres hacer? ──Preguntó sofocado.
El castaño levantó su rostro para observarlo con la travesura delatandose en su sonrisa y en sus ojos.
── Ya te dije, quiero... cobrar mi premio ──Le dedicó un puchero digno de un niño caprichoso, el cuál sólo logró calentar aún más al pelinegro.
── ¿Entonces que esperas para hacerlo? ──Lo miró desafiante, lamiendo y mordiendo sus labios con deleite, ante la atenta mirada contraria.
── Solo estaba esperando que dejarás de hacer berrinche ──Susurró divertido el menor, a centímetros de los labios ajenos.
Los orbes oscuros giraron en desacuerdo, mientras el más joven reía bajito, repartiendo suaves besos por todo el perfecto rostro de su amado.
── No es berrinche, es molestia justificada... ──Aclaró el azabache con su ceño levemente fruncido, el cual duró poco, pues rápidamente fue reemplazado por una expresión seductora y juguetona. ── Y si quieres que se me pase el enojo, opino que deberías hacer algo al respecto, ¿No te parece un trato justo? ──Inquirió con una sonrisa maliciosa.
El menor dejó escapar una risita nasal pero asintió totalmente de acuerdo.
── Será un honor hacerlo, señor Kim ──Susurró en respuesta, dejando un casto beso en sus labios.
Ambos compartieron una sonrisa de complicidad y excitacion.
Contento de tener vía libre, y sin perder mucho tiempo, las blanquecinas manos se encargaron de subir la grande y sudorosa camisa blanca de algodón que portaba el mayor, dejando suaves caricias en la piel contraria en medio del proceso, mientras recorría una vez más con deleite y gozo el cuello y las clavículas del mismo.
Una vez la tela estuvo lo suficientemente arriba como para exponer el levemente ──Pero perfecto, ante los ojos de Jungkook── trabajado torso del acanelado; el castaño dirigió su boca hasta uno de los botones marrones que se encontraban erguidos suplicantes de atención, y sin dudarlo, se la dio. Comenzó a succionar con deleite, a lamer y morder con delicadeza dicha zona provocando los jadeos profundos que se escapaban de los labios contrarios.
Aunque estaba centrado y bastante ensimismado en lo que hacía, de reojo pudo notar como el pelinegro pretendía retirar los guantes de boxeo que aún portaba. Por lo que sin permitírselo, el menor negó desde su posición, apresando entre sus dientes una de las protuberancias y con sus manos impidiendo sus movimientos, volviendo a pegar los brazos ajenos a la lona, ignorando la mirada curiosa y confusa de su novio.
── Mhg... Jungkookie ¿A-caso desbloqueamos un nuevo fetiche? ──Inquirió risueño y entre jadeos el mayor.
Sin pena alguna, el nívea asintió mordiendo sus labios descaradamente y mirando con esos brillantes y saltones orbes a su amante.
── Contigo es imposible no tenerlos Hyung ──Confesó con la mayor dulzura a pesar de lo desentonante del momento, que de dulce tenía poco. ── Te ves tan caliente con ellos puestos ──Susurró, chupando con gusto el labio inferior del pelinegro, provocandole un gemido ronco.
── Si me sigues hablando de esa manera no me voy a contener por mucho más ──Advirtió con voz grave el mayor. ── Me encanta que te excite verme con ellos puestos, pero si me los dejo, no podré tocarte, cariño ──Hizo una mueca que pareció más bien una especie de puchero.
El pálido sonrió complacido.
── Ese es el punto ──Respondió deleitado con la expresión del mayor. ── Hoy no necesitarás las manos cielo, porque yo me voy a encargar de todo ──Sonrió sintiéndose poderoso.
El azabache lo miró receloso, sintiendo sus instintos dominantes gruñir en desacuerdo al no poder tener el control y total mando de la situación como tanto le gustaba. Pero por otro lado, la idea de tener a su novio tal vez montandolo y otorgarle esa pequeña pizca de poder, tampoco le desagradó en lo absoluto.
── Está bien, como pidas mi príncipe ──Asintió dulcemente dedicándole una sonrisa.
El diablito interno de Jungkook dio brincos alegre al ver lo inesperadamente fácil que estaba siendo persuadir a su hombre. Contento, susurró un alegre "Gracias" encima de los labios contrarios, dónde dejó un corto beso, antes de redirigir su atención al torso impropio.
Por un par de minutos, lamió, mordió y jaloneó suavemente con sus dientes los botones marrones a su gusto, mientras sus manos viajaban por el abdomen del mismo rasguñando delicadamente el poco marcado Six Pack que el nombrado poseía. Cuando los jadeos del mayor se volvieron más pesados y su respiración se aceleró, al ver que el tono marrón de su pecho pasó a ser de un rojo fuerte, el nívea decidió que era suficiente por esa zona, y entre besos húmedos y lamidas descaradas, hizo un recorrido desde los pectorales hasta detenerse a la altura del ombligo ajeno.
Ante la atenta y profunda mirada de su amado, sus manos tomaron con seguridad los extremos de los shorts color verde militar, despojandolo de ellos de un fuerte movimiento y llevándose con ellos el bóxer color gris en el proceso.
Cuando vio la gran virilidad del mayor rebotar ante sus ojos totalmente erguida, una sonrisa de egocentrismo puro se instaló en su rostro.
Relamió con deleite e impaciencia sus rojizos labios, antes de tomar con firmeza entre sus manos su entrepierna. Ansioso por escuchar más sonidos salir de aquellos perfectos y acorazonados labios, acarició de arriba a abajo con su diestra en un ritmo lento y tortuoso que tenía gruñendo al mayor.
Apoyándose en sus codos para observar con mayor claridad una de sus vistas favoritas, el pelinegro observó atento y con gusto como el castaño engullia ansioso y con experticia toda su extensión, sacandole un gutural gemido.
Los movimientos rítmicos y certeros no se hicieron esperar por mucho. Jungkook succionaba con esmero y gusto aquella zona de su novio, acariciando con el metal que yacía en su boca, el cuál contrastaba a la perfección con la temperatura ardiente de la piel canela. Deteniéndose de vez en cuando solo para juguetear con su lengua por la extensión, trazando cada vena sobresaliente y rozando tortuosamente aquella pequeña hendidura que se situaba en el extremo de la misma , provocando que el moreno se retorciera entre gemidos graves y maldiciones susurradas.
Taehyung no entendía porque el castaño estaba siendo tan dedicado, tan torturante y a la vez tan deliciosamente caliente en cada roce o movimiento, pero sin duda le estaba gustando esa faceta poco cohibida y atrevida de su chico.
── Ah... Kookie... mi-erda, sigue así bebé... ──Murmuró entre jadeos el azabache, dejando caer su cabeza hacia atrás extasiado cuando los movimientos se volvieron más veloces y las succiones más duras.
Joder, claro que le estaba encantando. Jungkook solía ser dócil, sumiso y entregado cuando se trataba de sexo. El mayor siempre teniendo el mando y tomando la delantera; por ello, aunque en parte le sorprendía la repentina actitud confiada, seductora y segura del más joven, realmente estaba disfrutando cada una de sus acciones y amando conocer esa faceta suya.
Lo estaba volviendo loco y a penas iniciaban.
El castaño se dedicaba simplemente a succionar con deleite, a lamer con esmero cada lugar, disfrutando del sabor un tanto salado del contrario que se fundía en su boca y se mezclaba con su propia saliva que se escurría por sus comisuras de manera obscena. Para ayudarse un poco en el proceso, con su diestra acarició y rasguñó toda la piel a su alcance; el abdomen, la cadera y esos firmes muslos que tanto adoraba llevándose gran parte de ellos.
A ese paso, iban a tener que adoptar un gato para poder justificar ante los managers de Taehyung la cantidad exagerada de rasguños y marcas que resaltaban en varias partes de su cuerpo.
Se río malicioso internamente ante ese pensamiento.
Bajó el ritmo de las succiones solo para torturar un poco al de hebras oscuras, sacandole un gruñido descontento que en poco fue eclipsado por un gemido profundo, una vez su lengua lo acarició por última vez. Cuando la espalda del moreno volvió a tocar la lona, su respiración se aceleró y su intimidad vibró en la mano que ahora le brindaba atención, avisándole del clímax, el castaño supó que era momento de actuar...
A pesar de encontrarse perdido entre la bruma de placer a la que Jungkook lo estaba empujando poco a poco, Taehyung estaba aún lo suficientemente consciente para que todos sus instintos se pusieran alerta y que su cuerpo se tensará, al sentir como las blanquecinas manos se encargaban de abrir más sus piernas y flexionarlas levemente hacía arriba.
── Q-que... ──Logró pronunciar apenas, antes de dejar escapar un gemido ruidoso cuando el nívea se dedicó a succionar con rudeza su zona baja mientras atendía rápidamente su intimidad con su diestra.
Taehyung en aquel momento era un desastre. Con el cuerpo arqueado, los puños apretados dentro de los guantes de boxeo, los ojos cerrados con fuerza, la respiración agitada, el rostro sudado y el corazón a mil.
Claro que Jungkook ya le había dado felaciones en el pasado, no podría incluso contarlas porque aquello era una de las prácticas favoritas de ambos. Y las amaba, por supuesto que le gustaba como su novio siempre era tan dedicado en brindarle placer; pero si tuviera que hacer un ranking de sus favoritas, sin duda la que estaba recibiendo en ese instante se llevaría el primer lugar.
Realmente lo estaba disfrutando, mucho, aunque no supó como describir el sentimiento que lo abordó una vez sintió la lengua del nívea deslizarse hacia abajo, acariciando la separación de sus glúteos y deteniéndose en aquel lugar que tan alerta lo pusieron.
Tragó saliva con dificultad e intentó levantarse, pero la posición en el que el menor lo mantenía no se lo permitió.
── J-Jungkook... ¿Qué estás... ──apenas pudo murmurar, cuando sintió una falsa embestida dada por el sinhueso del castaño.
── Este será mi premio, Hyung... ──Susurró el nombrado dedicándole una mirada lasciva y una sonrisita de inocencia fingida, antes de depositar un beso humedo en la estrecha zona.
El pelinegro jadeo, no supó bien si de placer o de horror...
── Oh no, y-ya hemos hablado de esto, no va a pasar Kook... ──Negó frenéticamente, un tanto alterado.
── Pero, cariño... ──Puchereó en respuesta, decepcionado, el castaño.
── No, ya sabes bien mi posición ante ese tema ──Le recordó con severidad negando rotundamente una vez más.
Y si que lo sabía, porque varias veces habían hablado de ello, o más bien, Jungkook había intentado varias veces persuadirlo para obtener una respuesta positiva a su favor, pero para su desgracia, el mayor nunca desistia en su posición.
Taehyung sabía sobre los gustos de su novio. Lo conocía muy bien y era consciente que a él le gustaba experimentar y jugar. Jungkook era un versátil en todas sus letras, pues no le importaba que rol desarrollaba, solo disfrutaba del sexo en todas sus facetas, y aquello al mayor le encantaba pues por ello se entendían a la perfección en el ámbito sexual y no permitían que la monotonía los envolviera nunca.
Sin embargo, por su parte el mayor tenía muy claro cuál rol quería desarrollar en su relación. Él era el dominante y eso no estaba en discusión pues desde el inicio así lo habían acordado mutuamente.
Y no, no se trataba de algo de egos o orgullos estúpidos de masculinidad, el porqué el mayor se aferraba a su posición de dominancia y mando. Más bien se trataba de un trauma, un ridículo ──cómo lo veía él── y absurdo trauma infundado por uno de sus idiotas ex novios.
Siempre odiaría profundamente a aquel imbecil que lo había puesto en esa situación, y lo estaba haciendo el doble, al ver el puchero rabioso y de decepcion pura formarse en el rostro de su precioso novio, y ver como este se alejaba con resignación de su cuerpo.
El mayor suspiró con pesadez dejando caer con fuerza su cuerpo de nuevo sobre la lona.
Estupido Lee Jongsuk, te odiaré toda mi maldita vida...
🥊🥊 Continuará • • •
♥️🥊 3 / 6 🥊♥️
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top