Ch XIII. Another Side of the Coin, Part 3
es bastante tarde para actualizar pero quería hacerlo antes de ir a dormir xD
____________________
Ch XIII. Another Side of the Coin, Part 3
- No puedo dejar que un bastardo como Atem sea mi sucesor, y menos ahora que se ha atrevido a darle la espalda a Egipto relacionándose con esa basura. Seth, quiero que mates a Atem- la resolución en sus palabras eran suficientes para hacer temblar a cualquiera- Esta misma noche...
- Por supuesto, padre- el sacerdote apenas pudo contener sus carcajadas- Podemos culpar a ese ladrón por asesinarlo, ¿pero qué hay de los guardias que mandaste a cuidarlo?
- Mátalos también, mata a cualquier testigo- Bakura hervía en ira, no se pudo contener ni un momento más. Bajó de su escondite, cogió su espada y de un rápido y limpio movimiento, atravesó el cuello del faraón de una sola tajada. La sangre brotó a borbotones no sólo de la sucia boca del faraón, sino de todo orificio en su rostro.
- ¡Maldito!- bramó el peliblanco con todo el odio que le tenía- ¡Alguien como tú no es apto para ser el faraón! ¡Vete al infierno!- sacó su espada de la garganta del faraón, el cual cayó al suelo, moviéndose violentamente antes de morir de la forma más indignante posible. La espada fue retirada de su cuerpo por el ladrón, y aún bañada en sangre, atacó a Seth. El sacerdote no logró esquivar completamente el ataque, la herida no era mortal pero sí lo suficientemente grave para que el dolor lo hiciera caer de rodillas frente a su atacante- ¡Y tú lo acompañarás!- levantó la espada para darle el golpe de gracia
- Adelante, mátame- pronunció con dificultad el sacerdote- ¿Crees que el príncipe te perdonará por lo que acabas de hacer?- Bakura se detuvo en seco; el ojiazul sonrió para sí- Tal vez el príncipe te ame, pero ni siquiera eso que siente por ti será suficiente para que perdone el hecho de que mataste a su padre. Él lo estimaba mucho, ¿sabías?... ¡Felicidades! Acabas de herir a tu amado...- la espada de Bakura cayó de sus manos, haciendo un eco metálico entre las paredes del palacio. Los soldados no tardaron en aparecer, por lo que el ladrón escapó mientras ellos ayudaban al sacerdote.
*****************
Bakura estaba conmocionado, si no hablaba con Atem era posible que éste nunca le dirigiera la palabra otra vez y además sería asesinado. Pero si le contaba lo que acababa de escuchar, terminaría destrozándole el alma... sin embargo, era lo mejor desde su perspectiva. Esa misma noche fue al palacio pero una emboscada lo esperaba. Algunos soldados del palacio lo capturaron, poco después Seth apareció, caminando con algo de dificultad por su herida.
- Eres tan patéticamente predecible- se mofó el sacerdote- ¿Querías decirle a su alteza la verdad? Lo siento, pero no será posible, te vas a quedar aquí viendo cómo su vida se hace pedazos- Bakura no pudo hacer mas que mirarle con rabia- Te voy a contar un secreto. Algunos soldados y yo no estamos de acuerdo en que Atem sea el nuevo faraón, así que sólo es cuestión de tiempo para que yo tome el trono de Egipto
- ¡¡Desgraciado!!- gritó furioso el albino, forcejeando en vano
- No pensé que el famoso ladrón fuera tan sentimental. Eso sólo me hace desear más arrebatarte a Atem...- Bakura se quedó estático ante sus palabras- Voy a hacer que se enamore de mí, me ganaré su confianza, y cuando menos lo espere lo apuñalaré por la espalda... Será traicionado una vez más, y tal vez se sienta tan mal que me ahorre el trabajo de asesinarlo. Es un buen plan, ¿No te parece?- el ladrón se soltó y se lanzó contra Seth, sin embargo, los guardias lograron inmovilizarlo de nuevo- ahora quédate quieto y observa la caída de Atem
La noche transcurrió lentamente para Bakura, no soportaba el hecho de que Atem sufriera a causa suya. Trató de liberarse más veces de las que podía contar sin tener éxito; lo único que logró fue agotarse. Después de la peor noche de su vida, el sol finamente se levantó por el horizonte. El palacio se encontraba en silencio, hasta que una voz rompió la calma del amanecer
- Bakura, te... ¡¡ TE ODIO!! ¡¡TE ODIO Y SIEMPRE LO HARÉ!!!- ¡¡Voy a hacer tu vida miserable aunque me tarde toda la mía en ello!! ¡¡Convertiré todo este amor que siento por ti en odio y te mataré con mis propias manos!!- el albino reconoció la voz al instante, era Atem. Se sintió defraudado, incluso algunas lágrimas corrieron por su rostro. Seth se alegró de haber logrado lo que quería.
Creyó que en ese momento sería asesinado, pero aquel sacerdote no fue tan benevolente. Le soltó y le dejó escapar para que fuera su dolor quien se encargara de aniquilarlo.
***************
Al principio Bakura intentó aliviar su alma poniéndose en contra del ahora faraón Atem; mas al mirarlo directamente a los ojos se dio cuenta de que, a pesar de su hostilidad, seguía siendo el mismo, y además estaba sufriendo. Supo entonces que debía contarle la verdad de su padre y Seth, pero éste último siempre interfería. Y aunque la solución fuera tan simple como asesinar al sacerdote no podría hacerlo el faraón terminaría odiándolo aún más. La única forma que se le ocurrió para librarse de Seth fue ir a un lugar donde éste no existiera, tal vez en otra época. Los artículos del milenio tenían poderes que los seres mortales no comprendían, y su hacía los movimientos adecuados, podría usarlos a su favor.
Pasó casi dos años investigando sobre dichos poderes; en su investigación encontró cómo fueron creados estos artículos y qué tipo de persona podría poseer y controlar la magia de estos objetos. Para Bakura la sortija del milenio era ideal. También encontró que los artículos eran capaces de resguardar el alma de su poseedor, pero para activar este conjuro era necesario que el portador tuviera un sentimiento tan fuerte que obligara al artículo a actuar; y además, para que su alma pudiera salir de su encierro, necesitaba que otra alma de características similares la resucitara. Había encontrado una forma de estar con Atem, ahora sólo faltaba hacer que el tricolor activara su artículo.
Pasó así un año más, aún sin saber cómo hacer que Atem despertara el poder de su artículo, hasta que escuchó rumores sobre una insurrección; era la oportunidad perfecta, y aunque le doliera, tenía que herir al tricolor una vez más. La noche de la rebelión, Bakura buscó por todas partes a su amado, hasta que dio con él, siendo acompañado por Isis y Mahado.
- Vaya, parece que el faraón perdió el control del pueblo- le dijo con aire de burla, aunque por dentro a Bakura se le hacía pedazos el corazón- Y lo único que le quedó fueron estos dos patéticos sirvientes ¿No has considerado el suicidio? Sería mucho menos vergonzoso
- ¡¡Cierra tu maldita boca Bakura!!- el abrazo de Mahado hacia el joven faraón no hizo más que enfurecer al albino.
- ¿Cuánto tiempo crees que tarden estos dos en darte la espalda?- el tricolor lo miró ante tal pregunta- ¿No sería mejor librarte de la humillación ahora mismo?- desenvainó su espada y la incrustó en el pecho de Mahado, mas su intención no era matarlo, sólo quería hacer enfurecer a Atem, así que en realidad no tocó ningún órgano o tejido vital. La introdujo más profundo hasta que la espada llegó al otro lado de su cuerpo y luego le quitó la sortija del milenio que el guardián poseía- Creo que me quedaré con esto como recuerdo- sacó despiadadamente la espada del cuerpo de Mahado, dejándole caer al suelo- [perdóname, perdóname...]
- ¡¡Mahado!!
Atem aún estaba en shock ante tal escena, y al reaccionar, soltó un grito de rabia mientras que el rompecabezas se iluminaba y el ojo del milenio aparecía en su frente. Su plan había resultado, ahora por fin podría aclarar las cosas, aunque para eso tuviera que esperar por cientos, quizá miles de años... el peliblanco sólo susurró un "bien hecho" antes de que su alma fuera encerrada en la sortija milenaria.
******************
Pasaron cinco mil años antes de que las almas de Bakura y Atem fueran liberadas, afortunadamente para el albino los dos se encontraban en la misma época, así que en cuanto se vio libre buscó a su amado faraón, pero había un problema... éste no recordaba nada. Tuvo que hacer el papel de "malo" de nuevo para que Atem recobrara sus poderes y su memoria, y así al menos tener una oportunidad para recuperarlo
--End Bakura flash Back--
- ...Pero sólo empeoré las cosas- terminaba su narración el albino- Cuando supe que Atem iba a regresar a nuestra época pensé que ya no íbamos a vernos jamás... Hasta que se arrepintió de irse al escuchar la voz de Yugi llamándole- tras un suspiro lleno de melancolía, el ladrón continuó- ¿Entiendes? Regresó por él, no por mí. Yo...- antes de poder decir algo más Ryou le soltó una bofetada con la suficiente fuerza para inundarle la boca de un sabor metálico
- ¡¡Idiota, Idiota, Idiota!!- le gritó el menor a punto de llorar- ¡¿Cómo esperas que te perdone si lo único que has hecho es arruinarle la vida?!
- ¡¿Qué querías que hiciera?! ¡¡No sé actuar de otra manera!!- se miraron en silencio el uno al otro hasta que se tranquilizaron
- Bakura, no puedes esperar que Atem te escuche si tú has sido el que le ha causado tanto daño
- ¿Crees que no lo sé?- se llevó las manos a la cabeza- Pero ya no importa. De todas formas ya no hay forma de arreglar este desastre
- No puedes darte por vencido ahora, has llegado tan lejos- se sentó a su lado y bajó sus manos, obligándolo a que lo mirase- Voy a ayudarte. Pronto él y tú estarán juntos nuevamente- ante sus palabras de esperanza Bakura lo abrazó, haciéndole sonrojar. Ryou le abrazó con la misma fuerza, tratando de reconfortarle...
***************
A la mañana siguiente, en casa de Yugi...
Atem despertó, se vistió y bajó a desayunar como todas las mañanas. Al llegar a la cocina y ver a su luz preparando el desayuno, se escondió tras la pared y lo observó desde su sitio. Lucía muy contento, tanto que terminó por contagiarle. Por un momento se puso a pensar en lo que había sucedido los días anteriores, sobre todo en la noche que Yugi estuvo a punto de decirle que le gustaba.
Era la primera vez que el faraón se sentía querido por alguien desde hace mucho tiempo y eso lo emocionó. Sabía que su amor por Bakura no tenía razón de ser, ya que nunca fue correspondido, pero Yugi... Yugi parecía quererlo de verdad, ¿Qué debería hacer? ¿Aferrarse a un amor imposible o corresponder a uno sincero?
- ¡¡Buenos días Atem!!- le dijo el menor al notar su presencia- Siéntate, en un momento estará el desayuno
- [¿Debería darle una oportunidad a Yugi?]- pensaba mientras entraba a la cocina- ¿Y tu abuelo?
- Fue por algo de leche en la tienda, espero que no tarde- respondió sin mirarlo, ya que estaba sirviendo la comida en unos platos
- [¿Será correcto?]- seguía preguntándose el faraón, aún de pie- [Tal vez sea demasiado pronto... sólo han sido cinco mil años]- siguió en silencio otro rato, el menor aún seguía muy entretenido preparando el desayuno- Yugi, ¿Te gusto?- el mencionado dejó su labor, sorprendido por lo que acababa de escuchar. De repente sintió cómo su yami lo abrazaba por la espalda con una calidez que le aceleró el corazón
- A... Atem...- su rostro estaba tan rojo, se quedó inmóvil sintiendo aquel cálido abrazo
- Un poco más- pronunció el mayor- Déjame abrazarte sólo un momento más- Sin duda alguna se sentía muy bien al hacerlo. Con una mano tomó delicadamente la barbilla de Yugi y giró ligeramente su cabeza, buscando unir sus labios con los contrarios
- ¡Disculpen la demora!- habló el abuelo de Yugi entrando a la cocina; al oírlo, se separaron rápidamente, mirando hacia otro lado, tratando de ocultar su enrojecido rostro- Disculpen, no sabía que estaba interrumpiendo- dejó la leche sobre la mesa, tan avergonzado como lo otros dos- voy a estar en mi habitación, siéntanse libres de hacer lo que quieran- dijo antes de desaparecer
- ¡¡Abuelito!!- Su rostro era un poema. Tras es shock inicial, Yugi tosió un poco e intentó fingir que no pasaba nada- Bueno, será mejor que me vaya a la escuela, se hace tard...- Atem lo tomó por la cintura de improviso, y sin que Yugi lo esperara, lo besó...
Continued...
___________________
gracias por leer!!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top