𝖈𝖎𝖓𝖈𝖔
~𝔜𝔬𝔬𝔫𝔤𝔦~
Estaba de pie frente a la cafetería cuando vi su auto estacionar a un lado.
No pude evitar emocionarme y sentir mi corazón latir con fuerza cuando lo ví bajar del coche.
Unos pantalones negros, una camisa gris y una parka negra fue lo único a lo que le pude prestar atención antes de quedar perdido en su sonrisa.
Reí como idiota mientras él me saludaba y se acercaba a mí. De repente, una oleada de duda y nervios invadió mi cuerpo a causa de una simple pregunta ¿Como debía saludarlo?
Es simple pregunta me alteró los nervios. No habíamos quedado en nada como para tomarme la libertad de besarlo, pero tampoco podía fingir que nunca lo habíamos hecho después de tener sexo telefónico luego de aquello.
Para mi sorpresa y tranquilidad, se inclinó y dejó un beso rápido sobre mis labios cerrados, haciéndome sonreir y sonrojarme por aquello.
-¿Vamos a adentro?-
~𝔍𝔲𝔫𝔤𝔨𝔬𝔬𝔨~
No sé por qué, pero no me podía resistir a buscar cualquier tipo de contacto con él.
Besos rápidos, caricias furtivas, toques de mano, y ese tipo de cosas. Se me hacía casi imposible mantener la distancia que me había obligado a cumplir con él.
Verlo tomando chocolate caliente frente a mi, comiendo un pastel de limón mientras me hablaba de su vida, era definitivamente la cosa más hermosa del mundo.
-¿Me dejarías pintarte?- Pregunté interrumpiendo sin pensarlo.
Elipsé el hecho de que ya lo había hecho, prefería que crea que no podía hacerlo sin modelo, ya luego le mostraría el cuadro viejo.
Vi la sorpresa en su mirada tornarse vergüenza y luego felicidad. Era la reacción normal cuando le pedías a alguien pintarlo en un cuadro, pero en él se veía extrañamente tierna.
Asintió mordiendo su labio inferior mientras el rojo se apoderaba de su rostro y el brillo de sus ojos.
Era definitivamente la persona más hermosa que había visto en toda mi vida.
El reflejo de la nieve le hacía maravillas por su tono de piel y cabello, lo hacía ver más luminoso pequeño de lo que se vería cualquier otra persona en su lugar.
-¿Te gustaría ir a mi estudio?- Pregunté al ver que no hablaba por lo cohibido que estaba.
-¿Está muy lejos?- Preguntó sin mirarme a los ojos mientras llevaba la taza a sus labios.
-En mi casa- Respondí ignorando su expresión de sorpresa. -A veinte minutos-
-He venido en mi auto- Dijo bajando la taza. -Tendría que ir detrás de ti-
-Está bien, soy de mente abierta- Dije viendo como se ahogaba con su risa y me calentaba el corazón. -Eres tan lindo-
Yoongi alzó la mirada para verme sonrojado y con una leve sonrisa avergonzada que rápidamente fue reemplazada por una pícara.
-Señor Jeon- Dijo haciendome morder mi labio inferior. -¿Puede ser que quiera llevarme a su casa para ir más allá de su estudio?-
-¿Tan obvio soy?- Pregunté fingiendo sorpresa y decepción, llevando mi mano a mi pecho. -La verdad que quiero hacer ambas cosas-
-¿Entonces si quieres pintarme?- Preguntó verdaderamente sorprendido.
-La verdad, me muero por hacerlo- Dije sincero. -Aunque si me dejaras pintarte desnudo...-
Yoongi soltó un sonido dándome a entender que lo estaba pensando, mientras tocaba su barbilla con su índice y miraba al interior de la cafetería.
-Vale- Soltó dejandome ahora a mi anonadado. -Pero primero deberías llevarme a la cama para que no me de vergüenza que me veas desnudo-
-El orden de los factores no afecta el producto- Dije llevando mi taza a mis labios. -Como te sientas más cómodo-
~𝔜𝔬𝔬𝔫𝔤𝔦~
Su casa era enorme, enorme como poco.
Dos plantas, cochera, un patio enorme y a juzgar por las pequeñas ventanas a la altura del suelo, también tenía sótano.
Estacioné fuera mientras él guardaba su auto en el garaje para luego hacerme seña para entrar.
Pasé por al lado de su auto viendo que su cochera era más grande que la mayor parte de mi departamento y no pude evitar reír entre dientes mientras lo seguía al interior de la casa.
La puerta se cerró tras nosotros y yo caminé por un pasillo hasta llegar a su sala.
Sala que definitivamente era más grande que todo mi piso, no estaba a discusión.
Era enorme y conectaba con la cocina, todo en tonos blancos, negros y marrones. Salvo algunos adornos, era muy sencilla y delicada.
-¿Los artistas ganan tanto dinero?- Pregunté mientras él me quitaba el abrigo para dejarlo a un lado apoyado en uno de los sillones.
-Los artistas no- Dijo abrazandome por la espalda. -Yo soy un poco más costoso que la media-
Sonreí pegando mi cabeza a su hombro y solté un suspiro de satisfacción al sentir sus labios en mi cuello.
Era tan calienta y suave, mi corazón palpitó con fuerza y me pegué más a él sintiendo su duro pecho contra mi espalda.
-¿Que quieres hacer primero?- Preguntó con voz ronca sobre mi cuello.
¿Que quiero hacer? Olvidé la otra opción a parte de la de tenerlo entre mis piernas hasta que la cama se rompa y yo pierda la voz.
Necesitaba sentirlo más, mucho más. Necesitaba su piel contra la mía, el calor entre los dos y sus besos en mi cuerpo.
-¿Me muestras tu cuarto?- Susurré con los ojos cerrados y la boca entre abierta.
Entramos a tropezones y entre besos y caricias desesperadas. La ropa quedó regada en todo el pasillo y las escaleras, para cuando caí a la cama, solo tenía puestos mis boxers y mis medias.
Jungkook me miraba desde arriba, con los ojos oscuros en lujuria y una expresión que me erizó la piel y me hizo palpitar la polla.
Me fijé por primera vez desde que le quité la camisa, en los tatuajes que cubrían su cuerpo jodidamente bien formado.
Mordí mi labio inferior mientras lo veía dejar caer su pantalón al suelo para luego acercarse a mí a gatas.
Se acomodó entre mis piernas, separandolas con la vista fija en mis ojos antes de lanzarse a mis labios, besandolos con hambre y pasión.
Lo jalé del cabello para profundizar el beso y me pegué a él cayendo por completo a la cama sintiendo el calor aumentar en nuestros cuerpos al punto que no me podía creer que afuera hicieran diez grados bajo cero.
Sus labios húmedos y calientes sobre los mios, su cuerpo contra el mío, su erección contra la mía. Joder, que bien se sentía tenerlo contra mí.
Solté un gemido cuando sus manos tomaron con firmeza mi trasero y yo rodeé su cadera con mis piernas, sintiendo sus labios bajar por mi cuello mientras simulaba embestidas sobre nuestra ropa interior.
Mi pecho agitado golpeaba contra el suyo y mis gemidos se perdían con el sonido de sus húmedos besos y sus mordidas suaves.
-¿Está muy apurado, señor Jeon?- Pregunté sonriendo perdido el las sensaciones mientras el masajeaba mi trasero con fuerza.
-Si me vuelves a llamar así, juro que acabaré por partirte en dos- Gruñó sobre mi piel antes de volver a unir nuestros labios.
Algo de mí se calentó aún más de ser posible y acabé por arrojarme sobre él, empujandolo debajo mío y cortando el beso para poder comenzar a moverme sobre su miembro grande y duro.
-Señor Jeon, no sabía que tenía fetiches de poder- Susurré sintiendo el calor extenderse en mi cuerpo por el roce de nuestras intimidades.
-Creo que tu me hiciste tenerlo- Respondió con voz grave tomando mi trasero entre sus manos para mover su cadera y hacerme sentir más su polla dura.
-Tendré que hacerme cargo- Sonreí comenzando a besar su cuello, bajando mis belflos por su pecho y vientre hasta llegar al gran bulto bajo la tela de su ropa interior.
Bajé el elástico de los boxers oscuros, liberando su erección. Se me hizo agua la boca de solo ver lo grande y gruesa que era, las venas yendo desde la base hasta la punta y ese leve brillo del sudor que se forma por estar apresada dentro del calor de la ropa.
Lamí mis labios antes de llevar mi lengua a su miembro, siguiendo el camino de la vena para poder adentrar su glande en mi boca.
Lo ví a los ojos, tenía la mandíbulas tensa y el pecho agitado. Cuando bajé sobre su extensión, cubriendo todo aquello que entraba en mi boca, arqueó el cuello, cerrando los ojos y abriendo la boca incentivandome a seguir.
Comencé a guiar un vaivén lento, desde la punta hasta donde llegaba a entrar en mi boca, con una mano cubriendo la base y sin buscar que se corra.
Quería que lo disfrutara, si, pero necesitaba sentir su orgasmo explotar en mi interior y cuánto más al límite lo llevara, mejor se sentiría.
Ahuequé las mejillas y pasé mi lengua por toda su extensión, sintiendo mi propia saliva llegar hasta los dedos de mi mano y el sabor salado golpear mi garganta.
Sus gruñidos y jadeos solo lograban calentarme más y mi miembro comenzó a gotear presemen solo de aquél contacto.
Bajé mi mano libre por mi cuerpo y acaricié mi erección sobre el boxer para aliviar aquella sensación, pero no pude evitar adentrarla bajo la tela para pasar mi dedo hasta mi entrada.
La acaricié mientras succionar su miembro, sin meterlo en mi, solo disfrutando los espasmos que provocaba el roce de mi yema contra esa zona expuesta.
Cuando ví sus nudillos ponerse blancos contra la sábana y su expresión contraerse aún más, no me paré a dudar y me alejé de su miembro quitandolo de mi boca.
-¿Lubricante?- Pregunté quitando la mano de mis boxers para poder deshacerme de ellos.
Se estiró hasta una de las mesas de noche y sacó un pote grande de lubricante el cuál me tendió mientras se sentaba.
Lo abrí viendo el gel transparente y cubrí mi mano con él para llevarlo directamente a su miembro mientras comenzaba a masturbarlo.
-Señor Jeon, es más aburrido de lo que me esperaba- Susurré viéndolo abrir las piernas para facilitarme la acción. -¿Sin sabor, sin olor?-
-Va en tu culo, no en tu boca, Yoon- Gruñó haciéndome sentir un escalofrío.
-A menos que...- Comencé mientras me acercaba a él, dejando de masturbarlo para pasar el resto del lubricante en mi entrada y guiar su miembro a esta. -... te quedes con ganas de más-
-¿No quieres que te prepare?- Preguntó al sentir mi entrada contra su glande.
-No- Respondí simple antes de besarlo.
Sus labios calientes y secos se juntaron con los míos empapados y con rastros de presemen. Empujé su miembro dentro mió a la vez que su lengua se abría paso en mi boca, y comencé a bajar sintiendo el ardor de mis paredes ser separadas por su gran miembro.
Sus manos me tomaron por la cintura mientras yo adentraba cada centímetro en mi cuerpo, notando el calor volverse ardor cada segundo más intenso hasta que quemaba.
Llegar a la base fue el martirio más satisfactorio que pude haber experimentado, cortando el beso para soltar un suspiro al sentirme completamente lleno por su gran polla dura que se alzaba erecta en mi interior.
Me moví lentamente para acostumbrarme a la dolorosa intromisión, mientras estiraba mi cuello y arqueaba la espalda.
Sus labios se posaron en mi clavícula para ir subiendo besos húmedos por toda mi piel, dejando leves mordiscos y succionando en algo que acabaría siendo definitivamente un chupeton.
Bajé la vista hasta dar con sus oscuros ojos negros y su mirada llena de lujuria, pasé mis manos por sus brazos hasta su cabello y posé mis labios sobre los suyos cuando él me hizo caer en la cama dejándome a su disposición.
Comenzó a embestirme lentamente, haciendo que el lubricante pase por todas mis paredes y facilitando el movimiento, logrando que comience a gemir con fuerza en su boca.
Jungkook sabía a café y yo a chocolate, pero definitivamente el aroma a sexo comenzó a eclipsar todos los sabores para reemplazarlos por sudor, semen y saliva.
Las embestidas se había vuelto más rápidas, la cama comenzó a golpear contra la pared. Yo alcé mis piernas hasta mi pecho para sentirlo más y cada empuje terminó yendo directo a mi próstata.
No estaba pensando coherentemente, solo podía gemir y besar esos suaves labios que jadeaban sobre mí.
Llevé mi mano al cabezal de la cama para buscar algún sostén y dejar de sentir que estaba a punto de caerme aunque estuviera en el centro de una cama king size.
Mi otra mano acabó en su rostro, intentando ver entre embestidas bruscas y cada vez más desesperadas, su rostro tenso y excitado.
-Me encanta, señor Jeon- Susurré sobre sus labios.
-Me vuelves loco, Min- Gruñó volviendo a besarme.
Nuestras lenguas chocaban una y otra vez, la saliva caía sobre mi mejilla y sus testículos chocaban contra mi trasero.
Era tan rápido, tan doloroso y bestial, que me sentí al límite de mi conciencia en poco tiempo.
Perdí por completo la noción del tiempo al punto que cuando volví a la realidad, mis piernas estaban en sus hombros y su boca en mi cuello.
Acaricié su espalda marcada con mis pies y me percaté que mis gemidos dejaron de serlo lara volverse gritos.
Mi próstata maltratada suplicaba un descanso y yo la liberación a la que aquellos bestiales empujes me estaban llevando.
Lo miré con mis obres nublados por el placer y solté un susurro casi inaudible entre mis gritos, pero permitiendole oírlo por la corta distancia que nos separaba.
-Me vengo-
Sonrió antes de volver a unir nuestros belflos, llevándome al clímax ansiado cuando sentí su caliente orgasmo en mi interior, llenandome de semen tibio y espeso mientras yo acababa corriendome en su pecho bien formado, manchandolo de blanco, mientras él daba las últimas embestidas antes de caer rendido a mi lado.
~𝔍𝔲𝔫𝔤𝔨𝔬𝔬𝔨~
Ya no había vuelta atrás.
Esto acabaría en divorcio, corazones rotos y llanto.
Pero joder, valía la pena.
Me volteé a verlo agitado, con la vista fija en el techo y sonriente al voltearse a verme.
No pude evitar corresponder la sonrisa y llevar mis labios a los suyos mientras acariciaba su mejilla con mi pulgar.
Lo siento, Tae...
𝖑𝖔𝖛𝖊𝖗
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