Capítulo 13

—Cariño definitivamente el tiempo pasa muy rápido— comentó Víctor observando a Mara

—Nuestra pequeña niña ya tiene 1 mes de vida, no me lo creó— declaró mientras la acostaba en su cuna, Jane acababa de quedarse dormida

Ambos salieron de la habitación y se sentaron en el balcón a observar el cielo nocturno, hacia un poco de aire frío por lo que compartían una manta

—Tú mamá ah sido de gran ayuda todo este tiempo, comprendo que deba irse, pero si soy honesto la extrañaré— confesó

—Se que ella deseara quedarse un poco más, pero al igual que nosotros tiene su propia vida, yo se cuanto ama trabajar en el hospital, ayudar a las personas la hace feliz y además extraña Argentina y su vida ahí— explicó

—Tener a Jane a sido todo una experiencia, si puedo ser honesto, no hubiera imaginado que te conocería y mi vida cambiaría tan radicalmente, pero no me arrepiento, ser padre es extraordinario y ustedes dos son lo más importante para mi— declaró

Mara lo besó, lo amaba, no tenía duda alguna

—Amor— dijo llamando su atención 

Ella lo vio atenta

—Desde hace mucho tiempo quería hacer esto, pensé que sería una increíble idea el día que nuestra pequeña nació, pero decidí postergarlo, hoy parece ser el momento perfecto y no quiero seguirlo retrasando— mencionó

—¿Qué ocurre?— dijo viéndolo

—No quiero que te sientas presionada, yo hago esto porque lo deseo, quiero que lo comprendas—tomo su mano— diste un vuelco gigantesco a mi vida, pero ahora no puedo imaginar mi futuro sin ti y Jane a mi lado, quizás soy un poco anticuado, o simplemente deseo hacer las cosas bien, por eso quiero preguntarte si ¿Te gustaría casarte conmigo?— extendiendo su palma y mostrándole un hermoso anillo

Ella estaba asombrada, no imaginó que él le pediría ser su esposa, quizás más adelante, pero su pregunta la tomó por sorpresa

—Víctor, yo— lo vio a los ojos— ¡Aceptó!, claro que quiero ser tú esposa— respondió emocionada

Gutiérrez le puso el anillo y la abrazó, ambos tenían lágrimas en sus ojos, venían de relaciones pasadas difíciles, estuvieron a punto de perder la fe en el amor, pero llegó el otro para hacerles ver que aún podían ser felices

Estuvieron abrazados un largo rato, sin decir nada, luego ingresaron tomados de la mano y con una gran sonrisa adornando sus rostros

—Imaginó que ya le hiciste la pregunta— dijo Laura

—Mamá ¿Tú sabías de esto?— cuestionó

—Víctor me pidió formalmente tú mano hace un tiempo, yo le dije que solo tú tomarias la decisión y yo respetaría eso, siempre lo eh hecho— manifestó

Celebraron con una gran copa de helado y estuvieron conversando sobre muchas cosas, pero los tres estaban cansados así que fueron a dormir.

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Mara estaba amamantando a la bebé, su madre se había ido ese día, su prometido la llevó al aeropuerto, aún no abordaba el avión y ya la extrañaba, pero entendía que debía regresar a casa, acariciaba la cabecita de su pequeña y se sentía plena, Víctor regresó y preparó la comida, por la tarde debía ir al teatro, oficialmente era la primera vez que Mara se quedaría sola cuidando a Jane, pero no le asustaba, sabía que lo lograría

La tarde fue tranquila, agradecía que su madre le haya enseñado tantas cosas, Víctor le escribió algunos mensajes para ver como estaban, ella no pudo evitar reír, le encantaba su buena relación, lo bien que se comunicaban y como trajaban juntos, ninguno intentaba dominar al otro o mandarlo, todo se arreglaba con calma, él le aseguró que ella podía hacer lo que quisiera, si deseaba regresar a trabajar o no, conseguir un nuevo empleo o quedarse en casa cuidando a la niña, estaría dispuesto a apoyarla en lo que deseara hacer.

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La pequeña Jane contaba ya con 2 meses, ese día habían ido de visita al teatro, Víctor no paraba de presumir y todos estuvieron felices de ver a la niña, luego fueron al parque y la pareja paseaba la carreola, el pequeño Louie también estaba contento de estar en el parque, la pasaron muy bien, les gustaba hacer estas típicas cosas familiares, regresaron a casa, le dieron un baño a la niña y ordenaron comida, Mara estaba cambiandola cuando llamaron a la puerta, debía ser el repartidor así que Víctor fue a recibir el pedido, pero se llevó una enorme sorpresa

—Mamá— pronunció totalmente en shock

Paula estaba parada frente a él

—Nuestra pequeña quiere que su padre la cargué— dijo Mara sin imaginar quién estaba en la puerta

—¿Nuestra pequeña?, ¿Tienes una hija y no me lo habías dicho?— cuestionó asombrada la mayor

Mara la vio y sintió como su alma abandonaba su cuerpo y regresaba a su sitio en un segundo, era Paula, llegó a considerarla su suegra y no la veía desde el divorcio, ahora estaba aquí, su prometido era su hijo y ella sabía que en algún momento iban a tener que decirle sobre su relación, pero no esperaba que fuera tan pronto y tampoco en estas circunstancias, decidió tomar asiento, se sentía débil y no quería desmayarse y lastimar a la bebé

—Mamá pasa— dijo Víctor

Paula entró, seguía viendo a Mara como si de un fantasma se tratara, tomó asiento en el sofá y la tensión se rompió cuando la pequeña comenzó a llorar, Víctor la sostuvo y comenzó a arullarla, logrando que se calmará

—Debe tener sueño, la llevaré a la habitación— explicó Mara

Salió de ahí dejando a madre e hijo para que conversaran

Llamaron a la puerta de nuevo, la comida que ordenaron había llegado, Víctor le pagó al repartidor y dejó las bolsas sobre la mesa

— Lo lamento, debí decírtelo antes, pero no sabia como, hemos planeado hacer un viaje a Argentina y ahí te daríamos la noticia— comentó

—De las muchas preguntas que tengo, la que más me intriga es ¿Porqué Mara?, no digo que sea una mala mujer, pero hijo, es la ex esposa de tú hermano— manifestó

—Ninguno lo planeó, nos encontramos en este país por casualidad y comenzamos a hablar y salir simplemente como amigos, pero nos enamoramos, fue algo que surgió, no me arrepiento, Mara me hace muy feliz y nuestra pequeña llena mis días de alegrías, gritame, pegame o has lo que quieras conmigo, pero porfavor no te enojes con Mara, hemos conversado muchas veces y ella me pedía que te lo dijera, no sentía que era una noticia que se debía dar por teléfono y siempre lo retrasaba, se que amarás a Jane y estoy muy feliz de verte luego de tanto tiempo— dijo al borde de las lágrimas

Paula se levantó y lo abrazó, ella también estaba llorando, decidió visitarlo porque sabía que algo bueno le ocurría, siempre que hablaban estaba de tan buen humor, sonreía mucho más y era más cariñoso con ella, ni en sus más locos sueños hubiera podido pensar en que su hijo tenía una familia, no podía juzgarlos, el amor es bastante curioso y suele surgir de manera inesperada, además conocía a Mara, era una buena mujer y solo pudo observar a la bebé por pocos minutos, pero ya había cautivado su corazón

—Jane ya se durmió, ¿Porqué no cenamos?— dijo Mara invitándolos a pasar al comedor

La cena fue un poco tensa, pero decidieron mantener una conversación de lo más casual y no sacar ningún tema que pusiera todo el ambiente más incómodo, Mara le mostró el cuarto de invitados y le pidió que se sintiera como en casa, en el día podrían hablar, además de que podría conocer más a la bebé, la pareja entró a su habitación y aunque a todos les llevó algo de tiempo poder conciliar el sueño, lo lograron y pudieron dormirse.

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Era una mañana hermosa, aunque un poco extraña, la pareja se levantó y su rutina comenzó, Víctor estaba cambiandole el pañal a la bebé, mientras Mara preparaba el desayuno, Paula se levantó y pudo cargar a la bebé, definitivamente esta niña se robó su corazón, ya la quería con todas sus fuerzas, desayunaron y Víctor salió a correr con Louie, las mujeres se quedaron solas en casa

—Me alegro que estés bien, cuando desapareciste todos nos preocupamos mucho, pero tú madre afirmaba que estabas bien y solo necesitabas tiempo, puedo hablar por mi y asegurarte que fue doloroso lo que Manuel hizo, yo creía que había aprendido de los errores de su padre, no lo merecías, pero tú al igual que yo lograste superar eso y ahora eres muy feliz, haces feliz a mi hijo y eso es suficiente para que yo no tenga que decir nada más sobre esta relación que tienen y además estoy contenta por tener una nieta, Jane es perfecta y lamentó no haber venido antes, los primeros meses siempre son difíciles, pude haber sido de ayuda— declaró

Mara tenía los ojos llenos de lágrimas

—Gracias por sus palabras, se que todo esto es complicado, pero realmente soy feliz con Víctor, llegue aquí buscando olvidarme de todo y nos encontramos, nuestra relación fue algo de lo más espontáneo y decidimos arriesgarnos y gozar de la felicidad que experimentaban nuestros corazones al estar juntos, no puedo estar más feliz porque acepte a Jane y esperó que disfrute los días que este aquí con nosotros— expresó

Víctor regresó y logró tener el día libre, las cosas fueron mejorando entre los adultos y la tensión desapareció y se enfocaron en hacer muchas cosas juntos y disfrutar cada momento que pudieran, además de capturar varios recuerdos en fotografías, Paula veía a su hijo cuidar de su familia y su corazón al fin podía estar en calma, no más culpas ni rencores, la felicidad los rodeaba y les daba la oportunidad de sonreír.

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