🥊♡: RING ONE 🥊
𖥨 ×♡ ×♡
Jungkook se removió incómodo cuando el calor comenzó a ser insoportable y la posición en la que dormía le estaba provocando varios calambres.
Gruñó entredormido intentando acomodarse para evitar la luz del sol que seguramente era culpable de su mal despertar, pero sus movimientos fueron en vano, pues era prácticamente un rehén del oso dormilón adicto a los abrazos, que tenía como novio.
Sonrió levemente entreabriendo sus ojos para girarse a ver a su secuestrador quién se hallaba tras él; tal y como se lo esperaba, se encontró con un angelical rostro acurrucado a su espalda, respirando suavemente en su nuca, con varios ondulados y rebeldes cabellos color carbón escondiendo esos ojos afilados que tanto adoraba admirar, estuviesen abiertos o cerrados.
No era necesario agachar la mirada para saber que también estaba siendo apresado por los brazos fuertes pero delgados del mayor rodeando firmemente su cintura, en conjunto con la pierna derecha que lo inmovilizaba por completo. Esa era su habitual ──y, preferida── forma de dormir.
── Tete, cariño... ──Lo llamó suavemente, escabullendo sus dedos en la cabellera oscura de este para así comenzar un pequeño masaje, en busca de lograr despertarlo. ── ¿Me dejas levantarme?.
Cuando sus caricias bajaron hasta el cuello del azabache, fue cuando obtuvo un leve quejido en respuesta. ── Mmh, No... cállate y déjame dormir otro rato ──Murmuró entredormido el mayor, con voz ronca y una mueca de molestia, aferrandose más al cuerpo del nivea y acurrucandose dispuesto a continuar en el país de los sueños.
El castaño rió sin dejar de admirarlo. ── Tengo que ir al baño, ¿Qué pretendes que hagamos en este caso?.
── Adelante... luego cambio las sábanas ──Balbuceó despreocupado el contrario.
── ¡Tae! ──Lo riñó divertido soltando una risita el más joven, provocando una sonrisa adormilada en el moreno.
Resopló inconforme, y muy a su pesar, a regañadientes lo soltó. ── Ok, ve... yo dormiré otro rato ──Declaró, depositando un casto y sonoro beso en la regordeta mejilla de su novio, antes de darle la espalda y acomodarse mejor para volver con Morfeo.
Jungkook suspiró agradecido, aprovechando la libertad para estirarse a gusto al fin y tomarse unos segundos para despertarse por completo. Una vez se sintió más consciente, se sentó y después de su matutino viaje a otra dimensión, con su vista puesta en algún punto muerto entre las sábanas por un par de minutos; sin reprimir sus deseos, mordió su labio inferior y nalgueó con total libertad al azabache ganándose lo que pareció un gruñido por parte de este, y un cojín que terminó aterrizando inesperadamente en su cara.
En medio de risas traviesas, se puso de pie para buscar su ropa interior Calvin Klein entre el desastre que había en el suelo. Paquetes de condones abiertos, y pequeños charcos de lubricante tirados cerca de la cama era el panorama frente a sus ojos. Mordió sus labios con una pizca de culpabilidad, pero no pudiendo evitar los recuerdos de la increible noche que habían tenido, sonrojandose en demasía ante las pruebas que le reafirmaban los estrepitosos y candentes hechos que su cuerpo aún recordaba.
Por su propio bien, sacudió levemente su cabeza para centrarse en el presente.
Encontró sus boxers negros en una esquina de la habitación y rápidamente se los puso junto a un pantalón de chandal que halló tirado en un sillón. Cerró las cortinas para permitirle unos minutos extra de sueño cómodo a su novio y rápidamente se dirigió al baño a cumplir con su objetivo inicial al despertar.
Sin olvidar la nota mental de luego salir a limpiar el cuarto de inmediato...
Luego de hacer sus necesidades, tomar una fugaz ducha y limpiar silenciosamente el desastre de la habitación; Jungkook revisó la fecha en su celular con una sonrisa inmensa grabada en su rostro, pues hoy por fín era el día de poner en marcha aquél plan que llevaba pensando y repasando diariamente hace casi dos meses.
Con los ánimos por los cielos, el menor tomó cuidadosamente asiento en la esquina superior de la cama, al lado del cuerpo aparentemente inerte de su amado. Sonrió enternecido ante la imagen, pues Taehyung dormía tan peculiarmente pero al mismo tiempo, tan relajado, que muchas veces se llegaba a preguntar si aún respiraba.
── TaeTae... ──Lo llamó suavemente acariciando y apartando delicadamente las hebras que ocultaban el rostro del mayor. ── Cielo, despierta.
Como de costumbre, su única respuesta fue un débil gruñido y un manoteo al aire.
Al ver que no obtenía resultado alguno, no tuvo más remedio que poner en marcha lo que ya parecía ser parte de su rutina mañanera; con suaves besos por todo el rostro del mayor y un pequeño ataque de cosquillas, este por fín despertó entre refunfuños.
── Mmh.. Kook, te voy a matar, es sábado ──Amenazó, aunque la forma en la que se acostó en las piernas del nombrado y rodeó la pequeña cintura del mismo, fue la más dulce y cariñosa.
El menor solo le dedicó una inocente risita, mientras seguía entretenido jugando con los rizos ajenos.
── ¿Tienes planes para hoy? ──Preguntó distraído luego de unos segundos en silencio.
El entrecejo del mayor se frunció levemente ante la pregunta, mientras intentaba repasar internamente su agenda del día, al mismo tiempo que luchaba consigo mismo para mantenerse despierto.
── No tengo nada planeado realmente... Solo... Estaba pensando en llamar a Jiminie e invitarlo a jugar Golf. Lleva días insistiendo en que le enseñe a jugar, asi que podría aprovechar y darle unas lecciones ── Murmuró en medio de un bostezo, encogiendose de hombros.
Un puchero de enfado se hizo presente en el rostro de Jungkook, aunque el mayor no lo estuviese viendo.
── ¿Le vas a enseñar primero a Jimin y no a mi? ──Replicó, cruzandose de brazos enfadado.
El azabache rió y levantó su rostro para observar el tierno ──y ya esperado──, puchero de su novio.
── Tú le enseñaste primero a él a boxear y yo no dije nada, estamos a mano, cielo ──Le guiñó un ojo divertido, y apretó suavemente los rellenos labios con dos de sus dedos para deshacer el puchero molesto del menor. ── Además, tú también me debes un entrenamiento ──Ahora fue él quién puchereó y frunció el ceño falsamente molesto.
El castaño sonrió satisfecho ante ese reclamo, pues era justo la respuesta que estaba esperando para dar inicio a su plan...
── Primero: que yo recuerde, sí te enojaste cuando le enseñé a boxear a Jimin-ssi. Me dejaste de hablar por tres días, Don dramático ──Le recordó divertido, ignorando como el otro rodaba los ojos en desacuerdo. ── Segundo: precisamente por eso te pregunté por tus planes de hoy...──Murmuró distraidamente acariciando dulcemente la mejilla de su amado.
Bastó oír aquello, captar el tono en que el menor lo había dicho y notar la sonrisita que bailaba en los labios del mismo, para que Taehyung sintiera sus sentidos despertar por completo. De inmediato, lo miró atento con la emoción comenzando a brillar en sus profundos ojos, cuál niño pequeño.
── No me digas que es lo que estoy pensando... ──Lo miró con una de sus cejas arqueada.
Jungkook tan solo asintió divertido, desviando su delatadora mirada.
── Tengo el día libre hoy... y Namjoon Hyung dijo que puede prestarnos el gimnasio por algunas horas.
── ¿Eso quiere decir que hoy por fín voy a poder darte una paliza? ──Bromeó risueño el mayor, sentándose en la cama enérgicamente de repente.
El castaño rodó los ojos y negó de la misma manera, controlando la tonta sonrisa que quería escapar de sus labios.
── Aún no, primero te tengo que enseñar y para eso yo voy a ser quién te dé la paliza, tonto. ──Dijo con un tanto de egocentrismo, propinandole un leve y juguetón golpe en el hombro.
── Recuerda que los alumnos a veces superan a los maestros, y yo soy un muy buen alumno, cariño. Así qué cuídate ──Advirtió el mayor con tono seductor, dejando una caricia superficial y efímera en la rodilla desnuda del menor, acompañado de un guiño.
Deseando ser inmune a gestos como esos por parte del acanelado por lo que restaba del día; Jungkook tragó saliva intentando ignorar el tono y la sonrisa seductora que tantas sensaciones le provocaba siempre su novio, y simplemente rodó los ojos ante el comentario, cruzandose de brazos para así reafirmar su apariencia "despreocupada".
── Ajam, ya veremos... ──Murmuró en medio de un suspiro. ── Mejor deja de alardear y ve a bañarte, voy a preparar todo.
Intentó cumplir con lo dicho e ir a preparar lo necesario para su clase, pero no pasaron ni segundos cuando el mayor ya le había impedido todo movimiento, gateando hasta él y acorralandolo contra el respaldo de su cama.
── Gracias por cumplir por fin mi capricho y ser mi instructor, te prometo que seré el mejor alumno ──Susurró sonriente y seductoramente a centímetros de los labios del contrario.
De nueva cuenta, la saliva se deslizaba como una pesada roca por la garganta de Jungkook, con la vista fija en los perfectos y provocativos labios que para su desgracia poseía su novio.
── Eso espero, porque... te advierto que soy exigente ──Respondió de la misma forma, en un susurro seductor, observando fijamente los orbes oscuros y profundos de su amado, dónde se reflejaba el deseo permanente y la llama insistente que existía siempre entre ambos.
Satisfecho de que entrará en su juego, Taehyung tomó la iniciativa y sin resistirse más, unió sus labios con los de su ansiado chico, quién no tardó en corresponder con la misma fuerza y el mismo deseo.
Era un encuentro rudo y demandante, con residuos de la noche anterior que sus cuerpos aún recordaban vividamente. Las manos del azabache se escabulleron en el interior de la camisa oversize que portaba el menor, acariciando la pequeña cintura que tanto amaba tener entre sus manos. Sin ánimos de quedarse atrás, el castaño, de la misma forma enredó sus manos en el cuello ajeno, facilitandole la tarea en el momento en que este decidió ponerlo a horcajadas encima de sus piernas.
Ambos, como siempre, se olvidaron de cualquier otra cosa por más importante que esta fuera y se dedicaron únicamente a recibir cada atención llena de amor y deseo por parte del otro con la misma intensidad.
Las manos de Jungkook acariciaban delicadamente el torso y la espalda de su novio, agradeciendo internamente a cualquier ser divino que lo escuchase en aquel momento que el mayor durmiera sin camiseta, permitiéndole día a día apreciar y tocar con libertad cada músculo qué con el paso del tiempo se ponían más firmes, debido a las sesiones de ejercicio que empezaron a tomar juntos hace un par de meses.
Bendito sea el día en que se me ocurrió invitarlo al gimnasio...
Ese y todo pensamiento mínimamente coherente fue nublado cuando los dientes del pelinegro jalaron delicadamente del aro que descansaba en la esquina de su labio inferior, al mismo tiempo que jugueteaba con su ávida lengua en dicho lugar.
Los gemidos queditos inevitablemente comenzaron a escaparse de los labios del menor, mientras sus caderas iniciaban un lento vaivén en el bulto que poco a poco tomaba firmeza bajo los pantalones de pijama del mayor.
── Mhh, ¿Te duchaste sin mi? ──Inquirió jadeante Taehyung en medio de un susurro, mientras repartía besos húmedos y deslizaba su nariz por la extensión del blanquesino cuello, inhalando el aroma a Vainilla artificial que ya tanto conocía y tanto le gustaba.
Jungkook asintió entre un jadeo.
── Si no... lo hacía, nunca saldríamos de aquí, Mhgg ──Murmuró apenas, compartiendo una rapida sonrisa complice con el contrario, que fue borrada inmediatamente por un profundo beso.
── Pues... creo que tendremos que aplazar el entrenamiento, porque ahora si que no quiero salir de aquí ──Comentó el mayor con voz ronca encima de los labios contrarios, deslizándose de nuevo hasta el cuello nivea para repartir mordidas suaves en esa área y en sus clavículas, las cuáles en pocos minutos seguramente tomarían color hasta desaparecer al paso de unos cuantos dias.
En contra de todos sus deseos, la mente de Kook le hizo un llamado de alerta antes de perderse por completo en la bruma de placer que los estaba envolviendo poco a poco. Como pudo, volvió en sí y obligó a su mente a centrarse y a su cuerpo a seguir correctamente con su plan. Así qué ──a regañadientes── negó, y detuvo todo movimiento del pelinegro, quién ya tenía claras intenciones de retirarle su short deportivo.
── No niego que es una propuesta muy... tentadora... pero, como el entrenador responsable que soy, me gusta el compromiso y la puntualidad ante todo en mis clases, así que... vete a bañar que vamos a llegar tarde y te voy a poner trabajo extra como castigo ──Sonrió al ver la mueca de descontento del mayor, y con una simple risita de niño inocente y un casto beso, se alejó.
── Está bien... ──Suspiró resignado el contrario intentando controlar su respiración agitada. ── Pero entonces no me sigas hablando de esa forma tan demandante porque me entran ganas de llegar tarde ──Advirtió con una sonrisa y un guiño antes de levantarse para depositar un beso en la mejilla de su sonrojado ──e igualmente── agitado novio, para luego dirigirse al baño a tomar lo que ahora era ──Gracias al menor──: una urgente ducha.
Mientras tanto, Jungkook buscaba fuerzas internas para calmar su cuerpo, concentrarse y no caer en las provocaciones a las que seguramente se tendría que enfrentar en medio del entrenamiento, ni mucho menos a sus carnales deseos. Porque él si quería enseñarle realmente a boxear a Taehyung, pues sabía que un entrenamiento básico de boxeo y defensa personal podría serle útil en algún momento de su vida al mayor; pero sin duda, lo mejor de su plan venía al finalizar dicha clase.
De eso, se encargaría él...
Necesitaré mucho autocrontrol y fuerza de voluntad...
¡Tú puedes Jungkook!
── ¡Kim Taehyung, ya apurate que a este paso no vamos a llegar nunca, maldita sea! ──Gritó hastiado el menor, por ──tal vez ya──, décima vez en los últimos cinco minutos. Mientras, estresado con la tardanza de quinceañero del mayor, terminaba de guardar las botellas de agua y un par de batidos energéticos en las bolsas de deporte.
── Tranquilo, cielo, ya estoy listo ──Comentó despreocupado el mencionado haciendo acto de presencia, acercándose a la barra de la cocina a paso lento y calmado, mientras terminaba de acomodar la bandana en su cabeza. ── Jimin tiene razón, a veces pareces a ese conejo obsesionado con la puntualidad de Alicia en el país de las maravillas ──Sonrió divertido. ── Tan tierno pero tan gruñón.
── Y tú a veces pareces una tortuga con complejos de Cenicienta, tardandote horas en arreglarte ──Lo miró mal, y le lanzó una manzana, la cuál no tardó en atrapar el mayor y darle una mordida entre risas.
── Hablando de animales tiernos ──Tragó su bocado── ¿dónde están Tan y Bammie? ──Inquirió preocupado el pelinegro, al no ver correteando por toda la casa, ──como era de costumbre── a sus dos hijos caninos.
── Yoongi-ah vino por ambos anoche. Se ofrecieron a cuidarlos hoy, ya que tienen planeado pasar el día en el parque con Hobi. Mañana en la tarde los traerán de nuevo.
── Creo que no me lavé bien los oídos, ¿Yoongi, un sábado, en el parque? ──Lo miró entre la incredulidad y la burla.
El contrario sonrió de igual forma.
── Si, yo tampoco me lo creí cuando lo escuché ──Rió. ── Pero, aproveché el amable ofrecimiento porqué me daba pena dejarlos solos aquí todo el día ──Se encogió de hombros e hizo una mueca triste que hizo sonreír enternecido al mayor. ──Según me dijo, Jimin quiere probar el Yoga porqué leyó en alguna revista dudosa que supuestamente eso les ayudaría a reforzar la confianza y no sé que más tonterias para sobrellevar mejor esa extraña relación poliamorosa que decidieron iniciar con Hoseok.
── Yoongi haciendo Yoga, eso es algo que necesito ver para creer ──Murmuró entre risas el azabache, sacando su celular. ── Le diré a Jiminie que lo grabe y nos pase videos ──Sonrió travieso escribiendole de inmediato a su mejor amigo.
── Ahora que me doy cuenta, ¿tenías todo planeado, no es así? ──Le dedicó una mirada acusatoria.
El castaño sonrió culpable.
── Ya sabes, a mi no se me escapa nada, cariño ──Le guiñó un ojo, compartiendo una sonrisa complice con el nombrado. ── Bueno, ya está todo listo ──Suspiró orgulloso desviando su mirada hacía la mesa para darle un repaso visual rápido a las bolsas. ── Guantes, vendas, toallas, agua, batidos, ropa para cambiarnos... ¿Hace falta algo? ──Frunció su ceño pensativo poniendo sus manos en jarra.
── Si, que me des un beso y me digas, ¿por qué eres tan bonito? y me confieses si es que, ¿acaso tienes algún muñeco vudú mio por ahí escondido para tenerme así de tonto? ──Murmuró el mayor con una sonrisa tierna, apoyándose con ambos brazos en la encimera para quedar a unos centímetros de distancia del castaño, y dándole un toquesito en la nariz con su indice.
Jungkook sintió sus mejillas calentarse, y le devolvió la sonrisa.
── Tonto ya eras ──Se burló risueño, provocando que el mayor lo mirará mal. ── Pero, si, me descubriste ──Aceptó en un susurro como un secreto intimo, ampliando su sonrisa, y peinando uno de los rizos rebeldes que escapaba de la bandana.
── Lo sabía, eso explica todo ──Dijo de la misma forma el mayor, guiñandole un ojo, antes de robarle un pequeño beso.
Por momentos y palabras como esas, es que Jungkook no podía negarse a nada que su novio le pidiera. Ya casi erán siete años de relación plena y feliz, dónde el amor, el cariño y la ternura era lo que más abundaba en sus vidas, y por los cuales el menor siempre agradecía internamente a quién fuese el culpable de enviarle a aquél hombre tan perfecto, porqué con él conocía día a día lo que era el verdadero amor.
A veces se preguntaba a si mismo, ¿como había pasado de solo buscar sexo y diversion, a no querer despegarse ni un segundo del hombre de rulitos tiernos, vestimenta de abuelito y mirada profunda?.
── Bien, vámonos ya, antes de que el tráfico se ponga peor ──Lo apuró, soltando un pesado suspiro y saliendo de su pequeño momento de admiración a la escultura andante que tenía como pareja.
Le entregó su bolso y se colgó el propio al hombro.
── Si vas a seguir viéndome así, entonces que importa que se ponga peor el tráfico ──Sonrió coqueto el mayor dando la última mordida a su manzana, para luego lamer sus labios lentamente. Distrayendo por segundos al castaño, que luchaba con todas sus fuerzas por no mandar todos sus planes al carajo. ── O es qué, ¿así de impaciente estás por que te patee el trasero? ──Se burló, limpiando sus manos rápidamente y tomando su bolso con diversión, observando al contrario con una ceja levantada.
El castaño volvió en sí al oír el tono retador que usó el pelinegro, y soltó una carcajada en respuesta.
── Me gusta lo optimista que eres cariño, sigue así ──Se mofó dándole una leve palmadita en el hombro.
Y entre bromas, risas y tonteos ──Como era costumbre──, salieron de su apartamento rumbo a la que ambos aseguraban, sería la mejor de las clases...
── Te dije que salieramos antes, el tráfico estaba terrible ──Bufó Jungkook hastiado, quitándose el cinturón de seguridad mientras el mayor apagaba el auto.
── También hubiéramos llegado mucho antes si no hubiésemos parado a comprar el tteobokki que tanto querías ──Lo observó acusatorio, pero no pudiendo evitar la sonrisa divertida que se le escapó al ver como el contrario lo miraba mal.
── Tenía hambre ──Se excusó él, tomando su bolso y saliendo del auto con expresión de rabieta de infante.
── Amor, ¿Tú cuando no tienes hambre? ──Bromeó el pelinegro imitándolo y alcanzandolo pocos segundos después entre risas, tomando su mano para caminar juntos por el estacionamiento del lugar.
El de cabellos chocolate, suavizó un poco su expresión al sentir la calidez que le brindaba la mano del mayor rodeando firmemente la suya. A veces se sorprendía de qué, a pesar de tanto tiempo juntos, aún actos tan banales y pequeños como esos, le provocarán tanto, como si fuese la primera vez.
Desvió su mirada entre la vergüenza y la molestia.Taehyung lo hacía parecer un adolescente enamorado y eso no encajaba mucho con su imagen de hombre rudo y despreocupado, afectaba a su ego aunque su corazón era el más felíz.
── En mi defensa, el olor me dio hambre y es medio día, hora de almuerzo ──Replicó ── Además, yo soy quién va a entrenarte así que tengo que recargar energías.
── ¿Y yo no? ──Puchereó el mayor. ── Vamos a estar aquí toda la tarde, conozco tus rutinas mortales, me voy a desmayar y tendrás que cargar con eso en tu conciencia...
Jungkook rió divertido y con una pizca de malicia.
── Prefiero eso a que te caiga pesado y vomites en medio del entrenamiento ──Rió. ── Aunque eso sería divertido de ver. Y no te va a pasar nada, mi plan no es matarte, solo te daré el entrenamiento básico ──Explicó.
Una mueca de falso enfado fue lo que obtuvo como respuesta. ── Si claro, dile eso a mi cadaver. Vas a quedar viudo y va a ser por tu culpa.
Jungkook rodó los ojos divertido ante la exageración dramática del mayor.
── Tranquilo, la manzana y las fresas que comiste te darán la suficiente energía ──Le sonrió en consuelo.
── Cuando te gane, tu castigo será comprarme una docena de fresas y Ramyeon.
── Eso no va a pasar, y si milagrosamente pasa, igual tu vas a pagar porque yo ya pagué tus fresas caras ──Afirmó el castaño. ── Además, yo tengo un mejor castigo en mente ──Murmuró más para simismo con una sonrisa traviesa.
El pelinegro le dedicó una mirada curiosa al mismo tiempo que confusa y llena de intriga, a la cual el menor solo respondió con un guiño.
Entre bromas y burlas tiernas y competitivas, ambos subieron las escaleras que llevaban al gimnasio perteneciente al primo de Taehyung. Después de unos minutos, tres pisos y muchas quejas por parte del azabache poco amante del deporte replicando sobre no haber tomado el elevador; llegaron al lugar.
── Un poco de cardio como calentamiento no te va a matar, flojo ──Sonrió divertido el más joven.
── De bajada me cargarás hasta el auto, porque conociéndote me dejarás como un Zombie ──Advirtió cansado el pelinegro con una mirada dura que solo hizo reír divertido a su novio.
── ¡Namjoon carajo, ya no pue-do más! ──Escucharon gritar a quién parecía ser Jin a lo lejos, con voz entre cortada.
Ambos menores se miraron extrañados, deteniendo sus pasos para escuchar mejor, pues no querían pasar por una situación incómoda ni mucho menos vergonzosa.
── Parece que se nos adelantaron ──Bromeó en un susurro el mayor, entre risas.
El menor le pidió hacer silencio con un gesto y una sonrisa divertida, apegandose más a la puerta para escuchar mejor.
── No, aguanta otro poco más ──Se escuchó decir a Namjoon.
── Te odio, ahh-g... Mierda, ya ──Algo parecido a un quejido se escuchó de parte del mayor de los Kim.
── ¿Dónde crees que lo estén haciendo? ──Susurró intrigado y burlón el azabache.
── No sé, pero espero que no sea en el ring ──Hizo una mueca de asco. ── Ese era mi lugar, carajo ──Susurró para si mismo frustrado.
En un intento por saciar mejor a su curiosidad, el menor intentó abrir cuidadosamente la puerta, más no tuvo mucho éxito, pues para su desgracia esta no tardó en abrirse por completo, con la oxidación y vejez de la manija jugandoles en contra haciendo demasiado ruido como para alertar a los mayores sobre su intromisión.
── Diablos... ──Susurraron ambos menores apretando los ojos decepcionados ante el fuerte chillido que los había delatado.
── Quería tener con qué chantajearlos ──Murmuró el mayor guardando su celular con una expresión de derrota.
Como si fuera poco, Namjoon no tardó en aparecer frente a ellos.
── Oh, veo que ya llegaron chicos, hola ── Comentó con una sonrisa amigable el moreno acercándose a ellos.
── Lo siento, no queríamos interrumpir Hyung ──Se disculpó el menor con una mueca avergonzada.
── No interrumpen nada, Jin ya va a terminar con su entrenamiento ──Dijo guiándolos hacia una de las máquinas dónde el mayor se encontraba acostado intentando no morir en el intento de levantar una pesa de 40klg.
Ambos menores se miraron con una risa complice de culpabilidad, pues lo que sus oscuras mentes imaginaban encontrarse era una escena totalmente diferente.
── Hola Hyung ──Saludó el menor entre risas al ver el estado de Kim mayor.
── ¿Todo bien o quieres que llámenos a una ambulancia antes de que te salga una hernia? ──Se burló Taehyung sacando su celular.
── Que amables, pero no, gracias a ustedes... no va a ser necesario ──Respondió agitado Seokjin, dejando la pesa en su lugar con bastante esfuerzo, sentándose luego para tomar un poco de agua. ── Ya qué llegaron, nosotros nos vamos ──Anunció sonriente y agitado poniéndose de pié, pero no tardó en volver a su sitio gracias a la mano de su pareja que lo hizo sentarse de nuevo.
── Ni lo creas, mientras los muchachos usan el ring, tú vas a terminar tu rutina.
── Pero, Nam... ──Le dedicó una mirada indignada al mayor.
── Nada, sigue levantando que te faltan dos sesiones y luego otra con la de 50Klg.
El rubio les dedicó una mirada de auxilio a los menores pero estos solo pudieron encogerse de hombros y reír por lo bajo.
── Ustedes chicos, pueden usar el cuadrilátero y los sacos de box sin problema, nosotros estaremos aquí un rato más ──Informó Namjoon con serenidad y una de sus sonrisas amables.
── Está bien, gracias Hyung, prometemos no molestar ──Aseguró Jungkook con una sonrisa y una pequeña reverencia, para después tomar de la mano a su novio y guiarlo hasta el cuadrilátero que se encontraba en la otra esquina del inmenso gimnasio.
── ¡Suerte Hyung y cuidado con tu espalda! ──Gritó en broma Taehyung, con la intención de molestar a su mayor.
── Ja, ja, ja, que gracioso, ¡Ojalá Jungkook te noquee!
Todos se rieron ante la broma, sumiendose en un ambiente alegre y ameno, como era habitual entre todos. Su amistad de años les permitía tener la confianza para molest arse sin que nada llegará a ser personal, por eso muchos envidiaban tener una amistad tan fuerte y duradera como la de aquel grupo de amigos.
Después de un par de miutos preparando todo lo necsario, mientras escuchaban las divertidas discusiones y quejas de sus mayores a lo lejos; Taehyung estaba más que listo y preparado para iniciar con la clase que hace tantos meses había deseado tener, por eso, se encontraba frente al castaño saltando en su sitio como niño emocionado e inquieto.
── Hobi tiene razón, a veces parece que yo soy el mayor ──Comentó Jungkook, viéndolo como una sonrisa tierna, a lo cuál el pelinegro respondió con una mirada de reproche.
── Es que ya quiero empezar ──Hizo una mueca el mayor. ── Pero eso me lo repites en la noche cariño, a ver si te sigo pareciendo tan tierno ──Sonrió coqueto y le guiñó un ojo, sintiéndose satisfecho al ver el rubor que invadió el rostro del menor y como este tragó saliva duramente.
El menor por su parte solo pudo sacudir su cabeza un poco en un intento por deshacerse de su sonrojo, y carraspear para meterse en su papel de entrenador.
── Concentrese señor Kim que ya vamos a iniciar con la clase ──Habló con severidad haciendo sonreir al pelinegro.
── Imposible si el entrenador me prende tanto ──Dijo este acercándose peligrosamente al castaño.
── Shhh ──Pidió con un gesto avergonzado, señalando hacía dónde se encontraban los mayores. ── Nos van a escuchar ──Lo golpeó suavemente con uno de los guantes que tenía en sus manos. ── Ahora solo por distraer al entrenador, te voy a poner a hacer unas sesiones de pesas y lagartijas como calentamiento, vamos ──Dijo poniendo los guantes a un lado y caminando hacia el gimnasio.
La sonrisa de Taehyung se esfumó por completo. El quería boxear, no pasar por los entrenamientos mortales que sabía que Jungkook hacia antes de cada sesión de box o clase, y que él como alguien poco amante del ejercicio odiaba con todo su ser.
── ¡Kook, no! ──Se quejó como niño pequeño yendo detrás de él para alcanzarlo y abrazarlo por la espalda en un intento por hacerlo desistir.
El castaño con un manotazo suave lo hizo soltarlo.
── Si, y entre más te quejes más sesiones te agregaré ──Sonrió con malicia disfrutando su momento de poder, sin detener su paso.
Taehyung se arrepintió de haberse burlado de Jin, pues el Karma había hecho su trabajo y ahora él se uniría a las quejas y lloriqueos en busca de un poco de piedad.
Por otro lado Jungkook, empezó a amar cada vez más el haber accedido a los pedidos del mayor, pues aquel rol le estaba dando mucho más poder del que se imaginaba tener esa tarde.
Y esperaba tener aún más...
Mucho más...
🥊🥊 Continuará • • •
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