Volviendo a ser fría
Ayano camino por la calle, iba nuevamente a la Academia, esta vez si había clase, después de llorar tanto ese día hoy no tenía lágrimas que derramar, o eso es lo que pensaba.
-Ayano!! -. Escucho que decían su nombre detrás de ella, pero no se giro solo siguió con su camino, sabía fácilmente quien era, cuando al fin llegó a su lado solo le dirigió una mirada a Ayato y fijó su mirada en frente -¿Porque no me esperas? Ni siquiera me despertaste, cuando escuche que Salias de casa temprano, me vestí lo más rápido que pude para alcanzarte, ni siquiera tome mi desayuno... - Seguía y seguía hablando el sabía perfectamente que ella hacia de oídos sordos.
Llegaron a la Academia, Ayano sentía una insistente mirada en ella, pero al mirar alrededor no localizaba su presencia.
Subió a su salón seguida de Ayato, encontrándose con el profesor Midako que ordenaba unos papeles, estaba preparándose para la clase, se notaba que había llegado temprano.
-Buenos Días Sensei -. Dijeron Ayano y Ayato al unísono, no es porque quisieran, si no por educación.
-Buenos Días -. Les respondió el saludo.
Ayano se fue a sentar y no miro, ni habló con nadie.
Aparte de los saludos a sus compañeros de clase.
Un simple "Buenos Días" Fue suficiente, siguieron con la clase, hasta escuchar la campana que decía que había empezado el descanso.
Ayano al salir por la puerta se topó con Amako que quería hablar con ella sobre unirse al club de Cocina, pero ella simplemente contestó.
-Odio cocinar... Lo siento -. Sin ninguna palabra más, sin ni siquiera esperar su respuesta, siguió su camino, rompiéndole algo de su corazón y odiándose por ello.
Iba de camino a sentarse bajo el Cerezo, ese sería su lugar favorito de ahora en adelante.
Pero al bajar las escaleras Okoto salió de la esquina, asustando la un poco.
-¿Q-Quieres unirte al Club? -. Dijo algo tímido pero después se calmo, mostrándole un papel del club de Ocultismo.
Ella quería ignorarlo pero se sentiría más mal de lo que ya estaba, así que tenía que inventar una excusa para decirle que no indirectamente.
-Me... Encantaría pero... -. Fue interrumpida.
-Por favor... -. Una cara triste apareció en Okoto haciéndole recordar el "Pasado Futuro" Que habían tenido e hizo que se le apretara el corazón, sabía exactamente como persuadirla, No podía decirle que no, pero tampoco que si.
-L-Lo... Pensaré -. Dijo mirando a un lado, algo sonrojada.
Una sonrisa vino de Okoto que simplemente le dejó el papel en sus manos, sin evitar tocarlas y volvió al club.
Ayano pudo sentir su fría piel aún sobre ella, al haberla rosado un poco con ella.
Sacudió su cabeza para evitar pensar en ello y siguió su camino.
-Aun Lado!! -. Escucho detrás de ella.
Al mirar era demasiado tarde.
Mujako que venía con un botiquín en mano, chocó contra ella tirando la al suelo.
-Auch!! -. Dijo Ayano al tocar su cabeza y sentir un dolor fuerte.
Espera ¿que? ¿Dolor? Pero ella no... Nunca... Ella no sentía dolor... O eso es lo que siempre había sentido pero en estos días se sentía extraña, eso es lo que es el dolor físico, pero lo que sentía era un dolor... en el pecho... Tan inexplicable...
-Oh no!! ¿Estas bien? -. Ayano miro a mujako que parecía ser torpe y distraído, algo en el no era lo mismo que antes, o tal vez no lo había conocido tan bien, miro al suelo y no dijo nada -Ah!! Tu cabeza sangra!! -. Miro su mano al sacarla de su cabeza y estaba en lo correcto si estaba sangrando -Ah!! Espera!! No te toques!! -. Quito su mano y empezó a limpiar su herida, aunque ella no quería tener nada que ver con ellos, el destino se lo hacía difícil, de una o de otra forma siempre terminaba al lado de ellos, dejó que curará y vendara su herida, no podía evitar mirarlo, lo extrañaba, los extrañaba -Esta Listo -. Dijo sonriendo Mujako, pero al ver la mirada de Ayano se puso nervioso, Ayano noto su mirada de nerviosismo y miro a otro lado.
-Gracias -. Dijo levantandose del suelo y quería seguir su camino, pero Mujako la detuvo.
-Espera -. Dijo tomando su mano, ella se giró.
-Puedes... Ayudarme -. Ayano miro su botiquín se notaba roto y sus cosas estaban esparcidas por todos lados.
-Claro... -. Respondió agachándose y recogiendo, colocaron lo más que pudieron en el botiquín y lo demás en sus brazos.
Aunque ya tenían todo cubierto no podían llevarlo claramente así que se devolvieron a la enfermería.
El enfermero tomó otro botiquín y se fue de allí, muy de prisa, dejándola ahí con las manos completamente llena de cosas.
Eso le molesto un poco, solo se decidió a dejarlas en una camilla, se acerco a ella y abrió sus manos y brazos, dejando caer todo en la camilla y el suelo, no le importó si algo se rompía, estaba molesta.
Antes de que incluso tocará la puerta para intentar abrirla, esta lo hizo sola, o mejor dicho la persona que estaba al otro lado, que la abrió con todo el enojo del mundo.
Se trataba de Osoro y estaba muy molesto.
Solo le dedicó una mirada de enojo a Ayano que estaba justo en su camino, pero él también estaba en el de ella así que no retrocedió.
Solo se miraban.
Hasta que el habló.
-Quitate de mi caminó de una vez!! -. Ayano notó que su actitud era la misma que la primera vez que se vieron, esa vez ella no le siguió el juego y ahora no sería diferente, aunque sería una pelea peor, todo por caerle mal a todo el mundo, mejor dicho, todo su mundo.
Aunque antes siempre lo hacia, sin ni siquiera intentarlo, ahora había cambiado y hacer lo mismo que antes y con la misma frialdad, le era imposible, no sin antes sonrojarse.
-No quiero -. Dijo Ayano pero al ver la mirada de Osoro solo le estaba poniendo nerviosa y miro el suelo.
Notó que su cara estaba en una mueca, algo así como que la había reconocido pero también parecía intentar recordarla.
Ayano solo se negó a seguir ahí, no quería ser que la reconociera.
Lo rodeó y siguió su camino.
-¿Ayano? -. Se detuvo rápidamente, Osoro había dicho su nombre.
¿Acaso la había reconocido?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top