💖 20. Black Dragon
[Diciembre, 2005]
[Apartamento de Tn]
– Te juro que lo odio...
– Normal.
Tn colocó la bandeja sobre la mesa de centro, tomó la compresa fría y se la entregó a la mayor, para luego servir el té y galletas. Mientras, Yuzuha simplemente presionó con suavidad la compresa contra su mejilla enrojecida.
– Te entiendo, yo también tenía un hermano mayor que era un tirano –se sentó a su lado.– Era arrogante, agresivo y autoritario.
– ¿Qué hiciste para alejarte de él?
– Le insistí a papá para que me dejara independizarme. Pero a veces pienso...que quiero matarlo.
– ...También yo –murmuró.
– Podrías hacerlo.
– ¿Eh? –exclamó mirándola.
– Conozco a alguien que puede liberarte.
– ¿...Cómo?
– Si matas a Taiju, alguien debe ir a prisión, ¿No? Sé de alguien que puede conseguirte un chivo expiatorio.
– ...
[Noche]
Mikey tomó otro taiyaki y le dio una mordida, mientras Tn lo veía enamorada.
– Mikey, lovely...
– ¿Hm?
– ¿...Podemos hacer algo para navidad?
– ¿Hm? –exclamó de nuevo, mirándola.
– Bueno, navidad es para las parejas, y el año pasado te la pasaste con los chicos dando vueltas en motocicleta. ¿Podemos hacer algo juntos este año? Por favor.
– Hm...Está bien –tragó la comida en su boca.– ¿Qué quieres hacer?
– Bueno, Ari se queda sola en casa ya que sus padres están en Filipinas grabando una película, así que hará una pequeña fiesta de navidad, y lanzarán fuegos artificiales también.
– Ah.
– Será en la noche. ¿Qué te parece?
– ...Está bien.
La joven jadeó con sorpresa, sonrió ruborizándose, y se abalanzó sobre su novio para abrazarlo; el rubio simplemente soltó un pequeño quejido, cerrando los ojos, y le dio otra mordida a su taiyaki.
– Me pondré un vestido bonito.
– Ponte lo que quieras. Pero te llevaré en mi Babu.
– No me molesta –rió.
– Bien.
[Días después]
Tn cortó la llamada, suspiró y volteó, sobresaltándose.
– Lis...
– ¿Qué tanto hablas con Kisaki?
– ¿Qué tanto te importa? Es privado. ¿Me estabas escuchando?
– Tn, no me interesa lo que hagas, mientras no hagas estupideces.
– No las hago.
– Te dije y repito que Kisaki no es bueno, para nada. Te está utilizando para su propio beneficio, y sea lo que sea que quiera obtener, no es nada bueno.
– Todo lo que hago lo hago por y para Mikey. Y si las acciones de Kisaki benefician a Mikey, entonces me da igual si me utiliza y para qué.
– Incluso el tonto Baji sabía que ese idiota no es bueno para nada. Abre los ojos.
– Me da igual lo que sea que pensara Baji. Fuimos amigos de la infancia, antes, esa relación se rompió hace tiempo.
– Sí, a veces me gustaría saber qué pasó entre ustedes que incluso Haruchiyo rompió su relación con Baji, y Mikey comenzó a forzar su relación con Draken y a alejar un poco a Baji.
– Piensas demasiado las cosas. En serio, Lis. La psiquiatra es tu madre, no tú, deja de intentar analizar a todas las personas a tu alrededor.
– Sólo me preocupo por ti, Tn. Y no soy tonta. No entiendo cómo a nadie le parece extraño que de la noche a la mañana Kisaki convenciera a Hanma y Valhalla de unirse a ToMan, siendo que Hanma quería destruir a Mikey y la ToMan.
– Si una pandilla derrota a otra, es normal que la derrotada se una a las filas de la ganadora.
– Aún así me resulta extraño. Además lo hizo Kisaki solo y sin ayuda, por favor –rodó los ojos.– También me di cuenta de que ese chico del cubrebocas que iba a golpear a Mikey cuando cayó de rodillas tras derrotar a Kazutora era uno de los tontos que andaban con Kisaki antes de que entrase a ToMan.
– En serio, piensas demasiado las cosas. Relájate un poco, consíguete un novio o una mascota, no sé. Pero déjanos a Mikey y a mí en paz, Lis. Mikey aceptó a Kisaki, y eso es suficiente para mí.
Tn comenzó a caminar, chocando a propósito el hombro de su amiga, y se alejó para regresar con las Ichigo Milk. Lisa simplemente la observó, en completa seriedad.
[Escondite de la ToMan]
– ¿Quién habría pensado que Hakkai es hermano del Comandante de Black Dragon? –comentó Smiley.
– Apuesto a que lo sabías, Mitsuya –acusó Mucho. El nombrado simplemente suspiró.
– Black Dragon será un verdadero problema –sonrió Hanma.
– Pero no tenemos opción –comentó Kisaki.
– Todos los oficiales están aquí –dijo Draken.
– ¡Pasen! –ordenó Mikey.
Takemichi y Hakkai ingresaron a la sala.
– Como todos saben, el Comandante de Black Dragon golpeó a Takemicchi el otro día. Lo hizo aunque sabía que Takemicchi era Capitán de nuestra Primera División. Lo que significa que Black Dragon declaró la guerra.
– ¡Malditos engreídos! ¡Pateémosle el trasero!
– Ya los hemos aplastado antes, no será un problema hacerlo de nuevo –dijo mirando al de cabello lila.
– Aplastamos a su Novena Generación. Su Décima Generación está a otro nivel.
– ¿Sabes? –habló levantándose.– Entiendo que quizá Takemicchi no sabía que era territorio de Black Dragon, pero ¿Por qué diablos lo llevaste ahí? –cuestionó al de cabello azul.– De hecho, nunca los había visto hablar, ¡¿Ehh?!
– Hakkai, apuesto a que eres un espía de Black Dragon –acusó acercándosele.
– Después de todo, es el hermano de su jefe.
– Y también ocultaste eso –dijo inclinándose hacia él.
– ¡O-Oigan! ¡Esperen! –intervino Takemichi.– Hakkai no quiso...
– ¡Cierra la boca! –regañó.
– Ah...
Hakkai se arrodilló en el suelo con las rodillas separadas, apoyando las manos en estas y mirando abajo.
– No voy a poner excusas. Estoy listo para cualquier castigo –miró al líder.– Como su hermano menor, estoy preparado para asumir las consecuencias. ¡Así que, Comandante! –cerró los ojos.– Yo, Shiba Hakkai, Sub-Capitán de la Segunda División... –lo miró de nuevo.– ¡Solicito permiso para abandonar la Tokyo Manji Gang!
Todo quedó en silencio unos segundos.
– ¿...Alguna objeción? –preguntó Mikey.
Ninguno de los altos mandos contestó, manteniendo el silencio, pero Takemichi intervino:
– ¡¡Esperen!! ¡Yo me opongo!
– ¡Takemicchi!
El chico miró a Chifuyu, sonriendo, y él le levantó el pulgar; miró al comandante.
– ¡Mikey-kun!
– ¿Hm?
– Calmémonos y pensemos esto tranquilos –sacó una bolsa con un dorayaki y la enseñó.– Y come esto. ¡Dorayaki! –se acercó a él, extendiéndoselo.– Aquí tienes~
Mikey lo observó un segundo, tomó la bolsa con el pan dulce y lo arrojó a un lado.
– No lo quiero –frunció el ceño.– ¡No interrumpas!
– ¡¿Ehh?!
– ¡¿Crees que esto es una broma, imbécil?! –regañó Draken.
– ¡¿Eh?! ¡No, no lo creo! –exclamó nervioso.
Takemichi miró de nuevo a Chifuyu, buscando ayuda, y recordó el "Plan B": sus notas; sacó la libreta para leer aquellas anotaciones, y palideció.
«¡¿"Agallas"?!», pensó estupefacto, «¡Debe ser una broma, Chifuyu!», lo miró, pero él sólo le levantó el pulgar; sonrió incrédulo, «Lo olvidé. Es un completo idiota», llevó una mano a su cabeza, lamentándose
– ¿Qué decides, Mikey? –preguntó mirándolo.
– Esto involucra a la Segunda División, dejaré que Mitsuya decida.
Todos lo miraron. Mitsuya se levantó con las manos en los bolsillos, y caminó tranquilamente hacia su segundo al mando.
– Lo siento, Taka-chan. Pero ya tomé una decisión.
– No estés tan triste, Hakkai –él lo miró.– Entiendo –dio unos pasos. Él se levantó.
– Taka-chan –hizo una reverencia saikeirei.– ¡Disfruté trabajar bajo tu mando!
Todo quedó en silencio un momento.
– ¿Ah? ¿Qué estás diciendo? No dije que pudieras irte –lo miró, sonriendo.– Déjame hablar con Taiju.
– ¿Eh? –exclamó Takemichi.
Hakkai se enderezó para mirarlo, sorprendido.
– Taka-chan...
[Noche siguiente]
[Residencia Shiba]
Mikey comía un taiyaki, esperando sobre su motocicleta. Mientras, Mitsuya hablaba con una preocupada Yuzuha.
– Ayer hablé con Taiju.
– Lo sé. Taiju tiene conexiones con gente rica. Cuando tienen problemas, los Black Dragon prestan su poder militar –lo miró.– Le pagan mucho dinero a cambio. Uno de mis trabajos era cobrar ese dinero –desvió la mirada, apretando el agarre en su brazo.– Pero ayer me liberaron de hacer eso para siempre –lo miró.– Es gracias a ti, Mitsuya –dijo con brusquedad, más como reproche que como agradecimiento. Él sonrió, algo nervioso.
– ¿Por qué actúas así? Fue el trabajo duro de Hakkai.
– ¡¿Su trabajo duro?! –dio un paso hacia él, apretando los puños.– ¡Tú lo obligaste! –bajó la mirada.– Hakkai... –cerró los ojos.– ¿Por qué lo hizo?
– No seas tonta. Hakkai es mucho más fuerte de lo que crees.
Yuzuha abrió los ojos.
– Gracias, Mitsuya –volteó, caminando.– Pero son esas esperanzas las que causan sufrimiento –entró a casa.
– Yuzuha oculta algo. Pensándolo bien, fue demasiado fácil hacer esta tregua –comentó preocupado.
Mitsuya subió a su motocicleta, y con Mikey comenzaron a conducir con el rubio por delante, hasta que este se desvió del camino acordado.
– ¡O-Oi, Mikey! ¡No es por ahí! –aceleró para alcanzarlo.– ¡Mikey! ¿Y la reunión con los oficiales?
– ¡Ven conmigo, Mitsuya! –lo miró, sonriendo.
– ¿Eh?
– Quiero conducir contigo –ensanchó su sonrisa.
– Mikey...
[Diner]
Las Ichigo Milk habían decidido ir a comer algo, y aún no habían ordenado nada cuando un teléfono comenzó a sonar de pronto.
Tn observó la pantalla de su celular, esperanzada de ver que quien la llamaba era su amado Mikey, pero se decepcionó al ver el nombre de Yuzuha en su lugar; suspiró y contestó.
– Yuzuha-chan.
– Tn... ¿Estás ocupada?
– No, para nada. ¿Sucede algo?
– ¿Podemos vernos?
– Por supuesto. ¿Dónde?
– No en mi casa.
– Entonces ven a la mía.
– De acuerdo. Estaré ahí enseguida.
– Te espero.
– Sí...Gracias.
– Por supuesto.
La llamada finalizó, y ella miró a sus amigas.
– Lo siento, debo irme –se levantó.
– ¿Ya te llamó Mikey?
– No, Lis –la miró.– Me llamó Yuzuha, debe haberse peleado de nuevo con el salvaje de su hermano.
– Oh, pobrecita...
– Sí, me dan pena ella y Hakkai.
– Cuéntanos cómo se encuentra.
– Sí, dile que estamos para lo que necesite.
– Claro. Nos vemos.
Tn caminó hacia la salida del lugar, subió a su motocicleta, y condujo a casa lo más rápido que pudo.
[Otro lado]
Se detuvieron finalmente en una plaza urbana, la cual tenía un gran y luminoso árbol de navidad. Mikey bajó para estirar un poco las piernas, mientras Mitsuya llamaba a Draken para excusarse respecto a su falta a la reunión de esa noche.
– Lo siento. Gracias, Draken –colgó, guardando su teléfono, y miró a su amigo.– ¡Oi! ¿Qué te pasa, Mikey?
– Ahora somos la mitad.
– ¿Hm?
El rubio volteó, mirándolo.
– De los fundadores.
El chico de cabello lila levantó las cejas con sorpresa. El contrario volteó, dándole la espalda.
– Perdí de vista a dónde voy con esto.
– Mikey...
– Olvídate de Black Dragon.
– Ngh.
– Mitsuya.
– ¿Ah?
Mikey volteó, mirándolo con una sonrisa.
– Nunca nos dejes, ¿Está bien?
– Está bien. Lo prometo.
[Apartamento de Tn]
Tn entró a casa, se quitó los zapatos y la gabardina de Ichigo Milk, y esperó unos minutos, hasta que el timbre sonó; se acercó a la puerta y abrió.
– Hola, Yuzuha-chan.
– Hola.
– Pasa.
– Con permiso –ingresó y se quitó los zapatos mientras la menor cerraba la puerta.– Lamento molestarte –la miró.
– No te preocupes. Ven, siéntate.
Ambas se dirigieron hacia la sala, sentándose en el sofá grande, y se miraron para conversar.
– ¿Qué sucedió?
– ...Mitsuya intervino de alguna forma, pero no me gusta que lo haya hecho –dijo bajando la mirada.
– ¿A qué te refieres?
– Te conté que trabajaba para Taiju, uno de esos trabajos era administrar el dinero que recibía de sus trabajos "militares".
– Sí, lo recuerdo.
– Mitsuya habló con Taiju, entregó a Hakkai a Black Dragon a cambio de que Taiju me liberara, y de paso quedaron en una tregua con ToMan.
– Ya veo.
– Hoy fui liberada de ese trabajo gracias a Mitsuya, pero...me molesta que haya intervenido así, que haya obligado a Hakkai a entrar a Black Dragon –cerró los ojos, apretando los puños.– Él no sabe que esas esperanzas causan sufrimiento –se encorvó, cubriendo su rostro con sus manos y apoyando los codos en las rodillas.
Tn se acercó más a ella y sobó su espalda suavemente, intentando consolarla.
– Entiendo que lo hizo por ti y Hakkai, y porque no quiere que ToMan vuelva a pelear con Black Dragon debido al poder militar que tiene Black Dragon actualmente, sería un problema para ToMan. Pero...sí es cierto que tal vez se entrometió demás.
– Ese idiota... –suspiró frustrada y abrió los ojos.– Ya no sé qué hacer... ¿Qué harías tú en mi lugar, Tn? –la miró.
– ...Cuando estuve en tu lugar, hice lo posible por huir. Pero yo no tenía nadie de quién preocuparme, después de todo Haruchiyo ya había huido antes que yo. En cambio tú...tienes a Hakkai para proteger, así que no puedes escapar de Taiju tú sola. Entonces...
– ¿Entonces...? –animó a seguir.
– Bueno...Yo en tu situación, teniendo a alguien qué proteger y no habiendo otra salida...aceptaría lo que dijo Kisaki. Después de todo, él limpiaría el desastre.
– ...
– Pero es lo que yo haría, no sé qué creas tú mejor. Podemos encontrar otra solución. Piénsalo.
Yuzuha asintió y suspiró, bajando la mirada.
[Diciembre 25]
Tn se dirigió a su habitación tras ducharse y hacerse el skin care, abrió el armario, y escogió su outfit de la noche: un top blanco de mangas largas y cuello tortuga, una falda recta rosa claro con un cinturón dorado suelto de decoración, pantimedias blancas térmicas. Se maquilló con rubor, glitter blanco en sus ojos y labial rosa, se echó perfume y desodorante, y dejó su cabello suelto; además, se decoró con aretes y un collar dorados.
Tomó un bolso del mismo rosa con cadena dorada, guardó sus cosas, y revisó su teléfono para ver si Yuzuha no le había enviado algún mensaje esa noche, pero no hubo texto alguno.
Esperó un poco, hasta que el mensaje de su novio llegó, avisándole que se encontraba fuera; tomó su largo abrigo blanco y zapatos rosa claro de tacón, se dirigió a la entrada, se colocó ambos, y salió del apartamento.
[Fuera]
Al salir, vio a su novio esperando sobre su motocicleta.
Mikey vestía de blanco y negro esa noche, llevando en negro pantalones y una larga gabardina de botones dorados, y en blanco una chaqueta con una etiqueta de tela que decía "Tokyo 卍 Gang" en dorado, una bufanda y botas.
– ¡Mikey ♡! –sonrió, sonrojada, y corrió hacia él.– Estoy tan feliz de verte –se detuvo ante él y soltó una pequeña risa.
– Bueno, te dije que iría contigo a esa fiesta.
– Sí, pero...sueles cancelarme a veces cuando quieres hacer cosas con los chicos. Pero mantenía la esperanza de que vengas, ¡Y viniste! –lo abrazó.– Gracias. Te amo~
– Hm-mh. Sube.
– Oh, claro –lo soltó.– Lo siento –rió.
Tn subió a la motocicleta, teniendo cuidado con su falda, y abrazó a su amado por detrás, acurrucándose contra su espalda. El chico comenzó a conducir.
[Residencia Shiba]
Yuzuha se había quedado en casa esa noche, sola, conectó sus auriculares al televisor para escuchar música, llenó la mesa de centro con dulces y refrescos, y apagó todas las luces de la casa una vez que Hakkai se fue; esa noche quería estar aislada del mundo. Llevó un puñado de palomitas a su boca, las masticó tranquilamente, y las tragó.
– Ojalá todo desapareciera –murmuró para sí.
Sin embargo, de pronto su sombrío ambiente se interrumpió ante la vibración de su teléfono. Lo observó unos segundos, y decidió tomarlo, levantando la tapa para ver el nombre en pantalla; frunció las cejas ligeramente.
[Residencia Aikawa]
La motocicleta se estacionó en el jardín de la casa, y Tn y Mikey vieron toda la decoración navideña en el exterior de la casa y en el patio, con luces e incluso un árbol navideño; habían algunas motocicletas y autos estacionados, y gente entrando y saliendo de la casa.
– Se nota que le gusta la decoración...
– Bueno, sus padres son todos unos artistas –rió.– Vamos adentro, hace frío.
– Claro.
Ambos bajaron de la moto, y ella se abrazó al brazo de su novio antes de entrar a la casa.
Dentro sólo había más gente y mucha más decoración navideña, parecía la típica casa de película navideña, con su enorme árbol con luces y regalos, la chimenea encendida con calcetines rojos, e incluso había un aroma a chocolate caliente y galletas de jengibre que venía desde la cocina.
Tn observó su alrededor, sonriente, hasta que captó a sus amigas.
– ¡Ari, Lis! –llamó.
Himari y Lisa voltearon, viendo a su amiga con su novio.
– Así que lo convenció de venir...
– Me alegra que Mikey por fin haga algo que Tn quiere hacer –sonrió.– Es reconfortante.
– Supongo...
– Vamos a saludarla.
– Hm.
Ambas se acercaron hacia ellos dos.
– Hola, Tn, Mikey.
– ¡Tn, Mikey! –sonrió.– Gracias por venir.
– Hola.
– Mikey aceptó venir, así que aproveché –rió.
– Hm...
– Ah. Me gusta tu ropa, Tn –sonrió.
– Gracias –rió.– Combino con Mikey –se acurrucó contra él, apretando más el brazo de él.
– Hm.
– ...Mikey, ¿Tienes debajo de esa chaqueta tu toppuku?
– Ah...Tal vez.
– ...
– Ah. B-Bueno, supongo que es más cómodo –rió la pelirroja, algo nerviosa.
– Mikey se ve bien con cualquier cosa, así que está bien. No había un código de vestimenta para venir, ¿No, Ari?
– ¡Exacto! Está bien, no todos vienen formal o vestidos de Santa Claus –rió.– Es sólo una pequeña reunión con amigos.
– Sip –miró a la de cabello violeta.– ¿Lo ves? Te preocupas por nada, Lis.
– Ajá...
– Huele a galletas.
– Oh, hay en la cocina. Las chicas y yo estuvimos todo el día horneando galletas y preparando mucho chocolate caliente. Por favor, come y bebe algo, estás en tu casa, Mikey.
– Gracias –miró a su novia.– Vamos a comer.
– Por supuesto –miró a sus amigas.– Las veo después –sonrió.
– ¡Sip!
– Claro...
Tn y Mikey se dirigieron a la cocina, con ella guiándolo a él pues era la primera vez que él estaba en aquella casa.
Lisa suspiró, y Himari la miró.
– Por favor, no discutas con Tn hoy.
– No estaba intentando iniciar una discusión, sólo...me parece extraño que él venga con su toppuku de pandilla a una reunión de amigos, si es que trae el toppuku realmente y no es una chaqueta común de la cual mintió para pelear conmigo.
– ¿Por qué Mikey querría pelear contigo?
– Uh... ¿Tal vez porque siempre lo regaño por algo relacionado a Tn?
– Deberías dejar de regañarlo tanto. No eres la madre de Tn. Y si Tn está conforme con lo que Mikey haga y con sus actitudes, no podemos hacer mucho más.
– Me preocupa que la lastime, o que ella haga alguna estupidez bastante grave por él...o peor, que él la orille a algo así.
– Lis...
[Otro lado]
Kisaki sacó una navaja mariposa, la abrió y la extendió hacia la chica, manteniendo la seriedad en su rostro.
– Toma esto y protege a Hakkai.
Yuzuha tomó aquel arma blanca, observando su filo con las cejas fruncidas, pero algo nerviosa; sin embargo, sabía que no debía dudar, sino que debía aprovechas la oportunidad que él le daba para proteger a su hermano menor y liberarse de la tiranía y violencia de su hermano mayor.
[Residencia Aikawa]
Mikey tomó una galleta de jengibre y le dio una mordida.
– Hm... –miró a su novia.– Las tuyas son mejores –le dio otra mordida.
Tn sonrió, sonrojada.
– ¿Tú crees?
– Hm-mh –afirmó asintiendo.
– Aw~ –abrazó uno de sus brazos, acurrucándose contra él.– Gracias ♡
– ¿Me haces galletas mañana?
– Por supuesto, my lovely ♡ –lo miró.– ¿Te quedarás a dormir conmigo esta noche?
– Sí, claro –tomó otra galleta.– Si mis galletas estarán para el desayuno.
– Por supuesto, mi Mikey. Te haré todo lo que quieras para desayunar –se acurrucó contra él.
El rubio simplemente rió.
[Iglesia Udagawa]
Takemichi entró a la iglesia, observó el lugar visualizando a su amigo, y tomó aire.
– ¡Hakkai!
Hakkai se sobresaltó ante aquella voz, la cual resonó en el eco de la iglesia, y volteó mirando al rubio, algo nervioso y confuso.
– ¡¿Takemicchi?! ¿Qué haces aquí?
– Imaginé que estarías aquí, Hakkai –comenzó a caminar hacia él.
– ¿De qué se trata todo esto?
– Vine a detenerte.
«Odio admitirlo, pero si Hakkai está aquí, la predicción de Kisaki era correcta. Y Taiju también se acercará a esta iglesia. Mientras Kisaki y los demás retienen a Taiju afuera, ¡Sólo debo convencer a Hakkai!», pensó.
– Takemicchi...No tuve esa charla contigo porque quería que me detuvieras –frunció el ceño.– ¡Fue para endurecer mi determinación! Si te interpones en mi camino, ¡También te mataré!
– ...Eso es mentira.
– ¿Ah?
– Sólo le cuento a la gente mis problemas cuando no puedo decidirme –dio un paso delante.– Hakkai, entiendo cómo te sientes. Taiju es un tirano, no tienes alternativa –el contrario bajó la mirada.– Crees que tu única opción es matarlo. Pero matar no te llevará a proteger a otros –él apretó los puños, frunciendo el ceño.– Quieres proteger a tu hermana Yuzuha, ¡¿Verdad, Hakkai?! –él lo miró.
– ¡No lo entiendes! –respiró agitado.– Si la comida sabe mal, me pega. Si olvido saludarlo bien, me obliga a arrodillarme todo el día –apretó los puños.– Si no me levanto antes que él, me patea hasta que escupo sangre. Cuando está de mal humor, ¡Me golpea sólo por mirarlo! –lo miró.– Así vivimos los Shiba. ¡No te metas en los asuntos de mi familia! –le dio la espalda. El rubio bajó la mirada.– ¡Fuera! ¡No puedes detenerme! –hizo una pausa.– ¡Te dije que te fueras!
– Ayer... –interrumpió.– Ayer rompí con Hina.
– ¿Ah? –exclamó curioso, mirándolo pro sobre el hombro.
– Rompí con ella para protegerla. Soy débil y cobarde. Y un completo idiota. Aún así, me ama, y yo haría cualquier cosa para protegerla –lo miró.– ¡Pero nunca mataría a nadie! No importa cuánto odie a alguien o cuán imposible sean las alternativas, ¡Nunca haría nada que la entristeciera! –el contrario se sobresaltó.– ¡Oi, Hakkai! ¡¡¿Eso es lo que quieres hacerle a Yuzuha?!! –lo miró.– ¡¿No crees que Yuzuha lloraría si cometieras un asesinato?!
– Takemicchi... –murmuró sorprendido.
La puerta de la iglesia se escuchó, y al mirar ambos se sorprendieron al ver a Taiju ingresar.
– ¿Eh?
– Padre nuestros que estás en el cielo...Santificado sea tu nombre...Amén.
«¿Qué hace Taiju aquí?», pensó nervioso.
– ¡¿Dónde está Kisaki?!
– ¿Qué diablos hacen aquí? –gruñó, frunciendo el ceño.
Takemichi comenzó a respirar agitado, confuso.
– ¿Qué pasó?
Hakkai comenzó a correr hacia su hermano, gritó y sacó un cuchillo de mango de madera.
– ¡Hakkai! –llamó siguiéndolo con la mirada.– ¡Detente, Hakkai!
Taiju lo tomó por el cuello fuertemente, levantándolo del suelo y provocando que el cuchillo en su mano caiga al suelo.
– Nunca te tomas nada en serio...Tenía la esperanza de que realmente intentaras matarme. Esto es difícil para mí, Hakkai. Me decepcionaste una vez más –apretó más su agarre. El menor gritó, pero su grito se ahogó.– Si lo dices en serio, no grites. Apuñálame por detrás.
«Si Taiju está aquí, ¡Significa que Kisaki y Hanma nos traicionaron!», pensó Takemichi, «¡Chifuyu!», exclamó sorpresa, mirando el cuchillo, «Pero... ¡Evitamos que Hakkai matara a su hermano! ¿Esto podría significar que cumplí mi misión? ¡No! ¡Ahora Hakkai está en problemas!», respiró agitado y soltó un suspiro intentando calmarse.
– ¡Detente!
«¿Qué voy a hacer? ¿Podré detener a Taiju? Pero si no hago algo...», pensó nervioso.
Taiju arrojó a su hermano a un lado y miró al rubio, sonriendo.
– Hanagaki Takemichi. ¡Es la segunda vez que interfieres en los asuntos de la familia Shiba!
El rubio se sobresaltó, congelándose y comenzando a temblar, respirando agitado; el mayor se acercó a él.
– ...Hakkai~ –lo miró de reojo.– Mi espalda está al descubierto.
«Está provocando a Hakkai...Pero ¿Por qué?», pensó.
Taiju le dio un puñetazo al rubio, haciéndolo rodar.
– Te había golpeado con sólo el 30% de mi poder. Como es la segunda vez, usaré el 50%. ¡¿Entiendes?! Duele mucho, ¿No?
«No puedo...moverme. Me han golpeado muchas personas diferentes, pero ¡Taiju está a otro nivel!», respiró agitado, «¡Me va a matar!»
– ¿Qué sucede, Hakkai? ¿No vas a salvarlo? –se detuvo y lo miró.– Si no lo haces, acabaré con él.
– Ha...Hakkai...
El mayor tomó al chico por el cuello y lo levantó de nuevo.
– ¡Hanagaki Takemichi! ¿Sabes por qué Hakkai quiere matarme?
– ¡...Porque tú...maltratas a Yuzuha!
Taiju se carcajeó y volvió a mirar a su hermano de reojo.
– ¿Escuchaste eso, Hakkai? –él volteó la mirada.– Tal vez debería contarle tu secreto –volvió la vista al rubio.– Hakkai no es quien tú crees.
Hakkai se tensó, nervioso.
– Detente...
– Él es...
Hakkai se levantó rápidamente.
– ¡Detenteee! –suplicó.
Takemichi exclamó una pequeña sorpresa al oír pasos, miró tras el mayor, y vio a Yuzuha correr en dirección a él, sujetando una navaja con ambas manos.
– ¿Yuzuha?
Taiju hizo una mueca de curiosidad y miró atrás, moviéndose apenas un poco; la chica le clavó el filo del arma por detrás.
Hakkai exclamó sorpresa.
«¿Yuzuha apuñaló a Taiju?», pensó confuso.
Taiju arrojó a Takemichi, volteó para darle un puñetazo a Yuzuha, miró molesto el arma en su cuerpo y luego a su hermana mientras esta se incorporaba.
– Yuzuha –gruñó.– ¡Maldita! –tomó un banco de madera y lo levantó.– ¡Realmente lo hiciste!
Los tres exclamaron sorpresa, y el mayor arrojó aquel hacia su hermana; este se estrelló contra el suelo ante ella, mientras esta se cubría la cabeza con sus manos, y se rompió en pedazos.
– Yuzuha... –murmuró Hakkai.– ¿Qué...Qué haces aquí?
– ¡Vine a salvarte! ¡Acabaré con todo esto!
– ¿Por qué...Por qué viniste? –miró al rubio, molesto.– ¡Takemicchi! –llamó. Él lo miró curioso.– ¡Temee! Le dijiste a Yuzuha, ¿No? ¡Eres el único al que le conté lo que decidí hacer!
– ¿Qué? ¡Yo no le dije nada!
– Así es –se levantó.– Hanagaki no me dijo nada –miró a su hermano menor.– Me enteré por Kisaki Tetta.
– ¿Kisaki?
– ¿Eh?
Takemichi exclamó sorpresa.
«¡Espera! ¡Eso debe significar que Kisaki incitó a Yuzuha a hacerlo!», sintió su corazón dar un vuelco, «¿Será que, en la línea temporal original, Hakkai no mató a Taiju?», exclamó sorpresa, «Sabía que había algo raro. Yo no había hecho nada, pero Hakkai no pudo matar a Taiju. En la línea original, Hakkai no mató a Taiju, fue Yuzuha quien apuñaló a Taiju», concluyó mientras él de rojo se quitaba el cuchillo y sobaba su herida, «En la línea temporal original, ¡La persona que mató a Taiju fue Yuzuha!», respiró agitado «¡Diablos! ¡Maldición! ¡Yo no lo evité! ¡La puñalada que recibió Taiju por la espalda fue mortal!», observó la herida del mayor y tragó saliva.
Taiju sobó su herida tras sacarse la gabardina y miró su mano manchada de sangre.
– Maldición –sonrió, mirando a su hermana.– Te equivocaste, Yuzuha –bajó su mano.– Hiciste bien en acercarse sigilosamente y poner todo tu peso en la estocada, pero tuve un segundo para moverme gracias al grito de Hanagaki –lo miró.– Deberías culpar a Hanagaki.
«¡La herida es superficial! ¿Significa que lo salvé? ¡No puede ser! ¡Eso significa que el futuro en el que Kisaki controla a Hakkai se evitó!», pensó sorprendido.
El mayor regresó la vista adelante, borrando su sonrisa.
– Qué triste...Hakkai. Yuzuha. Intentaron matar a su hermano biológico –frunció el ceño.– ¡Alguien de su propia familia, que se esclavizó por ustedes!
– ¡Te equivocas! –negó ella.– Sólo trabajas para ti mismo. ¡Nosotros no te importamos! ¡Has usado la palabra "familia" para manipularnos! ¡Nos usaste! ¡Eres un monstruo!
El mayor comenzó a caminar.
– Yuzuha...
Taiju corrió levantando el puño, y le dio un golpe en la cara a la chica, arrojándola hacia las puertas.
– ¡Yuzuha! –gritó preocupado.
– ¡Eso es terrible! ¿Tu propia hermana?
«¡La golpeo de verdad!», pensó.
– Señor, ¿Por qué siempre me haces pasar por estos calvarios? –sus hermanos lo miraron.– ¿Por qué debo matar a mi querida hermanita? –preguntó a su dios, con sus lágrimas corriendo.– Yuzuha, te mataré.
Yuzuha limpió la sangre que corría de su nariz, se levantó y corrió hacia él, pero recibió otro puñetazo; se incorporó con algo de dificultad, mientras el mayor se le acercaba.
– Yuzuha... –murmuró nervioso.
– ¡Maldición! –gruñó corriendo y se colocó ante el mayor.– ¡Contrólate, Taiju-kun!
– Fuera de mi camino, niño tonto.
– ¡Takemicchi!
– ¡Dices que te importa tu familia, pero eres tú quien la está destruyendo!
– ¡No! Te matará –suplicó. Él lo miró.
– ¡¿Cuál es tu problema, Hakkai?! ¡¿A qué le temes?! ¡Van a matar a tu hermana! –él bajó la mirada, temblando.– ¡¿No vas a protegerla?!
Cuando el rubio se volvió hacia adelante, Taiju le dio un puñetazo.
– Fueron ellos... –levantó un banco.– ...los que intentaron matarme primero –lo arrojó.
– ¡Mierda! –gritó cubriendo su cabeza.
«Pensé que iba a morir. ¡Maldición!», pensó aterrado, y se incorporó.
– ¡¿Por qué una pelea familiar se convierte en asesinato?! ¡Esto es una locura!
Yuzuha se levantó.
– Hanagaki, este es el camino que elegimos como hermanos.
Él la miró.
«Ahora lo entiendo. La clave es Yuzuha. En la línea temporal original, fue Yuzuha quien mató a Taiju. Aún así, la historia actual es que Hakkai lo mató», se levantó, «Yuzuha mató a Taiju después de que Kisaki la incitó. Hakkai la cubrió. Como Kisaki sabía la verdad, pudo controlar a Hakkai. Luego se apoderó de Black Dragon y corrompió ToMan. Todo porque estaba protegiendo a Yuzuha», comenzó a caminar.
– Ya sé lo que tengo que hacer, Hakkai.
– ¿Eh? –exclamó mirándolo.
Takemichi tomó aire, suspiró, y apretó los puños, sonriendo.
– ¡Patearle el trasero a Taiju!
«Si Yuzuha está protegida, Hakkai no se corromperá», pensó.
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