Un saludo a... MariaRuaiCallejaMera Quien amablemente me pidió un saludo.

Aquí!! Ayano te saluda junto todos los demás.✋👋

Además de que les iba a decir que haré una historia de Fnaf, no de high School, no es que no me guste, solo quiero ser original, así que inventare mi propia historia, obviamente humanizada, con imágenes también.

Y si también seguiré con la historia. En libros aparte.

El cual haré una encuesta de parejas al final para hacer el libro, de este modo empiezo con el mejor shipp.

Gracias por leer, continuemos con la historia...

Ayano intentaba mirarle y responderle pero no podía, incluso notó que sus piernas temblaban.
Se giro como pudo pero no decía palabra alguna, sabia que si lo hacía su voz temblaría, incluso mirarlo le era imposible.

-S-Si -. Con eso le era suficiente su voz tembló tal como lo había predicho.

-Lo siento... Por ser brusco, Mujako me ha dicho que tu podías ayudarme -. Ayano levanto la vista, en sus puños había un poco de sangre además de la que salia de los rasguños en sus brazos, lo miro a la cara, no estaba sonrojado ni nada estaba serio, al parecer no la había reconocido, pero entonces como había adivinado su nombre.

-¿Q-Quien te dijo mi nombre? -.

-Además del Sensei que dice tu nombre toda la clase, Mujako el enfermero -. Ayano suspiro de alivio.

-¿Puedes ayudarme? -. Miro como mostraba sus manos y brazos heridos gravemente, aunque su cara era de indiferencia.

Quería ayudarlo a sanar sus heridas pero estar solos los dos no le era una buena idea.

-D-Dentro de poco la enfermera Muja llegará y te ayuda... -. Ayano no alcanzo a terminar cuando Osoro tomó su brazo.

-No me importa si llega o no, solo quiero irme, para que ese Mujako no me acuse con la consejera -. Arrastró adentro a Ayano que intentaba en vano resistirse.

Era muy fuerte su agarré, más que antes.

Discutir con él le era inútil, así que le siguió la corriente y le ayudó.

Mientras Ayano vendaba las heridas de Osoro el miraba su rostro, intentaba recordar donde la había visto antes, pero todo era en vano.

Dirigió su mirada a otra parte que parecía ser más importante, su cabeza, estaba vendada y parecía que había sangre debajo de ella.

-¿Como te hiciste eso? -. La curiosidad mató a Osoro y le hizo preguntar.

Ayano sólo le respondió.

-Mujako tropezó conmigo y choque la cabeza contra el suelo -. Dijo Ayano levantando los hombros, restándole importancia.

-¿Y tu? ¿Como te hiciste eso? -.

-Pues, el balón del chico Rubio de ojos celestes de mi clase, me cayó en la cabeza y eso hizo que mis amigos empezarán a animarme a pelear con él, le di su buen golpe, en la cara, y para evitar que lo siguiera golpeando me lanzo al suelo, hasta que alguien nos detuvo -. Dijo levantando los hombros, restándole importancia.

Ayano solo negó, sabía que el podía llegar a ser así, pero jamás creyó que caería tan profundo.

Golpear al que luchó a su lado en el otro mundo le sería inaceptable al antiguo Osoro.

Pero Ayano recordó que él no lo sabía.

Así que siguió con lo que hacia, al terminar se levantó y guardo todo.

Menos lo que había tirado al suelo anteriormente.

-Esta Listo, solo evita golpear, y ponele hielo, para la hinchazón -.  Solo dijo lo que ella sabía de como sanar las heridas, solo lo que le había enseñado su madre.

Ella siguió su camino al Cerezo, sin ser molestada por Osoro que fue a comprarse una bebida fría a la máquina expendedora, para ponerse la sobre su mano hinchada, tal como dijo Ayano.

Ayano al llegar a la puerta trasera del edificio, se topó con Mujako que llevaba consigo el maletín, y a su lado iba Asuto, tenía un gran parche en la mejilla derecha, se tomó el tiempo para sonreír le y acercarse a Ayano, en realidad el era el más amigable de la clase, no hay alumno, en la Academia que no le conozca o sea amigo de él, bueno excepto Ayano, que se mantenía cerrada.

-Hola Ayano-chan -. Ayano frunció el seño odiaba el honorífico "Chan" Creía que no combinaba con su personalidad, pero aún así le siguió la corriente.

-Hola Rito-kun -. Lo llamó por su apellido.

-Oh... Vamos, puedes llamarme por mi nombre, no sientas pena -. Dijo el acercándose a ella y abrazando la.

Ella de inmediato se lo quito tocando su mejilla hinchada.

El retrocedió del dolor.

-No es necesario -. Dijo ella sería.

-Claro que lo es!!... -. Dijo con lágrimas en los ojos y tocándose la mejilla, eso le causó algo de risa a Ayano -Para que seamos tan cercanos como antes -. Su risa se detuvo, al parecer Asuto no había notado sus propias palabras y seguía sonriente, con dolor pero sonriente.

-Me tengo que ir -. Dijo Ayano escapando de la situación.

-Eh?... Espera!!... -. Era demasiado tarde ella ya se había alejado lo suficiente como para no escucharlo. -¿Acaso fue algo que dije? -. Le preguntó a Mujako que se había quedado mirando la situación, el solo levantó los hombros.

Ayano finalmente había llegado al cerezo donde sintió la presencia de su amiga Sakura, pero algo más también, se sentía observada, solo lo ignoro y se sentó apollandose en el Cerezo mirando hacia arriba donde estaba lleno de abundantes flores Rosas.

Una de las ramas se movió, y no era por el viento, antes de que Ayano lo notará un Nemesis que conocía bastante bien bajo del Cerezo.

El la miro con unos ojos muy enojados, asustando a Ayano.

Por un momento recordó que él ya no la recordaba.

¿Y si aún quería matarla?

Se le acercó bruscamente sacando algo de detrás de él, Ayano se asustó asiendo se hacía atrás lo más que pudo, y cerro los ojos con fuerza.

Sintió un pequeño lamido en la cara y abrió los ojos para ver de que se trataba.

El gato que siempre está merodeando la escuela, estaba en sus manos, ¿acaso Nemesis había subido al árbol para ayudarlo a bajar?

Acarició al pequeño minino y luego miro a Nemesis que sostenía el gatito hacia ella.

Su expresión sorprendió a Ayano, era una cara tan dulce y amable que jamás había visto.

Se arrodilló frente a ella dejando el minino en sus piernas, miro al gato y después a Ayano y se sorprendió al ver la expresión con que ella lo miraba.

Su cara estaba muy roja y pequeñas lágrimas se asomaban en sus ojos.