Ch XI. Another Side of the Coin, Part 1

hola!!! disculpen la demora, me fui de vacaciones xD

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Ch XI. Another Side of the Coin, Part 1

--Bakura flash back--

Hace 5 000 años

La primera vez que lo vio le pareció el anzuelo ideal, una forma perfecta de vengarse del faraón, aquel que tanto odiaba. Por un momento pensó que descargar su ira contra un inocente era demasiado bajo incluso para él, pero la arrogancia y osadía del tricolor lo habían enfurecido a tal grado de llegar a odiarlo a él también. Además, esos inusuales ojos encarnados del primogénito del faraón despertaban más su rabia. Para aliviar su odio, Bakura le robó un beso al joven príncipe, más no estaba satisfecho, deseaba humillarlo más...

Regresó la noche siguiente para consumar su venganza; le costó mucho trabajo, pero logró inmovilizar al tricolor atándolo al balcón. Lo despojó de sus ropas y lo hizo suyo en ese lugar. Se alegró al saber que le estaba arrebatando a Atem, lo que su padre apreciaba más de él, aquello que nadie más podría obtener jamás, su virginidad. Esa noche hizo todo lo que deseó con el príncipe, mancilló su cuerpo y deshonró al faraón; había "matado dos pájaros de un tiro". Sin embargo no estaba satisfecho, algo no había resultado; el joven heredero no actuaba como quería, no parecía estar sufriendo ni imploraba piedad; todo lo contrario, a pesar de estar en una situación tan denigrante se resistía a pedir auxilio, y no sólo eso, se había atrevido a burlarse de él aun en esas circunstancias.

Inesperadamente, el amarre que sujetaba las muñecas del joven príncipe se rompieron. Bakura tomó una de sus manos para evitar que intentase huir, pero por el contrario, el menor apretó fuertemente la mano del ladrón y poco después puso la otra mano sobre de ella y la sujetó con firmeza; dejándolo sorprendido por su acción... ¿Qué pretendía ese chico?

Al terminar su fechoría, el ladrón se sentó sobre el suelo y recargó sus manos sobre el mismo, dejando al tricolor aún sujeto del barandal. Esperaba ver por lo menos su rostro lleno de dolor, su orgullo dañado, mas no ocurrió así... Atem se acomodó entre sus piernas y se recostó sobre su pecho, sonrió contento y se durmió tranquilamente. Eso terminó con la poca paciencia que le quedaba a Bakura, su furia creció infinitamente. Esa noche acabaría con ese mocoso malcriado y arrogante de una vez y para siempre. Rodeó el cuello del príncipe con sus manos, dispuesto a terminar con su vida; era algo sencillo, sólo tenía que ejercer presión con todas sus fuerzas hasta que dejara de respirar... lo intentó varias veces; su mente decía que lo matara, pero su cuerpo no lo obedecía y sus manos empezaron a temblar. No pudo asesinarlo. Se levantó del suelo y comenzó a bajar el cuerpo del tricolor con cuidado.

- [¿Pero qué estoy haciendo?]- se dijo a sí mismo y dejó caer al joven en el piso, haciendo que se golpeara la cabeza. Tomó un pedazo de la ropa del príncipe para limpiarse un poco y después se acomodó su vestimenta. Mientras lo hacía observó que Atem estaba temblando y encogía su cuerpo buscando calor. Las noches de Egipto solían ser muy frías- [Por mí puedes morirte de frío, igual que un perro]- se apoyó en el barandal del balcón, listo para marcharse... pero no lo hizo. Arrojó enojado el trozo de tela con el que se había limpiado al suelo y entró a la habitación; cogió una sábana de la cama y regresó con el tricolor. Se sentó a su lado y lo levantó, lo envolvió con la sábana y lo sostuvo en sus brazos, recostándolo sobre su regazo- Maldito bastardo, ¿Qué fue lo que me hiciste?- se recargó sobre el barandal y colocó un efímero beso sobre los labios del inconsciente príncipe- Idiota...- dijo para sí y se quedó callado por un momento- Se supone que no debes enamorarte del enemigo...

Permaneció contemplándolo un buen rato y pensando en lo que había ocurrido. Odiaba admitirlo, pero se había enamorado del chico, ¿Cómo pudo sucederle algo como eso? ¿Cómo pudo ser tan descuidado? no lo entendía y tampoco le importaba, lo único que quería en ese momento era quedarse con él.

- Mi señor, ¿Se encuentra bien? - llamó una voz femenina desde afuera de la habitación- ¿Mi señor?- golpearon la puerta con más fuerza, pero sin resultado- ¡¡príncipe Atem!!

- ¿Isis, qué sucede?- preguntó otra voz, esta vez de un hombre

- ¡¡Mahado, mi señor no responde!!- le respondió la mujer y poco después se escuchó que trataban de abrir la puerta.

El primer pensamiento que se le vino a la mente fue "llévalo contigo", estuvo a punto de hacerlo, pero se arrepintió en el último momento; Atem estaba muy herido y si se lo llevaba probable mente moriría. Lo apoyó en el balcón, besó su frente y abandonó el palacio sin que nadie se percatara.

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Bakura estaba preocupado, temía que la única persona por la que en realidad sentía algo muriera, y lo peor, todo sería su culpa. Por primera vez en su vida se arrepentía de lo que había hecho; le parecía algo estúpido lo que sentía en esos momentos, y por un instante un recuerdo vago se le vino a la mente:

"Un ladrón no debe tener sentimiento alguno, porque eso lo haría débil. Un ladrón nunca debe enamorarse del enemigo, porque estaría cavando su propia tumba. Un ladrón nunca debe tener compasión por el enemigo y siempre debe cumplir su objetivo, no importando lo demás", era lo que le habían enseñado desde pequeño, y ahora estaba incumpliendo ese "reglamento". Tal vez Bakura no era tan fuerte como pensaba, tal vez no era apto para ser un ladrón... tal vez su vida era un total desperdicio. Sólo había una forma de saberlo, tenía que ir con el tricolor de nuevo.

Esa misma noche se infiltró en el palacio hasta llegar al balcón de la alcoba del príncipe; se asomó al interior y se alegró mucho al ver al joven aún con vida. Éste, al verlo, se levantó de su lecho y se dirigió hacia él.

- ¿Qué haces aquí Bakura?- era obvio que el menor estuviera molesto, pero Bakura caso omiso de la hostilidad de sus palabras, estaba más concentrado en observas sus heridas hasta que detectó que su tobillo comenzaba a sangrar.

- No deberías esforzarte tanto- le dijo mientras lo cargaba y lo llevaba de nuevo a su cama

- ¡Oye! ¡Bájame!- ni siquiera lo escuchó. Después de sentarse junto a él en la cama, tomó sus manos cariñosamente y colocó un pequeño beso sobre sus vendajes

- ¿Te duele?- puso las manos del tricolor en su mejilla, haciendo una sutil caricia. Sus manos eran tan suaves y cálidas, se notaba que jamás había tenido que mover un dedo en su vida- Lo lamento

- Ba... Bakura, ¿qué haces?

- ¿A caso no puedo visitar a mi novio? Sólo quería saber si estabas bien- no lo podía creer, no podía creer lo que acababa de brotar de sus labios ni lo que estaba haciendo, ¿Qué le ocurría?

- ¿No-vio?

- [Soy un estúpido, ¿Cómo permití que me sucediera esto? ¿Por qué me atrae tanto este chico?]- dejó de hacerse preguntas innecesarias y se concentró en lo que realmente le importaba; abrazó al príncipe con ternura y luego lo besó de nuevo. Y para su sorpresa, fue correspondido, hinchando su pecho de alegría... Sí, estaba realmente feliz. Hubiera deseado volver a hacer suyo a Atem en ese momento, pero su cuerpo no lo resistiría. Se resignó y sólo se dedicó a besarlo y acariciarlo apasionadamente; de verdad se había enamorado de Atem, no tenía duda alguna.

Y desde ese momento se prometió visitarlo todas las noches; juró quererlo y protegerlo con todas sus fuerzas... desde ese día, Atem se convirtió en lo más importante para él.

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Un par de semanas después, como todas las noches desde que lo conoció, Bakura fue a ver a su ahora amante a pesar de tener una profunda herida en su brazo resultado de una batalla. Logró subir hasta el balcón, pero eso lo había dejado agotado. Cuando el tricolor lo vio se preocupó bastante, lo sentó sobre su cama y le pidió a una de sus sirvientes que le trajera un poco de agua.

- Te digo que no es nada- repitió Bakura tratando de apartar un poco al tricolor, le encantaba que fuera meloso con él mas en esas circunstancias preferí mantenerlo a distancia

- Pero Bakura, se ve muy grave- el joven príncipe no dejaba de examinar su herida con preocupación, si hasta parecía que el que estaba herido era él

- Mi señor, su agua- habló una chica desde afuera. El joven príncipe fue por el agua y luego cerró por dentro para asegurar la privacidad de ambos

- Espero que sirva de algo- el tricolor humedeció un paño en el agua y con éste comenzó a limpiar la herida con sumo cuidado

- No voy a morir por una herida como esta- de repente, la herida se iluminó levemente y empezó a sanar sola ante los ojos incrédulos del joven príncipe. Nadie sabía que tenía ese tipo de poder, pero era un secreto que podía confiarle a su amado

- tu herida...

- ¿Ves? no era nada serio

- ¿Cómo lo hiciste?

- ésa es una pequeña habilidad que me regalaron los dioses- esas eran las palabras que Bakura escuchó de sí mismo toda su vida. Esa singularidad le había salvado incontables veces de la muerte

- Entonces... eso significa que no pude ayudarte y que... no me necesitas- de pronto el tricolor bajó su mirada con decepción

- Aún puedes ayudarme a sentirme mejor- se abalanzó sobre Atem y lo besó desesperadamente mientras que la ropa de ambos iba desapareciendo; saboreó toda su piel lentamente y después... después lo tomó de nuevo, pero esta vez fue diferente. Nunca pensó que pudiera ser tan cálido y cuidadoso con otros, el príncipe había hecho de él una persona distinta...

Siempre había visto el sexo como un sinónimo de placer, pero esta vez se estaba entregando a quien más apreciaba, se estaba entregando porque lo deseaba, porque estaba enamorado. Aquella noche fue inolvidable, los dos lo habían disfrutado con demasía. Y al terminar, Bakura se sentó sobre la cama y Atem se abrazó a él.

- Te amo- soltó de pronto el joven príncipe con el tono más dulce que Bakura había escuchado en su vida. El peliblanco no pudo ocultar su sorpresa y por un momento no supo qué hacer. Fue un corto tiempo en el que gobernó el silencio pero cuando el ladrón finalmente se decidió a responder, Atem ya se había dormido. Bakura sonrió para sus adentros, lo abrazó con ternura y miró hacia afuera, observando la hermosa luna que había esa noche....

Continued...

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ahora veremos la versión de la historia de Bakura, creen que encontremos algunas sorpresas??

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