Capítulo 5

SUNGHOON POV _

Eché la lata de soda al basurero ya estrujada y me devolví a mi grupo de amigos. Todos estaban conversando entre ellos, riendo y de vez cuando revisando sus celulares. Yo por mi lado me recosté sobre una pared y busqué en mis bolsillos la cajetilla de cigarros y el encendedor. Llevé uno a mis labios y lo prendí. El amargo y fuerte sabor del tabaco se hizo presente de manera feroz en toda mi cavidad y yo con gusto lo acepté, antes de escupirlo.

─ Mierda, si el inspector te llega a ver tal vez llame a la policía. ─ Comentó Jongseong agitando su mano cuando el humo pegó con su rostro.

─ Si lo hace le tendré que recordar la fiesta que se dio con la psicóloga en el gimnasio. ─ Contesté sin interés volviendo a fumar.

─ Qué asco, dime que estás mintiendo, me es imposible pensar en esos dos. ─ Dijo Felix haciendo una mueca de disgusto. Yo negué.

─ ¿La psicóloga no estaba casada? ─ Cuestionó Beomgyu curioso mientras seguía con la vista pegada a su celular, tecleando rápidamente.

─ Ocho años de un lindo matrimonio pero buscando consuelo con el inspector, solo imagínate si alguien llegará a publicar esas lindas obras maestras en el foro escolar. ─ Confesé con una cínica sonrisa.

─ Dios mío, es una zorra total. ─ Replicó Lee sin borrar esa ridícula mueca de su rostro. Yo reí con gracia. ─ ¿Y tú no te cansas de envenenarte los pulmones con esa mierda?

─ ¿Quién lo haciendo Felix? ─ Pregunté desafiante mirándolo y él solo rodó la mirada. ─ Deberías quitarte la falda de una vez y dejar de quejarte por lo que hago, Lee.

─ Él ha fumado algunas veces a escondidas, no lo admite. ─ Expuso Jongseong riendo burlezco, Felix negó rápidamente golpeándolo en el hombro, provocando más risas en él.

Yo solo me limitaba a escucharlos.

─ Cállate idiota, además, no creo que la novia de Sunghoon le guste verlo mientras se droga.

Rápidamente fruncí el ceño y alejé el cigarro de mis labios, lo estruje contra el muro y lo eché al suelo sin apartar la mirada del rubio frente a mí, que estaba sonriente cruzado de brazos.

¿Qué mierda escuché? ¿Mi novia?

─ ¿Lo ves? ¡Botó el cigarrillo! ─ Exclamó empujando a Jongseong con su hombro, este último mordió su labio inferior aguantando la risa.

─ ¿A qué te refieres con "mi novia"? ¿De dónde carajos te sacaste esa basura? ─ Interrogué con un tono serio viendo fulminante al australiano. Este dejó de sonreír al verme con mejor atención. ─ Habla Lee, ¿Acaso la pegajosa de Wonyoung anduvo esparciendo sus mentiras nuevamente?

─ Uh...

─ Creo que se refiere a la chica nueva. La tal Shin Yuna. ─ Habló Beomgyu levantando el celular, donde se mostraba una publicación en el foro del instituto con la descripción más increíble que haya visto.

Chasqueé mi lengua sin más.

Con qué era eso.

─ Mmh... ─ Emití sonriendo ladinamente. ─ Después de todo, el lento de Donghee se tomó muy literal lo que le dije. Le lancé el celular al Choi y esté lo atrapó con una cara de susto.

─ ¡Oye, ten más cuidado! ¡Este aparato cuesta más de lo que tus órganos en el mercado negro!

─ ¿Hay algo entre tú y esa chiquilla? ─ Preguntó Park recostando su cabeza en el muro. Yo negué y reí con ironía.

─ Por favor, Jongseong, conoces perfectamente mis estándares. ─ El suspiró y rodó la mirada. ─ Pero no es culpa mía si todas esas tipas se me echan encima buscando algo que no les voy a dar.

─ Eres tan arrogante como el infierno, ¿Te lo habían dicho alguna vez? ─ Dijo Felix uniéndose a la conversación.

Yo sonreí con cinismo.

─ Las otras chicas se la van a comer viva. ─ Habló Beomgyu más calmado.

Y yo solo esperaba por ver cómo iba a ser aquello.

Entonces, la estruendosa campana sonó.

Tocaba filosofía, y por supuesto, me tocaba junto a ella. Esto sería muy divertido.

─ Ugh~ al menos la profesora Nayeon no es una anciana de la prehistoria. ─ Dijo Beomgyu.

─ Es linda y cool, eso hace que sus clases no sean tan pesadas. ─ Comentó Felix con una sonrisa ladina.

─ Uh, con que alguien acaba de confesar que tiene un Crush con las MILF. ─ Se burló Jongseong agarrando a Lee por el cuello con su antebrazo y frotando sus nudillo contra la cabeza de este.

─ ¡Quítate, no digas esas idioteces! ¡Y ella tiene 28, no es ninguna MILF, cuida tus palabras! ─ Se defendió el rubio.

─ Felix gusta de la profesora Nayeon, es un hecho, lo acabas de confesar pequitas.

Yo rodé la mirada y caminé por el aula buscando mi asiento.

Hasta que la vi a ella.

Tenía la mirada perdida y distraída a un lado viendo por la ventana, sin perder ese gusto por buscar las bancas más cercanas al cristal, tenía su cabello azabache amarrado en una coleta floja y unos cuantos mechones cayendo por su sien. Sus manos estaban encima de la mesita entrelazando sus dedos y su vestimenta era tan sencilla, una blusa de mangas largas verde y unos pantalones anchos, por supuesto los tenis de color blanco no podían faltar.

Era muy diferente a como había llegado el primer día, tan bien vestida que parecía otra persona. La vi suspirar y dirigir su vista hasta mí, pude ver cómo su cara se pintó en una sorpresa inesperada, pero no de la buena, su cuerpo se tensó al instante y rápidamente volvió a desviar la mirada.

Yo sin perder más tiempo me acerqué hasta ella, debía tomar ese asiento.

Y así lo conseguí, eché mi maleta encima de la banca y me senté recostando mi espalda sin ganas en el espaldar de la silla, estiré mis piernas debajo de la mesa.

Anteriormente me había estado deleitando con el amargo sabor de un cigarro y su humo, pero ahora mis fosas nasales fueron invadidas con el dulce aroma del perfume de Shin. Y por instinto cerré mis ojos percibiendo cada ráfaga de la esencia que se abría el paso en mi nariz.

No esperaba que emanara un olor tan delicioso y adictivo.

Rápidamente escuché como movía discretamente la silla a un lado más de ella, claramente intentado alejarse de mí. Yo no iba a hacer nada, solo esperaba por cada reacción de ella y disfrutarlas.

─ ¡Buenos días, clase! ─ Se presentó la maestra Nayeon con una amplia sonrisa. Todos en el salón la recibieron de la misma forma. De verdad era muy querida por todos.

Siendo una mujer tan joven entre todos los demás licenciados le hacía justicia a su apariencia. Y debía admitir que Felix tenía razón, la condenada era hermosa y simpática, tenía una elegante presencia y era muy divertida a veces. Sin embargo, seguía sin ser mi tipo del todo.

─ Espero que hayan tenido un muy buen fin de semana. ─ Todos asintieron. ─ Genial, porque hoy les voy a tomar una lección especial. ─ Todos se quejaron e Im sonrió en broma. ─ ¡No se preocupen! Esto no va a afectar en nada su calificación en el ciclo, pero será una medida para evaluar que tal vamos con esos conocimientos~

─ Licenciada Im~ ─ Canturreó una chica. Nayeon la miró inmediatamente asintiendo para que hablara. ─ ¿Será individual?

Im hizo un puchero.

─ De eso se tratan las lecciones Haerin. ─ Ella se quedó pensando unos segundos mientras sostenía unas hojas en sus manos, y volvió otra vez hacia nosotros. ─ Saben, se me acaba de ocurrir algo más divertido. ─ Nayeon sonrió con malicia. ─ Haremos esta lección en parejas.

─ ¡Cool! ─ Exclamó con alegría la chica.

─ Pero... Se ayudarán con su compañero de asiento~

Oh, pues tal vez no sería mala idea después de todo.

─ ¡No es cool! ─ La maestra rió con simpatía.

─ Bien, pasaré por sus asientos entrega do sus hojas de trabajo, recuerden ser colaborativos. El trabajo en equipo siempre es importante.

Dijo y caminó en cada fila entregando las copias, hasta que llegó a la nuestra, con esa característica sonrisa nos observó y por un momento alzó sus cejas y se acercó más a la pelinegra en mi lado.

─ ¿Sucede algo, Yuna? Te noto incómoda. ─ Giré la vista y observé como Shin tenía su mirada sobre la lección y su postura se mantenía recta, no se dignaba en mirarme ni un solo segundo pero sabía que ella notaba que yo lo hacía sin pudor alguno. Me di cuenta que tragó fuerte y negó con la cabeza a Nayeon.

─ N-no... Solo que, me tomó por sorpresa la lección... Es todo.

Nayeon no conforme hizo una mueca y tocó el hombro de la azabache. ─ Vale, pero si algo te molesta puedes decírmelo. ¿O acaso no quieres que Sunghoon sea tu pareja?

Vi como su cuerpo se tensó al escuchar su última pregunta, y no la culpo, se me hizo tan raro escuchar esa pregunta y no tomarla en un contexto completamente opuesto.

─ ¡N-no, estoy bien, no sé preocupe! ─ Contestó de inmediato haciendo sobresaltar a Im.

─ Como no, quiere aprovechar cualquier oportunidad para echársele encima. ─ Escuché murmurar a una chica detrás de nosotros, y no pude evitar sonreír al respecto.

A veces, era cómico ver cómo hablaban y actuaban todas esas mujeres celosas, creyendo que de verdad hay una nueva competencia para ellas que pueda quitarles su chico de oro.

─ Está bien. ─ Dijo sin más la profesora y se retiró. ─ Tienen hasta la siguiente campanada, recuerden que no afectará su nota pero quiere tener ne claro sus conocimientos con la materia.

Suspiré con aburrimiento y comencé a leer las preguntas en la hoja de la lección.

Todas eran la misma cosa repetitiva de todos los años, nada nuevo para ser último año, donde se supone deberían variar temas pero los malditos profesores se dignaba únicamente en enseñar la misma mierda una y otra vez como si en la universidad les hubieran enseñado el mismo tema por cinco años seguidos, una replica total de los inútiles maestros de inglés.

─ Uhm... ─ murmuró Yuna, pero no volteé a verla más que observarla de reojo sin interés alguno. ─ ¿P-por dónde deberíamos empezar? ─ Preguntó con claro nerviosismo en su voz. ¿Por qué siempre tenía que ser así? Joder, ¿Cuántos años tiene? Parece una maldita niña pequeña.

Me eché nuevamente hacia atrás y coloqué mis brazos atrás de mi cabeza.

─ No tengo idea, está tonta lección no afectará mi nota así que no pienso hacerla. ─ Solté. Ella jadeó al escucharme pero inmediatamente carraspeó.

─ Pero sigue siendo una actividad de clases, tienes que hacerla...

Fruncí el ceño y reí con sarcasmo ante su petición.

─ Por favor, Shin, no voy a seguir tu orden. Haz tu estúpida lección y déjame a mí.

Solo bastó con aquello para que dejase de hablar y se reubicara en su silla, comenzando a hacer la lección.

Como siempre, una chica que cumplía con sus deberes y actividades, no era la maravilla más sorprendente, por algo se destacó tantos años como la mejor alumna de la institución. Toda una rata de librería, la que sentaba en los recesos a repasar libros en compañía de un ridículo vaso de malteada de chocolate, que si era día de suerte no terminaba encima de su suéter.

La miré nuevamente. Me sorprendía mucho el hecho de cómo había cambiado con el paso de los años, de forma física, era alta, delgada, tenía un rostro pequeño y no esperaba que lograra adquirir tales curvas, las cuales se marcaban mejor al estar sentada y podían notarse aun debajo de esa horrible ropa. Su voz y carácter seguían siendo el mismo asustadizo y desconfiado, seguía intacta en ese aspecto. Tan vulnerable e incapaz de pronunciarse con facilidad cuando me tenía cerca. ¿Eso debía ser algo malo?

No tengo idea, pero era divertido.

Se mantenía escribiendo todo el rato, como toda una cerebrito no necesitaba de los libros para respaldarse en este tipo de trabajos.

─ ¿Joven Park, está haciendo su lección? ─ Nayeon llamó mi atención y yo me acomodé sobre mi asiento fingiendo estar escribiendo sobre la hoja. ─ Ya me lo imaginaba. ─ Ella rodó la mirada pero sonrió en el acto.

Debía terminar esta lección antes de que tocara la campana del segundo receso.

YUNA POV _

Habíamos terminado con la hora de clases, al final Park optó por copiar mis respuestas sin volver a cruzar una sola palabra conmigo.

Al salir al descanso lo único que quería era buscar a Chaewon y poder despejar mi mente de todo lo que acaba de pasar.

Iba caminando por los pasillos, que estaba repleto de estudiantes, ya sean caminando entre grupos, algunos jugando o haciendo tonterías, otros comiendo con sus amigos y riendo. Apreté mis labios y continué mi camino.

Mientras caminaba me distraía de vez en cuando, aún no podía creer que después de tanto tiempo había vuelto a este lugar, mi último año luego de ser educada en casa y nunca haber confesado el motivo real.

De pronto, sin darme cuenta, terminé chocando contra alguien, aquella persona parecía ser de mi estatura, claro, se trataba de una chica, su ondeante cabello negro caía por su espalda y el penetrante olor de su perfume me invadió rápidamente la nariz, hostigandome. La chica se giró rápidamente y yo solo me quedé estática al verla.

─ ¡Ten más cuidado por donde pasas tú...! ─ Cuando me vio, rápidamente su expresión de furia se tornó en una macabra sonrisa ladina y resoplido se escapó de sus labios. ─ Mira a quien tenemos aquí. ─ Jang Wonyoung, una chica muy hermosa y con una presencia estelar, pero que rápidamente daba a notar su arrogancia.

─ Disculpa, no te había visto... ─ Dije en un tono bajo.

─ Por supuesto que no, venía con su larga cara toda distraída. ─ Dijo otra chica a su lado, a la cual ubiqué como la supuesta Hwang Yeji. Y por supuesto, entre ellas también estaban Jiwon y Gaeul.

─ Debe estar pensando en Sunghoon, por eso andaba en otro mundo. ─ Se burló Jiwon a lo que Jang rodó la mirada con ironía y sus ojos se clavaron nuevamente en mí.

─ ¿Con que está en la nueva "carne fresca y deliciosa" de Sunghoon? ─ Habló desafiante y arqueó una ceja mirándome con superioridad.

No podía ser que ahora deba soportar a esta chica también.

─ Si que tienes agallas, chica nueva. ─ Me halagó nuevamente con ese sarcasmo que ya empezaba a tomar como una de sus características. En un segundo bajó sus manos y más puso detrás suyo, agrandando su porte y manteniendo la cínica sonrisa. ─ Dime algo, ¿Crees que puedes llegar de la nada y lanzarte como una presa fácil para que te atrapen? ─ Yo fruncí el ceño ante sus palabras, claramente ya estábamos pasando a lo grosero.

─ Por supuesto que no, ¿Me estás tratando de ofender con tus comentarios, Jang? ─ Repliqué atrevidamente.

─ ¡Oh, con que ya te sabes mi nombre! ¡Es toda una maravilla! ─ juntó sus dos manos en un aplauso y luego las cerró entre ambas. ─ Pero es una lástima que no encuentre simpatía en ello. Déjame decirte algo. ─ Se acercó más a mí y vi como acercaba su dedo índice hasta mi frente, la cual comenzó a picar con este al mismo tiempo que hablaba. ─ No creas que alguien tan insignificante y sin impacto social como tú pueda tener alguna oportunidad seria... Con alguien como Park Sunghoon. ─ Se alejó nuevamente.

Yo no dije nada, solo bajé la mirada. ¿Por qué pensaban tal cosa? ¿Era que esa foto significaba demasiado para estas chicas?

Sus palabras pegaron tan fuerte, aún seguía siendo tan débil a cualquier tipo de comentario ofensivo que sí intentaba tener la mejor postura de mí, resultaba ser una total inutilidad.

─ Si no queremos tener problemas en un futuro, es mejor que busques otro camino donde encuentres lo que buscas y no robes cosas que ya tienen dueño. Chiquilla.

Yo inhalé profundo, y asentí vagamente, seguí mi camino y me abrí paso por el grupo conteniendo mis ganas de llorar. De todas formas, esto no parecía haberlas molestado, pues pude escuchar sus agudas risas atrás mientras me alejaba.

Me olvidaba de Chaewon en ese momento, necesitaba estar a solas.

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